VISITA EN ARGENTINA

Dilma Rousseff pidió por Milagro Sala y no quiso hablar de Odebrecht

La Presidenta de Brasil,destituída por el Congreso pasó por Argentina para disertar en una jornada titulada “Democracia, Derechos y Justicia Social” organizada por la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET) y el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO). Habló sobre Temer y su finalización de mandato a fin de año, sobre su destitución y pidió por la libertad de la piquetera k, Milagro Sala.

Tras su paso por Buenos Aires e invitada por la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET) y el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) para dar una Conferencia Magistral titulada “Democracia, Derechos y Justicia Social”, Dilma Roussef pidió la libertad de Milagro Sala.

Minutos antes dio una conferencia de prensa en la que reclamó que el actual presidente de Brasil, su ex vice, Michel Temer debe renunciar antes de fin de año, según describe el portal La Política Online.

Esta declaración se conoció horas después de que Temer asegurara que no piensa renunciar incluso si el Tribunal de Justicia Electoral (TJE) impugnara la fórmula Rousseff-Temer que llevó a ambos a la presidencia. Esta causa comenzó antes de que empezara el juicio de Impeachment, pero con la feria judicial ya en vigencia, este pedido de renuncia llegaría indefectiblemente tarde para evitar lo que Dilma denominó “un Golpe dentro de otro Golpe de Estado”.

“El nuestro es un sistema presidencialista, no parlamentarista. En un parlamentarismo, el Congreso elige al primer ministro. En un presidencialismo como el de la República Federativa del Brasil, el presidente es electo por elección directa, no elección indirecta”, insistió Dilma apelando a la continuidad institucional de su país.

“Mi intención es que esa crisis que ellos crearon sea resuelta por el único mecanismo capaz de resolverlo: la elección directa y la participación del pueblo en esta cuestión porque el pueblo brasileño jamás autorizó una enmienda constitucional que congela el gasto en educación, salud y tecnología por veinte años, exceptuando los pagos de la deuda pública, ni autorizó la privatización en especial en el área del petróleo”, dijo la última presidente electa de Brasil.

Al respecto señaló que la Constitución de su país dice que un presidente puede ser alejado de su cargo si se lo encuentra culpable de un crimen “con prueba no con convicción”, como explicó que fue su caso en el que a ella. No le pudieron probar ningún delito pero como hubo coimas “en un núcleo del Gobierno de Temer” asumieron que “algo ella debería saber” y que con esa convicción la destituyeron "corrompiendo y corroyendo la democracia" en el que “todos somos iguales ante la ley, hasta el más modesto de cada país” y “somos inocentes hasta que se pruebe lo contrario” y que "nadie puede ser aprehendido sin culpa probada".

Milagro Sala

En plena conferencia, sacó una foto de Milagro Sala y dijo que no puede ni ella ni nadie estar presa “siendo culpable de tirar huevos”. Y pidió que se respetaran las garantías y que en la región no se perdieran los derechos logrados por la lucha contra la desigualdad.

En la primera fila del auditorio donde luego Dilma dio su conferencia magistral había un asiento vacío reservado con el nombre de la dirigente social jujeña. Además, señaló que el caso por el que fue destituida, “Unos delatores aseguraron que mi campaña había sido abastecida con recursos provenientes de coimas”, pero que luego, cuando reveló cuándo y cómo había sido, el partido de Dilma investigó y encontró que “la contribución por valor de un millón de reales había sido al PMDB, nominado al actual presidente de la República Michel Temer”.

Cuando llamaron a los delatores dijeron “haberse equivocado”. Lo que demuestra, en su opinión, que de la denuncia se hizo un uso político en contra de su candidatura. El caso Odebrecht Consultada por el caso Odebrecht, Dilma respondió que “eso está en un libro distinto del que yo estoy hablando, yo estoy hablando del respeto a las cuestiones constitucionales e institucionales”.

Aunque luego aclaró que las primeras denuncias del caso Lavajato se dieron a conocer gracias a una norma que su partido, el Partido de los Trabajadores, envió al Congreso habilitando la figura del “arrepentido”.

Al respecto señaló que lo que declare un arrepentido, “debe tomarse como indicio para que la fiscalía investigue, no como prueba”, con lo que dio a entender que aun falta el material probatorio que ratifique que el gobierno de Lula y Dilma recibieron coimas por cerca de 500 millones de dólares y el de Cristina Kirchner por 35 millones de dólares, junto con otras coimas que los directivos de Odebrecht aseguraron a la justicia de Estados Unidos haber pagado en una docena de países de la región.

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