UN SISTEMA GLOBAL EN CRISIS

Ni Chile ni Brasil ni Colombia son modelos para Argentina

La desigualdad deslegitima los méritos que cada integrante de la pirámide socioeconómica haya hecho para mejorar un escalón, ya que progreso y corrupción son asociados en el imaginario de los que cada vez más se sienten víctimas del sistema de premios para pocos y castigos para muchos que rige en la sociedad y hace que un puñado de millonarios, con Bill Gates a la cabeza, reúna por ejemplo una fortuna de US$ 426.000 millones, que equivaldría a lo que poseen 3.600 millones de personas. La brecha entre ricos y pobres en Argentina repuntó el año pasado, pero aún así se encuentra a mitad de camino de los guarismos “de punta”, como Honduras, Guatemala y Colombia, país éste último que desmiente la simplificación que equipara a la desigualdad con la pobreza. Africanos y latinos encabezan el top ten y alimentan, en consecuencia, las reacciones xenofóbicas de los vecindarios pudientes que quieren levantar muros que eviten la entremezcla.

La sociedad argentina busca un modelo de desarrollo que garantice una convivencia mejor. Las propuestas que ha recibido no fueron satisfactorias, aparentemente. Disfrutó de la que proponía la convertibilidad pero luego la aborreció y estigmatizó. Disfrutó la que propusieron los K nac&pop pero más tarde propuso y aplaudió el cambio. Por ahora, Mauricio Macri no ha presentado un modelo porque sus definiciones han sido muy vagas y, más de 1 año después de iniciar su gobierno, ni siquiera ha presentado un plan económico. 

Hay un debate creciente acerca de si lo conveniente es regresar al nac&pop o intentar mejorar aquella experiencia de los '90. En especial se observa qué sucede en otros países. 

 

Días atrás se difundió que la ONG Oxfam sostiene que la mitad de la población más pobre del mundo gana lo mismo que un grupito de multimillonarios integrado por Bill Gates (Microsoft), Amancio Ortega (Inditex/Zara), Warren Buffett, Carlos Slim Helú (Carso/América Móvil), Jeff Bezos (Amazon), Mark Zuckerberg (Facebook), Larry Ellison (Oracle) y Michael Bloomberg (agencia de información financiera Bloomberg).

El avance de la concentración de riqueza queda a la vista cuando se compara que 1 año atrás, 26 millonarios reunían lo mismo que la mitad más pobre del mundo: agira cayó a 8 millonarios.

La línea con la indigenciaque trazó la política de ingresos, en primer término fue denunciada por el Observatorio Social, de la Universidad Católica Argentina, como incremento de la pobreza, profundizó las diferencias, que se intentaron paliar con refuerzos a los programas de asistencia social.

Argentina sufrió un fuerte retroceso en 2016, al aumentar la brecha entre los más ricos y los más pobres un 24%, según cálculos de un trabajo asociado del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) y el Instituto de Economía Popular (IndEP), que simpatizan con los K, y utilizaron la Encuesta Permanente de Hogares del INdEC.

Haciendo la salvedad de que las estadísticas oficiales no eran confiables durante el gobierno K, los ingresos a escala individual registraban una brecha en 2015 de 18,7 veces y en 2016 se amplió a 23,2 veces, mientras en hogares, de 12,3 veces subió a 13,8.

Los medios per cápita de que dispone una familia pasaron de 16,3 veces en 2015 a 19 veces el año pasado.

El retroceso tuvo que ver con la erosión la poder adquisitvo causada por la inflación y por la transferencia de ingresos que significó la eliminación y recorte de las retenciones agropecuarias que dispuso el gobierno de Mauricio Macri.

África y Latinoamérica, al frente de la desigualdad

Según la base de datos del Banco Mundial, actualizada a diciembre, los primeros 5 países en el ranking de la desigualdad son africanos, seguidos por 5 latinoamericanos.

Entre los 14 más desiguales a nivel global figuran Honduras (6), Colombia (7), Brasil (8), Guatemala (9), Panamá (10) y Chile (14).

La institución utilizó el coeficiente Gini para medir la desigualdad en base a 2 variables absolutas: el 0 (todos tienen el mismo ingreso o perfecta igualdad) y el 1 (una persona concentra todo el ingreso y el resto no tiene nada o desigualdad absoluta).

No siempre desigualdad y pobreza son sinónimos, aunque vayan de la mano. Las políticas distributivas determinan cuántos quedan de un lado y del otro. Se da el caso de que países de ingreso mediano bajo, normalmente identificados como pobres (Honduras, Guatemala), tienen prácticamente el mismo nivel de desigualdad que otros de ingresos medio-altos o altos (Chile).

El economista de la Universidad de Quilmes y de AEDA (Asociación de Economía para el Desarrollo de Argentina), Germán Herrera Bartis, señala que "la pobreza se vincula con el ingreso medio de una sociedad, y la desigualdad con la distribución. No hay una relación lineal entre ambos. Por eso se puede tener países pobres muy desiguales, pero también países de ingresos medianos o de altos ingresos, como Brasil o Estados Unidos, con altos niveles de desigualdad", indicó a BBC Mundo.

En estos últimos, la característica es el resentimiento que aflora entre las capas socioeconómicas interrelacionadas, que son las que comparten cuerpo a cuerpo la calle, el transporte, las escuelas, la vida cotidiana, y por lo tanto se generan conflictos por cuestiones de proximidad.

Del decil 1 al 5 se entremezclan y la escala se rompe del 6 en adelante, dando lugar a prejuicios que se materializan con barreras de algún tipo. El inesperado éxito electoral de Donald Trump se fundamentó en que tuvo la sensibilidad de identificar las aprehensiones y temores en el imaginario colectivo que generan las desigualdades y ofrecer formas insólitas de protección.

Los 6 países más desiguales de América Latina, según surge del coeficiente de Gini, son:

53,7 Honduras
53,5 Colombia
52,9 Brasil
52,4 Guatemala
51,7 Panamá
50,5 Chile

Quién es quién de los desiguales

1. Según el Banco Mundial, Honduras tiene un 64,5% de la población en situación de pobreza y un 42.6% en extrema pobreza (menos de US$ 2,5 al día). En términos del coeficiente Gini, la desigualdad es del 53,7. Argentina anda por la mitad. Contextualizado, el país más igualitario, Noruega, tiene un índice de 25,9 y el más desigual, Sudáfrica, un 63,4, indicó a BBC Mundo Herrera Bartis.

El acceso a la salud o a la educación es otra de las diferencias. Lo mismo que en el índice de Desarrollo Humano de Naciones Unidas, que mide conjuntamente ingreso, expectativa de vida y de educación de un país, Honduras pierde 7 puntos cuando se pondera el impacto de la desigualdad en las mediciones.

Los niños más pobres sólo acceden a 4 años promedio de educación mientras que los más ricos tienen 10 años y más, cifras que se profundizan cuando se compara la desigualdad en zonas rurales y urbanas.

2. Guatemala es el otro país con ingreso mediano bajo cuya desigualdad sigue siendo una de las más elevadas de la región: el 52,4%, apenas unos puntos por detrás de Honduras. Está 9no. a nivel mundial y 4to. en la región. Según el Banco Mundial, consiguió una reducción de la pobreza del 5% a principios de este siglo, pero para 2011 los índices volvieron a subir hasta llegar al 53,7% con una situación particularmente difícil en casi la mitad de los municipios rurales, donde 8 de cada 10 personas son pobres.

Atribuyen a la escasa recaudación fiscal una de los causantes de tamaña desigualdad, ya que tiene "el menor porcentaje de ingresos públicos en el mundo en relación con el tamaño de su economía".

Herrea Bartis reflexiona que "hay un círculo vicioso de la pobreza y la desigualdad. Una sociedad de bajos ingresos, de baja recaudación y muy desigual no genera el nivel de demanda que se requiere para atraer inversiones que hagan crecer la economía", señala.

3. Colombia se encuentra en 1er. lugar en niveles de desigualdad entre los países latinoamericanos de ingresos medio y altos, apenas por debajo de Honduras, a pesar de que, en términos de PIB, los colombianos están 74 puestos por encima de los hondureños.

El 10% de la población más rica del país gana 4 veces más que el 40% más pobre.

En el índice de desarrollo humano de la ONU, Colombia pierde 10 puntos una vez que se lo pondera en términos de desigualdad de acceso a la salud, la educación y bajos salarios.

Las señales de desigualdad se extienden por todo el tejido económico-social.

Una investigación de Ana María Ibáñez, decana de Economía de la Universidad de Los Andes, da cuenta de que en 2010 un 77,6% de la tierra estaba en manos de 13,7% de los propietarios.

Aplicando el coeficiente Gini a la distribución de la tierra, esta proporción da uno de los índices más altos de desigualdad: un 0,86.

4. Brasil es uno de los casos más flagrantes de convivencia entre una reducción de la pobreza y un aumento de la desigualdad. La mayor economía de América Latina posee la 8va. brecha a nivel mundial, 3ra. en la región.

Si en 2006 el 5% más rico acaparaba el 40% del ingreso total, en 2012 había aumentado esta participación hasta llegar al 44%, a pesar de las políticas sociales del gobierno y el impacto del plan Fome Cero (Hambre Cero) que sacó a 40 millones de personas de la pobreza.

Esta desigualdad sería más abismal aún si se contara toda la riqueza no declarada en un país que tiene una evasión fiscal del 13,4% y una economía en la sombra del 39%.

Mucho más difícil de ocultar, la disparidad de acceso a salud y educación se visibilizó a nivel global en las protestas que precedieron a la Copa del Mundo 2014.

No sorprendería que, una vez que a la evaluación de sus indicadores de ingreso, salud y educación, se incorpora la desigualdad, Brasil registre una caída de 20 puntos en términos de Desarrollo Humano de la ONU.

La situación no luce promisoria con el 3,8% que se desplomó el PBI el año pasado. 

5. Panamá es una de las excepciones de la región en términos de caída o desaceleración económica. Con un crecimiento promedio del 7% en los últimos 10 años, no se vio afectada por la caída de los precios de las materias primas: su PIB aumentó más del 6% en 2015.

Pero una cosa es la vida en esa opulenta "Little Manhattan" que puede ser la Ciudad de Panamá y otra la de las barriadas o el interior del país.

Los ingresos reflejan el abismo que separa a los rascacielos vs. las casas de precarios techos de chapa: el coeficiente Gini alcanza el 51,7.

Además, un 25% de la población panameña no tiene servicios sanitarios, un 5% no tiene agua potable, un 11% sufre de desnutrición y otro 11% vive en casas con pisos de tierra.

En el índice de desarrollo humano de la ONU, Panamá pierde 20 puntos cuando en la medición se incluye el impacto de la desigualdad.

6. Chile es la economía regional que más ha crecido desde los '80 y suele ser encomiada como modelo virtuoso para el resto de la región. Muchos se preguntan si el modelo chileno no sería el apropiado para la Argentina, en especial los turistas que viajan y descubren que no hay villas de emergencia tal como en la Argentina y un acceso al crédito personal que sólo tiene algún antecedente en los años '90. 

Sin embargo, el informe de 2015 de la OCDE, que agrupa a 34 naciones de altos ingresos, subraya los niveles de desigualdad en la sociedad chilena.

"Chile sigue siendo una sociedad altamente desigual en términos de ingresos, educación y bienestar. El mercado laboral muestra una dualidad que redunda en una muy desigual distribución salarial", señala el informe.

En efecto, el 10% más rico tiene un ingreso 27 veces superior al 10% más pobre.

En la medición de desigualdad del Banco Mundial, Chile aparece en el 14to. lugar a nivel mundial y en el 6to. de las economías de la región. Debido a la limitada intervención estatal, la situación empeora cuando se considera también el acceso a la salud y la educación.

En el índice de Desarrollo Humano de la ONU, Chile pierde 13 puntos una vez que se suma la desigualdad conjunta de ingresos, acceso a salud y educación.

Sin embargo, Herrera Bartis señala a BBC, 2 reformas que están mejorando la situación.

"En la 1ra. Presidencia de Michelle Bachelet se introdujo la jubilación solidaria para los que no habían contribuido lo suficiente para una pensión. En su actual mandato, la ley de inclusión escolar es la herramienta para buscar avanzar progresivamente hacia una mayor gratuidad del sistema. Pero la foto de Chile es de una economía profundamente desigual", señaló.

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