DANTE SIRONI

PJ porteño al PRO: "Cómplices"

"La pregunta a estas alturas es ¿Dónde estaban los que tenían que controlar? El Estado, ¿en qué lugar se escondía?", se pregunta el titular de la Juventud Peronista de Ciudad de Buenos Aires.

por DANTE SIRONI

La maquinaria del tráfico de drogas hasta llegar al consumidor requiere de una larga lista de complicidades de todos los tipos, desde los que hacen la vista a un costado cuando ven movimientos, hasta los que participan de manera directa, pasando por los que la fabrican, los que las venden, y el Estado que permite los movimientos finales, los más importantes, y entre ellos asegurarse la venta, la llegada a la gente.

Podemos citar miles de lugares, ejemplos, estratos sociales, la droga llega a todos lados y así está pensada. A los que menos tienen Paco, lo que sobra de la cocaína, tremendamente adictiva y se consigue en barrios humildes con relativa facilidad, escuchamos relatos escalofriantes a diario.

En los estratos más altos, la cocaína de alta pureza y así hasta llegar a las famosas “drogas de diseño” que no son ni más ni menos que las pastillas de las fiestas electrónicas, las que mataron a 5 chicos la semana pasada y tiene a otros en la cuerda floja.

La parte más cruel de la distribución de drogas es que, cuando nace una nueva, los conejos de la india son los chicos que asisten a las fiestas de todo tipo, esto no tiene que ver con la electrónica, solo es el lugar elegido para ensayar los resultados de una nueva pastilla de diseño, en este caso, en la fiesta de Time Warp, la tristemente, ya, célebre, Superman.

¿Cómo es el procedimiento para distribuirla? Según el fiscal de la causa, supuestamente la Gendarmería realizaba requisas en los alrededores de la fiesta para quitarle a los asistentes las drogas que traían consigo para que, según la investigación, quien se quisiera drogar en la fiesta, no tuvieran más remedio que comprarle a los dealers que se encontraban dentro del predio.

La pregunta a estas alturas es ¿Dónde estaban los que tenían que controlar? El Estado, ¿en qué lugar se escondía?

Varios datos de la realidad, según la causa el lugar estaba habilitado para 12 mil personas aproximadamente, según el conteo, entraron a hacinarse, 20 mil, según la información que posee el fiscal después de haber tomado declaración a varios testigos, los vendedores estaban por todos lados. Otro dato no menor, la Ciudad habría arreglado con los organizadores de la fiesta para que se encargara no solo de la seguridad, sino también de las ambulancias, y fueron 2 vehículos para 20 mil personas, imaginemos solo los permitidos, dos ambulancias para 12 mil personas, no hay manera que en las circunstancias que se vivieron dentro del predio de Costa Salguero no hubiera muertos, sobredosis, nadie presta atención, no alcanzan los médicos, no hay ambulancias, un combo criminal perfecto. Y el Estado, ausente.

Tenemos una vieja costumbre en la Argentina que deberíamos perder con rapidez, siempre corremos detrás de las consecuencias de las cosas y jamás sobre los problemas, si a esto le sumamos la complicidad por acción u omisión del Estado, las consecuencias son absolutamente dramáticas.

Siempre pensamos que después de Cromagnon y Beara habría más controles, nos equivocamos seguimos asistiendo a velatorios de jóvenes y no evitándolos, ¿quién es el responsable?, De alguna manera, todos tenemos nuestra cuota de responsabilidad.  quiero decir, estas fiestas se desarrollan en nuestra ciudad todos los fines de semana, todos sabemos que el consumo de drogas sintéticas es parte de la cultura festiva de este tipo de fiestas, como las bengalas lo eran a la cultura del rock pre-Cromagnon. Es hora de que una vez por todas dejemos de mirar al costado y nos hagamos cargo como sociedad de lo que nos pasa y que todos juntos desde su lugar trabajemos para resolverlo.

Es hora de una vez por todas de que el estado de la ciudad deje de mirar hacia otro lado cada vez que sucede algo que es de su plena responsabilidad y que su jefe de gobierno, Horacio Rodríguez Larreta,  en vez de esconderse en Nueva York venga, de la cara,  y se ponga al frente del problema. 

Dejá tu comentario