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La recesión será mayor y el rojo fiscal ya condiciona 2017/2018

2 informes muy complicados acerca del futuro de la economía en la Administración Macri. Uno, advierte de que la caída del consumo no llegó a su mínimo. Otro, anticipa que si no hay correcciones fiscales los 2 próximos ejercicios pueden repetir la recesión de 2016.

"La Capacidad de Compra de las Familias FyE experimentó una contracción del -11.3% en julio con relación a igual mes del año anterior (a/a), mostrando un ritmo de deterioro ligeramente superior al observado en el segundo trimestre (-10.6% a/a) y mucho mayor al del primer trimestre del año (-4.6% a/a), de acuerdo a nuestras primeras estimaciones para el mes", advirtió la consultora FyEConsult.

Pero el problema son las perspectivas que tiene la empresa que dirige Hernán Hirsch:

"Para agosto y septiembre, no prevemos una recuperación en el nivel de actividad económica debido a:

1. El comportamiento inercial de los precios domésticos, que registrará en los próximos meses incrementos interanuales superiores al 45% interanual. Previendo una moderación con convergencia a niveles de 1.8/2.0% mensual para el último trimestre del año (1.5% meta “techo” BCRA), el IPC CABA registrará aumentos del 46/49% a/a hasta noviembre próximo, disminuyendo a valores del 45/46% a/a en diciembre de 2016.

2. La postergación de paritarias que hará que los incrementos salariales queden rezagados respecto de los precios, si bien es probable que produzcan nuevas reaperturas de paritarias en los próximos meses.

3. El bajo dinamismo que presentará el crédito al sector privado en los próximos meses, aun previendo una política monetaria más laxa por parte del Banco Central.

4. La debilidad que viene mostrando la demanda de empleo, dinámica que no creemos que se haya revertido después de mayo, último dato conocido. El deterioro del nivel de actividad en junio y julio es consistente con más pérdida de empleo.

** De este modo, dado el comportamiento esperado de la Capacidad de Consumo de las Familias, proyectamos caídas interanuales importantes para el nivel de actividad económica durante lo que resta del 3er. trimestre.

** En el 4to. trimestre, es probable que veamos un “piso” en materia de gasto interno y de nivel de actividad económica como consecuencia de:

1. La decisión del Gobierno de inyectar fondos en el circuito económico mediante una política fiscal más expansiva a través del Plan de Reparación Histórica para los Jubilados y de un mayor ritmo de ejecución de obra pública.

2. El impacto de la segunda parte de las paritarias del primer semestre y de la (por ahora) “mini” segunda ronda de negociaciones salariales.

** Es decir, para el resto del año y, especialmente, para el próximo, entendemos que el Gobierno ha optado por lo que denominamos el “Atajo 2017” = Recalculo económico + Retorno a un modelo de crecimiento “más K”. Más impulso por empuje vía consumo interno y ya no tanta inversión y exportaciones, ante la ausencia de éstos dos motores (y pese a los persistentes esfuerzos que se hicieron y se siguen haciendo).

** Esta dinámica es consistente con nuestra proyección para el PBI real de caída de 2.0%/2.5% en 2016 (INdEC)."

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Economía & Regiones

"El desborde fiscal es la principal explicación detrás de la actual estanflación. Hay un límite a partir del cual el exceso de gasto público, presión tributaria y déficit fiscal ahogan al sector privado, atentando contra la acumulación de capital, inversión, productividad, producción, generación de empleo y, en consecuencia, crecimiento económico", advierte por su lado la consultora Economía & Regiones.

Agrega: "Los elevados déficits fiscales acumulados atentan contra la competitividad del sector privado, porque sus 3 canales de financiamiento (impuestos, deuda e inflación) afectan negativamente la inversión, producción, generación de empleo y crecimiento. Los impuestos afectan en forma directa y negativa la rentabilidad de las empresas, atentando contra la inversión y el crecimiento. Paralelamente, la deuda pública genera crowding‐out del sector privado, dejándolo con menos financiamiento (y más caro) para su inversión. Por otra parte, la inflación también desincentiva la inversión, el empleo y el crecimiento porque dificulta el cálculo de precios relativos, retornos y rentabilidades."

Hay una advertencia muy interesante de E&R a la Administración Macri: "En este contexto, el actual gobierno será exitoso si y sólo si logra revertir la estanflación bajando la inflación y devolviéndonos al sendero del crecimiento. La inflación se baja con política monetaria contractiva; y el BCRA lo está haciendo. En consecuencia, pensamos que la inflación bajará."

Importante a tener en cuenta: "Las chances de volver a crecer dependen de que cambie la política fiscal, bajando el gasto público, la presión tributaria y el déficit fiscal para desahogar al sector privado e incentivar la inversión abriendo las puertas al empleo y crecimiento.

No obstante, la dinámica mes por mes muestra un escenario fiscal más complicado. En los primeros 4 meses del año se había ejecutado un ajuste fiscal que (de seguir vigente los 12 meses del año) permitía cumplir la meta 2016 pagando la reparación histórica a los jubilados.

Sin embargo, en mayo y junio de 2016 el ajuste fiscal quedó en el olvido, y tanto el gasto como el déficit comenzaron a aumentar. Para peor, se espera que esta dinámica continúe los próximos meses porque el congelamiento de los ajustes tarifarios y el inicio de la obra pública van “en contra” del ajuste fiscal. En consecuencia, el cumplimiento genuino de la meta fiscal 2016 podría entrar en zona de riesgo.

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No obstante, pensamos que de la mano de los libramientos impagos y pateando pagos hacia el 2017 se terminará cumpliendo la meta fiscal de este año. Lo cual agrava el problema para más adelante.

El escenario fiscal se complica aún más en 2017 y 2018.

Según nuestras proyecciones, el reconocimiento a los jubilados podría llegar a tener un impacto fiscal equivalente a 1,1% (2017) y 1,5% (2018) del PBI durante los próximos años, comprometiendo el cumplimiento de las metas de reducción del déficit fiscal primario a 3,3% (2017) y 1,8% (2018). Esto puede generar dudas sobre la sustentabilidad de las cuentas fiscales de Argentina en el mediano y largo plazo, impidiendo bajar la presión tributaria, el costo de capital e inclusive la inflación hasta estándares regionales.

De ser así, la inversión no “despegará”, no se acumulará el stock de capital que nuestra economía necesita; y la capacidad de producción y la generación de empleo crecerán poco. La tasa de crecimiento del PBI seguiría siendo “amarreta”.(...)".

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