NI RUIDO NI NUECES POR AHORA EN MADRID

A la empanada gallega le falta el relleno

El viaje de Mauricio Macri a España no movió el amperímetro de la prensa argentina, ni siquiera la amiga. Desarrolla una intensa agenda protocolar y los empresarios que lo acompañaron ofrecen a sus pares ibéricos nichos para invertir, aunque la elevada presión impositiva y el aplastado consumo interno en un contexto inflacionario que el propio Estado alimenta con los tarifazos no ayudan demasiado a un trabajo de seducción como el que se intenta. Los hombres de negocios españoles siguen de cerca la resolución del conflicto entre el gobierno, Telefónica y el grupo Clarín por la regulación de las telecomunicaciones en Argentina. La poderosa multinacional espera que el mandatario argentino disipe dudas sobre un supuesto favoritismo hacia el hólding local y así decida destrabar el plan de inversiones en 4G de los próximos años, que puso en stand by.

La explicación de que la primera jornada de la misión presidencial a España no haya merecido ni un suelto en las portadas de los diarios prooficialistas se encuentra en un párrafo perdido de un comentario publicado por el diario La Nación: "Había muchísimos motivos para este viaje. Pero hoy, el objetivo número uno es darle a Mauricio oxígeno político", se sinceraba un miembro de la delegación oficial al entrar en el hotel céntrico donde se alojan los ministros, legisladores y sindicalistas.

El “Presidente Offshore”, como lo califica el ibérico partido de izquierda Podemos, llevó a una comitiva de 120 empresarios para compartir un “brainstorming” de negocios con pares españoles. El propósito: abrir las puertas a futuras inversiones.

Al mandatario lo espera una ardua reunión, ya no para atraer sino para que no retire la suya, con el número uno de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, quien escuchará propuestas del gobierno para que se puedan acomodar a las regulaciones y verá si lo convence que cese con su amenaza de una demanda en el tribunal arbitral del Banco Mundial (Ciadi).

Es cierto, según España, que no contribuye mucho a mejorarle el estado de ánimo para con Argentina que el Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom) validara el ingreso de Nextel como 4to. operador de telefonía móvil en el país. La filial argentina de la empresa estadounidense, ahora propiedad de Cablevisión, del Grupo Clarín & Fintech, fue autorizada a brindar el servicio 4G en las bandas de 900 Megahertz (MHz) y 2,5 (Gigahertz), que en el mundo se utilizan para este tipo de servicios, y ahora dispone de 15 días hábiles para la firma del contrato.

Completa así su oferta de televisión de pago, un mercado que lidera, al entrar de lleno en el mercado de la telefonía móvil empleando frecuencias del espectro radioeléctrico adquiridas el año pasado al absorber a pequeños operadores adjudicatarios, por lo que desembolsó US$ 138 millones y le requerirá actualizar con millonarias inversiones.

Pero, de todos modos, Urgente24 ya explicó que en el Enacom se ofrecieron sólidos argumentos de que no se ha perjudicado a Telefónica hasta la fecha.

De todos modos, como estategia negociadora, la casa central de Telefónica ratificará ante Macri sus quejas por lo que considera un trato injusto recibido respecto de su competidor en cuádruple pay Clarín, ya que pagó casi US$500 millones en las licitaciones del espectro de 4G que se hicieran en 2014 y 2015, con el anterior gobierno. Y para colmo arranca en absoluta desventaja con la pata televisiva en la carrera hacia la convergencia.

A las empresas españolas aún no se les pasó el enojo con Argentina, que empezó a materializarse en la posición pasiva bruta de las inversiones en el sector petrolero a partir de la estatización de las acciones de Repsol dispuestas en 2012 por la administración kirchnerista. Aún así sigue siendo el 2do. principal inversor extranjero en el país, detrás de Estados Unidos, con un stock de US$ 17.000 millones que representa el 17% del total foráneo. Tampoco es posible olvidar el caso Aerolíneas Argentinas.

En los '90 hubo una afluencia de grandes jugadores como Telefónica, Repsol y Gas Natural Fenosa y la expansión del sector bancario con el BBVA y Banco Santander a la cabeza y con el tiempo se sumaron decenas de pymes.

Desde 1993 la inversión española sumó acumulada unos 34.000 millones de euros, según datos de la Secretaría de Estado de Comercio de España. La mitad de ese monto se concentró en 1999 cuando Repsol compró las acciones de YPF. Pero de igual modo se desinfló tras la crítica estatización de las acciones de Repsol. La sangría fue de 430 millones de euros en 2012, 386 millones en 2013, 206 millones en 2014, 110 millones en 2015.

Los principales rubros en los que las inversiones españolas permanecen en Argentina (según el Instituto de Comercio Exterior e inversiones de España, el ICEX) son los servicios, donde se destaca la banca, la telefonía, los servicios públicos y los seguros.

También las hay en infraestructura o turismo. Y además se destacan los servicios relacionados con la explotación de los recursos naturales, los equipos y servicios de medio ambiente y producción energética, las conservas de frutas, los pescados, moluscos y crustáceos frescos y congelados, las aceitunas, los vinos, la confitería de cacao, la química alimenticia, el jamón y la paleta, la agroquímica y la alimentación animal.

La participación por sectores de la inversión española en la región se reparte: 33% en el financiero, especialmente en México y Brasil; 15,3% en telecomunicaciones y 10,4% en “utilities” (saneamiento de agua, distribución de energía o recolección de residuos).

El cuadro de situación lo aportó la consultora DNI que dirige Marcelo Elizondo, quien advierte que, de todos modos, de un stock de inversión española en América Latina de aproximadamente 125.000 millones de euros a inicios de la presente década, un 43% se destina a Brasil, un 20% a México y un 10% a Chile. Argentina marcha en un segundo escalón de las preferencias ibéricas, junto a Colombia y Venezuela.

Muro de desconfianza

La apuesta de Macri a reposicionar a la Argentina en el ánimo inversor español deberá, en una primera instancia, superar la barrera de desconfianza que levantó la ruptura de códigos de negocios provocada con la intempestiva estatización de las acciones que Repsol tenía en YPF, pero tropieza también con una coyuntura internacional reticente a mover capitales hasta tanto Donald Trump defina hasta dónde atacará el statu quo y los tratados comerciales y así puedan calibrarse las interrelaciones en el mundo.

En el vuelo a Madrid, el mandatario argentino estaba más pendiente de la presencia del ministro de Comunicaciones, Oscar Aguad, en el Congreso para dar explicaciones por el caso del Correo y del nuevo sponsoreo privado al fútbol para que empiecen los campeonatos, que de los protocolos que lo esperaban en la Madre Patria.

La prensa amiga, también, como lo reflejan los titulares de la fecha. Pero debió atragantársele el buffet que le sirvieron en el avión cuando le pasaron la noticia de que una de las escasísimas multinacionales privadas más o menos nacionales, como Techint, comunicaba en la Bolsa de Nueva York lo que él anhelaría escuchar por estos lares: una inversión de cuatro dígitos en moneda dura. Precisamente, Ternium informó que había cerrado un acuerdo definitivo con Thyssenkrupp AG para adquirir una participación del 100% en Thyssenkrupp Slab International B.V., que a su vez es titular del 100% de CSA Siderúrgica do Atlântico Ltda. Dde todos modos, dicen que la relación entre Techint y Macri nunca fue fluida ni siquiera desde que Mauricio se alejó de Socma.

TkAG le transferirá a Paolo Rocca un contrato de suministro por 2 millones de toneladas de planchones al año con la planta de laminación en Calvert, Alabama, USA, que perteneciera a Thyssenkrupp. "El precio de la operación se fijó utilizando un monto de EUR1.500 millones como valor empresa y el 30 de septiembre de 2016 como fecha "locked-box", y está sujeta a ciertos ajustes al cierre", decía el comunicado.

Paolo Rocca, que luce escarapela celeste y blanca en las fiestas patrias pero tiene sede tributaria y comercial en Luxemburgo, dijo desde el principado que Techint compraba una empresa brasileña por EUR1.200 millones para abastecer al mercado brasileño de planchones y la exportar asimismo a Estados Unidos y México. Una voltereta global corporativa en la que ni Macri ni ningún político puede colarle mérito propio alguno.

Pero criado en una cuna desde la que respiraba obra pública, el mandatario sabe que el negocio de un proveedor de insumos siderúrgicos, como el colega y compatriota Rocca, necesita salir a buscar clientes que los utilicen para construir infraestructura y para industrializar en volúmenes desconocidos para nuestra economía. Por el contrario, Argentina cobra impuestos muy altos porque el Estado es un empleador sustituto de la actividad privada, y tanto la generosa geografía como la concentración urbana demandan una cuantiosa inversión pública que desborda la capacidad de financiamiento.

Cualquier potencial inversor español al que le propongan hacer un negocio en Argentina encontrá 2 escollos naturales: una presión impositiva muy superior a la de la media internacional y un consumo interno limitado, hoy con el agravante de encontrarse deprimido por la política de ingresos que aplicó el gobierno.

La ecuación de facturar poco y tributar mucho, con el aditamento de convivir con una tasa de inflación que no permite planificar, convierte a las inversiones en quimeras.

De ahí que el commodity sea la especialidad de una casa con mucho territorio y abundancia de recursos naturales, que invitan a explotar las energías hidrocarburíferas, por métodos tradicionales y no convencionales, así como las renovables. Con precios internacionales en reacomodamiento, no coincide la premura del gobierno por atraer los capitales de riesgo que requieren con la potencialidad que proyectan hacia el largo plazo.

Para colmo, las urgencias electorales del gobierno no contribuyen a una espera paciente de que madure el momento y el ex Ceo de la Shell, Juan José Aranguren, ya no sabe qué otra zanahoria inventar desde el Ministerio de Energía para hacerles romper el chanchito a las compañías transnacionales.

Una de las mayores expectativas de Macri sería lograr que España normalice las importaciones de biocombustibles al complejo sojero, cuya interrupción afectó el proceso de desarrollo sostenido de la agroindustria nacional. Fue quizá el golpe más duro que recibió una relación bilateral que medida en intercambio de bienes y servicios comenzó a mejorar, con saldo positivo para Argentina.

Según el reporte de Elizondo, en 2016 Argentina exportó a España 19,5% más que en 2015: US$1.626 millones contra US$ 1.361 millones. En importaciones, US$920 millones contra 956 millones. El saldo comercial de 2016 fue favorable en US$705 millones versus 404 millones del año anterior.

Los alimentos fueron el principal rubro de ventas, con US$661 millones; seguidos de productos de la industria animal, con US$498 millones; vegetales US$156 millones; minerales, US$123 millones, y material de transporte, US$84 millones.

Argentina compró desde España principalmente químicos por US$211 millones; máquinas y aparatos eléctricos, US4193 millones; material de transporte US$139 millones, y metales y sus manufacturas, US$97 millones.

3 provincias concentran aproximadamente un 70% de las exportaciones argentinas hacia España: Santa Fe, que tiene el 34% del total. Córdoba y Buenos Aires representan un 20% y 16% respectivamente.

Los discursos ayudan pero, advierte Elizondo, a mediano y largo plazo, en definitiva, las inversiones requieren de la “construcción” de 4 capitales:

-el institucional (normas de referencia),

-el relacional (ambiente que permita acuerdos entre actores económicos, asociaciones e integración en cadenas, contratos, alianzas),

-el organizacional (la posibilidad de avanzar en mejoras en la eficiencia y la competitividad de cada empresa), y

-el intelectual (contar con recursos humanos con habilidades desarrolladas para el nuevo mundo del trabajo).

Un Presidente Offshore, tal como lo califica la izquierda española, es consciente de ello, y por ese motivo no se molestó porque los diarios amigos no le hayan dedicado ni una línea en sus portadas al anuncio del viaje.

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