2 CARAS DE LA NUEVA POLITICA

El colectivero viceintendente y el concejal que sueña con ser rey

Si hay algo que ha caracterizado a los procesos electorales que se han dado, particularmente desde 2001 a la fecha, ha sido la cantidad de nuevos actores que se han sumado a la política sin tener un pasado demasiado conocido ni ligado a la misma. Cada vez más, ciudadanos comunes asumen compromisos en la función pública con la idea de participar en pos del bien común. Muchos de ellos lo hacen incluso sin descuidar sus tareas habituales. Sin embargo hay otros que, aprovechando ese manto de pureza que da lo nuevo, llegan al poder escondiendo ambiciones desmedidas.

PARANÁ. Los protagonistas de esta nota son 2 ejemplos de ese fenómeno que se viene dando en los procesos electorales posteriores al 2001, cuando muchos ciudadanos comunes decidieron participar activamente en la política.

Si bien al principio esa participación aparentó con ser más masiva de lo que fue, con el correr de los años fueron apareciendo nuevos actores políticos sin tener un pasado que los ligara a la misma.

En la mayoría de los casos son jóvenes que se sumaron con la firme decisión de ser partícipes del futuro que los involucra y del de los demás.

En ese conjunto hubo muchos que mostraron una faceta totalmente distinta y que auguran un aire nuevo, pero también hubo otros que aprovechando ese manto de pureza que generalmente da lo nuevo, llegaron escondiendo ambiciones que en muchos casos superan a las de los políticos que supuestamente vienen a cambiar. Aquí dos casos paradigmáticos sobre el tema.   

El colectivero viceintendente

No todos los días un pasajero se toma el colectivo urbano y su chofer es el viceintendente de su pueblo. Esto pasa en Oro Verde, localidad ubicada en lo que se conoce como el Gran Paraná, donde el presidente del Concejo Deliberante local, Oscar Toledo, aún mantiene el trabajo que hacía antes de las elecciones: chofer de la Línea 15 que une Oro Verde con Paraná.

“El Concejo Deliberante funciona de tarde, por lo que sigo trabajando. Mientras lo pueda hacer no queremos cargarle otro sueldo al Municipio. Lo que actualmente cobro es algo para cubrir los gastos, el colectivo sigue siendo mi principal ingreso", le explicó Toledo al cronista de Agencia AIM que lo entrevistó.

Toledo llegó a la política de la mano del partido vecinal local y ya en la gestión anterior había sido concejal y está convencido que "la gestión pública también es dejar de hacer cosas para uno y ocuparse de los demás. A veces no es fácil porque no hay horarios, ni días. Pero es lo correcto, es el rol que asume un funcionario".

El ahora viceintendente de Oro Verde no tuvo una vida fácil "vengo de una familia de clase trabajadora. Mi viejo muere cuando tenía 15 años y empiezo a trabajar".

Explica que hay un punto donde su trabajo como chofer se cruza con la política "de las 2 cosas, lo que más me gusta es el trato con la gente", dice y continúa, "pero el colectivo a mi me cambió la vida. Yo venía trabajando en ladrillerías o como ayudante de albañil, que son trabajos pesados y después en un reparto de gas con una familia que fue un pilar fundamental. Por un amigo que trabajaba en la empresa (ERSA) entré como chofer con 23 años. Me acuerdo que cuando cobré mi primer sueldo pensaba 'y qué hago con tanta plata', para mí era un montón”.

Toledo cuenta también: "Yo casi no lo tomo como trabajo porque desde que sube el primer pasajero ya se sienta conmigo y si se puede, le paso el mate y charlamos del pueblo, del fútbol. Voy y vengo trayendo amigos. Eso es lo que más me gusta del colectivo, casi lo mismo que me gusta de la política. Me acerqué a la política porque pensé que había que cambiar las cosas”.

Por último Toledo señala: "En el momento de la Asamblea cuando me proponen y noventa personas levantaron la mano por el sí, fue emocionante. Con 31 años llegar a ser candidato a vice por el lugar en que naciste es una emoción terrible", afirma y explica en pocas palabras cómo ha sido esta etapa, "cuando uno comienza no se cree capaz de las cosas, pero después se va dando cuenta de que siendo honesto y teniendo ganas de aprender, se puede hacer política".

El concejal que sueña con ser rey

Un caso totalmente opuesto es el del concejal de Paraná por el Pro, Emanuel Gainza, que se aprovechó de muchos que creyeron ver en él a un pródigo de las ciencias políticas, que por supuesto él ejecutó casi a la perfección. Incluso hasta ahora son muchos los que aún creen en esas fingidas virtudes. Son aquellos quienes fueron sus amigos y compañeros de militancia en el inicio del Pro en Entre Ríos los que hoy pueden dar fe de su comportamiento.

El “Ema”, tal como todos lo conocen “armó” su figura política de una forma totalmente distinta a la de Oscar Toledo. Él no necesitó salir a trabajar desde corta edad y pudo estudiar en colegios y universidades privadas. Pudo viajar a otros países con el apoyo de la Fundación Pensar y de otras, a las que se relacionó en base a la organización de eventos donde participaban muchos otros jóvenes, pero de los que el único que sacaba provecho era “el Ema”.

Durante un buen tiempo estuvo conchabado en la bonaerense Municipalidad de Vicente López, pero según cuentan, una cuestión de polleras que involucraba a una alta autoridad del municipio lo eyectó del mismo. Luego de eso y con el apoyo de la Fundación Pensar logró instalar un local en Paraná que al poco tiempo terminó siendo su propio bunker y se olvidó de la Fundación.

Desde allí, y con nuevos amigos, comenzó una intensa tarea proselitista que se financió con aportes del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. En esa época fue cuando Gainza y su grupo llevaron adelante tareas de ese tipo en los barrios más carenciados de la ciudad, hasta que un hecho nunca bien aclarado que involucró una suma de dinero importante para gente de esos sectores humildes, hizo que Gainza y sus nuevos amigos desaparecieran de esos lugares.

En 2015, de la mano de Rogelio Frigerio y su acuerdo con el radicalismo local, y gracias a la necesidad financiera del actual intendente, Sergio Varisco, para afrontar la campaña de su candidatura a intendente, “el Ema” fue incorporado en el 1er. lugar de la lista de candidatos a concejales de Cambiemos. A pesar de la cara larga de muchos radicales con muchos más méritos, nadie lo pudo mover de ese lugar ya que hacerlo significaba que Varisco se quedaba sin el dinero que aportaría el Pro a cambio de ese lugar y el de la viceintendenta, Josefina Etienot.

Etienot primero y Gainza más tarde, fueron en 2014 los encargados, junto a algunos otros pillos, de quebrar al Pro entrerriano, situación que aprovechó el hoy ministro del Interior, Rogelio Frigerio, para transformarse en interventor partidario, cargo que ahora delegó en un hombre de su extrema confianza. Seguramente ese logro de Etienot y Gainza de quebrar al Pro fue lo que les posibilitó ser los elegidos para “cobrarle” a Varisco el apoyo económico.

Gainza fue elegido vicepresidente del mismo, comenzó a designar como colaboradores o como “asesores” a sus nuevos amigos, todos millennials, a quienes mantiene a su lado con un método similar al utilizado por la agrupación kirchnerista La Cámpora: la prebenda. Muchos de esos colaboradores de Gainza, reciben retribuciones mensuales como contratados del municipio.

Pero no sería el único costado kirchnerista del joven concejal. Hace pocos días frenó una ordenanza muy importante para el intendente debido a que -según dicen en esta ciudad chica aunque infierno grande- no le habría cumplido con convocar a una mesa del transporte para redactar los pliegos para el próximo llamado a licitación del transporte público. El “Ema” parece interesado en que los mismos aseguren que puedan participar empresas de otras provincias.

La particular forma de vivir la política del joven del Pro hace que muchos apoden a su grupo de pertenencia, “GainSA”. Sin duda resultan extremos opuestos a gente como Oscar Toledo, que reivindica la política que los otros masacran a diario.

Dejá tu comentario