MALAS NOTICIAS PARA MACRI & GOBERNADORES

Urgente24 lamenta informarlo pero... ajuste previsible en año electoral

Alfonso Prat-Gay dejó atrás un Palacio de Hacienda de grandes titulares: cepo, default, blanqueo, pero con números fiscales altamente preocupantes, como el de la recaudación nacional, que creció 90% interanual, pero excluyendo el régimen de sinceramiento de única vez deja un alza nominal de dos tercios menos (27,7%), a la que si se le descuenta inflación da retroceso. Fue consecuencia directa de los efectos que tuvo la política económica en el consumo, la producción, el empleo y finalmente la inflación, a la que en pleno año comicial la Nación y las provincias se tendrán que ajustar. Economía & Regiones desarrolla un diagnóstico del que el nuevo ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, seguramente habrá tomado nota.

Desastroso el año fiscal que acaba de finalizar. No sería la afirmación de un comentarista intencionado, sino que surge de las conclusiones del reporte de ingresos tributarios de 2016 realizado por la consultora Economía & Regiones.

De no haber sido por el blanqueo que por única vez vistió a las estadísticas, pero que no se coparticipa con las provincias, no habría ningún número que se salvara medido contra la inflación... con la excepción del giro que recibió la Ciudad Autónoma gracias al fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que reforzó sus arcas en 238%.

La radiografía fiscal de E&R podría sintetizarse así:

* caída de la recaudación por IVA y Ganancias con motivo de la ejecución de la política económica (retracción del consumo y la actividad económica);

* merma en la transferencia de recursos a las provincias;

* menores ingresos por seguridad social (consecuencia de la repercusión de la economía en el empleo) y

* hasta la defección de la que parecía una de las vedetes en la estrategia macrista, como la soja, que se reflejó en una caída real negativa de más de 10 puntos del Fondo Solidario.

El ministro de Energía, Juan José Aranguren, fue el artífice de que el impuesto a los combustibles fuese de los pocos que salvaron la ropa. Si bien el despacho general en volumen sufrió una leve baja, zafó gracias a los aumentos que concedió en los surtidores, sin tener en cuenta que el encarecimiento restaría poder de consumo a los automovilistas que lo que pagaban en la estación de servicio dejaban de aplicarlo a mover el resto de la economía doméstica.

Pero no alcanza. En el interior hay mucha bronca con el reparto de la miseria fiscal que generó el desacertado manejo de la política económica en el tramo de gestión que finalizó. Entre los dirigentes del interior refunfuñan que en el año que se fue, CABA y Provincia de Buenos Aires fueron para Mauricio Macri lo que Santa Cruz significó para los K en materia de privilegios.

El informe de E&R muestra e su cruda dimensión quiénes fueron los grandes perdedores en el terreno fiscal de 2016: el impuesto a las Ganancias, el IVA, los aportes y contribuciones a la seguridad social y las provincias, ingresos éstos todos cuyo común denominador fue la caída libre.

Para contextualizar estos movimientos, la estructura de la cobranza deja claramente reflejada la importancia relativa de cada uno en la columna fiscal de los ingresos: de los $2,07 billones recaudados en 2016, con una variación del 34.6% respecto al mismo periodo de 2015 (serían unos $532.205 millones adicionales), unos $583.217 millones provinieron del IVA Neto, seguido por lo que entra por ANSeS ($536.180 millones) y luego unos $432.907 millones de Ganancias. Con menor incidencia, el impuesto al cheque acumuló $131.669 millones y los que gravan al comercio exterior juntaron $127.875 millones en el acumulado del año.

La caída del Impuesto al Valor Agregado (IVA), dada su incidencia de casi 30% de la recaudación total, es el paradigma de la debacle, ya que cosechó 31,5% más de pesos que el año pasado, pero tamizados por la inflación representaron en rigor -3,2%. En promedio esa es la plata que les faltó a los gobernadores y se niegan a asumir la culpa. El staff de directores economistas de E&R (Verónica Sosa, Diego Giacomini, Valeria Sandoval, Federico Cuba, Iván Cachanosky y Stefano Beltrame) les dió la razón, en tal sentido, cuando adujeron en el informe que la caída de la recaudación de este impuesto se explica en la estimación que dio CAME: el consumo habría cerrado el año con un retroceso del 7% promedio anual. Por lo tanto, el IVA aportó $583.217 millones, y eso fue lo que hubo.

Encima, los mandatarios provinciales tuvieron que resignar otra porción de sus ingresos tras la arremetida legislativa que se centró en otra de sus fuentes de recursos: el impuesto a las ganancias.

Las cuentas de diciembre pasaron en limpio el real efecto que surtieron los cambios en Ganancias en la caja fiscal: la DGI cobró $38.176 millones (+11.1% a/a), con lo cual el aporte al crecimiento del mes fue sólo del 3.3%, que al año significó 13.5% en términos nominales ($432.907 millones), apenas un tercio del aumento general de precios.

La perspectiva es que este año mermará aún más la entrada de dinero por esa vía ante el aumento del mínimo no imponible y el cambio en las escalas y alícuotas del nuevo proyecto aprobado, incluso con un costo mayor al estipulado en el Presupuesto vigente.

La suerte de autismo energético que caracterizó al gobierno en el año, con las marchas y contramarchas de los tarifazos que no movieron el amperímetro de la producción, afectó al consumo y a la inflación, al final le terminó dando una manito a las cuentas fiscales, ya que los impuestos a los combustibles en su conjunto crecieron 83.4% promedio en diciembre, de modo que el año cerró con una suba real del 32.1%. Esencialmente, los aumentos en las naftas (cuyo crecimiento fue del 34.6% promedio durante el 2016) permitieron que la base del impuesto creciera y, en consecuencia, influyera en la recaudación.

Blanqueo y cuenta nueva

El Régimen de Sinceramiento Fiscal (Blanqueo de capitales) es la única explicación de que la recaudación tributaria nacional haya tenido un comportamiento excepcionalmente fuerte en diciembre, +90% a/a en términos nominales, alcanzando $275.542 millones, pero al estar afectado a la atención de la reparación histórica a los jubilados no son coparticipados a las provincias.

Si se extrae este recurso de única vez, el auténtico ritmo interanual de la suma de billetes en las arcas fiscales fue del 27,7%. Comparándolo con el incremento nominal con una inflación interanual de 39.1%, de acuerdo al IPC E&R, el crecimiento real fue negativo y en el orden del 36,6%.

Desagregando el crecimiento por origen económico, tanto los ingresos por impuestos relacionados a la actividad económica y los impuestos relacionados al mercado laboral (aportes personales y contribuciones patronales) presentaron caídas reales, ya que su crecimiento nominal fue del 23,6% y 36,4% respectivamente, aportando 16,5p.p. y 9,6p.p. respectivamente, de los recursos.

Por algo le apuntó el nuevo ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, a los impuestos de la ANSeS, que con el 36.4% de mejora respecto del mismo mes de 2015, mostraron nuevamente una leve caída en términos reales.

En valores absolutos sumaron $46.767 millones. Mientras que los aportes personales alcanzaron en diciembre a $18.945 millones, las contribuciones patronales llegaron a los $27.309 millones.

En el acumulado anual, la recaudación del sistema de seguridad social alcanzó a $536.180 millones, +33.7% respecto a la observada en 2015, evidenciando una caída del 3.4% en términos reales, conforme el menor nivel de actividad y la falta de generación de empleo, según E&R.

Dujovne promete reformas porque su diagnóstico es que el elevado costo de tributación al trabajo incide en la exteriorización de las relaciones.

Fue también decepcionante la recaudación por comercio exterior, que aportó solamente el 4% del crecimiento, con el 24,5%.

Las retenciones sobre las exportaciones cayeron fuertemente durante diciembre (-22,0% a/a). En gran parte obedeció a que la liquidación de stocks registrada en diciembre de 2015 elevó la base de comparación. La recaudación por este concepto alcanzó los $3.907 millones en diciembre, acumulando en el año $71.509 millones, registrando una caída real del -44% a/a.

Ni siquiera los derechos de importación (uno de los efectos que afectaron al consumo interno) tuvieron un crecimiento real porque la inflación de diciembre y al desplome de la actividad económica que contrajo la demanda por bienes y servicios del exterior se los llevaron puestos.

En este caso, la recaudación creció al 38.6% a/a, alcanzando $5.171 millones en el último mes, y acumulando en el año, una recaudación total de $56.366 millones, reflejando una caída del -0.35% en términos reales.

El tipo de cambio encierra uno de las mayores dilemas que le tocará enfrentar a la mesa chica económica que se mostró como alternativa a la aislada figura de Alfonso Prat Gay finalmente exonerada por el presidente Mauricio Macri.

Producción agravada

La aparición de recaudación ligada al sinceramiento fiscal llevó a una expansión del conjunto de los impuestos restantes al 1.309.7% interanual. El blanqueo hará renacer en 2017 una alicaída estrella: Bienes Personales, que viene de caer 21.9% en diciembre, totalizando $19.541 millones en el año, -12.3% en términos reales respecto a la recaudación de 2015, pero que los patrimonios exteriorizados le darán amplia revancha en las nuevas DDJJ.

 

Las transferencias automáticas a provincias crecieron nominalmente durante diciembre al 26.2% a/a, muy por debajo de la inflación interanual, por lo que derivó en una caída del -9.3% en términos reales (según IPC E&R).

Las transferencias automáticas alcanzaron $53.738 millones. Este monto incluye los ingresos del acuerdo por la devolución del 3% de la masa coparticipable retenida por ANSeS, lo cual, sin embargo, no incluye el pago de la 5ta cuota de la devolución retroactiva de dicho acuerdo ($1.400 millones).

El Fondo Federal Solidario presentó una expansión de 25.8% respecto a diciembre de 2015, y una caída de 15,3% respecto a noviembre de 2016. Durante el último mes del año, los precios FOB del aceite de soja y los porotos de soja se ubicaron en un 22,8% y un 10,3% por encima de los registrados en diciembre de 2015, mientras que el precio de la harina creció un 8,6%.

Mucho no ayudó el tipo de cambio mayorista que año a año corre desde muy atrás a la tasa de crecimiento de los precios internos.

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