LA DESMONETIZACIÓN FALLIDA

India y un enorme fracaso que debería evaluar Sturzenegger

En la Argentina han surgido defensores extremos del final del dinero en efectivo. Curiosamente desde el Banco Central, que lidera Federico Sturzenegger, se ha deslizado el rumor de la necesidad de digitalizar las tenencias monetarias de los particulares y las empresas. Han mencionado experiencias como la de Suecia. Sin embargo, no hay condiciones objetivas que permitan imitar algo semejante. Para exponer un ejemplo concreto del fracaso, nada mejor que el grave error que cometió el 1er. ministro indio Narendra Damodardas Modi, quien llegó al poder en 2014 con la promesa de “combatir el dinero negro”. El 08/11/2016, él retiró de circulación los billetes de 500 y 1.000 rupias (US$ 7,5 y US$15, respectivamente) para limpiar el sistema de billetes falsos y frenar el flujo del dinero no declarado. Sin embargo, el resultado fue perturbador. Casi el 86% de las reservas de efectivo de la India estaban constituidas en las denominaciones recientemente prohibidas -billetes de 500 y 1.000 rupias. El número de personas no bancarizadas en India asciende a la asombrosa cifra nominal de 233 millones (apenas 20% de la población), según un informe de investigación de PEW de 2015. Luego, la falta de planificación ha contribuido a maximizar el caos, en un país extremadamente dependiente del dinero en efectivo. Si el gobierno conservador de India quería eliminar del sistema el dinero negro y lograr que el país abandonara el dinero en efectivo, hasta faltó planificación suficiente: las personas fueron obligadas a hacer largas filas en la vereda de los bancos para tratar de cambiar su dinero, y numerosas personas ancianas presuntamente murieron mientras hacían cola o cuando los servicios de salud se negaron a aceptar sus billetes viejos.

De los 1.300 millones de habitantes de India, más de 1.000 millones poseen una tarjeta de identificación Aadhaar emitida por el gobierno central, que recoge sus datos biométricos (huella dactilar, iris, y biometría facial) y demográficos, los almacena en una base de datos centralizada, y les suministra un número de identificación único de 12 dígitos, en lo que supuso el mayor proyecto de despliegue de número de identificación nacional de la historia.

En la actualidad, 400 millones de los 1.120 millones de cuentas bancarias del país están vinculadas ya con los números de identificación de Aadhaar, y el gobierno pretende que pronto, todas lo estén, con el fin de luchar contra actividades ilícitas como la falsificación de billetes, el movimiento de dinero negro, la corrupción o la financiación de actividades terroristas.

El paso siguiente ocurrió el 08/11/2016, cuando el gobierno anunció, mediante un mensaje televisado del 1er. ministro, Narendra Damodardas Modi, a toda la nación, que los billetes de 500 y 1.000 rupias, equivalente al 80% de todo el dinero en circulación, dejarían de tener valor a las 24:00 de ese mismo día, y tendrían que ser intercambiados por unos billetes con un diseño nuevo o ser depositados en una cuenta bancaria antes del día 30/12/2016. La radical medida, que provocó un fuerte malestar y enormes colas en los cajeros automáticos, con los bancos cerrados por mandato gubernamental, tenía como medida obligar a todos los implicados en actividades ilícitas a aflorar su dinero, y supuso un coste calculado en torno a los US$ 19.000 millones, provocando una caída de medio punto en las expectativas de crecimiento del país.

Además de hacer aflorar el 'dinero negro', la siguiente cuestión era cómo proporcionar alternativas viables de intercambio económico a la población, en un contexto en el que el porcentaje de analfabetismo supera el 25%, y donde únicamente 268 millones de personas poseían un smartphone a finales del 3er. trimestre de 2016. Para ello, el gobierno, junto al mayor banco privado del país, presentó una app, llamada Aadhaar Pay, una interfaz de pagos unificada (UPI) que permite que cualquier comerciante pueda aceptar pagos con un smartphone Android al que añada un lector de huella dactilar de una lista de dispositivos aprobados. Para pagar, los usuarios tienen que elegir el nombre de su banco en un menú, introducir su número de identificación Aadhaar, y escanear su huella dactilar, sin necesidad de utilizar ninguna tarjeta o de memorizar contraseñas. El sistema, además, está libre de comisiones, y abierto a que cualquier otro banco lo integre en sus apps de pago.

Según el resultado de la inspección de confianza empresarial de la FICCI (Federation of Indian Chambers of Commerce & Industry), el índice de confianza empresarial general (OBCI, siglas en ingles) se deslizó a un mínimo de 58,2 frente a 67,3 en la anterior encuesta. La caída en el valor del índice general fue, en gran parte, a causa del pesimismo que ha provocado el desempeño de India a partir del intento de desmonetización y su evaluación del estado actual de la economía.



La investigación fue realizada durante los meses de diciembre 2016 y enero 2017 para conocer las expectativas en cuanto a rendimiento para el período enero 2017 hasta junio 2017. La encuesta tabuló respuestas de aproximadamente 207 empresas pertenecientes a una amplia gama de sectores.

El resultado contrastó con el comportamiento de la economía india en 2016: se consolidó como una de las de mayores tasas de crecimiento en el mundo: +7,6% del PBI contra +1,8% de USA y +6,7% de China.

Los ejes del crecimiento habían sido

* el factor demográfico (la mitad de su población total, de 1.292 millones de habitantes, tiene menos de 25 años. En 2020 será la nación más joven del mundo, una creciente mano de obra y mercado de consumo);

* explicación en la caída de los precios del petróleo (es un importador nato de hidrocarburos y el descenso de los costos del barril le agregó 1 punto del PBI al poder de compra de individuos y empresas, además de reducir la inflación); y

* la promoción y creación de programas educativos mucho más efectivos, basados en la meritocracia (las inversiones en educación provoca una de las fuerzas laborales más calificadas del mundo: 1 millón de alumnos se gradúan por año de sus más de 250 universidades y 1.500 centros de investigación, especializándose en la exportación de servicios, particularmente informática y telecomunicaciones. Cada año gradúa el 2do. mayor número de científicos e ingenieros en el planeta).

Todo esto contrastó con el intento de desmonetización para exteriorizar activos y 'blanquear' la economía.

Mientras, la mayoría de los encuestados dijo que la desmonetización es un paso positivo para reducir el dinero negro y la corrupción de la economía, agregaron que la medida tendría un impacto negativo sobre sus ventas. La escasez de liquidez afectaría las operaciones del día a día. Y esto sucedió. Los encuestados de sectores como industria automotriz y autopartes, construcción -incluyendo cemento- y minería, informaron un impacto directo sobre el desempeño de su sector.

Además, mientras que algunos encuestados indicaron un plazo de 3 meses para normalizar la situación, otros dijeron 1 año. Sin embargo, la mayoría dijo que sus negocios volverían a la normalidad en 6 meses (junio de 2017).

Con respecto a las expectativas de corto plazo, se destacó el 'feeling' de los participantes acerca de un deterioro con respecto a la mayoría de los parámetros, a excepción de las exportaciones.



El 54% de los encuestados afirmó que esperaban una mayor exportación durante los próximos 2 trimestres. El número correspondiente a la encuesta anterior fue 32%. El optimismo coincidió con las ventas a algunos de los destinos claves en América, Europa y Asia.

En cuanto al comportamiento de la inversión directa, no hubo mucho cambio. El 44% de los participantes de la encuesta dijeron esperar inversiones más altas en los siguientes 6 meses, que fue de +3% que la encuesta anterior. El ciclo de la inversión nacional privada ha sido débil y una ruptura de esta tendencia será fundamental para apoyar y sostener el crecimiento.

Con respecto a las perspectivas de ventas, sucedió una caída en la proporción de los encuestados que esperaban mayores ventas. Aproximadamente 46% de los encuestados dijo que esperan que las ventas aumentaran en los siguientes 6 meses vis-á-vis contra 62% indicando lo mismo en la ronda anteriór.

En la encuesta, el 60% de las compañías participantes dijo utilizar su capacidad capacidad instalada por debajo del 75%, un porcentaje más alto que en la encuesta anterior.

Acerca de la generación de empleo, 18% de las empresas encuestadas anticipó un aumento en la contratación en los próximos 6 meses contra 31% en la ronda anteriór. El 66% de los participantes no previó ninguna nueva contratación en el corto plazo.

Según los resultados de la demanda débil ha surgido otra vez como un impedimento clave para los negocios.

En la investigación, 79% de los encuestados informó la debilidad de la demanda como un impedimento para sus empresas. En la encuesta anterior, ese universo sumó 46%.

El repentino cambio en la tendencia puede ser atribuído a que el consumo doméstico fue golpeado por el intento de desmonetización del gobierno.

Sin embargo, los participantes indicaron que esperaban un repunte en la demanda (interna y externa) durante el período enero/junio. El 58% de las compañías que participaron prevén un incremento en la demanda doméstica para fines del ejercicio pero el 69% dijo esperan un incremento en la demanda externa en el transcurso de los siguientes 6 meses.

Con respecto al crédito, se observó una disminución en la proporción de los encuestados citando el costo del crédito como un factor de restricción: 43% de los encuestados reportó que la tasa de interés es un factor que molesta. En la ronda anterior fue del 54%.

En Beijing (China observa con mucho interés todo lo que ocurre en su competidor regional aunque socio en el BRICS), se ha considerado una experiencia tan negativa como peligrosa. Para explicarlo, escribió Gaurav Tyagi en Global Times:

"La desmonetización de los billetes de 1.000 y 500 rupias indias por el primer ministro indio Modi el 08/11/2016 ha resultado ser un gran fracaso.

Aproximadamente el 93.5% del papel moneda desmonetizado ha regresado a los bancos indios. Sin embargo, cuando todo este ejercicio fue lanzado, el gobierno de Modi hizo afirmaciones de que un 20% del valor total de la moneda desmonetizada no volvería a entrar en el sistema bancario.

Además, India todavía no es capaz de proporcionar un comercio ininterrumpido, las 24 horas a sus ciudadanos. La mayoría de los comercios no tienen máquinas POS para permitir a los clientes realizar transacciones digitales.

En un país de 1.340 millones, el 34% de la población tiene acceso a Internet. Además, aún para la minoría que está online siguen existiendo serios problemas a causa de la mala conectividad y las cuestiones de seguridad en Internet. Un estudio de 2015 sobre las prácticas bancarias globales realizado por el Banco Mundial reveló que sólo el 53% de los indios adultos tienen cuentas bancarias. De esta cifra, el 43% de las cuentas están inactivas.

Entonces, ¿cómo puede pasar India, en una noche, de una economía principalmente basada en el dinero en efectivo a una digital, sin tener la infraestructura requerida?

Además, el movimiento de desmonetización de Modi ha llevado a un aumento de la corrupción. Una economía paralela ha surgido en la India donde cualquier cantidad de viejos billetes de banco desmonetizados de 500 y 1.000 rupias se estaban convirtiendo en nuevos billetes o depositados en cuentas bancarias en una comisión de 30% a 40%.

Los empleados de los bancos explotaron esta oportunidad al máximo y convirtieron grandes cantidades de la vieja moneda en billetes nuevos, y depositaron enormes cantidades en cuentas bancarias latentes. Los partidos políticos también se han beneficiado enormemente.

En una operación secreta que realizó el diario India Today, los reporteros se acercaron a las oficinas de varios partidos políticos en Nueva Delhi y sus alrededores pretendiendo ser hombres de negocios tenedores de miles de millones de rupias indias no declaradas.

Todos los partidos políticos fueron complacientes y se ofrecieron a aceptar el dinero de estos 'hombres de negocios' como donaciones políticas. Luego, a cambio de una comisión del 30% a 40%, estaban dispuestos a devolvérselos en billetes de nueva denominación.

(...) Un estudio realizado por All India Manufacturers' Organization (Organización de Fabricantes de India o AIMO), que representa a más de 300.000 micro, pequeñas, medianas y grandes industrias dedicadas a la fabricación y exportación, demostró que la desmonetización dio como resultado una pérdida de 35% en sus ingresos.

El informe de AIMO señala que algunas de las causas de sus hallazgos incluyen 0 entradas de efectivo, reglas que obstaculizan los retiros de dinero en efectivo, ausentismo del personal, opciones frustradas de ingresos, un sector inmobiliario descarrilado, una rupia débil, miedo e incertidumbre entre clientes extranjeros acerca del gobierno de Modi.

Esta fachada de desmonetización es como las prometedoras casas de personas sin hogar en Marte en 1 mes. Desgraciadamente, la realidad es que la desmonetización ha retrocedido 1 década a la economía india, provocando pérdidas de puestos de trabajo y reduciendo los gastos tanto de los individuos como de las industrias. Además, provocó traumas mentales y físicos severos a los ciudadanos mayores que pasan horas en colas bancarias, donde algunos incluso han muerto. (...)".

Resultaría un grave error considerar estas apreciaciones como un punto de vista interesado desde Beijing de darle mala prensa a India.

En verdad, sucede que el problema de fondo de la desmonetización promovida por Narendra Modi es que no resulta una solución ni a las dificultades estructurales ni a las coyunturales, consideró Riju Agrawal, un analista de inversiones que apenas egresó de Harvard ingresó al poderoso fondo The Blackestone Group.

Su pluma:

"La desmonetización fue anunciada como una 'bala de plata' para los problemas de India. (...) La iniciativa fue anunciada (y comercializada) como un paso importante para cortar el financiamiento del terrorismo, reducir la corrupción, eliminar el "dinero negro" y acelerar la transición de India hacia la economía "sin divisas" del siglo 21. Como resultado, tomando las exhortaciones del 1er. ministro para el “sacrificio” y “patriotismo” con garra, el pueblo se alineó en bancos y ATM (cajeros automáticos) durante varias semanas a fin de cambiar su viejo dinero por nuevas divisas.

Mientras tanto, los opositores a la iniciativa no sólo han señalado el daño que ha provocado a la economía de India, sino tambien la tangible deformación que resulta de este mal consejo, y experimento pobremente gestionado. Especialmente para los pobres de India, quienes principalmente confían en el efectivo (mientras que la moneda digital muy lentamente está ganando impulso en las áreas metropolitanas del país) los días gastados esperando ante los ATM (cajeros automáticos) tienen unos costes de oportunidad enormes en la forma de salarios perdidos.

Desde una perspectiva macroeconómica, ya que más del 90& de todas las transacciones en India se llevan a cabo con dinero en efectivo, quitando de circulación el 86% del efectivo se han sofocado los volúmenes de transacciones en casi todas las industrias. Aunque el impacto de la desmonetización todavía no está plenamente reflejada en los datos económicos, el FMI ya ha rebajado su previsión de la tasa de crecimiento del PIB de India 2016/2017 de 7,6% a 6,6%; y el país ha perdido su codiciada posición como la principal economía de crecimiento más rapido del mundo.

Es cierto que, a pesar de la ejecución fallida de la iniciativa y los consiguientes daños a la economía, la desmonetización puede resultar beneficiosa en el largo plazo: al aumentar los depósitos y la liquidez en el sistema bancario, esto conducirá a una reducción de las tasas de interés, lo que a su vez permitirá a los individuos y a las empresas endeudarse a un costo más barato para el consumo y la inversión. Una vez que las nuevas divisas sean adecuadamente puestas en circulación y la escasez de efectivo ceda (algo que está demorando más de lo esperado), un acceso más fácil al credito tanto para los residentes en áreas urbanas como rurales debe conducir a una mejora en las condiciones de vida. Al mismo tiempo, el efecto catalítico en el desarrollo de una "economía sin efectivo" acelerará más amplios esfuerzos gubernamentales para reducir la evasión fiscal y el mercado negro de transacciones.

Sin embargo, estos beneficios a largo plazo son en su mayoría económicos y no dan crédito a la cruzada oral de Modi contra el terrorismo, la corrupción y las transacciones en efectivo. Más bien, para cada una de estas cruzadas, uno no puede dejar de preguntarse si no habría sido mejor y más eficaz enfrentar cada problema.

** El terrorismo transfronterizo debe abordarse mediante el fortalecimiento de las fronteras de la India, apretando los controles de inmigración, y mejorando los recursos disponibles de India y organismos internacionales de inteligencia.

** La corrupción y el dinero negro deberían ser dirigidos reforzando los esfuerzos de vigilancia cívicos, mejorando el departamento del impuesto sobre la renta en India y la revisión judicial que rastrea las causas judiciales relacionadas con la corrupción.

** Del mismo modo, la transición a una economía "sin efectivo" debe ser acelerada centrándose en la implementación de servicios de pago digital, mejorar la educación financiera y el acceso a servicios bancarios.

Mientras que las soluciones mencionadas no son fáciles de implementar, todos ellas se dirigen a los problemas de India más directa y exhaustivamente que el oblicuo, y no probado amague de la demonetización.

Mientras la desmonetización ha sido promocionada como una solución de "bala de plata" para muchos problemas a la vez, en realidad no es una buena solución para cualquiera/ninguno de ellos.

Los terroristas tardarán apenas unos meses en encontrar nuevas fuentes de financiación y poner sus manos sobre la nueva moneda.

El dinero negro es un flujo, no un stock, por lo que con la evasión del impuesto sobre la renta desenfrenada continuada, habrá una regeneración rápida de montones en efectivo escondidos bajo colchones.

El movimiento para convertirse en una economía "sin efectivo" requiere de grandes soluciones sistémicas (por ejemplo, acceso a cuentas bancarias) y no sólo una revocación de la moneda de curso legal. Entonces, la fe en la desmonetización está fuera de lugar. Es simplemente un tratamiento de los síntomas de India, en lugar de una profunda cura del malestar subyacente.

En el contexto de los grandes problemas, la demonetización parece una cruzada extraña. Dado que el país se enfrenta a agudas crisis de educación, agricultura, cuidado de la salud, agua, energía y casi todos los otros ítems, la decisión de Modi de movilizar a las personas y recursos de la nación para lidiar con la forma y función de la moneda de curso legal parece una extraña batalla para pelear. Es una oportunidad perdida de destinar tanto discurso y energía política a cuestiones más apremiantes, ya que durante semanas las ondas hertzianas han sido obstruidas con exclusivamente noticias de demonetization.

Además, Modi ha gastado gran parte de su limitado capital sociopolítico, debiéndose señalar que el electorado tiene un apetito finito para tales cambios dramáticos de vida. En última instancia, se agotará la reserva de patriotismo y altruismo que tiene el público que decidió seguir el ejemplo de Modi en este experimento. Después de ver la ejecución fallida de la iniciativa y habiéndose cansado de esperar por sus beneficios -que serán a largo plazo-, los ciudadanos indios serán menos susceptibles a futuras exhortaciones del 1er. ministro. Esa disminución en el poder de púlpito de la autoridad de Modi puede tener un daño colateral paraa algunas de sus más valiosas iniciativas para hacer frente a la grave crisis de India.

Además de gastar capital social, Modi ha incendiado su capital político y sumado nuevos enemigos en su propio partido, y en la oposición. Los políticos tanto en su Bharatiya Janata Party (BJP) como en el (opositor) Partido Congreso Nacional han sido sorprendidos por este cambio (y muchos han perdido, indudablemente, sus propios stocks de dinero negro), y pueden desear vengarse de Modi. Actuando en forma unilateral, en lugar de obtener un mandato legislativo, Modi ha socavado a los inquilinos de la democracia de India y avivó los temores sobre sus inclinaciones autoritarias.

Los impactos de la demonetización, especialmente en una economía tan grande y compleja, son poco entendidos. Aunque la iniciativa puede tener beneficios económicos a largo plazo, estos probablemente resultarán decepcionantes en comparación con la visión grandiosa de Modi de derrotar el terrorismo, erradicar el dinero negro e impulsar a India en el siglo digital. Más bien, India podría haber estado mejor si Modi hubiese dedicado más tiempo a construir una relación productiva con sus opositores en el Parlamento y se concentrara en la promulgación de leyes para enfrentar los problemas reales de India. Agotando al público y molestando a sus opositores en su búsqueda de una “bala de plata a corto plazo”, Modi pudo haber condenado la oportunidad para lograr un cambio real a largo plazo."

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