PFIZER COMPRABA ALLERGAN

Los Panamá Papers arruinaron la mayor compra de la industria farmacéutica

A comienzo de semana y en virtud de lo revelado por los Panamá Papers, el gobierno de USA lanzó una ofensiva contra acuerdos de compra de compañías que buscan rebajar impuestos. De esa manera,la compra del gigante farmacéutico Allergan en manos de Pfizer quedó en la nada. La compra era por unos 160 mil millones de dólares, la más grande de la industria farmaceutica.

El caso Panama Papers, como se ha denominado la masiva filtración de documentos sobre sociedades constituidas en paraísos fiscales, ya le costó el cargo al primer ministro de Islandia, hizo que Francia volviera a poner en la lista de paraísos fiscales a Panamá y tiene en vilo a figuras políticas y económicas en todo el mundo. Pero ayer, la polémica cobró su primera gran víctima en el mundo corporativo, al descarrilar el mega acuerdo de Pfizer para comprar a su rival Allergan por US$ 160 mil millones.
 
Las farmacéuticas anunciaron el fin de las negociaciones luego de que el Departamento del Tesoro de USA lanzara a comienzos de semana una dura ofensiva contra los acuerdos de compra que buscan rebajar impuestos. La estrategia conocida como reversión tributaria consiste en comprar una compañía radicada en un país que tenga una tasa más baja y trasladar la sede fiscal a la nueva dirección para declarar impuestos allá.
 
La medida fue anunciada por el propio presidente Barack Obama en un discurso donde criticó las prácticas financieras expuestas por las últimas revelaciones. “Esta gran entrega de datos desde Panamá es un nuevo recordatorio de que la evasión de impuestos es un gran problema global. No es que hayan violado la ley, es que las leyes están mal diseñadas”, dijo el mandatario.
 
La decisión puso fin a un acuerdo que habría sido la mayor compra de la historia en la industria de la salud y habría dado lugar a la farmacéutica más grande del mundo, con un valor de más de US$ 330 mil millones y ventas por US$ 60 mil millones anuales, uniendo al fabricante del viagra con el dueño del botox.
 
La operación habría constituido además la mayor reversión tributaria de la historia, y habría permitido a Pfizer cambiar la tasa de impuestos corporativos de cerca de 35% que paga en USA, una de las más alta en el mundo desarrollado, por otra de apenas 12,5% en Irlanda, donde está constituida Allergan. Según cálculos de la empresa, eso le habría permitido rebajar sus pagos de impuestos en US$ 1.200 millones, aunque algunas estimaciones hablaban incluso de US$ 3.300 millones.
 
En la última década, cerca de 30 compañías estadounidenses han realizado reversiones, la mayoría de ellas hacia Irlanda y Reino Unido, que recientemente redujo los impuestos a las empresas desde 28% en 2010 a 20% en la actualidad.
 
Pero el último anuncio podría hundir los acuerdos que se estaban negociando. “La reversión está muerta”, declaró el director de cuidados de la salud de Allianz Global Investors, John Schroer, mientras que el vocero de la Casa Blanca, Josh Earnest, dijo confiar en que la nueva regulación paralice este tipo de transacciones.
 
Actualmente existe cerca de una decena de estos acuerdos en USA cuya conclusión está pendiente.
 
Potenciales víctimas
 
Según la consultora Dealogic, la próxima víctima de alto perfil podría ser Coca Cola Enterprises, el mayor embotellador del sistema Coca Cola en Europa, que en agosto anunció su intención de fusionarse con las unidades de España y Alemania y reubicar su sede en Reino Unido. La operación crearía a la mayor embotelladora del sistema con presencia en trece países y ventas por
 
US$ 12.600 millones. La nueva compañía, que se llamaría Coca-Cola European Partners (CCEP), estaría valorada en US$ 31 mil millones y tendría ganancias anuales de US$ 2.100 millones.
 
Según reportes de CNBC, un vocero de Coca-Cola Enterprises informó que la compañía se encuentra analizando el anuncio del Departamento del Tesoro y por ahora no va a opinar sobre el eventual impacto de las nuevas normas hasta que haya concluido su evaluación. “Seguimos enfocados en asegurar un exitoso cierre de la transacción de CCEP para fines del segundo trimestre”, señaló el portavoz a través de un correo electrónico.
 
La adquisición de ambas unidades tendría un valor estimado de US$ 9.400 millones. Pero incluso más costoso podría ser un colapso en las negociaciones de Tyco International con el grupo industrial Johnson Controls, un negocio valorado en US$ 16.635 millones. Aunque la nueva normativa no bloquearía la operación, le quitaría la mayor parte de los beneficios esperados de un acuerdo. Las acciones de Tyco cayeron 4,1% ayer, su mayor retroceso intradía desde el 20 de enero.
 
Johnson confiaba en que la operación le permitiría ahorrarse cerca de US$ 150 millones anuales en el pago de impuestos, lo mismo que esperaba rebajar de su cuenta tributaria el productor de fertilizantes CF Industries con la compra de la holandesa OCI por US$ 5.400 millones.
 
Otra compañía estadounidense que ha estado en el centro de la polémica por sus domicilios tributarios es Google. La empresa mantuvo durante más de una década una pugna con el gobierno británico, que la acusaba de rebajar impuestos trasladando las ganancias de su filial inglesa, su segundo mayor mercado, a su unidad de Irlanda.
 
Finalmente la firma llegó a un acuerdo con las autoridades inglesas para pagar impuestos atrasados por cerca de US$ 184 millones, aunque muchos políticos ingleses han manifestado sus descontento con el pacto.

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