FINLANDIA, SUECIA, CANADÁ Y ESCOCIA ESTABLECEN LOS 6

Polémica: No hay evidencia que sea mejor escolarizar desde los 3

Ya se encuentra en estado parlamentario la reforma a la Ley de Educación enviada al Congreso por el ministro del área, Esteban Bullrich. Contiene la obligatoriedad de que los chicos de 3 años vayan a la escuela y que la jornada escolar se extienda en los clubes, centros culturales y comunitarios para que los niños desarrollen actividades deportivas, culturales, artísticas y sociales. Ante la comisión desfilan especialistas y ya hay polémica. El inmediato antecedente es que el cumplimiento de la obligatoriedad para sala de 4 ha sido sumamente desparejo según las jurisdicciones: con alto porcentaje en la Ciudad de Buenos Aires y exiguo en el conurbano bonaerense o en el NOA. El proyecto para sala de 3 tiene un costo fiscal de $ 39.277 millones para incorporar a 392.446 niños, construir 3.109 unidades educativas promedio con 15.624 secciones y designar a 27.982 docentes y a 6.218 directivos hasta 2019. La directora del Programa de Protección Social de CIPPEC, Gala Díaz Langou, advirtió a la comisión de la Cámara de Diputados que “no existe evidencia contundente sobre la deseabilidad de institucionalizar a los niños en el marco educativo desde una edad tan temprana”, y destacó que la experiencia internacional sobre el tema es escasa: solo México, Perú y Venezuela tienen sala de 3 obligatoria, mientras que países como Finlandia, Suecia, Canadá y Escocia establecen la obligatoriedad recién a partir de los 6 años y algunos desde los 7.

Antes de avanzar en el debate, una pregunta para quitar la sospecha de que todo esto es una gran hipocresía: ¿se trata de escolarizar a los chicos desde los 3 años o formalizar una estructura de sala de 3, sala de 4 y jardín de infantes?

Si realmente se tratara de escolarizar, vamos a la nota:

Comenzó el desfile de especialistas por la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados, que preside el radical puntano José Luis Riccardo. Llevan su posición en torno del proyecto anunciado por el presidente Mauricio Macri y el ministro del área, Esteban Bullrich, que modifica los artículos 16 y 18 de la Ley Nacional de Educación 26.206, incluyendo la obligatoriedad de la sala de 3 años, así como el proyecto de jornada extendida en más de 70 municipios de todo el país, ambas medidas consensuadas con las 24 provincias y las más necesitadas son Formosa, Misiones y Tucumán.

La idea es aprovechar la sesión de dicha comisión para que sea firmado un dictamen que haga que la próxima semana el proyecto de ley pase a discutirse en el recinto.

El objetivo es que entre en vigencia a partir de 2017 y alcance a 500 mil chicos de 3 años que aún no ingresaron al sistema educativo, debido a que no es obligatoria la asistencia a clase en esa edad. Para ello, el Gobierno se propone construir alrededor de 1.000 nuevos jardines de infantes, en tanto que ampliará la infraestructura de otros 2.000 que ya funcionan, para lo cual el presupuesto estimado ascendería a $ 3.600 millones, Para 2017, se llevará a $ 5.600 millones. Los primeros 220 ya estarían listos para marzo.

La vicepresidenta primera de la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados, Alcira Argumedo (Proyecto Sur-Unen), explicó a qué apunta la ronda de consultas y posterior dictamen: "La intención es dar un paso más en la ampliación del sistema educativo formal y comenzar a incentivar más tempranamente a los chicos de tres años, que hoy pasan su tiempo en guarderías o jardines de infantes de calidad muy despareja -o que no van-, lo cual para los menos privilegiados constituye una desventaja inicial", dijo.

“Hay estudios internacionales que demuestran que, arrancar el jardín a los 3 años no sólo baja la deserción escolar y aumenta la posibilidad de que el chico termine el secundario, sino que mejora la calidad educativa. En las pruebas PISA quedó en evidencia que los que tenían dos o más años de educación inicial mejoraron un 20% la nota”, indicó. “Si la Argentina superara su calificación en ese porcentaje estaríamos entre los 27 primeros países del mundo”, agregó.

Entre las que consideran que una inserción escolar más temprana podría resultar positiva se anota Agustina Cavanagh, directora ejecutiva de Cimientos -organización especializada en el desarrollo de programas educativos-. Sin embargo, aclara que, para lograrse una contención de la deserción escolar, esa medida deberá ser acompañada de otras, como una mayor inversión en infraestructura, en capacitación docente y en recursos pedagógicos.

El rector del Colegio Nacional de Buenos Aires, Gustavo Zorzoli, opina que "la obligatoriedad de escolarizarse más temprano beneficia sobre todo a los sectores más vulnerables, que encuentran mayores dificultades para pagar guarderías o jardines de infantes".

Y argumenta que hay investigaciones que establecen una relación entre el adelantamiento de la escolarización y un descenso de las tasas de repitencia y abandono escolar, relación positiva que ratificó Marías.

Ampliar la base y extender la jornada

El ministro Bullrich planteó que “la sala de 3 es importante porque reduce la tasa de deserción en el secundario. Es en las zonas más pobres donde más jardines están faltando. Hoy quien no va hoy a la sala de tres años es porque no encuentra una sala gratuita”.

"En todo el país hay una demanda insatisfecha de 500 mil vacantes para ingresar en la sala de 3 años", calculó Diego Marías, jefe de gabinete del Ministerio de Educación de la Nación. En tanto que los chicos de esa edad que ya están escolarizados son 282.375, según datos oficiales de 2015.

Asimismo, la cartera educativa nacional comenzará una prueba piloto en 72 municipios de todo el país para implementar el proyecto de Jornada Escolar Extendida, a fin de ser destinada al desarrollo de actividades deportivas, culturales, artísticas y sociales, las cuales se llevarán adelante fuera del ámbito escolar, por lo que serán los clubes, centros culturales y comunitarios los que albergarán a los estudiantes.

El plan abarca, en un principio, los municipios de Pinamar, Tandil, Junín y Campana, en la provincia de Buenos Aires; La Merced, Rosario de Lerma y Las Lajitas, en Salta; y Alumine, Plaza Huincul y Chos Malal en Neuquén. Lo mismo ocurrirá en otras provincias, incluyendo a Jujuy.

Dijo Bullrich que “la jornada extendida significa sacar a la escuela de la escuela porque la escuela no es el edificio. La escuela son ustedes, los directivos, docentes, estudiantes, la familia y todos los miembros de la comunidad educativa”.

Entre las voces a favor del proyecto de ley que establece la obligatoriedad de la sala de 3 años, surgieron también advertencias, como la de CIPPEC, que señaló que no existe evidencia contundente de que tal obligatoriedad constituya un beneficio para los niños.

Pone de relieve que el texto no contempla el impacto que tendría en el presupuesto llevar a cabo la iniciativa -$ 40.000 millones entre 2016 y 2019- y recordó que todavía existen brechas de acceso y cobertura a nivel regional y provincial en los niveles que ya son obligatorios (salas de 4 y 5 años).

Invitadas a exponer por la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados, la directora del Programa de Protección Social de CIPPEC, Gala Díaz Langou, y la co-directora del Programa de Educación de CIPPEC, Alejandra Cardini, celebraron que el Congreso debata sobre las condiciones del desarrollo de la primera infancia en la Argentina, pero al mismo tiempo plantearon los dilemas que implican la escolarización obligatoria de los niños a partir de los tres años de edad.

“No existe evidencia contundente sobre la deseabilidad de institucionalizar a los niños en el marco educativo desde una edad tan temprana”, afirmó Díaz Langou.

Destacó que la experiencia internacional sobre el tema es escasa: sólo México, Perú y Venezuela tienen sala de 3 obligatoria, mientras que países como Finlandia, Suecia, Canadá y Escocia la establecen recién a partir de los 6 años y algunos desde los 7.

En ese sentido, se inclinó por promover la universalidad, “ya que a diferencia de la obligatoriedad, deja margen de discreción para que las familias opten si desean o no enviar a los niños de tres años a los jardines”.

Por otro lado, Cardini aseveró que “la obligatoriedad en sí misma no garantiza el acceso de los niños al nivel”. Para ejemplificarlo, remarcó que “aún persisten brechas de acceso y cobertura a nivel regional y provincial en los niveles obligatorios: en sala de 4, si bien es obligatoria, la cobertura en la región Centro es del 89,5%, mientras que en el NOA es del 74,8%. Con respecto a la tasa de escolarización de la sala de 5, si bien CABA presenta valores cercanos al 100%, algunas provincias oscilan entre el 80 y el 85%”.

Díaz Langou advirtió además que el proyecto de ley no contempla el costo fiscal de la medida.

“Alcanzar la universalidad para 2019 en la sala de 3 años implica incorporar a 392.446 niños, construir 3.109 unidades educativas promedio con 15.624 secciones y designar a 27.982 docentes y a 6.218 directivos. Entre 2016 y 2019 implicaría una inversión total de 39.277 millones”, aseveró. Cardini, por su parte, completó que esto requeriría “de un crecimiento promedio de la tasa de escolarización de 14,5 puntos porcentuales por año, mientras que la sala de 4 años (la sala con la expansión más veloz en la última década) se expandió a un ritmo promedio de 2,7 puntos porcentuales por año entre 2003 y 2014”. Si se aplicara esa (ambiciosa) tasa de expansión de la matrícula a la sala de 3, recién se alcanzaría la universalidad en 2032.

La escuela pública como eje

El director del Centro de Estudios de la Educación Argentina (CEA) de la Universidad de Belgrano, Alieto Guadagni, comparte la intención de la ley que obliga a escolarizar a los 4 años y resalta, en ese sentido, que la matrícula privada inicial haya sido menor que la estatal, con una expansión del 25% durante el kirchnerismo, en 2003/2014, pero avisa que la desigualdad no varió en el siguiente nivel primario, donde la matrícula privada aumenta 60%.

Desde que se legisló en 2010, el 30% de los pibes de las escuelas primarias estatales debían tener jornada extendida y este año recién anda por el 11%, pero con una distribución que debería preocupar, ya que en el conurbano bonaerense es el 2%. Esto lo lleva a concluir que con este sistema educativo la pobreza que se integra es apenas del 2%. Marca la frontera de la Avenida General Paz entre la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires. En aquella, la escolaridad extendida alcanza el 45%, en ésta, el 2%. Hay provincias que lograron avanzar, como Córdoba, que está en el 35%.

Más preocupado por la desigualdad que por las generalidades, Guadagni saca la estadística desde la ley 1420 de 1884 hasta 2003, según la cual todos los años venía aumentando la matrícula escolar, estatal primaria, pero a partir del 2003 todos los años cae.

Subraya que hoy, en 1er. grado estatal, hay 20% menos de alumnos que en 2003. En provincias como Chaco, Formosa, Misiones se fue el 35/40% de los chicos. Lo califica de fenómeno de éxodo, de abandono de la escuela pública para pasar a la privada.

La fotografía actual daría que cada 100 alumnos que ingresan a 1er. grado, 75 lo hacen a una escuela estatal y 25 a una privada. Que de estos 100, se graduaron en la universidad apenas 14 (10 corresponden a los 25 de la privada y 4 a los 75 de la estatal). Y que el 70 % del total de graduados provienen de escuelas primarias privadas.

Trasladando el problema hacia el nivel educativo que le sigue, resulta que mientras en los '90 la mayoría de los que llegaban en la UBA provenía de escuelas estatales, hoy representa sólo el 38% de la matrícula. El resto son privados y extranjeros, muchos de los cuales vienen porque es gratis, porque no tienen que dar examen de ingreso, como en el caso de Colombia y Chile y hay otros que cruzan la frontera porque no aprobaron la PSU (prueba de suficiencia universitaria). 

Tampoco al ex ministro de Educación porteño, Mariano Narodowski, le cierra que una mayor permanencia en el jardín de infantes redunde en una contención del abandono escolar. "Se fuga hacia atrás para conseguir cambios adelante", consideró.

Además, alerta acerca de la creciente evidencia de que la cantidad de horas que un niño permanece en el jardín puede constituir un factor de riesgo para su desarrollo socioafectivo: "Los menores de 4 años que asisten a jornada completa presentan mayores niveles de cortisol (hormona que se libera como respuesta al estrés), mayor probabilidad de manifestar conductas agresivas, externalizar irritabilidad y desobediencia".

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