EL CONFLICTO LLEGÓ A UN PUNTO ERRÁTICO Y NO DA PARA MÁS

Ojo, Cambiemos, el frente docente bonaerense se rajó pero no quebró

María Eugenia Vidal intenta colarse por la grieta que se abrió en el frente gremial docente con una propuesta puente que permita retomar el diálogo: anunció dar un adelanto entre $ 1.500 y $ 3.750 a cuenta de un acuerdo futuro, más un reconocimiento a los maestros que no acataron la huelga. El gobierno está convencido del desgaste que les produjo a las 6 organizaciones que nuclearán inicialmente la dura medida de fuerza que se convirtió en un fin en sí misma. En consecuencia, la acción oficial se encamina a exponer ante la sociedad a los fogoneros políticos de la contienda, como el kirchnerismo y la izquierda radicalizada. El challenger elegido por el oficialismo para la confrontación, Roberto Baradel, le venía ganando algunos rounds a la poderosa pero inexperta gobernadora, le dejó magulladuras en su angelical semblante y le melló algo la imagen pública. Disciplinada al jefe suyo y del Estado, "Mariú" defiende a capa y espada una emblemática pauta inflacionaria del 18% que el propio gabinete nacional pisotea con aumentos en los combustibles y tarifazos que, en cada solo saque, superan largamente la referencia anual que pretende ser impuesta a los ingresos de la población. Y ese sería el grave riesgo que afrontaría extremar la postura oficial. El cuadro real para reanudar el regateo sería 18 de un lado y 35 del otro, con una inflación del primer bimestre que proyectada a tasa anual, quedaría en la mitad de ambos extremos. El mercader de Venecia propondría que ese finalmente tendría que ser el meridiano racional del arreglo, pero la Casa Rosada se empecina en no reconocer que el prematuro desborde tuvo su origen en sus propios ministerios.

Ningún reportero le preguntó a Mauricio Macri si enviará a su pequeña hija Antonia a la escuela pública, cuando los más grandes y él mismo recibieron educación privada pero de excelencia. En rigor, es difícil encontrar a algún miembro de la elite dirigencial argentina esperando a sus chicos a la salida de un establecimiento público.

Por supuesto que tampoco la ex Presidenta ni su séquito, cuando diagraman los planes de lucha en distintos frentes sociales de choque para esmerilar el poder del gobierno que ocupó su lugar por mandato constitucional, sacrifican en aras de esa causa la formación educativa de sus descendientes, asegurada en la órbita privada.

La sociedad argentina es rehén de esta interminable sucesión de paros de los gremios docentes que lleva 2 semanas que parecen ya una eternidad mientras, más allá de cualquier connotación política que se le quiera dar, los protagonistas “la miran por tevé”, como se dice en los cánticos futboleros. Jugar al desgaste contando los porotos políticos que suman y restan las partes de la contienda hoy les sale gratis.

La cara visible de la ortodoxia combativa de los gremios docentes es Roberto Baradel, quien ni siquiera tiene en el bolsillo la elección interna en Suteba a la que decidió presentarse. La opinión pública ya no tiene en claro si empuña los índices de precios del INdEC en pos de una gesta que reivindique el salario docente o un pico y pala para demoler la imagen de la gobernadora María Eugenia Vidal y allanarle el camino electoral al kirchnerismo en el decisivo distrito bonaerense, condición sine qua non para que Cristina Fernández de Kirchner imponga en la interna peronista, primero, y en el blindaje judicial que espera obtener en las urnas, de octubre en adelante, con proa a 2019. Mauricio Macri concibe este enfrentamiento que le plantea el kirchnerismo en los escenarios sociales, con epicentro en la calle, como una partida de ajedrez, con la dama (María Eugenia) como ariete.

Quizá se acordó un poco tarde de armar la defensa e ir por el centro del tablero, aunque la demora le valió aceptar que jugaría con las negras y que, por lo tanto, el rival cuenta con la iniciativa. Así cada movida de las blancas pone en riesgo la dama, que disciplinadamente se avino a ponerse el conflicto docente al hombro, resignarse al desgaste y consagrar el capital político que le da su imagen pública a la estrategia electoral de Jaime Durán Barba de concentrar el armado de la lista que llevará a los comicios en el equipo del Pro, con el apellido Macri (el primo Jorge, intendente de Vicente López) en la vanguardia.

María Eugenia recibió el baño de lodo de bienvenida a la alta política. Ya no es aquella chica criada en un barrio, estudiosa y juiciosa, a la que la exposición pública no le impide salir a hacer las compras, hablar espontáneamente con la gente como cualquier hija de vecino e irradiar una honestidad y sinceridad poco vistas en la órbita superior de la política. La carrera vertical hacia la cima del poder la encapsuló en una vida de helicópteros y operativos de custodia, cercos de prensa y, especialmente, de lealtad a la jefatura política por encima de la voz del pueblo que antes escuchaba y hoy interpreta a través de encuestas, clipping de medios y reportes de interacción en redes sociales.

En esta 1ra jornada de la 2da fase del plan de lucha docente vuelve a ponerse al frente con anuncios orientados a pegarle en la línea de flotación al frente gremial oponente, que empezó a dar signos de estar resquebrajándose, a punto tal que la Federación de Educadores Bonaerense (FEB), el segundo en cantidad de afiliados, decidió no plegarse al paro nacional de 2 días convocado por la Ctera.

Prolongar las tensiones extremas tiene sus bemoles, ya que provoca fisuras y desinteligencias en los bandos que miden fuerzas. Y sucede tanto en el oficialismo como la oposición, con la novedad en este caso de que apareció una fisura importante del lado gremial. La Nación expone datos oficiales de la provincia, según los cuales la FEB cuenta con 50.677 afiliados, mientras que el Suteba, que conduce Roberto Baradel, tiene 68.650. Este último, junto con la Unión de Docentes de la provincia de Buenos Aires, se plegará a la huelga nacional. Tampoco los Docentes Argentinos Confederados (DAC) se plegarán en el plano nacional: “En algunos distritos habrá clases públicas y marchas, pero no participaremos del paro", sostuvo Mirta Petrocini, presidenta de la FEB.

Nada con hechos consumados De todos modos, con divisiones o no en la que venía siendo una posición homogénea del frente gremial, la semana en curso parece jugada. “Continuaremos con la huelga hasta el jueves y el viernes veremos qué pasa", dijo Miguel Díaz, titular del Udocba.

Más contundente, Baradel le devolvió la pelota que le habían tirado del gobierno provincial de no negociar con un paro ya decretado, al aclarar que retomarán la discusión salarial si las autoridades los convocan por fuera de la conciliación obligatoria que rige desde el sábado pasado. Por de pronto, los gremios docentes más numerosos no participaron de la misma en el Ministerio de Trabajo bonaerense. Sólo concurrieron AMET, UDA y UPCN, que en total no llegan a reunir 12.000 afiliados, y pidieron un cuarto intermedio, consignó el matutino, que agrega que “la FEB y Suteba, ante la falta de notificación oficial del fallo de la Cámara en lo Contencioso Administrativo que habilitó al Ministerio de Trabajo bonaerense a dictar la conciliación obligatoria, se presentaron ante la Justicia para realizar una autonotificación”.

Se trata más de un subterfugio técnico legal que de un paso concreto hacia un entendimiento. Las negociaciones en sí siguen empantanadas. Sólo los sindicatos UPCN, Soeme y AMET acudieron a la convocatoria en la biblioteca del Ministerio de Economía y pidieron 48 horas para intentar convencer a otros gremios de sumarse. Sin embargo, separar la paja política del trigo gremial requeriría una pasada en limpio de las posiciones concretas de uno y otro lado.

El gobierno quiere que se firme la paritaria docente bonaerense en 18% de ajuste salarial para 2017, con una cláusula móvil a futuro que reintegre automáticamente una diferencia ante cualquier desfase de la inflación y acepta hablar de una compensación fija que devuelva la pérdida de poder adquisitivo de los maestros del año pasado, pero también pretende fijar condiciones de calidad educativa. Los gremios quieren 35% de aumento para empezar a hablar.

En un mercado persa, el punto de partida real para este regateo salarial partiría de confrontar 18 contra 35. Pero si se toma el comportamiento de los precios generales de la economía de los 2 primeros meses y se lo proyecta a tasa anual se situaría en la mitad de camino. Recién a fin de mes se sabrá si el IPC del 1er trimestre logra hacera retroceder al 20% o si la inflación de marzo la consolidará en torno del 25%.

Por más que el ministro de Economía, Hernán Lacunza, le ponga el pecho a las balas y denuncie la actitud gremial de no escuchar ninguna propuesta con los paros ya decididos, lo cierto es que a esta altura del conflicto, ni el dirigente más dialoguista y dispuesto a normalizar las clases estará en condiciones de poner su firma donde figure el 18%, cualquiera sea el adorno que le armen alrededor. El gobierno se había aferrado a esa pauta a partir de que a fin de año, precisamente, María Eugenia obtuvo la resonante victoria de lograr que los gremios estatales bonaerenses aceptaran el 18% con reajuste móvil si había desvíos en los precios con el correr de los meses.

La ilusión era plegar a los bancarios, a los docentes y seguir por esa línea con el resto de las paritarias. Pero aparecieron los tarifazos de Aranguren, junto con los ajustes de combustibles, prepagas, peajes y la parafernalia de aumentos sobre la canasta básica, en enero, que desplazaron de lugar aquel ideal antiinflacionario atentando directamente contra el poder adquisitivo de las familias, situación que, corregida y agravada, se repitió en febrero.

A las cuentas caseras desequilibradas se agregó la incertidumbre creada por los despidos y suspensiones fabriles, los cierres de comercios que denunció la CAME y la frutilla del postre fue el escandaloso arreglo en torno de la quiebra del Correo Argentino que involucró a la familia presidencial y que, por fin aunque tardíamente, Macri reconoció como un error. El cóctel fue como un brebaje que tonificó al kirchnerismo e hizo que saliera con todo a ganarle el punto débil del oficialismo: la calle, donde desarrolló un eficiente expertise, y hoy convirtió en auténtico caos, agravado por el malestar popular debido a que las clases no se normalizan y ya no se sabe qué hacer con los chicos en la organización hogareña.

Tampoco le salió bien la rueda de auxilio rompehuelgas que le tiraron a la gobernadora desde el Twitter: los voluntarios que se anotaron respondiendo a la red social para cubrir tareas complementarias en centros vecinales y clubes que contuvieran a los chicos en las aulas. Hubo experiencias en Morón, Pilar, Vicente López, Lanús, Quilmes y 3 de Febrero, entre otras ciudades, en las que participaron profesionales, ex docentes y ex alumnos. Fueron suficientes para que se cortaran las convocatorias ad hoc. La organización no estaba preparada para la innovaciones propaladas en 140 caracteres, cuya condición esencial es la inmediatez. Las redes son ahora ya, después la vorágine traga las frases más ingeniosas.

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