CITI, DEUTSCHE, ETC.

Banca extranjera que se mimetiza golondrina... o camaleón

La industria financiera está cambiando dramáticamente a escala global. En algunos casos, a causa de la tecnología. En otros, por las regulaciones. En cualquier caso, el riesgo implícito en la actividad bancaria global está provocando un fortalecimiento de la actividad bancaria doméstica en los países del 3er. Mundo, tal como la Argentina. De eso trata esta nota:

Si hubo un sector de la economía que “se la llevó con pala” en la década ganada del kirchnerismo ese fueron los bancos. La diferencia la hicieron prestándole los depósitos al Estado bajo la forma de bonos tipo Lebacs, con las comisiones que percibieron y el margen maniobra del que dispusieron para el “contado con liqui” que hasta 2007 funcionaba traccionando divisas de afuera hacia adentro y, a partir del estallido de la burbuja financiera en Estados Unidos, del país hacia el exterior, con cepo y todo a partir de 2011. El default resultó ser una apetecible fuente de rentabilidad para la intermediación financiera internacionalizada, local o extranjera, la que recibió como obsequio los sucesivos canjes de la deuda.

En otro plano se realizan negocios complejos que a no muchos bancos les interesa hacerlos, como sucede con el fiduciario, que sólo cuatro o cinco lo encaran. A su vez, están las operaciones en fideicomisos y en comercio exterior, donde las empresas connacionales suelen elegir a un banco de su mismo país.

Paradójicamente, llega el replanteo del negocio bancario en Argentina, lo que coincide con el advenimiento de un gobierno promercado como el de Mauricio Macri, a la sazón portador de un ajuste de las variables macroeconómicas que hará bajar escalones los ingresos de los argentinos.

Tener un edificio para atención al público, con empleados, instalaciones, seguridad, etc, representa en la economía de las corporaciones que se avecina y con los commodities en baja en el mundo un factor de costes, como dirían en España, de exiguo retorno.

Los bancos extranjeros son los primeros en replantear su presencia en América Latina en los próximos años, no irse del todo en algunos casos, pero sí reservar las energías para afrontar el reacomodamiento de sus casas matrices en el marco de la estrategia global que avizoran.

Así es como Citibank entró en plena auditoría de cierre de su operación de banca de consumo en Argentina, Brasil y Colombia, previa a la colocación de los carteles de venta. No es que se vaya del todo, sino que permanece abierto a los clientes institucionales en los 3 países de la región.

Está previsto que arribe en los próximos días un equipo de ejecutivos provenientes de Estados Unidos que formalizarán la salida de la entidad en lo referido al negocio minorista.

Otro que se halla desarmando sus actividades en Argentina es el gigante alemán Deutsche Bank que ya tiene cartel de venta. El balance del año pasado, que dio un saldo de $ 1.200 millones, le fija un nivel de precio que ahuyenta a potenciales interesados, como un consorcio de empresarios nacionales que analiza sus números.

Grupos como Sancor Seguros y Eurnekian quieren incorporar el renglón bancario a sus actividades, pero antes de pagar sumas altas ven si por ahí les resulta más barato hacer un banco de cero, o acercarse al Finansur, del que Cristóbal López seguramente debería desprenderse.

El negocio del Deutsche es la patente, aunque se verá también si el comprador lo tendrá como banco corresponsal o los alemanes les canalizarán sus negocios en la Argentina. El principal activo que tiene en nuestro país es la custodia de fondos, nicho donde sólo están junto al Banco de Valores. 

La que está en plena declinación es la mesa de trading, que opera con el gobierno argentino emitiendo bonos. Lo que sucede es que mucho se maneja desde Nueva York; por eso, en emisiones están lejos de ser un JPMorgan o un UBS. Además, les queda una acción del Merval, mientras el negocio de banca privada ya lo trasladó todo a Miami.

Claudio Destéfano asegura en la carta diaria Il Ristretto que al BCRA y al Gobierno en general les cayó pésimo el anuncio de la salida de Citi, porque si bien se trata de un tema corporativo y la decisión abarca a Brasil y Colombia también, temen que se lea como: "Cambió el gobierno, nosotros nos vamos”.

Esa es la razón por la cual quisieran que lo reemplace un internacional que hoy no esté acá. Por ahora lo único que se supo oficialmente es que le ofrecieron radicarse a la banca electrónica norteamericana PayPal, especialista en financiar comercio online.

Pero admiten que la tendencia al repliegue de todos los bancos internacionales tradicionales (americanos y europeos) hacia sus mercados de origen tiene más que ver con la presión fenomenal que ejercen sus reguladores para que se retiren de sus inversiones foráneas, que a lo que suceda puntualmente en estas.

“Está muy presente aún la crisis de 2008 y 2011 en que tuvieron que salir a rescatarlos poniendo plata del público (taxpayer money) para salvar a varios bancos. La presión de la opinión pública es muy grande”, transcribe el reporte colega que le informó un banquero que prefirió mantenerse en el anonimato.

También es cierto que no quieren tener un disgusto ante algún problema que se presente fuera de su mercado de origen y ser duramente criticados, por lo cual prefieren que se vayan, liberen capital y lo apliquen en sus países matrices.

El paquete del que se desprenderá el Citi incluye operaciones bancarias y tarjetas de crédito minoristas, que serán transferidas de Citicorp a Citi Holdings y reportarán los resultados financieros como parte de Citi Holdings, en el primer trimestre de 2016.

Michael Corbat, CEO de Citi, sostuvo: "Mientras nuestros negocios de consumo en Brasil, Argentina y Colombia son de alta calidad, hemos decidido centrar nuestros esfuerzos en las oportunidades con nuestros clientes institucionales en estos países y en toda la región en general". El Citi ocupa una posición relevante en banca corporativa, tesorería y financiamiento del exterior.

La cartera de clientes del Citibank que saldrá a la venta representa una oportunidad interesante para entidades locales y del exterior. Se trata de individuos de altos ingresos, nominados bajo la categoría "ABC1", que resultan rentables para la oferta de diversos productos bancarios.

El prestamista brasileño Itaú Unibanco Holding SA está considerando realizar una oferta de compra por las operaciones de banca minorista de Citigroup Inc. en Argentina y Colombia, dijo el vicepresidente de Itaú para América Latina, Ricardo Marino.

Pero el mayor banco privado de Brasil por activos aún no ha realizado una oferta por las operaciones de Citigroup, según aclaró, por la sencilla razón de que el Citi no ha iniciado la venta formal de esos activos, lo que podría pasar en abril o mayo. Tan pronto como inicien el proceso lo evaluarán.

Hay otras entidades interesada, como el ICBC entre los internacionales y Macro y Galicia, entre los de cabotaje, y todo puede suceder. Ocurrió en Perú, cuando el Citi se fue y sonaba muy fuerte para comprar la operación el BBVA pero terminó quedándose todo el Scotiabank

Otra razón pudo haber hecho pensar al Citi en la retirada, por ejemplo en Argentina, donde como es un full branch la patente no es transferible, algo similar a lo que sucedió con el Boston, cuyo derecho propietario es de la casa matriz.

Por lo tanto sólo pueden ser fusionados por bancos con patente que estén funcionando, lo cual limita el universo de compradores.

También se rumorea en el mercado que los españoles están pensando en achicar la participación del BBVA Banco Francés en el país para fortalecerse en Europa.

Otra entidad en retirada pero no sólo de Argentina, sino de Brasil y Uruguay, de América Latina y el Caribe, es el Royal Bank of Canada, el mayor banco de Canadá, que después de ser arrastrado a la red de las investigaciones globales sobre lavado de dinero, en los últimos 18 meses ha cerrado muchas, si no todas, sus oficinas de gestión de activos o banca privada en la región, impulsado por el escrutinio de las supuestas actividades de lavado de dinero en algunas de sus cuentas en al menos tres países, según personas familiarizadas con el asunto.

También ha cerrado las oficinas de gestión de activos en el Caribe para centrarse en América del Norte, el Reino Unido y Asia. El mes pasado, anunció planes para comprar National City Corp., con sede en Los Ángeles, en una transacción por valor de US$5.400 millones, mientras busca reforzar en USA su negocio de atención a clientes ricos.

La mercancía de los bancos, o sea los dólares cash, empezó a escasear en el continente poco después de 2010 y tomó cuerpo cuando la Reserva Federal indicó un cambio de estrategia monetaria en 2013. Pero está claro que el fenómeno afecta a dos tercios de las 45 economías en el grupo de los emergentes, “sin importar su tamaño”.

“No se limitó solo a los BRICS –Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica”, insiste el documento que presentará el FMI en la cumbre de primavera.

El éxodo de capitales se calcula en US$ 1,12 billón desde 2010. Más de la mitad corresponde a China y Rusia, en este último caso por el efecto combinado de la debilidad económica, las sanciones internacionales y el desplome de las materias primas.

Si hace cinco años estos flujos representaban el 3,7% del PIB de los emergentes, ahora las salidas equivalen al 1,2% y eso lastra a la economía global.

Los bancos se están adaptando a ese estreñimiento concentrándose en las plazas estratégicas.

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