MAURICIO MACRI 2017

El poder pasa por otro lado

La prisión, al menos temporaria, del general K César Milani le permitirá a Mauricio Macri un fin de semana menos preocupante que el que parecía hasta el mediodía del viernes 17/02. Sin embargo, la coyuntura judicial no puede obviar la estructura política de la gestión presidencial cuando abundan las encuestas acerca de si fue peor la semana de Donald Trump o la del Presidente argentino. Hay algunas cuestiones que Macri precisa corregir cuanto antes si no desea estrellar su horizonte.

por EDGAR MAINHARD

Resulta muy complicado analizar una Administración que, 14 meses después de asumir, no ha enunciado un plan económico, ha renunciado a numerosos de sus compromisos en reformas política y judicial, y decidió embadurnarse con el barro de la desprolijidad administrativa que provoca sospechas de corrupción.

La Administración Macri, que lució contundente en diciembre 2016 y enero 2017 en sus inicios, reunificando el mercado cambiario y abandonando (aunque quizás demasiado de prisa) el default remanente de la deuda pública externa; y buscando un acercamiento a Barack Obama más que a USA (un problema porque era un Presidente saliente), prometía mucho más que la contradictoria Administración Macri de febrero 2017, enredada por una sucesión de acontecimientos gravosos en términos de opinión pública:

** Fernando Arribas/Lava Jato/Odebrecht,

** eliminación de los feriados fijos del 24/03, 02/04 y 20/06;

** acuerdo del Estado y Correo Argentino S.A. (del Grupo Socma), y

** reformulación de la estimación del cálculo jubilatorio y previsional.

Desbordado por causas judiciales contra su jefa Cristina Fernández de Kirchner, y numerosos de sus colaboradores emblemáticos, asfixiado por las rupturas domésticas en el peronismo y remontando una imagen negativa en la mayoría de la sociedad, el Frente para la Victoria encuentra alivio y satisfacción de una crisis considerable e imprevista que se autoinflinge la alianza Cambiemos en su vertiente PRO.

Ni hablar Sergio Massa, a quien la Administración Macri pronostica un deslucido desempeño electoral 2017 porque, en teoría, quedará prisionero de la polarización entre Cambiemos y el Mundo K, consiguió abundar en las transmisiones de radio y TV con el reclamo en nombre de los jubilados y pensionados, a quien Macri llama "nuestros abuelos". El protagonismo de Massa fue considerable durante la mañana del jueves 16/02, antes de la conferencia de prensa del Presidente que inició la ronda de preguntas/respuestas anunciando que no habría decreto previsional, marcha atrás provocada por el enojo de la diputada nacional Elisa Carrió, cofundadora de Cambiemos.

Desde aquel arranque vigoroso de Mauricio Macri al líder tropezón ha transcurrido poco tiempo y, lo que es muy grave, ningún proyecto de poder alternativo en condiciones de condicionar la ambición de un Presidente que, sin embargo, no consiguió ni siquiera imponer sus ideas en la Asociación del Fútbol Argentino, a la que financia y que conoce luego de 2 mandatos consecutivos como presidente del Club Atlético Boca Juniors.

Algo no está funcionando correctamente. El Presidente, que calificó su 1er. año de gestión con un puntaje de 8, en una escala de 0 (pésimo) y 10 (sobresaliente), decidió hacerles concesiones a su jefe de Gabinete de Ministros, Marcos Peña, tales como

* cambiar al ministro de Hacienda y Finanzas antes que éste ejecutara el desaire de abandonarlo, concediendo más poder a los edecanes de Peña; y

* despedir abruptamente a Carlos Melconián del Banco Nación, designando al economista radical Javier González Fraga, que él ha cuestionado en privado, y quien ni siquiera pudo asumir por un problema de salud, dirigiendo la entidad Enrique Szewach, quien ya era Nº2 de 'Melco'.

Sin embargo la cuestión, antes de reenfocar su gabinete, es definir las políticas que tendrán que implementar los colaboradores. Y esto no ha ocurrido: el rumbo de Macri sólo lo conoce, quizás, Macri, ni siquiera Marcos Peña, cuya mayor virtud es intentar cada día agradar al Presidente e interpretar su voluntad. 

El resultado es una Administración contradictoria, demasiado pendiente de los medios de comunicación, lo que la revela frágil.

¿Se asemeja al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires que lideró Macri? Unos afirman que el comienzo también fue complicado, hasta que Horacio Rodríguez Larreta logró enderezar el timón. Otros dicen que siempre abundaron las zonas grises pero que el protagonismo de CFK le permitía a Macri un razonable 2do. plano.

El debate no es relevante, en verdad. El adinerado Gobierno porteño es una isla no comparable con la heterogénea Nación, tironeada por provincias en muchos casos inviables, municipios mendicantes y corporaciones voraces... que Macri quiere gestionar sin hoja de ruta ni Business Plan ni programa alguno, en un llamativo acto soberbio que lo sobreexpone ante la opinión pública.

Es ilógico seguir modificando su gabinete de colaboradores -equipo que no es ninguna maravilla para decepción de la derecha argentina- si quien no cambia su enfoque y forma de gestión es Mauricio Macri de manera tal que pueda responder a las preguntas decisivas:

* ¿Para hacer qué cosa desea el poder?

* ¿Qué es lo que él cree que puede hacer que no podrían Sergio Massa o CFK?

La respuesta no puede ser ni vaga ni ambigua sino bien concreta y definida. Entonces la Administración Macri podría enderezar su rumbo.

El pasado no pisado

La democracia en transición en la Argentina tuvo 3 experiencias de gobiernos que concluyeron sus mandatos constitucionales.

En los 3 casos, ocurrieron de inmediato definiciones sobre el rumbo, acompañadas por medidas que, a veces con sobresalto y en otras con eficiencia, complementaron el Norte.

Una fue la de Carlos Menem (1989-1999): en agosto de 1989, 1 mes luego de asumir, presentó la Ley de Reforma del Estado, que inició cambios muy importantes que incluyeron la privatización de un conjunto de muy ineficientes empresas públicas y erosionaron una porción considerable del poder corporativo de sindicatos y contratistas estatales. Luego, en diciembre de 1989, 5 meses después de asumir, fracasada la alianza con Bunge y Born y otra vez en una espiral inflacionaria, presentó el Plan Bonex. Es cierto que 17 meses después de asumir tuvo que sobrevivir al grave caso de corrupción (Swifgate) que utilizó la embajada de USA para reorganizar el gabinete, concediendo a Domingo Cavallo y Guido Di Tella tareas estratégicas que permitieron a 21 meses de asumir ejecutar el revolucionario Plan de Convertibilidad.

Sin embargo, antes, a los 13 meses de asumir, Menem anunció que enviaría 2 buques de guerra argentinos para participar del bloque en el Golfo Pérsico, al ocurrir la invasión de USA y otros países a Irak, tras la invasión de éste país a Kuwait. Esta decisión política exclusiva de Menem permitió que años después la Argentina alcanzara el statu-quo de aliado no-OTAN, sólo concedido hasta entonces a Australia,  Nueva Zelandia, Egipto, Israel, Japón y Corea del Sur. Y antes de marcharse Menem, la Argentina ingresó al G-20.

Pueden opinar lo que quieran del tipo de cambio fijo, que los ignorantes mezclan con la oportunidad convertibilidad de la moneda nacional, pero la Argentina alcanzó en un breve tiempo una visibilidad global que nunca más tuvo, que un personaje mediocre como Eduardo Duhalde no podía comprender, tampoco el peronismo de bolsillo que luego sodomizaron los Kirchner y que aún sigue aferrado a un ideario inexistente. Ni siquiera Menem entendió lo que sucedía y por eso lo perdió todo.

Sin embargo, en esos años ocurrieron decisiones estratégicas muy trascendentes que incluyeron (cómo olvidarlo) que los ciudadanos argentinos pudieran ingresar sin visa a USA (su destino turístico preferido). 

Otra experiencia de mandato completo fue la de Néstor Kirchner, que comenzó con dificultades (no ganó los comicios presidenciales sino que obtuvo 22,24% contra 24,3% de Menem y el hierático Juan Carlos Romero, pero asumió la Presidencia por el abandono de estos, impotentes ante la campaña en contra de Duhalde & Grupo Clarín), pero gozaba de un rebote importante de la economía luego del derrumbe de 2001, al punto que Kirchner intentó que Roberto Lavagna fuese su compañero de binomio, y exigió que permaneciera al frente del Palacio de Hacienda porque le sumaba sufragios.

A poco de comenzar su gestión, Néstor Kirchner avanzó sobre la agenda que ambicionaba: 3 meses le demandó declarar la nulidad de las leyes de Obediencia Debido y Punto Final, que consolidó su alianza con las organizaciones de familiares y amigos de detenidos-desaparecidos, exiliados y simpatizantes de las guerrillas montonera y erpiana. A la vez avanzó en lo que otro que le interesaba, la renovación de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, y obtuvo apoyo legislativo suficiente para concretar los descabezamientos que pretendía. Eugenio Raúl Zaffaroni reemplazó a Julio Nazareno 5 meses después de sentarse Kirchner en la Casa Rosada, y antes de cumplir 1 año ya había sentado en el colectivo a Elena Highton de Nolasco y Carmen María Argibay.

Y 4 meses le demandó anunciar el 1er. canje de deuda externa pública en default, con una quita promedio del 75%.

Kirchner logró superar las movilizaciones masivas reclamando seguridad y justicia, luego del asesinato de Axel Blumberg, 10 meses después de asumir.

A su vez inició el otro capítulo que consideró estratégico de las alianzas regionales con otros populismos demagógicos, en especial Hugo Chávez Frías y Luiz Inácio Lula da Silva, de modo tal que en el mes 30 luego de asumir frustró los planes de George W. Bush, el entonces poderoso Presidente de USA, de establecer un Acuerdo de Libre Comercio de las Américas, que no le convenía a Brasil.

El otro mandato presidencial completo fue el de Cristina Fernández de Kirchner, quien llegó gozando aún el 'efecto viento de cola' provocado por el incremento excepcional del precio del poroto de soja. Pero en diciembre de 2007, el FBI arrestó en Florida a 3 ciudadanos venezolanos y 1 uruguayo, y los acusó de ser agentes del gobierno venezolano, y de haber presionado a Guido Alejandro Antonini Wilson ¿quien se encontraba colaborando con el FBI en Miami? para que no revelara el origen y el destino de un dinero decomisado en Argentina durante el mes de agosto.

Los 60 días iniciales de CFK fueron consumidos por el 'caso Antonini Wilson', dinero 'negro' para financiar la campaña presidencial que la llevó a la Casa Rosada.

El 11/03/2008, a 90 días de asumir, siguiendo el reclamo de Néstor Kirchner a su mujer de sumar más ingresos tributarios gravando al campo, el entonces ministro de Economía, Martín Lousteau, anunció la sanción de la Resolución 125, de nuevo sistema de retenciones móviles a la exportación de granos. Al día siguiente, 12/03/2008, las 4 asociaciones nacionales de productores agropecuarios declararon un cierre patronal de 48 horas contra la R125.

El 25/03/2008, 105 días de asumida CFK, los productores agropecuarios ratificaron el cierre y los cortes de ruta, y decidieron mantenerlos por tiempo indeterminado, iniciando uno de los conflictos sectoriales más extensos de la historia argentina contemporánea, y que los Kirchner perdieron en la sesión del Senado el jueves 17/07/2008, inicio de una contraofensiva política que tuvo 2 instancias:

* la reestatización de Aerolíneas Argentinas y Austral Líneas Aéreas durante agosto y septiembre de 2008; y

* la expropiación del dinero privado que administraban las AFJP, en noviembre de 2008.

De todos modos, Néstor Kirchner fue derrotado en las elecciones del domingo 28/06/2009, que fue el final del 2do. proyecto de reforma constitucional de los 3 que tuvieron los Kirchner (y fracasaron los 3).

Pero CFK pudo sobrevivir a la muerte de su esposo, el 27/10/2010; conseguir la reelección el domingo 23/10/2011; y anunciar medidas tales como la expropiación de YPF, en abril de 2012.

Entre Menem y los K hay un mínimo denominador común:

* la audacia;

* el conocimiento y ejercicio de la política, necesario para conseguir aprobar sus proyectos legislativos y domesticar a los competidores;

* la explicitación pública del rumbo elegido; y

* la decisión de batallar a capa y espada con sus adversarios para defender sus iniciativas.

La 'nueva política' no parece audaz sino más bien frívola.

La 'nueva política' subestima a la política, que torpemente confunde con partidocracia, y acumula fragilidad legislativa.

La 'nueva política' no ha explicado ni cuál es el rumbo ni cuál es el límite.

La 'nueva política' tiene complejos ante el 'progresismo' y las críticas lo ubican rápidamente a la defensiva y hasta retrocede.

El poder pasa por otro lado. Que Macri resuelva su laberinto.

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