NO VENDER GASEOSAS EN LAS ESCUELAS

Brasil se suma a 'la movida' pero en la Argentina, Coca-Cola se impone

Pese a que Argentina es el país que más gaseosas consume en el mundo, que en estudios oficiales un tercio de los jóvenes aparece de excedido de peso hacia arriba y que en las escuelas literalmente las bebidas colas se venden como el agua, nada se habla de las autorregulaciones que las propias multinacionales que actúan en este mercado, como Coca Cola, Pepsico y Ambev (Quilmes) se acaban de imponer en Colombia y en Brasil en la libre disponibilidad de los refrescos dulces para los niños, y en entregar en colegios y comedores jugos naturales, aguas y viotaminizados de soja. Es una estrategia global aplicada en las casas matrices, pero que se adapta a la presión que la opinión pública ejerza en cada país. En el nuestro, los elevados índices de obesidad y trastornos de salud que ocasionan las colas apenas inspiraron discursos vacíos en el anterior gobierno populista y cero mención en un promercado como el actual, que se contenta con escuchar la palabra inversión, que en el caso de Coca Cola a nivel nacional comenzará con el marketing basado en su propia oferta de productos, ampliada aguas saborizadas, jugos de frutas y los AdeS recién comprados a Unilever.

No hace ni 2 años, cuando era ministro de Salud en el gobierno de Cristina Kirchner, el actual gobernador de Tucumán, Juan Manzur, propalaba una Encuesta Mundial de Salud Escolar 2012 (EMSE), según la cual de cada  jóvenes de entre 13 y 15 años presenta exceso de peso y casi el 6%  padece obesidad. Instaba a la sazón a “redoblar esfuerzos para que los quioscos escolares ofrezcan agua y bebidas en sus variantes sin azúcar".

En ningún establecimiento educativo del país se hicieron eco de esa prédica, pese a que, según ese estudio, el 48% de los estudiantes consume 2 o más veces al día gaseosas azucaradas y sólo el 5,6% de las escuelas relevadas tiene bebederos o dispensers de agua potable.

El guante sí lo recogieron Colombia y en Brasil, donde las propias empresas productoras de gaseosas azucaradas, acuciadas por la opinión pública, se autorregularon y asumieron el compromiso de vender en las escuelas sólo agua mineral, jugos 100% naturales, agua de coco y bebidas lácteas que cumplan requisitos nutricionales específicos, siempre con un enfoque en la hidratación y la nutrición. Chile acaba de reglamentar las promociones dirigidas a los niños para protegerlos de prácticas consumistas nocivas para la salud.

No fue fruto de la magnanimidad empresaria, sino que previamente invirtieron las corporaciones en desconcentrar el portafolios de bebidas en gaseosas dulces y le mecharon las aguas con sodio, las saborizadas, jugos de frutas y más recientemente hasta vitaminizadas de soja.

En Colombia la autorrestricción en los colegios entra en vigencia este lunes 27/06 y, en Brasil, a partir de agosto las filiales locales de Coca-Cola, Ambev y PepsiCo dejarán de vender refrescos gasificados en escuelas con alumnos de hasta 12 años, o cuya mayoría de estudiantes se concentre en ese grupo de edad.

Significó una estrategia en el marketing que no se hizo de un día para otro, sino que el rediseño industrial y de marca comenzó después de la ofensiva del alcalde de Nueva York contra Coca Cola para prohibirle vender en las escuelas.

Ya con la banda de mandatario provincial puesta, Manzur se tiene que conformar, por ahora, con aplaudir en lo que le toca de cerca los anuncios de mayor inversión de Coca Cola en la industria citrícola argentina: compra en las provincias del Litoral, el Noroeste Argentino (NOA), el Alto Valle de Río Negro y la región de Cuyo jugo concentrado de naranjas, de limones, pomelos, manzanas, uvas, peras y duraznos.

El año pasado, la compañía multinacional adquirió 42.000 toneladas de esos productos, de las que 82% fue destinado al mercado internacional para producir bases de distintas bebidas en 21 países que, a su vez, terminan abasteciendo globalmente al Sistema Coca Cola.

El refresco por sobre la fruta

La onda jugo e hidratación natural penetra lentamente aún en las costumbres de una sociedad más europeizada que la de sus vecinos, como la argentina, en la que el agua común representa únicamente el 21 % de los líquidos incorporados al organismo. Como las bebidas gaseosas y azucaradas cubren la mitad de la ingesta total de líquido en la población, menos del 30% restante lo sacían las bebidas saborizadas o infusiones con azúcar, principalmente mate.

Si se mira a través de la comparación calórica por vaso, la torta no resistiría el menor análisis: la gaseosas cola posee entre 90 y 120 y la cerveza se encuentra en ese rango. Los jugo de frutas envasados y las gaseosas lima limón, 85 cal; agua tónica, 70; saborizadas e isotónicas, 60; las saborizadas light hasta 10; agua mineral, 0.

Es una foto de los malos hábitos que ni el gobierno popular K ni el neoliberal M han tenido entre sus prioridades de agenda.

Las cifras que figuran en el estudio que hiciera la EMSE no difieren de lo que salta a la vista: el 50% de los chicos consume 2 o más bebidas azucaradas al día –en sus presentaciones de 500 y 600 mililitros– y en ocho de cada 10 escuelas se ofrecen bebidas azucaradas.

Más como relator que como funcionario, el ex colaborador de Manzur, Sebastián Laspiur, había comentado que "estas bebidas antiguamente se consumían en situaciones ocasionales de festejo, es decir que no eran de consumo habitual; sin embargo, con los cambios en las costumbres y el incremento de la publicidad pasaron a formar parte de la mesa diaria de las familias argentinas".

Si hubo alguna presión a nivel país, en todo caso, para morigerar el excesivo consumo de gaseosas, fue ejercida desde ONG´s relacionadas con la salud como la Fundación Interamericana del Corazón Argentina, cuya directora, Verónica Schoj, con una elocuente estadística que mandaron a hacer a la vista calificó de "alarmante” el consumo de gaseosas azucaradas en nuestro país, y aseguró que contribuía al crecimiento de la obesidad de niños y adultos en la población.

Fue categórica: “Hoy en una escuela argentina es más fácil que un niño acceda a una gaseosa que a un bebedero de agua potable. Por ese motivo, solicitamos a las autoridades promover políticas públicas que reduzcan su consumo y facilitar el acceso gratuito y universal al agua potable en todos los lugares de trabajo, instituciones públicas y educativas", predicaba sin demasiado eco en gobernantes y opositores, más obsesionados en su lucha épica en torno del poder que en el bien común.

La investigación de FIC Argentina en la que basó la exhortación había sido realizada sobre 184 bebidas, e identificaba que una botella de 600ml de gaseosa aporta un promedio de 65 gramos de azúcar (equivalente a 13 cucharaditas). Es decir, con el consumo de una única botella de gaseosa se supera la cantidad diaria de azúcar agregada.

El relevamiento también demostró que las gaseosas lideran la lista con 21,9 gramos de azúcar en promedio cada 200ml (un vaso). Otras categorías relevantes son las bebidas deportivas, que contienen 12 gramos en promedio, y las aguas saborizadas con 9,6 gramos.

La Organización Mundial de la Salud recomienda que la ingesta de azúcar agregada debe representar menos del 10% del total de energía consumida en un día por una persona, lo que equivale a 50 gramos de azúcar por día (10 cucharaditas) para una dieta promedio de 2.000 kcal.

Argentina casi triplica las cerca de 35 cucharaditas recomendadas y se encuentra entre los cinco países de mayor consumo de azúcar agregada del mundo, siendo las bebidas azucaradas una de las principales fuentes de ingestión.

Campeones mundiales de las burbujas

En el mismo sentido, la consultora privada Euromonitor asegura que los argentinos somos los mayores consumidores del mundo de bebidas gaseosas. Su ingesta alcanzó los 137 litros per cápita, según el último registro que manejan.

Divide en 3 razones la explicación del porqué de esta costumbre tan poco saludable, considerando que cada una de esas bebidas contiene altas dosis de azúcar que perjudican la salud y generan complejas enfermedades:

1) Cultural, ligada a la gran aceptación de las bebidas gaseosas.

2) Social, por ser el consumo aspiracional, y

3)  Familiar, al tomarse las mencionadas bebidas en reuniones a comer o a almorzar con familia y amigos.

De acuerdo con lo publicado por esta compañía internacional, especializada en elaborar estudios de mercado, la Argentina lidera el ranking de consumo de bebidas gaseosas con 137 litros. Detrás viene Chile, con 121 litros por habitante. 3ro. México, con 119 litros. Y 4to. Estados Unidos, país en el que nacieron las marcas más famosas de las bebidas con gas.

El cambio de gobierno de un look “progre” a otro “promercado” coincidió con un reajuste que hizo Coca Cola Argentina con su staff gerencial para afrontar la nueva etapa. Empezó con el máximo ejecutivo mundial de The Coca-Cola Company, Muhtar Kent, quien en 2 reuniones en menos de 3 meses con Mauricio Macri anunció que invertirán US$ 1.000 millones en el país durante los 4 años del mandato.

La letra chica corrió por cuenta del gerente general de la compañía para Argentina, Uruguay y Paraguay, Michell Davidovich, quien mencionó un plan para este año, al que calificó de transición, de $ 546 millones destinado a desarrollar una nueva estrategia de marketing denominada “marca única”, que propone incentivar el consumo de variantes de la bebida sin azúcar, cuyo debut será el próximo 04/07 a través de nuevas piezas publicitarias.

Se debe haber referido a la campaña por la incorporación del negocio de bebidas a base de soja AdeS que realizaran tras pagarle a Unilever US$ 575 millones, pero también a la confirmación de que se sumaron a la lista de interesados, junto al grupo agroindustrial Vicentin, por la unidad de la cooperativa láctea de yogures, flanes y postres. El monto en juego ronda los US$ 100 millones por el 90% de las acciones de Sancor en Alimentos Refrigerados SA (ARSA), y entran en la negociación dos plantas de producción localizadas en Arenaza, Buenos Aires, y en Monte Cristo, Córdoba.

Sacando el jugo

Coca-Cola busca virar el eje del negocio, desde refrescar a alimentar y por eso apuntó al negocio de los lácteos en todo el continente. En Panamá adquirió Grupo Industrias Lácteas; en México, a la firma Santa Clara; en Ecuador, Industrias Lácteas Toni y en Brasil, Verde Campo. En Estados Unidos tiene la marca Fairlife. E incursionó en el negocio lácteo en la India.

Pero en el país también se posiciona fuerte en la actividad citrícola, los pequeños productores y las economías regionales, lo cual Davidovich, como gerente general de la firma, subrayó que “ésta es una nueva confirmación de nuestro compromiso de largo plazo”.

Y precisó: “Argentina es una gran productora de cítricos de calidad y Coca Cola es el principal comprador de jugos de naranjas, limones y pomelos tanto para la industria local como para exportar. Cada año adquirimos 60% de la producción total de jugo concentrado de naranja, 27% de la de jugo de pomelo y 12% de la de jugo de limón”.

El otro gran protagonista en el rubro de las bebidas colas, Pepsico, juega callado, en el argot fullero, si bien se expresa públicamente en el lenguaje de la responsabilidad social empresaria mediante reportes de sustentabilidad sobre el uso del agua, la huella de carbono y acciones comunitarias. Hoy su preocupación parece más orientada a la distribución y a la pelea del market share con el tradicional competidor.   

Pero ni Coca Cola ni Pepsi en Argentina se sintieron alcanzados por la ofensiva que soportan sus colegas en filiales en otros países del continente, que los ha obligado a ajustar sus portafolios para el grupo de edad de hasta 12 años, al admitir que no es lo suficientemente maduro como para tomar decisiones de consumo y que, por lo tanto, como fabricantes deben contribuir para crear un ambiente que favorezca la toma de decisiones adecuadas.

Difundieron en Brasil un comunicado, firmado junto con Ambev, según el cual consideran la obesidad “un problema complejo” y reconocen que tienen un importante papel en la solución de ese problema: empezaron por aplicar la veda de gaseosas en las escuelas y en comedores que adquieren bebidas directamente de fabricantes y distribuidores. En el caso de aquellos que las compran de otros puntos de venta (supermercados, cadenas mayoristas y bodegas, por ejemplo), impulsarán una campaña de sensibilización junto a los comerciantes mediante la cual todos serán invitados a adherirse.

En ese sentido, celebra la presidenta de la Asociación de Dietistas del Distrito Federal, Simone Rocha, que desde agosto no esté el producto disponible a diario para la infancia “que sólo puede conducir a la obesidad, reducir la absorción de calcio y deteriorar la salud ósea”, lo cual también contribuirá a la formación de los hábitos alimentarios saludables del adulto. “Si el niño no tiene acceso a los refrescos no los verá como algo común, y los asociará a momentos festivos. Si los tiene a su disposición todos los días, le parecerá algo natural y los tomará por inofensivos”, concluyó.

En algunos estados, como Paraíba (noreste), una ley local ya prohíbe la venta de refrescos en esos establecimientos. Además, varios colegios en el país ya adoptan la medida en sus comedores.
Pese a que declararon las empresas en Brasil que “el nuevo portfolio tiene como referencia las directrices de asociaciones internacionales, y podrá incluir nuevos productos que vengan a lanzar las empresas”, como en Argentina no se ha revelado intención alguna que apunte a la prohibición de la venta de gaseosas en escuelas públicas y privadas los fabricantes se conformaron con anunciar inversiones a largo plazo en su catálogo de oferta que cambien su composición hacia un perfil más saludable. Era la música que al gobierno de Macri le gusta oír.

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