"USAR TODAS LAS HERRAMIENTAS"

Preocupa mucho al FMI el Deutsche, Trump, China y la falta de crecimiento

El comité directivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) reclamó el sábado 08/10 a los países miembros a usar todas las herramientas políticas para apoyar una recuperación económica global que continúa de forma "lenta y desigual".

El Fondo Monetario Internacional (FMI) señaló: "Las perspectivas están cada vez más amenazadas por políticas introvertidas, incluido el proteccionismo, y reformas estancadas", señaló el comunicado del Comité Financiero y Monetario del Fondo, presentado en rueda de prensa por el presidente del órgano, Agustín Carstens, y la directora gerente, Christine Lagarde.

El mundo se recupera lento y frágil de la crisis más dura desde la Gran Depresión, un declive brutal que ha empobrecido a las clases trabajadoras hasta en los países más ricos, pero, al menos desde 2013, nunca hay manifestaciones, ni carteles reivindicativos ni bocinas en la calle.

La furia ha llegado por televisión, por redes sociales y, muy especialmente, por las urnas. Y eso ha sacudido la casa que dirige Christine Lagarde desde 2011. "El crecimiento solo ha beneficiado a unos pocos", dijo esta semana, en la jornada de otoño (Hemisferio Norte); "la globalización debe ser diferente, no puede ser ese impulso por el comercio como hemos visto históricamente, debe tenerse en cuenta la inclusión, la determinación de que funciones para todos, debe prestarse atención a aquellos en riesgo de quedarse atrás".

"El Fondo Monetario Internacional (FMI) identifica tres grandes riesgos a corto plazo para la economía mundial, según dejó entrever uno de sus altos directivos en una sesión informativa celebrada a puerta cerrada al inicio de la asamblea anual del fondo y del Banco Mundial.

Uno es el Deutsche Bank: el gran banco alemán atraviesa graves dificultades debido a los bajos tipos de interés en la zona euro y puede necesitar un rescate. El otro es China: la economía más grande del mundo trata de efectuar un aterrizaje suave tras un aumento del 70% de la deuda de sus empresas en menos de 10 años. Y el tercero es el candidato republicano a la presidencia de EE.UU. Donald Trump.

Por extraño que resulte, dados los largos tentáculos de su emporio inmobiliario que se extiende desde Las Vegas a Mumbay, Trump se percibe en el FMI como el enemigo número uno para la agenda de la globalización del mercado diseñada en estas mismas sedes del FMI y el Banco Mundial hace tres décadas bajo el nombre del Consenso de Wáshington. “Trump propone una retirada de facto de la globalización”, se lamentó el directivo del fondo. Parte de “un populismo que crece como la espuma debido al estancamiento de salarios; es un deseo de aislamiento, de mirar hacia dentro”.

El candidato republicano probablemente no llegará a ser presidente pero su ataque frontal contra los grandes acuerdos de liberalización del comercio y la inversión, desde el Tratado de Libre comercio entre EE.UU., y Canadá y México hasta el nuevo acuerdo transpacífico, ha cambiado las coordenadas del debate sobre la globalización. Ex paladines de la integración económica global y la llamada ideología de Davos, los Clinton se han acercado a las posiciones de Trump respecto a estos acuerdos multilaterales.

En Wáshington muchos dan por muerto no sólo el acuerdo entre EE.UU. y Asia sino también el polémico tratado de libre comercio entre la Unión Europea y Estados Unidos (TTIP). No hace falta que gane Trump para matar a este último. Los ministros europeos que asistieron a las asambleas del fondo y el Banco Mundial ya son muy reacios a defender un tratado rechazado por gran parte de la opinión pública europea. “Desde la crisis financiera, el futuro de la globalización se ha oscurecido”, dijo David Lipton, número dos del FMI, en un discurso antes de la asamblea.

Asimismo, la decisión de la mayoría de los británicos de hacer caso omiso al FMI y el resto del establishment británico e internacional en el referéndum del Brexit en junio, se considera otro ejemplo de “un nuevo movimiento político que culpa a la globalización de todos los males”, se lamentó Maurice Obstfeld, economista jefe del FMI. “Todos queremos proteger la globalización; nadie quiere cambiar de rumbo sino buscar formas de hacer el crecimiento más equitativo”, explicó el alto directivo.

Pero las críticas de ese mismo día de la nueva primera ministra británica Teresa May dirigidas a “una desarraigada elite internacional” eran otro indicio que un nuevo conservadurismo emerge dispuesto a ausentarse de las pistas de esquí de Davos. (...)".

El crecimiento

El FMI instó "a utilizar todas las políticas disponibles- reformas estructurales, fiscal y monetaria- tanto individual como colectivamente" para revitalizar el débil crecimiento mundial.

"En general, la incertidumbre y los riesgos bajistas son elevados, mientras persisten los vientos en contra de larga data", dijeron el FMI y el Comité Financiero en un comunicado.

"Reforzamos nuestro compromiso con un crecimiento fuerte, sostenible, inclusivo, rico en empleo y más equilibrado. Usaremos todas las herramientas políticas -reformas estructurales, políticas monetarias y fiscales-, tanto individual como colectivamente", agregaron.

El grupo de 189 países repitió sus promesas de abstenerse de realizar devaluaciones competitivas de sus monedas y a no usar los tipos de cambio con motivos competitivos.

"Reafirmamos nuestro compromiso a comunicar claramente las posturas de política y a resistir toda forma de proteccionismo", dijeron en un comunicado, en el que también prometieron "revitalizar" el comercio global.

El comunicado del FMI dijo que 26 países miembros habían comprometido US$ 360.000 millonesen financiamiento bilateral que puede ser usado para complementar los recursos normales para préstamos de la institución.

Los miembros acordaron con la directora gerente, Christine Lagarde, planes para postergar la próxima revisión del sistema de cuota del Fondo, o participación accionaria, en unos dos años. Se comprometieron a completar la revisión a más tardar en octubre del 2019, comparado con el objetivo original de 2017.

La última revisión de cuota, realizada en 2010 pero recién ratificada por el Congreso de Estados Unidos a fines de 2015, resultó en una mayor participación para China, Brasil y otras grandes economías emergentes.

Japón

Algunos países ya se preparan para un escenario peor. El gobernador del Banco de Japón, Haruhiko Kuroda, dijo que la institución profundizará sus tasas de interés negativas o ampliará su compra de activos si los impactos externos afectan a la economía y hacen "sustancial" la necesidad de un mayor alivio monetario.

No obstante, Kuroda afirmó que no cree que haya una necesidad inmediata para aumentar el estímulo, en un momento en que la 3ra. mayor economía del mundo vive una recuperación económica moderada.

"La economía se mueve arriba y abajo y en este momento no creemos que sea necesario bajar más" las tasas de interés, indicó Kuroda en un seminario en la Brookings Institution.

"Pero si hay una gran conmoción y tenemos que fortalecer nuestra expansión monetaria, haremos más", agregó, destacando que el Banco de Japón (BOJ, por sus siglas en inglés) no dudará en profundizar las tasas negativas o ampliar sus ya enormes compras de activos.

Kuroda señaló que, aunque el BOJ no se centra en las tasas cambiarias a la hora de guiar su política monetaria, el banco central está vigilando con cuidado los movimientos del yen por su impacto en la economía.

Preguntado acerca de si es problemático para el BOJ que el yen sea buscado como una moneda de refugio, Kuroda comentó: "No es un problema grave, pero sí es un problema de cuando en cuando, ya que podría resultar en una apreciación excesiva y afectar a los mercados".

Kuroda descartó la idea de algunos académicos de que los bancos centrales deberían subir sus objetivos de inflación del 2% actual a cerca del 4% para lidiar con las expectativas de declives en la inflación.

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