DE LA LIBRA AL EURO

2 noticias que alivian a los mercados

No es tanto la decisión de Inglaterra de abandonar la Unión Europea como el proceso para hacerlo lo que preocupa a los inversores. La posibilidad de un 'Brexit duro', es decir, una ruptura brusca y el abandono incluso del mercado único europeo ha penalizado a la libra británica en las últimas semanas. Ahora, la 1ra. ministro Theresa May, quien viaja a España, anunció que llevará el tema al Parlamento, lo que alivió a los mercados. Tanto, precisamente en España, los 2 mayores partidos políticos -el Partido Popular y el Partido Socialista Obrero Español- se comprometieron ante el rey Felipe VI a evitar que se vote por 3ra. vez para intentar conseguir gobierno.

Según informa Bloomberg, la primera ministra británica, Theresa May, ha dado marcha atrás en su planteamiento inicial de que las negociaciones para salir de la UE son competencia exclusiva del Gobierno y ha aceptado llevar el proceso a la Cámara de los Comunes.

Los laboristas, los liberales, los nacionalistas escoceses y los verdes, a los que se unieron algunos conservadores, han criticado con dureza a May por sus intenciones de no contar con el Parlamento en el proceso.

La presión de los diputados puede haber tenido efecto. Si se lleva a la cámara, los parlamentarios (que en su mayoría se habían mostrado contrarios a abandonar la UE) podrían entonces tumbar el modelo de 'Brexit duro' diseñado por el Ejecutivo de May y forzar uno menos brusco.

May aceptó la idea de que intervenga el Parlamento, añadiendo un enmienda en la que se especifica que en ningún caso supondrá un intento de bloquear el 'Brexit' o de "debilitar la posición negociadora del Gobierno".

En ningún caso, apunta Reuters, se votará sobre la activación o no del famoso artículo 50 del Tratado de la Unión Europea, que regula el procedimiento de retirada. May ha anunciado que activará ese artículo antes de marzo de 2017, lo que daría lugar al divorcio hacia 2019, si no hay prórroga en las negociaciones.

Así, al menos hay esperanza de que sea una ruptura suave y que Reino Unido mantenga lazos estrechos con sus socios actuales. Un 'hard Brexit' podría costarle al Reino Unido 66.000 millones de libras en ingresos fiscales anuales y suponer un descenso del PIB de hasta un 9,5%, según los últimos cálculos publicados en prensa.

Varios bancos de inversión han amenazado en las últimas semanas que podrían empezar a trasladar a empleados a otros países si no hay claridad sobre el acceso desde Londres al mercado único europeo.

La moneda británica, muy sensible a cualquier información sobre el proceso de salida del Reino Unido de la UE, de hecho desde la votación del 'Brexit' ha caído un 15%, comenzó a reponerse del varapalo sufrido en las últimas sesiones.

Con todo, desde Lazard Frères Gestion sostienen que "la caída de la libra está lejos de tocar suelo".

El analista de la gestora francesa, Julien-Pierre Nouen, señala que "tras haber caído con fuerza, los tipos a largo se orientan ahora al alza, ya que probablemente los inversores empiezan a integrar las consecuencias inflacionarias del descenso de la divisa. Este cambio también ha ayudado al mercado de renta variable británico".

En relación con la libra, la institución financiera especializada en pagos internacionales e intercambio de divisas Ebury, explica que la venta masiva de la semana pasada sitúa su cotización en un valor mínimo histórico, y augura más inestabilidad en la moneda.

Asegura que la reacción negativa de los líderes empresariales y académicos está provocando que los dirigentes conservadores den marcha atrás en algunas de sus propuestas políticas más agresivas, pero "es probable que seamos testigos de giros dramáticos en ambas direcciones en el futuro próximo”.

Así, Ebury aconseja contar con una política de cobertura del riesgo de tipo de cambio que resulte apropiada para el contexto actual.

La grave situación que comienza a corregir May fue explicada por Martin Wolf en el Financial Times:

"(...) El procedimiento y el objetivo subrayados por May harían que el país saliera no solo de la UE, sino de los términos preferenciales de acceso a los mercados de la UE de los que dependen los inversores extranjeros y británicos.

Además, los negociadores comerciales de Reino Unido no podrán cerrar acuerdos compensatorios con el resto del mundo, en parte, porque no existe tal posibilidad, dado que la UE abarca casi la mitad de las exportaciones británicas. También porque el Reino Unido no será considerado como un socio creíble hasta que finalice su acuerdo con la UE. Entonces, en marzo de 2019, el país podría encontrarse sin acceso preferencial a ningún mercado.

May también afirmó que "si ustedes creen que son ciudadanos del mundo, entonces no son ciudadanos de ninguna parte". Negó la posibilidad de que alguien pueda ser ciudadano del mundo y ciudadano de alguna parte. Pero muchos de los extranjeros cualificados de los que el Reino Unido depende se consideran precisamente eso. ¿Por qué querrían quedarse en un país cuya primera ministra parece menospreciarles? La xenofobia fue también una parte importante de la campaña por el Brexit . ¿Puede alguien creer que semejante lenguaje no tiene efecto sobre los trabajadores e inversores potenciales o, al menos, sobre los de nuestros socios de la UE?

La insensatez tiene consecuencias. Los objetivos extremos del Reino Unido están ahora claros. Los inversores han rebajado el valor de los activos del país de la forma más simple, vendiendo la libra. El tipo de cambio real efectivo está cerca de donde estaba a finales de 2008, inmediatamente después de la crisis financiera. En términos del dólar, los índices bursátiles están más bajos que antes del referéndum y también en relación a otros mercados.

La devaluación de los activos británicos era inevitable. Refleja la creencia de los inversores de que sus perspectivas económicas han empeorado. Pero los malos resultados de sus exportaciones sugieren que la depreciación no es suficiente para generar el cambio necesario en la estructura de la economía hacia la producción de bienes y servicios. Además, es bastante probable que el enorme déficit por cuenta corriente actual sea insostenible después del Brexit. (...)".

España

Acerca de las noticias de alivio en España, aquí la columna de Federico Castaño en la web Voz Populi:

Desde que el asturiano Javier Fernández fue aupado hace poco más de una semana a la gestora del PSOE para conducir a su partido hasta el próximo congreso, ha mantenido frecuentes conversaciones con Mariano Rajoy que no han trascendido. La discreción es una peculiaridad común a ambos y el presidente en funciones ya hizo gala de ella después del 26 de junio cuando intentó su primera investidura.

Ahora, en los cuarteles generales de los dos grandes partidos se da por hecho que Fernández ha dado garantías al Rey de que hay agua en la piscina para que prospere la investidura de Rajoy y que éste también se ha comprometido con el monarca a aceptar el encargo de intentar formar Gobierno que, previsiblemente recibirá el próximo martes, 25. En conclusión: las direcciones del PP y del PSOE trabajan ya con la seguridad de que no habrá terceras elecciones y así se lo habrían transmitido a La Zarzuela.

De no haber recibido estas garantías, probablemente el Rey no hubiera tomado la iniciativa de fijar con 12 días de antelación sus nuevas consultas. En el ambiente parlamentario se había generado una cierta incertidumbre sobre los planes de Felipe VI debido, entre otras razones, a su agenda institucional, ocupada en lo que queda de mes por la cumbre iberoamericana y los Premios Príncipe de Asturias. Tanto en el PP como en el PSOE se coincide, además, en que esta iniciativa del Rey apenas reviste riesgos para él, pues en el caso de que el conflicto interno que sufre el PSOE hiciera descarrilar la investidura, siempre habría cumplido con el mandato constitucional.

La mayoría de las federaciones que tendrán que decidir en breve la posición del PSOE en la investidura considera que la ronda de consultas anunciada por el Rey y el miedo a terceras elecciones, les quita cualquier margen de maniobra para decir ‘no’ a Mariano Rajoy. La presión sobre el sector sanchista del partido para que cambie de posición va, pues, en aumento.

Hay una resolución del comité federal del PSOE todavía vigente, fechada el 28 de diciembre, que el máximo órgano del partido entre congresos deberá cambiar en menos de dos semanas para que el Rey encargue a Rajoy formar Gobierno y el candidato del PP acepte esta tarea. Su texto literal dice así: “El PSOE votará en contra de la investidura de Rajoy y de un nuevo Gobierno del PP. Porque ese es el mandato de nuestros votantes y de la mayoría de los españoles. Votar en contra del PP y de Rajoy es votar a favor del cambio que expresaron la mayoría de españoles el pasado 20 de diciembre. Votaremos en contra porque el PSOE es la alternativa al PP. El PSOE es lo contrario del PP. El PSOE es la primera fuerza del cambio en España”.

El camino hacia la abstención

Este mandato ni siquiera fue eliminado o modificado en la tormentosa sesión celebrada por el comité federal el sábado 01/10. Pedro Sánchez, antes de viajar de vacaciones a Los Ángeles tras ser desalojado de la secretaría general, tenía claro que si en aquel comité federal donde se certificó su defunción se hubiera votado la posición del PSOE en la investidura, él hubiera ganado de calle con el “no es no”. Han transcurrido desde entonces menos de dos semanas y en las filas socialistas se han dado pasos importantes: hay una gestora controlada por la federación andaluza, la más proclive a facilitar que Rajoy gobierne. La preside un asturiano muy respetado en su partido que se lleva bien con el presidente en funciones y con algunos de sus ministros. En el grupo parlamentario hay bastantes diputados que han girado hacia la abstención después de haber apoyado a Sánchez. Y, por último, hay un sentimiento ampliamente compartido de que ir a unas terceras elecciones sería tanto como arrojarse por el precipicio y regalar al PP una mayoría absoluta con el acompañamiento de Ciudadanos.

El sector del PP que ha venido apostando por otras legislativas al contemplar el sábado negro del PSOE y su derrumbe en las encuestas, está ahora claramente en minoría. “Sería una canallada que después de empujar a los socialistas a la aventura de acabar con su secretario general y dar el espectáculo conocido, ahora les dejáramos colgados de la brocha forzando unas terceras elecciones para pillarles sin candidato y prisioneros del caos”, afirman fuentes del PP, convencidas de que el anuncio por parte de la Casa Real de la nueva ronda de consultas contribuirá también a que prevalezca la cordura y se trence con el PSOE un acuerdo que le permita a Rajoy gobernar y a Javier Fernández reconstruir su partido hasta que Susana Díaz se haga con el timón en el congreso previsto para la primavera del año que viene.

Una señal evidente de que el PSOE trabaja ya en clave de descompresión frente al PP es la apuesta expresada ayer por Javier Fernández de no utilizar el caso Gürtel para “construir una barricada ética, moral o de los buenos” que le “impida hablar con los malos” del PP, porque esos malos, recordó, “tienen ocho millones de personas que les han votado”.

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