CUANDO SE ACABA EL AMOR

¿Cómo responde el cerebro cuando terminas con tu pareja?

El cerebro reacciona y responde al corte de una relación. Eso repercute en el cuerpo que pasa por varios dolores normales pero tristes de transitar. En el peor de los casos, la persona dejada puede sufrir depresión pero hay sufrimientos comunes que hay que pasar para después salir fortalecido.

** "Se termina hoy pero se perdió hace tiempo."

** "No te abandono, te dejo ir; te quiero, pero sigamos un camino mejor."

** "No me arrepiento de lo que viví contigo pero ya no hay suficiente amor para continuarla."

** "En estos momentos no te puedo ofrecer más que mi amistad, y perdón si te hago daño."

** "Aunque no me guste que acabe, nunca olvidaré lo que tuvimos."

Blablablá. La lista es extensa.

Toda persona sufre cuando se termina una relación, especialmente, quien es el dejado. Ante esta situación, el cerebro reacciona y produce varios cambios físicos que son normales pero que hay que atravesar.

Así lo explica una investigación de la Universidad John Hopkins, en Baltimore (USA, Maryland). El cerebro que pasa por una situación de desamor sufre de un importante estrés que se traduce en problemas para dormir, un ritmo cardíaco afectado y cambios en el sistema inmunológico.

Hay 2 hormonas que están presentes en nuestro cerebro mientras estamos enamorados: dopamina y oxitocina. Pero éstas se van cuando terminamos con una relación y toma protagonismo otra hormona: el cortisol. La misma se libera como respuesta al estrés que se está sufriendo en un estado como este. Por esta hormona, el cuerpo siente náuseas, ansiedad y tiene una acumulación de grasa abdominal, entre otras.

El cortisol también puede producir fuertes dolores de cabeza y una disminución de la motivación. Como resultado, la persona se aleja de los amigos y la familia.

Tal como indica un estudio de la Universidad de Michigan (USA), cuando alguien atraviesa un dolor emocional como puede ser el corte de una pareja, en el cerebro se activan las mismas partes que se activan al sufrir un dolor físico. El cerebro cree que la persona realmente ha padecido un dolor real.

Los cambios corporales que se producen al terminar con una pareja generan una sensación de cansancio crónico que se relaciona con la ansiedad y los problemas para dormir. Otra consecuencia física es la pérdida del apetito que genera dolor en el estómago.

Respecto al corazón, existe la ‘Miocardiopatía de takotsubo’ o conocido como ‘Síndrome del corazón roto’. Aparece a partir de una situación traumática que induce al cerebro para que distribuya productos químicos que desgastan y debilitan el tejido del corazón. Produce una repentina insuficiencia cardíaca congestiva o dolor torácico.

El amor, además, es adictivo. Cuando se producen situaciones de desamor, en el cerebro se activan las mismas partes que se activan cuando una persona adicta a las drogas deja de consumir.

Pero con el tiempo, el cerebro, el cuerpo y la autoestima se recuperan para seguir con la vida.

Lucy Brown, una neurocientífica de la Universidad de Medicina Einstein estudió cómo se comporta el cerebro durante el romance. Asegura que todos los dolores que se sufren a partir de un desencuentro amoroso duran apróximadamente entre 6 meses y 2 años pero pueden variar según el tipo de relación y la duración de la misma. 

Tranquilo, el tiempo todo lo cura. Así que, a esperar…

En contraposición a todos los padecimientos producto del desamor, el cerebro enamorado también reacciona. Pero claro, la persona se encuentra feliz y de excelente ánimo.

Domeena Renshaw, una investigadora del Departamento de Psiquiatría y Neurociencia del Comportamiento de la Universidad de Loyola (Chicago, USA), afirma que el cuerpo está lleno de sustancias químicas que lo hacen sentir bien.

Algunas consecuencias de este bienestar son: el corazón que late fuertemente, el enrojecimiento de las mejillas y la transpiración de las palmas de las manos, entre otras. Las personas enamoradas liberan dopamina, adrenalina y norepinefrina. La dopamina genera sentimientos de euforia, mientras que la adrenalina y la norepinefrina hacen que los latidos del corazón sean más fuertes y nos sacan el sueño.

Al principio también bajan los niveles de serotonina en nuestras neuronas. Esto demuestra por qué solo importa la pareja y nada ni nadie más.

Según un estudio del Departamento de Psicología de la Universidad Syracuse (Nueva York, USA) a cargo de Stephanie Ortigue, hay 12 áreas del cerebro implicadas que reaccionan ante el sentimiento del amor.

Observó muchos estudios sobre técnicas de imágenes, electroencefalogramas, tomografías computadas, entre otras, y examinó la historia clínica de los pacientes. Su objetivo era reconocer qué zonas del cerebro se encuentran vinculadas con distintos tipos de amor: desde al amor madre-hijo hasta el que sienten personas discapacitadas.

Ortigue afirmó, “Al enamorarse, un individuo pone en acción una docena de áreas cerebrales. Estas zonas trabajan en forma coordinada y liberan moléculas neurotransmisoras como dopamina y adrenalina, lo que genera distintas respuestas emocionales”.

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