DONALD TRUMP, UN KIRCHNER CUALQUIERA

Fin del Obamacare, devaluación del dólar, choque con China, Canadá y México...

En Washington DC la moda consiste en alojarse en el hotel Trump International, inaugurado por Donald Trump pocas semanas antes de las elecciones. Fue en su salón más lujoso donde a primera hora de la mañana del viernes 20/01, Trump celebró el tradicional Desayuno de Oración. El jueves 19/01, Trump realizó en este hotel su 1er. almuerzo inaugural, con la plana mayor republicana, oportunidad en la que se autoelogió: “Qué salón tan espléndido… debe de ser un genio quien haya construido este lugar”. El Trump International se ubica en un edificio de propiedad federal, una antigua sede de correos por la que el Estado cobra un alquiler de US$ 3 millones anuales, rehabilitado por las empresas de Trump que han invertido US$ 200 millones, de los cuales US$ 170 millones fueron un préstamo del Deutsche Bank. El slogan del hotel es: “Join the Trump lifestyle”, o sea, únete al estilo de vida Trump. Para muchos, es la demostración de la confusión que puede tener Trump entre lo público y lo privado. Hay mucha gente esperándolo al final de ese corredor tan polémico....

"Trump dará motivos a alguien para un impeachment, por hacer algo que
ponga en peligro la seguridad nacional o que le beneficia económicamente”.
Profesor Allan Lichtman,
American University,
(anticipó que Trump sería candidato republicano y ganaría la elección geneal).


“El futuro está más cerca de lo que creemos.
En el plazo de un año, Trump renunciará o será sometido a impeachment”.
David Brooks,
The New York Times.

 

Exhibiendo un populismo extremo y un nacionalismo casi chauvinista, Donald Trump ya es presidente de USA. El candidato al que nadie tomó en serio y trituró a las dinastías políticas Bush y Clinton, juró el cargo y se dirigió al país en la escalinata del Capitolio.

En 16 minutos de discurso la frase a rescatar fue: "Estamos reunidos hoy para emitir un nuevo decreto que será escuchado en cada ciudad, en cada capital extranjera, en cada centro de poder: de hoy en adelante, una nueva idea gobernará nuestra tierra: desde este momento en adelante, va a ser América primero".

Trump volvió a culpar a los extranjeros, a la globalización, y a la élite política nacional por los problemas que puede sufrir el ciudadano blanco pauperizado o empobrecido: "La riqueza de nuestra clase media ha sido saqueada, y distribuida por todo el mundo", dijo prometiendo " hoy transferimos el poder de Washington al pueblo. El 'establishment' se ha protegido a sí mismo, no a los ciudadanos".

Sin embargo, así tal como Néstor Kirchner asumió negando que Eduardo Duhalde le hubiese dejado un país en recuperación (de lo contrario no se entendía su obesesión por conservar a Roberto Lavagna ministro), Trump intenta comportarse tal como si Barack Obama no le obsequiara una economía que avanza.

"Si pensamos en lo que Trump está heredando, se trata de una economía en la que gran parte de la reciente crisis ha sido resuelta", dijo Jed Kolko, economista jefe la web de empleo indeed.com.

"Los desafíos que quedan son los más difíciles de corregir", dijo, citando como ejemplos la decadencia del cinturón de carbón o el aumento del uso indebido de fármacos en las comunidades deprimidas del país.

Un análisis de Reuters sobre los datos regionales de empleo y las tendencias históricas sugiere que el estímulo podría impulsar la demanda de trabajadores en áreas donde la mano de obra ya es reducida. A su vez, esto podría alimentar la inflación, obligar a la Reserva Federal a subir los tipos más rápidamente de lo esperado y hacer de la recesión una mayor amenaza.

"Lo que USA necesita ahora, dicen los economistas laborales y los funcionarios de la Fed, es una cirugía de pequeño calibre: políticas centradas en las áreas rurales y el corazón industrial de regiones deprimidas, zonas que han perdido la sintonía con la marcha de la economía global y se erigieron en baluartes del apoyo popular a Donald Trump en su carrera a la presidencia", recordó Howard Schneider, en la agencia Reuters.

Desde el comienzo de la campaña electoral hasta esta misma semana, el equipo de Trump, con él a la cabeza, han insistido en la necesidad de ejecutar medidas económicas expansivas para hacer crecer la economía de USA, más allá del 2% anual actual, entre un 3% y 4%, cifra que no se registra desde 2005.

El nominado por Trump para ser el nuevo Secretario del Tesoro de USA, Steven Mnuchin, afirmó que la reforma fiscal será “nuestra primera y más importante prioridad”. El plan consiste en una rebaja general de impuestos como la reducción a 3 tramos de la tributación para las personas en función de la renta (12%, 25% y 33%), frente a los 7 actuales, en los que el tipo más alto está en el 39,6%.

Pero también se reducirá el impuesto de sociedades para conseguir un crecimiento “sostenido entre el 3% y 4%”, que haga que las empresas estadounidenses sean más competitivas. Según Mnuchin, se trata de los “mayores recortes de impuestos desde la presidencia de Ronald Reagan”, es decir, desde la década de 1980.

Trump ha anunciado su intención de estimular la economía del país a través de un mayor gasto público en infraestructuras y defensa con hasta US$ 1 billón durante sus 4 años de mandato. Esto supone un incremento del presupuesto de, al menos, un 6,5% anual.

Este plan cuenta con el aval de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que ha pronosticado que el estímulo podría elevar el crecimiento mundial hasta un 0,1% en 2017 y un 0,3% en 2018.

En tanto, rodeado de los máximos representantes del poder en Washington DC, y ante un público escaso comparado con otras ocasiones, Trump retrató a USAU como un país en un estado de crimen y caos en el que las élites se han enriquecido y han maquinado a espaldas del pueblo. Al escuchar al nuevo presidente cargando contra “el pequeño grupo que cosecha los premios del Gobierno en la capital de nación mientras el pueblo soporta su coste”, era difícil pensar que las autoridades que le acompañaban ante el Capitolio no se sintieran aludidas.

“Vamos a quitarle el poder a Washington y devolvéroslo a vosotros, el pueblo americano”, comenzó. “El 20 de enero de 2017 será recordado como el día en que el pueblo se convirtió de nuevo en el gobernante de la nación”, añadió.

“Los olvidados y olvidadas de nuestros país dejarán de estar olvidados”, dijo el republicano Trump, en un discurso muy parecido a la versión más extrema de los que pronunciaba en la campaña electoral ante la demócrata Hillary Clinton. “Nunca volverán a ser ignorados”.

En la Casa Blanca

> Donald Trump aprobó la noche del viernes 20/01 su 1er. decreto como Presidente: la orden ejecutiva que Trump firmó en el Despacho Oval tras finalizar el desfile presidencial, insta a los departamentos gubernamentales a flexibilizar la regulación sanitaria relacionada con el llamado Obamacare, mientras el Congreso debate cómo derogar y reemplazar la ley. El decreto pide a las agencias que “alienten el desarrollo de un mercado abierto y gratuito” sobre servicios sanitarios, y permite anular provisiones de la ley que impongan cargas fiscales a los Estados y sus ciudadanos.

> El nuevo jefe de gabinete de Trump, Reince Preibus, difundió un memorando instando a todas las agencias a congelar cualquier nueva regulación, según explicó el portavoz Sean Spicer. El freno a regulaciones y a Obamacare eran 2 iniciativas descontadas en las primeras horas en la Casa Blanca.

> En varios documentos difundidos por la Casa Blanca, el equipo de Trump enumeró sus prioridades, que van en línea con sus promesas de campaña. En energía, abogó por rebajar los límites contaminantes, pero no hay mención al Acuerdo de París. Poco después de la toma de posesión de Trump, su equipo eliminó de la página oficial de la Casa Blanca casi todas las menciones al cambio climático.

> Llamó la atención la escasa referencia a la política migratoria, más allá de prometer deportar a los inmigrantes indocumentados con antecedentes delictivos. Pero renovó su promesa de revisar el NAFTA (North American Free Trade Agreement, el acuerdo de libre comercio con México y Canadá, y amenaza con salirse del tratado si los otros 2 países se oponen a renegociarlo. "Durante demasiado tiempo los americanos han sido obligados a aceptar acuerdos comerciales que ponían por delante los intereses de la élite de Washington frente a los hombres y mujeres trabajadores de este país", se leyó en el texto que también amenazaba con "reprimir" a las naciones que "violen los acuerdos comerciales y hagan daño a los trabajadores americanos en ese proceso". A la vez, “Soy optimista de que podamos renegociar ese acuerdo, que sea ventajoso para nosotros y para México. Es un éxito asegurado para ambos países”, afirmó Steven Mnuchin, a cargo de la economía con Trump.

> En política exterior, la nueva Administración reivindicó la doctrina de “paz mediante la fuerza”, un guiño a la estrategia estadounidense durante la Guerra Fría, abanderada por el expresidente Ronald Reagan. “Este principio hará posible un mundo estable, más pacífico con menos conflictos y más terreno en común”, señala uno de los informes de la Casa Blanca. “El mundo debe saber que no vamos al extranjero en busca de enemigos, que siempre estamos contentos cuando viejos enemigos se convierten en amigos, y cuando viejos amigos se convierten en aliados”.

> Reiteró su promesa de retirar a USA de la Asociación Transpacífica (TPP), el acuerdo de libre comercio con 11 países del Pacífico que Trump considera un “desastre” porque apuesta por los acuerdos bilaterales. La noticia se conoció a través de un comunicado de la Casa Blanca... horas después de que Japón ratificara oficialmente el TPP pese a que su 1er. ministro, Shinzo Abe, había reconocido en el pasado que el pacto firmado por USA y otras 11 naciones en febrero de 2016 "no tenía sentido" sin la presencia de los estadounidenses.Japón había acordado días antes con Australia continuar sus esfuerzos para la implementación del TPP, que pretende expandir el comercio y los lazos políticos entre sus miembros, 40% de la economía mundial.

Guerra en Asia

El 1er. ministro de Australia, Malcolm Turnbull, se había pronunciado en un artículo publicado en la prensa de su país en contra del proteccionismo nacionalista."Es imperativo que resistamos esas voces que nos piden que nos aislemos del mundo, porque el proteccionismo es un camino hacia la pobreza", opinó.

El ministro japonés Nobuteru Ishihara, responsable local del TPP, se pronunció en términos parecidos insistiendo en que Tokio "trabajará resueltamente en la construcción de una fundación común (para sustentar) la importancia del libre comercio".

Otro de los aliados, Corea del Sur, también anticipa turbulencias, después de que Trump criticara el acuerdo bilateral que mantiene con USA desde 2012. Seúl consiguió un superávit comercial de US$ 23.300 millones en el intercambio bilateral durante 2016.

Las medidas proteccionistas que prepara Trump podrían afectar de manera muy significativa no sólo a China sino a toda la región.

"¿Nos hemos encontrado alguna vez con una nueva administración (de USA) que comenzara propagando el malestar y no las expectativas?", inquiría el matutino conservador japonés Yomiuri Shimbun.

El diario liberal Asahi Shimbun piensa que Trump constituye una real amenaza al orden internacional establecido tras la 2da. Guerra Mundial y escribió: "¿Cruzará las fronteras de USA el impredecible torbellino Trump para extender la división y el conflicto? El nuevo jefe de la Casa Blanca debería darse cuenta de la gran responsabilidad que conllevan sus palabras y acciones".

Según Goldman Sachs, con tantos ejecutivos en la Administración Trump, por cada unidad de importación que reduzca USA, las pérdidas de producción que sufrirá Asia se multiplicarán hasta 2,6 veces frente a 1,7 en el resto del mundo, un impacto que se justifica por la gran importancia que posee la industria asiática en la fabricación de objetos como vehículos o productos electrónicos destinados al mercado estadounidense.

Lo más irónico de cualquier confrontación comercial entre USA y China es que causaría un gran daño a Taiwán y Corea del Sur dado que muchas de sus compañías dependen del suministro de partes y componentes a las factorías chinas.

La influencia de personajes como Peter Navarro en el equipo de asesores comerciales de Trump -conocido por sus tesis anti chinas- hacen que profesores como Pang Zhongying, de la Universidad Renmin de Beijing, opinen que "una guerra comercial es inevitable. China tiene planificar el peor de los escenarios".

El diario chino Global Times ya alertó que si Trump impone "tarifas punitivas a los productos chinos, China no dudará en vengarse, no se quedará quieta".

La Cámara de Comercio Americana en China difundió un comunicado en el que aseguraba que Beijing ya "está preparando medidas" para responder ante una confrontación comercial.

Sin embargo, la pugna resultaría mucho más costosa para la nación asiática que para USA ante el amplio superávit que mantiene Beijing en el intercambio comercial mutuo, unos US$ 30.000 millones dcada mes.

"China tiene un espectro limitado para reemplazar la economía de USA ya que (ese país) es el principal mercado para sus exportaciones", precisó Shen Jianguang, de la firma Mizuho Securities Asia.

El dólar

Desde que fue elegido como Presidente, Donald Trump ha manifestado en varias ocasiones los efectos negativos que tiene para las empresas estadounidenses un dólar demasiado fuerte y la necesidad de una devaluación. No obstante, desde su nombramiento la moneda se ha revaluado más de un 3%. “Suena bien decir que ‘tenemos un dólar fuerte’. Pero eso es todo”, ya dijo Trump.

Un dólar menos potente puede permitir un aumento de las exportaciones y, con ello, un repunte del crecimiento y la vuelta de empresas manufactureras que han optado por instalarse en mercados más baratos. Será un tema a seguir con atención la semana próxima.

Trump apunta directamente a China, su principal contendiente, como responsable, en parte, de la fortaleza del dólar. Él acusa a la potencia asiática de devaluar el yuan de manera “artificial” para ser más competitiva en el panorama internacional. “Nuestras empresas no pueden competir con ellos [China] ahora porque nuestra divisa está demasiado fuerte, y eso nos está matando”, declaró a The Wall Street Journal a comienzos de semana.

Pendiente

Trump también firmó los 2 primeros nombramientos de su Gobierno, después de ser aprobados por el Senado: los generales retirados James Mattis como secretario de Defensa; y John Kelly al frente del Departamento de Seguridad Interior. Ambos juraron el cargo en una ceremonia con el vicepresidente Mike Pence.

A Trump le quedan 13 jefes de departamento pendientes de ser confirmados por el Senado. En su día 1 como Presidente, en 2009, Obama ya tenía a 7 secretarios de su Gobierno oficialmente nombrados. A la espera de su aprobación por los legisladores, los departamentos tienen secretarios en funciones procedentes de la anterior Administración. Por ejemplo, quien era subsecretario de Estado con Obama, Tom Shannon, es ahora el jefe en funciones de la diplomacia estadounidense.

“Fue ocupado pero bueno. Un día precioso”, dijo Trump, sobre su investidura, en unas breves declaraciones a la prensa en el Despacho Oval, donde las cortinas grises detrás del escritorio han sido reemplazadas por otras de su color icónico, el dorado. Y además colocará un busto del ex 1er. ministro conservador británico Winston Churchill.

Trump ha elevado la apuesta: esta semana ha dado a conocer su slogan electoral dentro de 4 años. De “Make America great again” (Hagamos que USA sea grande otra vez) pasará a pedir mantener grande a USA ( “Keep America great”). La única duda que le queda es si le pondrá signo de admiración.

Trump es el primer presidente que jura el cargo con 70 años cumplidos, así que en el 2020 tendría 74. Pero las dudas sobre su continuidad en el cargo no proceden de su edad, sino de las posiciones políticas que le pueden enfrentar con el Partido Republicano y de la aparición de conflictos de intereses que hagan insostenible su permanencia en la Casa Blanca.

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