SI NO ELIMINAN VISAS, SUSPENDE ACUERDO

Jaque migratorio de Turquía a la Unión Europea: ¿Abre el cepo?

El ministro turco de Asuntos Exteriores, Mevlut Cavusoglu, dijo en Ankara al diario alemán Bild que Turquía podría poner fin a su promesa de contener el flujo de inmigrantes ilegales a Europa si la Unión Europea no permite a sus ciudadanos viajar sin visa a partir de octubre.

Turquía podría poner fin a su promesa de contener el flujo de inmigrantes ilegales a Europa si la Unión Europea no permite a sus ciudadanos viajar sin visa por el bloque a partir de octubre, dijo el ministro de Relaciones Exteriores turco, Mevlut Cavusoglu, al diario alemán Bild.

Las relaciones entre Turquía y la Unión Europea viven uno de sus momentos más delicados desde que se iniciaran las negociaciones de adhesión hace más de 1 década.

Los discursos del gobierno turco a favor de la reintroducción de la pena de muerte, la purga tras el dudoso y fallido golpe de Estado y la negativa del presidente Recep Tayyip Erdoğan a suavizar una represiva ley antiterrorista amenazan el acuerdo migratorio con la UE.

Mientras, en Ankara se extiende la frustración por la tibia condena europea a la poco creíble asonada militar.

Las declaraciones de Cavusoglu coinciden con crecientes tensiones entre Ankara y Occidente luego del fallido golpe de Estado del 15 de julio. Turquía está molesta por la respuesta insensible de sus aliados occidentales al golpe que dejó 240 muertos, la mayoría civiles.

Las fricciones entre Turquía y la UE han reavivado los temores sobre la llegada de una nueva oleada de refugiados si el pacto se da por acabado. "No hay duda de que si Turquía abriese las puertas sería devastador para el conjunto de Europa", ha alertado el ministro de Interior italiano, Angelino Alfano.

En Turquía, país euroasiático, viven más de 2,5 millones de refugiados sirios y un cuarto de millón de iraquíes y su número no deja de crecer. El titular de Migración griego, Ioannis Mouzalas, también se ha mostrado seriamente alarmado por el futuro del acuerdo, que establece que por cada sirio devuelto a Turquía otro que ya esté allí será enviado a territorio comunitario. "Es importante cuidar las relaciones para no provocar una ola de refugiados", ha advertido, por su parte, el primer ministro búlgaro, Boïko Borissov.

Europa y Estados Unidos están preocupados por las duras medidas tomadas luego del golpe de Estado muy sospechoso. Algunos gobiernos occidentales temen que esto pueda afectar la estabilidad en el país miembro de la OTAN y sospechan que el presidente Tayyip Erdogan está usando las purgas como una excusa para aquietar a la disidencia.

Consultado sobre si cientos de miles de refugiados retenidos en Turquía podrían dirigirse a Europa si la UE no concede a los ciudadanos turcos la exención de presentar una visa a partir de octubre, el ministro dijo a Bild: "No quiero hablar sobre el peor de los casos, continuamos las conversaciones con la UE, pero está claro que, o bien aplicamos todos los acuerdos al mismo tiempo o bien suspendemos todos".

El acceso a la UE sin la necesidad de una visa es la principal recompensa para la colaboración de Ankara en la detención de la llegada de los inmigrantes a Europa, pero su aplicación ha sufrido retrasos por la disputa sobre la legislación antiterrorista turca y la política de represión.

El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, admite que el pacto peligra, pero Bruselas no ha esbozado públicamente ninguna alternativa si fracasa. "La Comisión tiene un plan A, que es hacer que el acuerdo funcione", insisten.

Antes de conceder la exención de visas, Bruselas quiere que Turquía suavice su ley antiterrorista, algo que Erdogan dice que no puede hacer considerando las múltiples amenazas de seguridad, que incluyen a militantes de Estado Islámico en la vecina siria y a militantes kurdos en el sudeste del país, de mayoría kurda.

El comisario europeo Guenther Oettinger, dijo que no esperaba que la UE concediera a Turquía la exención de visas ​​este año debido a la represión aplicada por el Gobierno turco tras el fallido golpe militar.

Para facilitar la libre circulación, Bruselas exige el cumplimiento de 72 requisitos de los que Turquía aún no garantiza 7.

El principal punto de desacuerdo es la dura ley antiterrorista, muy criticada por las organizaciones de derechos humanos por amparar la detención de jueces, periodistas o académicos.

Turquía amenaza con romper el acuerdo si en octubre no se permite a sus ciudadanos circular libremente por la Unión.

“Si Turquía quiere la liberalización de visados en octubre deberá cumplir con los requisitos pendientes”, responde Bruselas. "En ningún caso, ni Alemania ni Europa pueden dejarse chantajear", sostiene Sigmar Gabriel, vicecanciller alemán.

Cavusoglu dijo que los tratados firmados estipulaban la eliminación de los visados para todos los turcos a partir de octubre y agregó: "No puede ser que pongamos en práctica todo lo que es bueno para la UE, pero que Turquía no reciba nada a cambio".

El tono ha subido en los últimos días.

Austria, que nunca vio con buenos ojos el comienzo de las negociaciones de adhesión de Turquía, amenaza con vetar la apertura de nuevos capítulos.

"Tengo voz y voto en el Consejo de Ministros de Exteriores. Ahí se decidirá si se abren nuevos capítulos con Turquía. Y yo estoy en contra", avisa el ministro de Exteriores austriaco, Sebastian Kurz. El jefe de la diplomacia cuenta con el respaldo del canciller austriaco, Christian Kern, que ha calificado de “ficción diplomática” la continuidad de las negociaciones.

En medio de ese coro de voces cada vez más amplio que claman por un alejamiento de Turquía ha mediado Juncker, que considera un grave error hacer pensar a Turquía que haga lo que haga nunca podrá ser miembro de la UE, aunque reconoce que la pena de muerte es una línea roja y llevaría a romper la negociación.

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