REVELACIÓN DE LA CIA

Cuando Saddam Hussein escribía novelas

John Nixon, un ex analista senior de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, según sus siglas en inglés) que fue el primer oficial de la misma en interrogar a Saddam Hussein tras su captura en diciembre de 2003, hace fuertes revelaciones sobre detalles del proceso en el libro "Interrogando al Presidente: El interrogatorio a Saddam Hussein", que provocan nuevas preguntas sobre por qué George Bush (padre) invadió Irak.

N. de la R.: Urgente24 nunca entendió la estúpida invasión de USA a Irak en días de George Bush padre. Quizá él creía que nadie hablaría de la recesión si había un conflicto, aún cuando Saddam Hussein hubiese sido un aliado de USA en Medio Oriente durante años. Es curioso esto porque George Herbert Bush, padre de George Walker Bush, había sido director de la CIA; y sus colaboradores mantenían un diálogo fluido y un control de las agencias de seguridad e inteligencia. Es posible preguntarse si decidieron no enterarse de la verdad para así ejecutar su plan de invasión tan inexplicable como luego lo fue la decisión de no ingresar a Teherán ni derribar a Hussein, una ambición quedó entonces para Bush hijo, siempre necesitado de demostrar que él no era menos que su padre. Lo cierto es que Bill Clinton clavó su lema "Es la economía, estúpido", y destrozó al ex director de la CIA devenido en jefe de la Casa Blanca. Con todo, Clinton no pudo impedir que, fraude electoral mediante (se dice), Bush hijo también llegara al Ejecutivo federal, y lanzara una 2da. y más estúpida aún invasión a Irak, conflicto del que USA todavía no pudo desligarse y que sólo consiguió el desarrollo de ISIS. Bush hijo inventó las armas de destrucción masiva que nunca tuvo Irak y otras ficciones. El pueblo estadounidense permitió las mentiras de su Presidente, y no pudo quejarse cuando éste más tarde le mintió a sus ciudadanos ocultando los datos que anticipaban un sistema hipotecario en bancarrota. La paradoja es que USA, luego de gastar miles de millones de dólares, logró cesar a Hussein, cuyo gobierno ya estaba fuera de combate por el largo bloqueo ordenado por la ONU. Pero USA no ganó la guerra porque desde entonces a Irak lo controlan los musulmanes chiíes que simpatizan con Irán, y así se creó un interesante triángulo que incluye a Hezbollah, del Líbano, alianza que confluyó en Siria, y junto a Rusia lograron rescatar de sus cenizas a Bashar al Asad, contra los intereses de USA.


"Estos detalles probablemente espantarán a los estadounidenses que han visto la sangre y el tesoro de su nación desperdiciarse en Irak", escribió James Risen en la reseña del libro de John Nixon, en el diario estadounidense The New York Times.

Nixon era un analista de la CIA (Central Intelligence Agency) en Irak (había escrito sobre Saddam Hussein en su tésis) cuando los militares de USA capturaron al exdictador, ya prófugo y abandonado por su gente. Nixon fue el encargado de identificarlo para cerciorarse de que tenían al hombre indicado.

Nixon confirmó que se trataba de Hussein chequeando un tatuaje tribal en el dorso de su mano derecha y una cicatriz de una herida de bala que sufrió Hussein en 1959.

"Yo había estado despierto durante 27 horas y estaba completamente exhausto, pero la noticia envió un shock de adrenalina a través mío como nunca había experimentado antes. Un equipo de Fuerzas Especiales buscando al hombre que llamábamos Objetivo de Alto Valor Número 1 había sacado a alguien de un agujero en la tierra. Respondía a la descripción. Y mis jefes en la CIA estaban interrogándome a mí, el experto. ¿Podría este hombre corpulento y desarreglado ser Saddam Hussein, el brutal dictador de Irak? ¿El hombre más buscado del mundo? Era 13 de diciembre de 2003 y yo había estado en Irak durante 8 semanas - un analista de la CIA buscando pistas que podrian llevarnos a Saddam y a sus notorios guardaespaldas", escribió John Nixon en el libro, en un fragmento publicado en el diario británico Daily Maily. El libro saldrá publicado en Estados Unidos el 29/12. 

Según Nixon, Hussein ya no manejaba el Gobierno de Irak y la CIA lo sabía

"Una vez que empezó a interrogar a Hussein, Nixon se dio cuenta de que mucho lo que sabía sobre él era erróneo", explica Risen, del NYT. Su descubrimiento más impresionante fue que en el momento en que USA invadió Irak en marzo de 2003, Hussein había delegado el manejo de Gobierno a sus asesores y estaba pasando la mayor parte del tiempo escribiendo una novela.

"Hussein se describió a sí mismo ante Nixon como Presidente de Irak y escritor, y se quejó ante Nixon de que el ejército estadounidense le había quitado sus materiales de escritura, impidiéndole terminar el libro. Hussein era, sin dudas, un dictador brutal, pero el hombre descrito por Nixon no estaba en una misión para hacer volar al mundo, como la administración de George W. Bush había asegurado para justificar la invasión", explica Risen.

"¿Valía la pena sacar del poder a Saddam?", se pregunta Nixon.

"Puedo hablar solo en mi nombre cuando digo que la respuesta debe ser no. Saddam estaba ocupado escribiendo novelas en 2003. Ya no estaba manejando el Gobierno", dice el ex CIA. Nixon además agrega que la CIA ya tenía evidencias de esto antes de la invasión, pero la información "nunca fue retransmitida a los responsables políticos y solo emergió después de la guerra."

Para 2003, según Nixon, Hussein estaba tan perdido con respecto a lo que estaba pasando en su propio país como los estadounidenses y los británicos, ya que para ese momento, la toma de decisiones en materia de política exterior dependía de sus tenientes, liderados por el vicepresidente iraquí Taha Yassin Ramadan.

Sobre las supuestas armas de destrucción masiva -el justificativo de la invasión de 2003-, Hussein le admitió a Nixon durante los interrogatorios que fue un error de su parte no expresar claramente antes de la guerra que se había deshecho de ellas hacía tiempo.

La CIA le dice al Presidente lo que él quiere escuchar, afirma Nixon

Hussein nunca entendió a Estados Unidos. Tras los ataques del 11/09/2001, Hussein leyó fatalmente mal cómo iba a reaccionar USA. Pensó que los ataques acercarían a su país y a USA, para combatir juntos a lo extremistas islámicos.

"En la mente de Saddam, los 2 países eran aliados naturales en la lucha contra el extremismo", escribe Nixon, y Saddam no podía entender por qué Estados Unidos no veía las cosas como él. El autor del libro critica a la CIA por ser una agencia disfuncional en la provisión de información de inteligencia. La agencia, escribe, solo desea complacer al Presidente -a quien lo sea en cada momento- y le dirá siempre lo que quiere escuchar.

"El libro de Nixon llega en un momento extraordinario, cuando el Presidente electo Donald J. Trump, ya está en guerra con la CIA. Ha atacado la evaluación de la CIA de que Rusia intervino en la elección presidencial de 2016 para ayudar a su candidatura, y ha citado los fracasos de la agencia en la inteligencia sobre Irak anterior a la guerra como un ejemplo de que la CIA ha menudo se equivoca", escribió Risen, del NYT.

Así describe Nixon los primeros momentos de sus encuentros con Hussein: "Hablé primero a través de un traductor. 'Tengo algunas preguntas que me gustaría hacerle, y debe contestarlas con la verdad. ¿Entiende?' Saddam asintió. '¿Cuándo fue la última vez que vio a sus hijos con vida?' Esperaba que Saddam fuese desafiante, pero me tomó por sorpresa la agresividad de su respuesta: '¿Quiénes son ustedes? ¿Son inteligencia militar? ¿Inteligencia civil? Respóndanme. ¡Identifíquense!' Noté sus tatuajes tribales y que su boca caía. Ahora necesitaba ver la herida de bala. Había tanto que queríamos saber. ¿Cómo había escapado de Bagdad? ¿Quién lo había ayudado? Él no decía, respondía solo a las preguntas que él quería. '¿Por qué no me preguntas sobre política? Hay mucho que podrías aprender de mí', gritó (Hussein). Hacía especial énfasis en el maltrato que había recibido por las tropas que lo habían traído, lanzando una gran diátriba", rememora Nixon.

Advertencia de Hussein a Bush

Nixon luego cuenta que mientras su objetivo era averiguar sobre las armas de destrucción masiva que habían sido el pretexto de la invasión, la respuesta de Saddam era simplemente burlarse de ellos.

"Encontraron un traidor que los trajo a Saddam Hussein. ¿No hay algún traidor que les pueda decir a dónde están las armas de destrucción masiva?", preguntó desafiante Saddam a Nixon, para luego explicar: "Irak no es una nación terrorista. No teníamos relación con (Osama) bin Laden, y no teníamos armas de destrucción masiva... Y no éramos una amenaza para nuestros vecinos."

Y prosiguió: "Nunca pensamos en usar armas de destrucción masiva. No estaba en discusión. ¿Usar armas químicas contra el mundo? ¿Hay alguien que esté en sus cabales que haría esto? ¿Quién usaría estas armas cuando no habían sido usadas en contra nuestro?".

Nixon admite al respecto: "Esta no era la respuesta que esperábamos escuchar. ¿Cómo podría ser, entonces, que Estados Unidos había estado tan equivocado? Saddam tenía una respuesta: 'El espíritu de escuchar y entender no estaba ahí - No me exlcuyo a mí mismo de esta culpa.' Fue un extraño reconocimiento de que él podría haber hecho más por crear una imagen clara de las intenciones de Irak."

Saddam, en entrevista con Nixon, negó haber tomado la decisión de usar armas químicas contra los kurdos durante la guerra entre Irán e Irak, así como que hubiese habido algún involucramiento de Irak en el atentado a las torres gemelas. Otra cosa llamativa que le dijo Hussein a Nixon, fue una predicción con respecto al difícil camino que le esperaba a USA en su voluntad de imponer el orden en Irak.

"Ustedes van a fracasar", dijo Hussein. "Van a encontrar que no es fácil gobernar Irak." Nixon admite: "La historia ha demostrado que tenía razón. Pero en ese entonces, yo tenía curiosidad de saber por qué él lo consideraba así."

Hussein le respondió tajante: "Porque no conocen el idioma, la historia y la mentalidad árabe. Es difícil conocer al pueblo iraquí sin conocer su clima y su historia. La diferencia es entre la noche y el día, y el invierno y el verano. Por eso es que dicen que los iraquíes son cabeza dura - por el calor del verano." Saddam se rió entredientes, relata Nixon, y prosiguió: "El próximo verano, cuando haga calor, se pueden levantar en contra tuyo. El verano de 1958 se puso algo caluroso. En los '60, cuando hacía calor, tuvimos una revolución. ¡Puedes contarle eso al Presidente Bush!".

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