AVATARES DE LA ADMINISTRACIÓN MACRI

Mucho debate en el laboratorio de Casa Rosada

Hay una pregunta cuya respuesta definirá la política de los meses venideros: ¿cuál es la tolerancia de la opinión pública sometida a una condición de cobayos, con esta decisión política de la Administración Macri de ensayo-error-rectificación-ensayo? En tanto, algunas elucubraciones:

Algunas conclusiones dominicales:

Las causas judiciales acerca de la corrupción K no justifican los graves errores de la gestión de Mauricio Macri.

> Los culpables de choreo deberán ser enjuiciados y, con pruebas contundentes a mano, condenados.

Pero el aquí y ahora es la coyuntura socieconómica, en la que hasta la fecha la Administración Macri no ha exhibido la contundencia que prometía para resolver los problemas.

Hay tiempo para enmendar errores, es posible rectificar el rumbo, pero lo cierto es que

> los dólares no ingresaron cuando se salió del default, a un costo financiero oneroso por lo apresurado;

> la presión tributaria efectiva no sólo no bajó sino que, de quedar en firme los tarifazos, aumentará;

> los tarifazos no están firmes porque no fueron realizados según el proceso administrativo previsto;

> los tarifazos incumplieron el compromiso del ministro del Interior, Rogelio Frigerio, con los gobernadores, y cuando todo se complicó, el Ejecutivo Nacional recordó aquella promesa... ;

> el Ejecutivo Nacional fracasó en involucrar a la Corte Suprema de Justicia de la Nación en sus cuitas tarifarias;

> la Administración Macri ha decidido incumplir sus promesas de reducir el déficit fiscal;

> la inflación elevada se prolonga en el tiempo, al igual que la recesión intensa, y eso permite avizorar una mayor intensidad en el conflicto social durante el 2do. semestre;

> si el ingreso de dinero por el 'blanqueo' ocurre recién entre diciembre y enero, tal como anticipan muchos, la situación será harto compleja durante los meses próximos, consumiendo la imagen de Cambiemos y provocando debates internos, aún cuando la popularidad de Mauricio Macri resista varios embates adversos, según algunos encuestadores.

Acerca del intríngulis en que se ha embretado la gestión de Mauricio Macri, muy interesante el análisis de Sergio Crivelli en el diario La Prensa:

"Empezó el 2do. semestre, la economía sigue estancada, la inflación no cede y el presidente Mauricio Macri continúa con los anuncios como si aún estuviese en el mes de enero. Su liturgia se parece cada vez más a la de Cristina Fernández con la diferencia de que ella estaba en retirada mientras él debe afrontar en un plazo breve las cruciales elecciones de medio mandato.

Esos comicios serán decisivos tanto para su supervivencia como para el reciclaje del peronismo. Macri depende de la economía y los peronistas del fracaso de Macri y del azar de su propia interna. CFK le dejó una macro destrozada al gobierno, pero para sus "compañeros" la herencia no fue más liviana.

Aparecen con regularidad millones de dólares de origen sospechoso -por no decir delictivo- en bolsos y cajas de seguridad que afectan al peronismo en su conjunto. Los kirchneristas tienen cada vez menos poder, pero su capacidad de daño está intacta y amenazan con arrastrar a todo el peronismo que difícilmente consiga tomar distancia de su pasado "K" en el corto plazo.

Al problema de liderazgo que le dejó doce años de autocracia kirchnerista la dirigencia del PJ hoy suma otro no menor, el de prontuario.

Para su fortuna tiene por adversario a un gobierno improvisado que abusa del ensayo y error y no consigue imponer sus políticas centrales. La reducción del déficit vía eliminación de subsidios era una de ellas y parece cada vez más comprometida. Lo ocurrido con la tarifa de gas lo demuestra.

Si bien cobrar a los consumidores el precio real del gas es una tarea imposible en una argentina culturalmente peronista, Macri cometió todos los errores imaginables y convirtió un problema fiscal en uno político. Hasta el punto que unió a toda la oposición en su contra en el Senado y permitió a la izquierda marginal armarle el primer cacerolazo en apenas siete meses de gestión. La movilización no fue masiva, pero de repetirse se convertirá en un factor de desgaste. (...)".

En un texto impecable, Eduardo van der Kooy, en el diario Clarín, profundizó el escenario deslizado por Crivelli:

" El gobierno de Mauricio Macri está atascado en un problema. Por primera vez en siete meses de poder, un error estructural de su gestión desliza la atención pública de la pestilente mancha de corrupción kirchnerista para anclarla también en los bolsillos. Ese parece el primer efecto del trunco ajuste en las tarifas de gas, que descansa por ahora en una nube judicial.

Aquel problema exhibe múltiples facetas que no son equiparables a otras contramarchas conocidas del macrismo. El Presidente supo explotar anteriores retrocesos como fruto de su propia autoridad para practicar el ejercicio del consenso. Sobre todo, con el afán de contrastarlo, a modo de virtud, con el hegemonismo impenetrable de Cristina Fernández. Sucedió, por ejemplo, con la designación de los nuevos jueces para integrar la Corte Suprema. Se repitió con el blanqueo de capitales y la reparación histórica a los jubilados. El macrismo aceptó que le modificaran más de la mitad de esos proyectos.

El caso de las tarifas resulta diferente. El Gobierno sufrió un trancazo causado por la Justicia pero auspiciado por entidades civiles, donde la política también metió su cola. La marcha atrás fue forzada, nunca el producto de una intención negociadora. Pero a tal recule no se le avizora todavía un puerto. Peor aún: al fallo de la Cámara Federal de La Plata que paralizó el aumento del gas en todo el país se le sumaron otros de jueces de primera instancia de Buenos Aires que pretenderían congelar, además, las subas en la luz y el agua.

El Gobierno hurgó de apuro una salida expeditiva que la Corte Suprema no le brindó. No podía hacerlo por razones jurídicas y políticas. No existía margen para el per saltum –por tratarse de un fallo de Cámara– demandado desde el poder. Los jueces tampoco estaban en condiciones de soslayar deficiencias técnicas macristas en su premura por disminuir el elevado déficit fiscal heredado. ¿Cuáles? Haber pasado por alto la realización de las audiencias públicas.

Ese camino recorrido desnuda falencias de praxis. El sexteto económico no previó que a la suba de tarifas le seguiría una andanada de amparos judiciales. Había a la vista antecedentes. En mayo, el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, pactó con los gobernadores patagónicos que el aumento del gas no podía superar el 400%. Eso ocurrió luego de los recursos judiciales. Entre el 2011-12 Cristina y Julio De Vido abandonaron la “sintonía fina” (la progresiva eliminación de subsidios a las tarifas) por el encrespamiento judicial, social y político que despertaron. El Gobierno, de última, también colocó en 400% el tope para los incrementos actuales. Pero no alcanzó para sellar una solución. La Cámara de La Plata ratificó, pese a la apelación oficial, que las nuevas tarifas están suspendidas. Un verdadero incordio.

En Cambiemos, la coalición oficialista, se advierte una ebullición indisimulada. Quizá porque se ha repuesto un viejo debate nunca saldado: aquel que enfrenta la pretendida visión innovadora del macrismo puro con los dirigentes de madera política tradicional. Radicales, de la Coalición de Elisa Carrió e incluso de tránsito peronista. (...)".

En cambio, Joaquín Morales Solá, en La Nación, tiene una visión totalmente diferente de la coyuntura (en base a datos de la consultora Poliarquía, la misma que afirmaba que Daniel Scioli sería Presidente de la Nación):

"Mauricio Macri sigue de luna de miel con la sociedad o está cubierto por un misterioso manto que lo preserva del fuego de herencias ajenas y errores propios. La aprobación de su gobierno subió cuatro puntos durante el mes de junio, justo cuando estalló el escándalo por las tarifas de gas y electricidad y cuando la inflación demostró que es una bestia indomable. La esperanza de una mayoría social en el futuro y la durísima crítica al gobierno anterior parecen pesar más en el ánimo colectivo que las desdichas del presente.

El riesgo es que el Gobierno crea, con estos números en la mano, que puede seguir administrando entre rectificaciones perpetuas o que los evitables precios políticos que paga son sólo simbólicos. (...)

Las encuestas recientes refutan también una vieja deducción de analistas que indicaba que la pésima gestión de Cristina Kirchner terminaría afectando injustamente a las mujeres políticas. Un bloque de seis dirigentes nacionales está en la cima de la consideración pública. Se mueven en un rango que va entre el 48 y el 53% de la simpatía popular. Cuatro son mujeres: María Eugenia Vidal, Margarita Stolbizer, Gabriela Michetti y Elisa Carrió. Los dos hombres son Macri y Sergio Massa. El resto de los políticos está muy por debajo de ellos. Cuatro de los seis son dirigentes del oficialismo (Macri, Michetti, Vidal y Carrió). Stolbizer es una opositora moderada, que cuestiona decisiones puntuales de Macri, pero que valora el cambio de las formas políticas promovido por el Presidente. Massa es más cambiante, pero no merece que se lo llame un opositor intransigente o cerril. (...)".

Es oportuno cerrar con Mariano Spezzapria, en el diario El Día de La Plata (no cita la fuente de su información estadística, que es diferente, parece, a la de Morales Solá/Poliarquía):

"(...) La Corte Suprema tampoco le dio un corte al litigio, sino que estiró los plazos para abocarse a la cuestión de fondo: la constitucionalidad (o no) del aumento tarifario, aunque la falta de convocatoria a una audiencia pública no vinculante puede corregirse rápidamente.

Entonces, el gobierno quedó entrampado en los tecnicismos y tuvo que salir a explicar que, en realidad, el tarifazo fue gradual y no un shock, porque el aumento requerido para que el sistema energético comience a reponerse es muy superior al que dispuso. Justamente la percepción contraria a la que tiene la sociedad. Por lo tanto, superado lo judicial, deberá enfrentarse con gran parte de la sociedad, que no puede pagar los montos que devienen de los nuevos precios de la energía.

De allí que la protesta del último jueves contra los aumentos tarifarios haya sido más significativa que lo que preveía el oficialismo, ya que los sectores afectados manifestaron su rechazo más allá de que la convocatoria estuvo motorizada por grupos kirchneristas que estaban necesitando un desahogo frente a tantas malas noticias sobre los estropicios de corrupción de sus referentes.

El malestar social, que en la Rosada prefieren llamar angustia por los avatares de la transición, se tornó evidente en las últimas semanas y se refleja en las encuestas que maneja el gobierno. El jefe de Gabinete Peña, que 3 meses atrás destacaba que el Presidente tenía un 66% de aprobación, ahora comenta como un dato positivo que el 50% de los argentinos apoya la gestión.

El propio Peña salió ayer (sábado 16/07) a la calle junto a figuras partidarias como la gobernadora María Eugenia Vidal y la ministra Carolina Stanley, para hacer un timbreo por la zona oeste del Conurbano y percibir de primera mano el humor social. El jefe de Gabinete está convencido de que la capacidad de escuchar críticas y cuestionamientos es una característica que los argentinos valoran del PRO.

Por eso la administración macrista ensaya rectificaciones de manera constante. Aunque la presencia del elenco gubernamental en el Gran Buenos Aires tiene una lectura política: allí se concentrará el año próximo la principal contienda electoral. Y hasta ahora, el oficialismo viene perdiendo iniciativa frente a distintas variantes de la oposición que abrevan en el peronismo. (...)".

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