DENUNCIA DE LA CORRUPCIÓN

La pregunta del millón: ¿Se 'banca' Macri un 'Lava Jato'?

Está muy bien investigar la abundante y profunda corrupción kirchnerista. Es obvio que, por ahora, todo el esfuerzo del macrismo se dirige a intentar llevar a prisión a Cristina Fernández de Kirchner, pero hay un riesgo por delante: que la lucha contra la corrupción obtenga energía propia y gane autonomía. En ese caso, ¿qué harían el macrismo y sus aliados? Una espada de 2 filos es la cuestión del arrepentido, y hay otra cuestión a tener en cuenta que es parte del código peronista: ¿los de la política confesarían igual que un aterrado playboy fallido como Leonardo Fariña? La respuesta a este interrogante queda para otro día. Por ahora, algunas reflexiones previas.

"Dicen que el presidente Carlos Menem, en el inicio de su primer mandato, le solía decir a su ministro Gustavo Beliz: “Adelante, no aflojes en la lucha contra los que le roban al Estado”. Comentario gracioso para algunos, claro. Eran tiempos en los que el riojano denunciaba el caso Yacyretá como “el monumento a la corrupción” (a propósito, muchos de aquellos proveedores de la obra han continuado y multiplicado sus contratos). No duró mucho Beliz, tampoco aquella monserga de Menem, y todos saben aproximadamente cómo acabó la historia de ese gobierno.

Dicen que el presidente Nestor Kirchner, también en el inicio de su gestión, se jactaba de la transparencia de su gobierno. Curiosamente, contaba en ese principio con Gustavo Beliz de ministro, al que había convocado por una pátina de inviolabilidad moral que le otorgaban las encuestas (hasta lo acompañaba, incluso, un equipo de presuntos titanes en pugna contra la venalidad pública). Tampoco duró mucho Beliz, obvio. Más tarde, dicen, Cristina habría de repetir catilinarias semejantes contra la corrupción, después de haberse sorprendido por la herencia inmanejable que le dejó el difunto. “Acá se corta todo”, le atribuyen en su vehemencia. No tuvo la tijera y ya todos saben cómo acabó la historia de su gobierno.

Dicen que Mauricio Macri, desde que empezó su gobierno, se encargó de avisarles a casi todos sus ministros que sería impiadoso con aquellos que sorprendiera en actos delictivos, que estaba en el cargo para luchar contra la corrupción. Para algunos cercanos, esa recomendación pasional proviene de un cambio espiritual del personaje, casi religioso, de conclusiones surgidas en sus reflexiones budistas que suelen cambiar ciertos hábitos de vida. Al menos, parte de ese nuevo empeño no responde a una anterior historia empresaria, su actuación boquense, ni a su jefatura municipal. En este caso, la historia empezó hace poco, nadie sabe cómo acaba. El tema de la corrupción, asignatura incumplida de muchos gobiernos, promueve desde la venidera ley del arrepentido (dedicada en exclusividad a este rubro) un abanico de alternativas imprevisibles. Casi como ocurre en Brasil o como ocurrió en Italia. (...)".
Roberto García,
Perfil.

 

Acerca de estas cuestiones escribió Claudio M. Chiaruttini para su editorial dominical en "Sin Saco y Sin Corbata" (Concepto FM). Aquí algunos de sus conceptos:

> "(...) Sólo la debilidad intrínseca que inoculó al Gobierno de Mauricio Macri la escasa diferencia obtenida en el balotaje y el accionar erróneo inicial del macrismo en muchas áreas hizo dudar de que la Justicia, tarde o temprano, iba a hacer estallar la estructura, el “relato” y el prestigio que aún conservaba el Frente para la Victoria en un tercio del electorado. Pero todo llega y las características de cómo fue atrapado José López pusieron el semáforo en “verde” para que los engranajes judiciales se activaran. (...)".

> "(...) Para el macrismo la tarea tiene cuatro desafíos:

(1) Mostrar éxitos en la gestión,

(2) Institucionalizar y potenciar “Cambiemos”,

(3) Despegarse de la lentitud que tiene la Justicia para punir a los funcionarios kirchneristas y

(4) Circunscribir la corriente de “transparencia”, “justicia” y “persecución a la corrupción” al universo de funcionarios y políticos kirchneristas.

Está claro que el “segundo semestre” comenzará el año que viene, que la inflación del 25% será de 40%, piso; que falta bajar más la inflación y reducir mucho más el déficit fiscal; para que “lluevan” inversiones y que consumo sea la variable de crecimiento, no la inversión privada o del Estado. Esa, es otra agenda titánica, como la que tuvo que enfrentar el Gabinete Económico cuando asumió el 10 de Diciembre. Por eso, así como tuvieron éxito con la primera, hay confianza de que cumpla la segunda. (...)".

> "(...) Institucionalizar “Cambiemos” no será fácil. Hace 2 semanas que Elisa Carrió ha controlado sus declaraciones (aunque ahora apunta hacia Sergio Massa). El motivo es obvio: Desde el escandaloso arresto de José López, la Justicia ha avanzado en las denuncias más calientes y el avance en la lucha contra la corrupción, que era la prioridad de la agenda de la legisladora, está cumpliéndose, como le reclamaba por lo bajo a Mauricio Macri. (...)".

> "(...) Pero la lucha contra la corrupción kirchnerista puede generar un grave problema para el gobierno de Mauricio Macri, como fue el “Lava Jato” tanto para el Partido de los Trabajadores, como para su verdugo, Michel Temer y sus seguidores; dado que las denuncias de casos de depredación de las arcas públicas durante la “Década Ganada” va a terminar por alcanzar a empresarios de primer orden, algunos “amigos” del PRO y a intendentes, gobernadores o legisladores radicales, peronistas o massistas.

La pregunta “¿Hasta dónde?” comienza a circular en ciertos grupos de poder, que fueron cómplices de la corrupción kirchnerista, como antes fueron de la corrupción duhaldista, o de la corrupción menemista o de la corrupción sciolistas y, si tienen la oportunidad, lo serán de la corrupción macrista, que lamentablemente habrá.

Brasil, económica e institucionalmente hablando, está siendo minado por el “Lava Jato”. ¿Aguanta la Argentina un “Lava Jato” donde caigan presos grandes empresarios y políticos de pesos, de esos que son llamados “Dueños de la Argentina”, en vez de “valijeros”, abogados más o menos truchos, traficantes de efedrina y recién llegados al “Club de la Obra Pública”? ¿Se animará Mauricio Macri a soltarle la mano a algún familiar o amigo que caiga en una causa por corrupción? Faltan respuestas. (...)".

> "(...) El kirchnerismo propone dos ejes de batalla discursiva:

1. El macrismo es tan corrupto como el kirchnerismo. Y como el macrismo no es perseguido, el kirchnerismo no debería ser perseguido.

2. "(...) Se usan las causas de corrupción para “tapar” los efectos del ajuste, comparando 2% de caída del PBI con los 51 muertos de la Tragedia de Once, la inflación del 40% con los 8.000 millones de pesos de Impuestos a los Combustibles que no pagó Cristóbal López, los supuestos 250.000 despidos con la “Causa Hotesur”, el aumento de 1,7 millones de pobres e indigentes con el escándalo de José López o el aumento de 23.000 millones de dólares de endeudamiento con el tráfico de efedrina.

Más allá que los ejes que intentan imponer los kirchneristas para discutir con el macrismo, su posición implica que el kirchnerismo asume como natural y propio los casos de corrupción. Así, los beneficiados por la caja del Estado durante los últimos 12 años rechazan cualquier autocrítica, cualquier intento de mancillar a sus líderes o cualquier otra opción que no sea transitar la ruta de la necedad y la falacia para la discusión política. (...)".

> "(...) Si bien el mandato del voto macrista tuvo un alto componente de lucha contra la corrupción kirchnerista, el eje principal del sufragio a “Cambiemos” fue económico, en realidad, “normalizar” las variables macro y micro económicas. El Ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay, acaba de reconocer que 75% del “trabajo sucio” ya fue hecho, quizás, exagerando un poco, pero no deja de confirmar que queda un poco más de “trabajo sucio” por hacer el año que viene, justo cuando se debe realizar un votación que es clave para el futuro del macrismo en el poder.

En ese marco, el Brexit introdujo un “cisne negro” en la economía mundial y en la agenda económica del Gobierno de Mauricio Macri. Varios economistas cercanos al massismo ya han anticipado catástrofes diversas; la rama liberal que critica al macrismo levanta banderas de ruptura con el Mercosur y advertencias sobre un auge proteccionista que se desataría a escala mundial; los heterodoxos vuelven a soñar con el fin del capitalismo y la globalización y los desarrollistas temen por el ingreso de inversiones. (...)".

> "(...) Pero entre especulaciones, una cosa es real: cuando el PRO asumió en Diciembre pensó que la salida de la recesión vendría por la inversión extranjera; ahora apuestan al consumo. La agenda que se fijaron hace seis meses, cambió y se pudo cumplir en parte. Ahora, la agenda que se había fijado para el segundo semestre, se volvió a modificar, con resultado incierto. En el fondo, eso es gobernar: planificar a futuro y ajustarse a la realidad. Y si el macrismo quiere quedarse 8 años en la Casa Rosada, tendrá que adaptarse a los desafíos que hay en el mundo judicial, en el mundo político y los que vienen del mundo económico.

Durante 8 años en el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Mauricio Macri y el PRO aplicaron el mecanismo “ensayo - error –verificación - rectificación – ratificación”, una y otra vez. Una vez que llegaron a la Casa Rosada, repiten el mismo esquema. Ya es un habitus en el ejercicio del poder. Pero el costo político, social y de imagen positiva es muy alto. Por eso, ante un nuevo “cisne negro”, quizás, sólo quizás, el macrismo debería comenzar a modificar esta forma de gobernar. En el fondo, a gobernar, también se aprende."

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