HASTA AHORA, NEOKIRCHNERISMO

Cambiemos: ¿Qué? ¿Cuándo? ¿Quién? ¿Cómo?

Pudo hacerse mucho pero se hizo muy poco: una conclusión que se alcanza luego de leer el ejercicio de ciencia ficción que realizó el consultor en temas energéticos Ricardo Molina, y que comparte con los lectores de Urgente24. Pudo comenzarse una auténtica 'revolución frondicista' en materia energética, en lugar del falso nacionalismo K. Pudo hacerse desarrollismo siglo 21 y no neokirchnerismo....

por RICARDO MOLINA

Éste es el artículo que siempre quise escribir, y Usted, tal vez, leer:

Ha pasado apenas 1 año desde que el Grupo Técnico Interdisciplinario (GTI) presentó sus conclusiones al Presidente Electo en dos maratónicas jornadas de análisis sobre la situación energética y sus perversos efectos en la macroeconomía.

El GTI había sido convocado por Mauricio Macri y Cambiemos para elaborar un plan integral que reencausara el mercado energético hacia la senda de la sostenibilidad y eliminara, definitivamente, la carga fiscal de la distorsionada herencia recibida de la Administración anterior. Estuvo integrado por los ex secretarios de Energía, economistas y otros expertos en la materia, y también por abogados especializados en regulaciones. Muchos de sus miembros hoy están integrados como funcionarios en las respectivas áreas de gobierno.

Ese plan integral fue la base técnico-económica que fundamentó la ya famosa Ley de Sostenibilidad Energética (LSE), aprobada en memorables sesiones del Congreso Nacional, donde la intensa tarea de búsqueda de consenso político que los propios miembros del GTI desarrollaron entre las distintas fuerzas políticas, fueron decisivas para comenzar a superar 15 años de atraso y empobrecimiento.

Inmediatamente, el Poder Ejecutivo se abocó al proceso de reglamentar la norma para cada uno de los segmentos de la industria energética, y así el plan integral comenzó a ponerse en marcha.

Llegando al 1er. año de gestión de las nuevas autoridades parece oportuno hacer un objetivo balance de lo mucho hecho, de los aciertos alcanzados y de los aspectos a mejorar.

Mercado de los hidrocarburos

Uno de los primeros aciertos de la LSE fue la creación de la Agencia Nacional de Hidrocarburos que concentró las jurisdicciones provinciales y la nacional en un proceso único de licitación
internacional para un número significativo de áreas hidrocarburíferas que, por falta de inversiones, fueron cedidas por los gobiernos Provinciales y por las anteriores empresas adjudicatarias para integrar el conocido Plan Houston II. Esta nueva versión de aquel famoso plan que dio inicio al autoabastecimiento petrolero del país, ya ha tenido 2 rondas licitatorias y los resultados obtenidos han sido muy alentadores.

Hoy queda claro que fue correcto el criterio de reducir el tamaño de las áreas para incentivar la participación de empresas petroleras de pequeño y mediano porte que, a partir de disponer de un alto estándar de eficiencia técnica y económica, les ha permitido convertir en rentables operaciones que hasta el año pasado parecían impensables.

El otro logro de esta ley fundamental fue la desregulación de los mercados mayoristas energéticos. En el caso del precio del petróleo crudo se ha producido una muy rápida convergencia hacia los precios internacionales. Hoy el “barril criollo” se comercializa libremente en el mercado spot con un pequeño margen del 1,5% sobre el import parity del crudo Brent. (N. de la R.: el precio de referencia del crudo europeo, extraído en el Mar del Norte).

En el caso del gas natural, aún rige el “Price Cap” de u$s 5/MMBtu que dispuso  la reglamentación específica de la LSE como precio único para todas las cuencas y todas las tecnologías, durante una transición anual. En 6 meses más comenzará a negociarse el precio del gas libremente en el segmento mayorista de este mercado. Las proyecciones futuras de precios muestran señales de estabilidad. Esta política ha permitido que el Estado ahorrara los subsidios que se destinaban a la producción del gas y del petróleo, aliviando la carga fiscal en 2% del PBI en 2016.

La combinación de multiplicidad de empresas oferentes en el upstream de los hidrocarburos y una clara política de precios han creado los incentivos correctos para que los primeros resultados operativos positivos, tanto de las empresas con larga trayectoria en el país como de las nuevas instaladas a partir del Plan Houston II, están permitiendo a los expertos coincidir en que las curvas de reservas y producción de petróleo y gas comienzan a insinuar tendencias positivas. La prudencia recomienda ser cautelosos y esperar los resultados 2017.

Lamentablemente, el comportamiento de las autoridades políticas y de los sindicatos locales de las distintas provincias hidrocarburíferas no ha sido uniforme. En algunos casos, como Neuquén y Salta, se advierte una acción muy consistente con la política nacional aprobada por el Congreso Nacional, y en otras, los avances han sido muy limitados debido a la subsistencia de los mismos intereses que dominaron sus respectivos escenarios políticos durante décadas. Sin dudas, la Agencia Nacional de Hidrocarburos, tiene mucha tarea que desarrollar en esos territorios para consolidar la fluidez de todos los mercados.

Por el lado de los gobiernos provinciales alineados a la política energética vigente se advierte que el aumento de la actividad está compensando con creces aquellos ingresos basados en precios artificiales. El nivel de empleo del sector también está evolucionando a tasas positivas y el salario medio de los trabajadores petroleros ha ganado competitividad frente a las fuerzas laborales de las principales potencias petroleras mundiales.

A partir de la liquidación y disolución de ENARSA, han aflorado una serie de comercializadores y “traders” que han dinamizado el mercado del LNG importado, que no sólo aportaron precios más competitivos al mercado sino que han liberado a las arcas fiscales del drenaje de divisas a que fueron sometidas durante los años anteriores. Existen varios proyectos en desarrollo para dotar al país con mejores y más eficientes infraestructuras para recibir las importaciones de LNG, tanto por la vía Atlántica como la del Pacífico.

Integración regional

Las nuevas autoridades nacionales también han puesto en marcha una intensa política de integración regional energética a partir de las recomendaciones del GTI. El accionar conjunto de la Cancillería argentina y la Secretaría de Energía ha permitido iniciar rondas de negociaciones con todos los países vecinos para incentivar y facilitar los intercambios energéticos.

Un ejemplo notable fue el acuerdo que “Comercializadora del Cono Sur” alcanzó con las autoridades chilenas para importar LNG utilizando los gasoductos Norandino y Gas Andes mediante un contrato de “swap” que se compensa con exportaciones argentinas de gas a Methanex. También hay gestiones avanzadas con las autoridades bolivianas y brasileñas a  partir de distintas negociaciones que han iniciado destacadas empresas nacionales y extranjeras.

Contractualización del mercado a partir de las subastas de gas

A partir de la reglamentación de la cláusula de la LSE que dispuso la normalización de los mercados mayoristas conforme los marcos regulatorios del gas y eléctrico, la Secretaría convocó a las primeras rondas de subastas donde concurrieron los productores de gas, los comercializadores que ofrecían gas importado, las distribuidoras de gas (representando las demandas cautivas), consumidores industriales y los generadores eléctricos. La reglamentación estableció que los primeros oferentes serían las distribuidoras de gas para satisfacer sus demandas cautivas durante este primer año del mecanismo.

El PIST fue establecido como un precio máximo (Price cap) en US$5/MMBtu. Lo interesante fue que en esta primera ronda, muchos productores pequeños y medianos estuvieron dispuestos a
vender su gas debajo de este precio a cambio de contratos firmes de 365 días (con modulaciones estacionales). Satisfecha la demanda cautiva, la subasta continuó con los restantes compradores.

Un dato valioso fue que el precio más elevado fue US$7,50/MMBtu obtenido por un volumen, no muy significativo, de gas proveniente de una operación de 'shale gas'.

El valor promedio del gas para la totalidad de las operaciones se ubicó en US$ 5,85/MMBtu.

Mercado mayorista eléctrico

El proceso de recuperación de CAMMESA demandó los 6 primeros meses de la nueva gestión, al cabo del cual la nueva CAMMESA abandonó todas aquellas funciones que distorsionaron su accionar durante el gobierno anterior. La separación de los stocks de problemas acumulados a lo largo de tantos años de intervencionismo estatal de los nuevos flujos originados por los precios que han surgido de la liberalización del MEM, ha sido una estrategia adecuada para acelerar esta recuperación.

El proceso de conciliación de cuentas entre todos los actores y las negociaciones para cancelarlas no han sido fáciles, pero los incentivos que tenían todas las partes para resolver el problema rápidamente fueron acertados.

La 1ra. ronda de subastas de gas permitió a los generadores eléctricos disponer de un volumen interesante de gas para sus operaciones durante este próximo período de 12 meses. El combustible líquido restante, necesario para sustituir la escasez de gas natural, fue adquirido directamente por los propios generadores o por consorcio de generadores que están comenzando a operar en estos mercados.

Cammesa ha comenzado a despachar a las generadoras a partir de un esquema de precios marginales de largo plazo, ubicándose el precio medio monómico en un promedio de US$80/MWh.

Los PPAs -contratos privados entre generadores y grandes clientes- están ganando terreno, y cada día más empresas encuentran, gracias a la tarea profesional de los comercializadores, interesantes oportunidades para asegurarse sus abastecimientos de energía eléctrica.

Es justo reconocer que este proceso comenzó con varios tropiezos a partir de las dificultades, en su puesta en marcha luego de 15 años de operaciones bajo una férrea intervención estatal. La aptitud de los funcionarios de la cartera de Energía ha permitido sortear con eficacia estos inconvenientes iniciales.

Transporte y distribución

La Secretaría de Energía, con la asistencia de la Secretaría de Hacienda, fue la encargada de renegociar los contratos con las empresas transportistas y distribuidoras, a partir de las disposiciones específicas de la LSE. El proceso fue iniciado en el mes de enero de 2016 y a mediados de abril, ya se habían completado todas las renegociaciones que incluyeron una extensión de 15 años en los contratos originales. La Comisión Bicameral del Congreso convalidó todo el proceso de renegociación de contratos.

Paralelamente se normalizaron los Entes Reguladores del Gas y de la Electricidad, quedando integrados por distinguidos profesionales surgidos de los concursos públicos previstos en los marcos regulatorios. En el mes de abril ambos Entes Reguladores quedaron formalmente normalizados y en aptitud legal para convocar a las respectivas Revisiones de Tarifas Integrales que debían fijar los planes de inversión y las tarifas para los próximos cinco años. Las RTIs finalizaron el pasado mes de Septiembre y a partir de ese momento las licenciatarias y concesionarias tienen un horizonte despejado para el próximo quinquenio.

Las tarifas finales a los usuarios cautivos (residenciales y comerciales) continuarán siendo subsidiadas por el Estado nacional por los próximos tres años, conforme un mecanismo de reducción gradual semestral (comenzaron a aplicarse en el mes de septiembre de este año, continuará en marzo siguiente y así sucesivamente) dispuesto en los decretos reglamentarios sancionadas al amparo de la Ley aprobada.

Ya confesé que esto era lo que hubiera querido describir. Hablemos ahora de la realidad, y no de lo que deseaba que ocurriese:

El ingeniero Mauricio Macri asumió y aumentó a 20 el número de Ministerios del Poder Ejecutivo, el de Energía entre ellos.

El ministro Juan Josè Aranguren intervino o continuó interviniendo todos los mercados energéticos, aplicó subsidios a la oferta, dispuso que Cammesa no sólo comprara el combustible para las centrales térmicas sino también que asumiera el rol de comprador de energía eléctrica mediante contratos firmes de largo plazo a los nuevos generadores, diseñó y licitó nuevos emprendimientos de energías renovables con fuertes subsidios y garantías del Estado, aumentó las tarifas sin renegociar los contratos y debió convocar a audiencias públicas en cumplimiento de órdenes judiciales.

En los discursos, los funcionarios hablan de desregulación y liberalización de los mercados mayoristas, pero a 1 año de gestión todavía no se ha tomado decisión alguna para iniciar ese camino, antes bien, visualizan que recién en el 2019 los mercados recuperarán la normalidad. Como resultado de este intervencionismo estatal, la producción de hidrocarburos ha quedado concentrada en muy pocas empresas, desalentando aún más la aparición de nuevos inversores.

Los subsidios fiscales de este año totalizarán, en términos reales, una suma similar a la del 2015. Los primeros días de calor ya trajeron su estela de previsibles cortes eléctricos, irritando a los consumidores, ya sea que se interesen o no por la gestión económica del país. Las tarifas de gas y electricidad siguen  bastante retrasadas y la decisión de seguir recuperándolas se ha postergado para el año próximo.

En definitiva, el mercado energético actual puede describirse con los mismos paradigmas que lo gobernaron durante los últimos 10 años. Es hora de cambiar.

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