UN ATAQUE CORPORATIVO

Atención taxistas: Uber + Walmart (¡Mamma mia!)

“Agarrate Catalina”, que Uber traspasa la luneta trasera de los taxis porteños con la noticia de que se asoció con un competidor surgido en California, que se llama Lyft y se distingue por un bigote rosa en el frente de los vehículos, y ambos firmaron un convenio con la cadena Walmart para hacer entrega de comestibles a través del servicio de chofer privado en Estados Unidos, que se extenderá a todo el mundo.

En el marco de su reunión anual de inversores, Walmart anunció una nueva alianza con servicios de transporte bajo demanda, entre ellos Uber y Lyft. El objetivo es lanzar pruebas pilotos para la entrega de productos a través de los servicios de dichas plataformas.

El vacío legal que existe en Argentina en la aplicación de tecnologías para el servicio de transporte urbano excede al hoy enemigo número uno de los taxistas, y Uber, Easy Taxi, Cabify, o Lyft son sólo los nombres del verdadero problema de fondo, que es la regulación.

Tanto es así que el secretario de Transporte del Gobierno de la Ciudad, “Juanjo” Méndez, comunicó a las huestes de Omar Viviani: “Estamos desarrollando BA Taxi, una aplicación móvil disponible para smartphones que le brindará mayores facilidades al chofer y al usuario", les informó.

Se filtró en las redes sociales el siguiente texto: "Ante el avance de Uber, que intenta brindar servicios de transporte ilegal sin autorización, desde el Gobierno de la Ciudad estamos tomando todas las medidas necesarias para cuidarte y proteger tu trabajo", firma el secretario de Transporte.

Les remarcó además los controles vehiculares efectuados en la ciudad, donde se acarrearon más de 150 vehículos, en el marco del anticipo de sacar una aplicación móvil propia para que los taxistas puedan recibir las solicitudes de viajes de los pasajeros mediante un smartphone.

Los taxis negros y amarillos deben cumplimentar la Ley 3.622 y los remises están regulados por el decreto 167/998 y demás legislación reglamentaria. Ambas normativas, además de crear registros especiales para cada actividad, exigen una serie de requisitos tanto del conductor como del vehículo y que son de contralor por la autoridad de aplicación, lo cual no se da en el caso de Uber, que se estaría tomando atribuciones en perjuicio de la administración pública.

Otro ejemplo claro e irrebatible es que la ley exige a taxis y remises contar con un seguro especial para el transporte de pasajeros, cosa que no es obligatoria para Uber, porque no se puede otorgar cobertura de seguros a un transporte de pasajeros que no cuenta con su correspondiente habilitación otorgada por la autoridad pública. Esta situación genera una competencia desleal.

Inversión multimillonaria

Pero esta guerra de cibertaxis maneja globalmente cifras astronómicas que empequeñecen arrestos locales de competencia. Basta con mirar que la empresa de transportes Uber ha recibido US$ 3.500 millones de una firma de inversión de Arabia Saudí, en lo que supone la mayor ronda de inversión privada alcanzada hasta ahora. Yasir Al Rumayyan, director general del fondo público saudí, ocupará 1 asiento en el consejo de la compañía, pero afirmará el objetivo de diversificar sus fuentes de negocios más allá del petróleo.

La valoración de Uber llega así en más de US$ 66.000 millones, la mayor alcanzada nunca por una compañía antes de su salida a Bolsa, superando inclusive a Facebook, cuyo precio era de US$ 50.000 millones antes de lanzarse al parqué hace cuatro años y hoy alcanza una capitalización de US$ 340.000 millones, cifra que la convierte en la sexta mayor empresa de Estados Unidos por valor en Bolsa.

Uber es, de lejos, la mayor compañía no cotizada y su valoración ha crecido más de un 60% en el último año. Le siguen el fabricante tecnológico chino Xiaomi (US$ 46.000 millones) y la empresa de hospedaje Airbnb (US$ 25.500 millones).

En cuanto al convenio para hacer el delivery de Walmart en Estados Unidos, el director de operaciones de la división de e-commerce de la compañía, Michael Bender, dijo que “estamos entusiasmados con la posibilidad de ofrecer nuevas opciones convenientes para nuestros clientes, y de trabajar con algunas empresas disruptivas en esta prueba”.

“Nuestro CEO, Doug McMillon, dará a conocer a nuestro nueva prueba piloto de entrega a través de servicios como Uber, Lyft y Deliv. Walmart iniciará con las pruebas de entrega de comestibles a través de Uber y Lyft, que esperamos comiencen dentro de las próximas dos semanas en Denver y otro mercado”, señaló en un comunicado.

Los usuarios podrán elegir la mercancía mediante el portal de comercio electrónico de la tienda y una persona de Walmart se encargará de seleccionar los productos de acuerdo a las características señaladas por el usuario, dijo Bender.

El equipo de Walmart solicitará un conductor de Uber o Lyft para la entrega del pedido, para que este lo lleve hasta la ubicación del cliente.

El costo del servicio de entrega estará incluido en el precio que paga normalmente el usuario por el servicio a domicilio: que va de entre US$ 7 y US$ 10. En este sentido, los clientes podrán saber qué conductor les entregará su pedido.

Aunque en Argentina la cadena de origen norteamericano que empezó como mayorista e intenta penetrar en el retail minorista con Chango Más, quedó relegada en la competencia frente a Carrefour, Coto, Disco, Día y hasta el propio Jumbo, pero desarrolla una plataforma digital en los 108 locales que bien podrían vincularse al negocio online con entrega de mercadería a domicilio de servicios como el de Uber.

Bajada de aplicación

Uber nació en 2009, en San Francisco. Su funcionamiento consiste en que el usuario de la app debe registrarse y tener habilitada la opción de GPS. Para buscar un chofer, el usuario tiene la opción de elegir entre diferentes modelos de auto. Uber encuentra al chofer más cercano a través de la geolocalización y lo manda hacia el cliente. Previamente le envía al usuario el nombre del chofer, la patente y el tipo de auto.

El chofer cobra una determinada tarifa, compuesta por una tarifa base, un cobro por distancia, y un cobro por tiempo. No se usa efectivo, solo se puede pagar con tarjeta de crédito, y generalmente la tarifa es más barata que la de los taxis de la ciudad. Uber se lleva una comisión del pago del viaje.

Cuando empezó en abril lanzó tarifas promocionales que abarataban notablemente los viajes en comparación con los taxis. Por ejemplo, un viaje entre obelisco y planetario costaba entre $60 y $70 y menos de dos meses después el simulador de la página web lo cotiza en $71/$87. 

Lo difícil para los taxistas que resisten la entrada de Uber es que los usuarios reclaman el uso de tecnologías que faciliten el servicio, lo cual los sitúa en una encrucijada por la amenaza que la aplicación de tecnología trae aparejada: un control impositivo hoy laxo, por cuanto los impuestos se tributan por una declaración. Es que el taxi no tiene controlador fiscal ni emite facturas por sus viajes. 

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