DIFÍCIL MEDIO ORIENTE

Modelo ISIS de negocio: al-Qaeda como artífice del próximo califato

El cese al fuego propuesto por Rusia y USA fracasó, tal como era de esperarse. Nadie en Medio Oriente tiene fe en la iniciativa diplomática entre ambos países, asegura un experto de Al Arabiya, y el sentimiento que prevalece en la región es la desesperación. Mientras tanto, Estado Islámico y al-Qaeda (en realidad su rama siria, Jabhat al-Nusra), podrían estar cerca de rotar roles. ISIS está cada vez más cercado y existe la posibilidad de que pierda su auto-proclamado califato y se aboque exclusivamente al terrorismo global marca Osama bin Laden. Mientras que el Frente al-Nusra podría estar haciendo un trabajo riguroso de ganarse el apoyo popular en Siria, capaz de convertirlo en el próximo grupo que aspire a crear un emirato en la zona (paso previo al califato), asegura la revista The Economist. Charles Lister, del Instituto Brookings advierte que el mayor riesgo en Siria hoy es que al-Qaeda siga avanzando hacia el modelo ISIS de negocio, pero con mayor aprobación de la población, lo que lo volvería mucho más difícil de combatir. Estado Islámico demostró al resto de los grupos yihadistas del mundo que se puede dominar un territorio y ejercer las funciones de un estado de manera totalitaria y basándose en la sharía (ley islámica), y tener éxito. Esto es algo novedoso que sedujo a jóvenes musulmanes y no musulmanes de todo el mundo, y que vino a romper con la teoría de Francis Fukuyama de que la historia estaba terminada, y con la concepción de muchos pensadores en Occidente de que lo que quedaba de aquí en adelante era una lenta pero segura evolución de todos los países del mundo hacia democracias liberales al estilo occidental.

Tras arduas negociaciones, el ministro estadounidense de Exteriores, John Kerry, y su homólogo ruso, Serguei Lavrov, declararon el 09/09 que habían llegado a un acuerdo para un alto al fuego en Siria, que entró vigor el lunes 12/9.

Si la tregua prosperaba 7 días, habían pactado, empezarían a acordar ataques conjuntos contra el Estado Islámico (ISIS) y el frente Jabhat al-Nusra. Pero el sábado 17/9, Estados Unidos reconoció haber bombardeado por error al Ejército del gobierno sirio en la ciudad de Deir al Zor, en el este de Siria.

Según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, los bombardeos mataron a 83 soldados y dejaron a 120 personas heridas.

En un comunicado, el Pentágono aseguró que las fuerzas de la coalición internacional creían estar atacando una posición del ISIS. Esta no fue, de cualquier manera, la primera violación a la tregua. Durante los tres primeros días se mantuvo en términos generales el alto el fuego, pero desde el jueves 15/9 se habían ido incrementando los enfrentamientos, denunció el director del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, Rami Abdel Rahman, según la agencia de noticias Télam.

“Si antes teníamos la sospecha de que el ex frente al-Nusra era protegido, ahora, después del bombardeo de hoy contra el Ejército sirio llegamos a una terrible conclusión para todo el mundo: la Casa Blanca está defendiendo al Estado Islámico”, dijo la vocera de la Cancillería rusa, María Zajárova, en declaraciones a Rusia 24, tras el ataque estadounidense contra soldados del régimen de al-Assad.

El ejército de la nación árabe dio así por terminado el alto al fuego y el 19/09, un convoy de ayuda humanitario de la ONU y la Media Luna Roja Árabe destinada a 78.000 personas en Alepo, fue atacado.

Al menos 12 personas murieron en el bombardeo. Los camiones transportaban alimentos, medicamentos y ayuda de primera necesidad para las personas que sobreviven en la zona de Auram al Kubra y que no habían recibido asistencia desde julio, especificó Jens Laerke, vocero de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU.

Alepo ha estado partida en dos desde 2012, entre –a grandes rasgos- una zona oeste bajo el poder de tropas de al-Assad y otra, al este, bajo el control de las milicias rebeldes.

“En el este, casi 300.000 civiles no tienen acceso a comida, agua, medicinas o electricidad desde hace meses, mientras que en el oeste otro millón y medio de civiles tiene serias dificultades para sobrevivir”, explica Rosa Meneses del madrileño diario El Mundo.

Todas las sospechas recayeron sobre el Gobierno de al-Assad, que negó su responsabilidad en el ataque al convoy. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos, sin embargo, dijo que el mismo había sido llevado a cabo por aviones rusos o sirios. Ambos ataques dejaron trunco, al menos por ahora, cualquier intento de resolución del conflicto que surja de las potencias.

El regreso de un al-Qaeda más pragmático y peligroso

Mientras tanto, el balance de poder entre los grupos terroristas está cambiando: “Eclipsado por el Estado Islámico, al-Qaeda podría estar preparando un regreso en una forma más pragmática y peligrosa”, advirtió el semanario británico The Economist.

“La rama siria de al-Qaeda, Jabhat al-Nusra (‘El frente de apoyo’), ha tomado un rol central en la lucha contra el régimen de Bashar al-Assad. El delegado de Ayman al-Zawahiri (N de la R: cofundador de al-Qaeda), Abu Khayr al-Masri, liberado por Irán en un intercambio de presos el año pasado, se ha mudado a Siria con varias otras figuras principales de al-Qaeda, dijeron oficiales occidentales. Se habla de que al-Qaeda podría pronto declarar un ‘emirato’ islámico (un grado menos que el califato)”, explica The Economist.

Este fue un punto clave, dice el semanario, en el acuerdo USA-Rusia. La negociación central era esta: si los rusos restringían a al-Assad y permitían ayuda humanitaria en las áreas sitiadas por los rebeldes, USA se uniría a Rusia en bombardear a Jabhat al-Nusra así como a ISIS.

El mayor miedo, explicó Charles Lister, del Instituto Brookings a The Economist, es que al-Qaeda gane el apoyo popular y se vuelva un movimiento de masas en la zona.

“Con una mayoría suficientemente grande detrás de ellos podrían establecer un emirato, una especie de base territorial protegida en las fronteras de Europa que la comunidad internacional encontraría muy difícil de desarticular”, dijo Lister a The Economist.

Podría estar adviniendo un cambio de roles entre ISIS y al-Qaeda. Si el Estado Islámico es destruido en Siria, dicen oficiales occidentales, podrían optar por globalizarse, apuntar al terorrismo yihadista mediante distintas franquicias regionales.

Así, se parecería al al-Qaeda de ayer. Y mientras no haya un acuerdo razonable en Siria, al-Qaeda podría continuar enraizándose en la zona. “Su futuro emirato, si se convirtiera en realidad, podría ser más firmemente apoyado por la población local, y por lo tanto más difícil de extirpar, que el bárbaro califato de ISIS”, advierte The Economist.

La mancha en el legado de Obama

“Si hay una lección que nos ha dejado el siglo 20, es que las catástrofes humanitarias suceden porque todos los demás dicen 'No es mi problema'”, afirmó David Rothkopf, editor de la revista Foreign Policy, en el podcast de la revista, The E.R.

“Hace 5 años el Presidente de USA dijo 'Ésta es la guerra de otro, no nos vamos a involucrar'. Hoy es la guerra de todos, en Medio Oriente y Europa”, apuntó en la misma dirección Hisham Melhem -columnnista de Al Arabiya en Washington y corresponsal del diario An-Nahar- en el podcast de Foreign Policy.

Dato para saber quién es quién en Medio Oriente: Al Arabiya es un canal de televisión en lengua árabe que transmite noticias las 24 horas continuas desde Dubái, Emiratos Árabes Unidos, competidor de Al-Jazeera. Algunos la consideran complaciente de la casa real saudita, que tiene un enfoque bien crítico del eje Damasco-Teherán, y que reclamó la intervención militar estadounidense.

Melhem describe además que nadie en Siria ni en el Medio Oriente cree en que las movidas diplomáticas entre USA y Rusia podrían poner un fin al conflicto sirio. “Hay un sentimiento de desesperación en la región”, sostiene.

En la misma dirección apunta Shadi Hamid, investigador del Instituto Brookings y autor del libro “El excepcionalismo islámico: Cómo la lucha por el islam está moldeando al mundo”.

“Los rusos no tienen un incentivo real para modificar su comportamiento en Siria, ya que no hay –y no ha habido- ninguna consecuencia real (a su accionar). ¿Por qué negociaría Rusia de buena fe y por qué haría concesiones significativas cuando es el jugador dominante en Siria, y sabe muy bien que (el Presidente norteamericano Barack) Obama no tiene un interés real en profundizar el involucramiento de Estados Unidos?”, se pregunta Hamid en entrevista con Urgente24.

Para el especialista, la decisión de Barack Obama de no intervenir Siria luego de que Bashar al-Assad, según testimonios, atacara a su propio pueblo con armas químicas en 2013 –la línea roja que Obama dijo que el régimen no debía cruzar- será la “mancha en el legado de Obama”.

“Su falta de voluntad en intervenir en Siria ha permitido que al-Assad mate a cientos de miles de su propio pueblo con impunidad. Pero no es solo una cuestión moral, sino también una estratégica. La destrucción de la sociedad siria ha permitido que grupos extremistas como ISIS llegaran y llenaran el vacío, lo que tiene efectos desastrosos por derrame no solo en la región sino también en Europa”, explicó Hamid a Urgente24.

“La Casa Blanca debería leer a Maquiavelo”, fue aún más duro Melhem.

Obama, obsesionado con el trato con Irán

¿Qué hubiera pasado si Obama hubiese intervenido? Es imposible saberlo. La realidad es que hoy la guerra en Siria está teniendo consecuencias en Turquía, Irak, Líbano y Jordania. Y arrastra a Israel.

Rusia está involucrada. Irán está cada vez más metido. Hay más de un 1 millón de refugiados en Europa, y el Presidente ruso Vladimir Putin está usando el conflicto para socavar las bases mismas de la Unión Europea, afirma Melhem.

Para el especialista, la razón por la que Obama decidió no intervenir fue que él supeditó todos los temas a un gran objetivo que era llegar a un acuerdo nuclear con Irán. Obama estaba obsesionado con el trato con Irán, por eso sacrificó la intervención en Siria, explica Melhem.  Además el Presidente norteamericano parece haber “sobre-aprendido” la lección de la guerra de Irak y, empecinado en diferenciarse de su antecesor, cometió errores.

“Assad ha estado usando las tácticas medievales de bloqueo y hambrunas contra los civiles de su propio país”, dijo en The E.R. el columnista de Al Arabiya. Y la iniciativa diplomática norteamericana hoy en Siria puede ser reducida a “pedidos desesperados al Presidente ruso para que consiga que su aliado Bashar al-Assad permita que la ayuda humanitaria llegue a la ciudad sitiada de Alepo”, afirma.

“Creo que se podría incapacitar la habilidad del régimen de usar su fuerza aérea disparando misiles desde barcos en el Mediterráneo, no hace falta ni volar sobre Siria. Esto podría haber sido hecho en 2013, el Presidente no lo hizo”, agregó.

“La lección acá es que la ‘contención’ era un delirio. Teniendo en cuenta su importancia regional, no había manera de que una guerra civil en Siria hubiese podido ser contenida”, dijo Hamid a Urgente24.

Si gana Hillary, aumentan tensiones USA-Rusia

“La complejidad de los desafíos que enfrentará el próximo Presidente norteamericano en la región es amedrentadora. Si gana Hillary Clinton, irá con las mismas políticas cautas del Presidente Obama, quizás con mayor vigor y cambios menores, pero uno no imagina grandes cambios. Si gana Donald Trump, probablemente haga en Siria lo que Obama está haciendo en términos de colaboración con Rusia como su nuevo socio, pero Trump lo hará con mayor entusiasmo. Uno podría ver la posibilidad de un condominio ruso-estadounidense (N de la R: el término se refiere a un territorio no autónomo sometido a la autoridad conjunta de dos estados) en Siria liderado por Rusia, si Trump es Presidente”, escribió Melhem en Al Arabiya.

“Los problemas acuciantes en Siria, Irak y Yemen y potencialmente Egipto y Algeria, no serán muy acuciantes para el nuevo Presidente norteamericano, ciertamente no en el futuro inmediato. Siria continuará ardiendo, Irak y Libia continuarán su lento desenredo y Egipto permanecerá a la deriva. Mirando hacia los próximos años, solo veo una tierra árabe calcinada sin fin, apenas sosteniendo a millones de almas calcinadas”, escribió Melhem.

Según una nota publicada en Foreign Policy el día 07/09 por Clinton Ehrlich, en Moscú creen que si Hillary Clinton es elegida Presidente, las tensiones entre Rusia y USA podrían incrementarse de manera significativa.

“Es probable que Hillary tome una postura más dura contra los designios de Putin en el Medio Oriente. También se ha mostrado más abierta a cosas como zonas de exclusión aérea y zonas de seguridad, y cualquier movimiento en esta dirección contribuiría a las tensiones con Rusia”, opinó Hamid en Urgente24.

“No creo que Rusia se metería en una guerra con USA”, dijo por otra parte Melhem en el podcast The E.R.

Nusbacher: Siria era de Rusia antes y es de Rusia ahora

Una visión opuesta a la de Melhem y Hamid es presentada por Lynette Nusbacher en un artículo publicado en su blog en el diario The Times of Israel, titulado “Rusia gobierna Siria bien”.

“Antes de la ahora trágica Primavera Árabe, todos estábamos contentos con tener a al-Assad gobernando Siria. Decidimos de repente que debía ser derrocado y, en la ausencia de razones estratégicas convincentes para tomar riesgos grandes, dimos a los caóticos insurgentes un apoyo relativo (contra mi consejo en estas páginas, por supuesto)”, escribió Nusbacher, quien es estratega militar.

Por otro lado, explicó, la intervención directa de Rusia en Siria no ha lastimado estratégicamente ni a Estados Unidos ni a Occidente, ya que ninguno de ellos tenía un interés nacional en deshacerse de al-Assad, y ninguno de ellos se ve dañado por el hecho de que los rusos apoyen sus botas en el terreno para mantenerlo en el poder.

“La intervención directa de Rusia solo cambia una cosa: vuelve muy improbable que Daesh (ISIS) pueda controlar alguna vez Damasco o el Levante. Rusia tiene, en Siria, un estado cliente en el Mediterráneo del Este. Durante 3 años, Occidente y sus aliados han hecho intentos a medias tintas para terminar con su régimen. El resultado más significativo ha sido el ascenso de Daesh en las zonas de influencia rurales de Siria e Irak.”

Rusia se opuso desde el principio al derrocamiento, primero indirecta y luego directamente. “Estados Unidos y sus aliados apoyaron la insurgencia anti-Assad a pesar de que esta no ha tenido esperanza de tener éxito en su meta de derrocar al régimen sirio. Algunos de los aliados dentro de esa insurgencia evolucionaron hacia el frente al-Nusra y Daesh.”

Y por último, concluye Nusbacher, en oposición a los expertos citados más arriba: “Aquellos que dicen que una intervención norteamericana más robusta en algún momento de los últimos 3 años hubiera reemplazado a al-Assad con un régimen menos horrible, son culpables de pensar con sus corazones. Si dicen que la intervención rusa es una derrota estratégica para USA están equivocados: Siria era de Rusia antes, y es de Rusia ahora. El estatus quo se mantiene.”

Sin dudas, admite Nusbacher, al-Assad es un “bastardo” que merece ser “depuesto”, pero la insurgencia siria ha sido incapaz de hacerlo desde el principio. Esto puede resultar odioso pero “la política exterior realista nunca le ha prometido a nadie un final feliz.”

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