A PROPÓSITO DEL 24/03

Frankenstein nos pone felices

Durante el verano de 1816, el Hemisferio Norte pasó mucho frío por la erupción del volcán Tambora. Mary Shelley y su marido Percy Bysshe Shelley fueron a Suiza, a lo de su amigo Lord Byron, quien los desafió a componer, cada uno, una historia de terror. Mary concibió una idea: "Frankenstein o el moderno Prometeo". Segun 'el Bigote' Acosta, Mauricio Macri es otro Frankestein que hemos creado, tal como hicimos a los anteriores: para tenerles miedo, tratar de destruirlos, transferirle nuestras culpas: "Sólo inventamos, los hombres, sobre lo conocido."

ROSARIO. Argentina se llenó de temas tabú o, como se dice ahora, políticamente incorrectos.

Vengo de una narrativa popular en la que se entendían estas cosas diciendo: ”no mentar la soga en la casa del ahorcado”. Cambian los modos. El susto es el mismo.

Hay colegas y productores de programas que no invitan a mi amigo Ceferino Reato sólo porque se anima a preguntar: ”Si son 30.000 los muertos y desaparecidos ayudemos, que aparezcan sus deudos y los ayudamos a encontrar su paradero de secuestro, tortura y asesinato…” Un tremendo susto porque, lo riguroso, es que no hay deudos por esa cantidad.

Si se insiste (pocos lo dejan seguir hablando del tema), Reato se inquiere lo siguiente. Si es sólo un número simbólico, ¿por qué usar un número mentiroso que compromete la verdad histórica…? La verdad, mas allá de lo simbólico, es que los muertos y desaparecidos existieron y rescatar su memoria es necesario. Todos los muertos, todos los desaparecidos. El reclamo familiar da un número. Ubiquémonos en ese número.

Partir la historia, disfrazarla de cuestiones personales es posible y de hecho es lo que sucede pero…¿ inventar un “corpus” de memoria fraguado, con retazos chuecos, interesados, no es armar un rompecabezas? ¿Un Frankestein con el justísimo dolor familiar?

Y 2 palabras para quienes, junto con el dolor, reivindican la muerte violenta como salida positiva de las ideas. Como una herramienta posible en el siglo XXI. Los parientes de Hebe de Bonafini secuestrados, torturados y muertos, se corresponden con una injusticia del Estado argentino. Un asesinato. Las palabras de la Hebe reivindicando la violencia no tienen justificativo ni siquiera en el dolor. De hecho, no ayudaron a construir un mañana mejor, tal como puede apreciarse.

El Frankenstein que hemos construido con los DDHH, aportando cada uno un trozo de verdad, uno de mentira y la absoluta intencionalidad panfletaria, retorcida, del Grupo K, aún altera el pasado y quita presente, envenenando el futuro.

Agreguemos confusión al medio ambiente. Aportar figuras icónicas turbias, procesos simbólicos incompletos, es típico del peronismo, nuestra verdadera matriz genética. Juan Perón. Evita Duarte de Perón. General J.J. Valle. Ezeiza. Expedición Cóndor. J.I. Rucci. A.T.Vandor. Bombardeos Plaza de Mayo. Nómbrese del sector que se quiera a la figura o el hecho que se desee y veremos que no hay diferencia con la interpretación, re interpretación, desfiguración y recreación que hicieron los K de la historia más reciente.

Su trabajo sobre la contemporaneidad debería ser estudiado como el mas eficaz aprovechamiento “goebeliano” de los hechos populares. Su relato persiste. Es un”corpus” que pretende legalidad sentado en el absurdo, la irrealidad, pero con un argumento terrible: La credibilidad. Tornaron creíble una fantasía ignominiosa. Es un hecho que se debe entender o tendremos mas problemas de los que tenemos. Lo dicho. Un Frankenstein que, al estar desfigurado, compromete la realidad de solo mirarlo.

Curva histórica en noviembre y diciembre de 2015. La presencia de un gobierno de derecha popular, trazado con votos sobre una izquierda engañosa, como la que representó Daniel Scioli y quienes estaban detrás (con la Nave insignia: CFK) ha puesto, a las mismas fuerzas que nos trajeron un Frankenstein, a fabricar otro. En este caso ,el Frankestein del mal.

La mas elemental revisión de los mensajes que la sociedad recibe (la sociedad no delibera ni gobierna sino por intermedio de sus mediadores televisivos, radiales y en red) ubica diferentes elementos, tomados como realidades, por la excelente calidad del mensaje. Sumados dan una figura imponente y con mucha fantasía. Una creación. Un frankestein. Otro.

Mauricio Macri es el que repone el plan de José Alfredo Martínez de Hoz. Los militares. Genocidio. Videla, Massera y Agosti.

Mauricio Macri es el que representa a Carlos Menem y Domingo Cavallo.

Mauricio Macri es igual a Fernando De la Rúa y se irá en el helicóptero, huyendo de la Casa Rosada (un invento histórico eficacísimo, por otra parte).

Mauricio Macri representa al más cruel capitalismo internacional.

Mauricio Macri no sabe relacionarse: Donald Trump lo desprecia, pese a que ambos son “de derechas”.

Mauricio Macri no sabe ordenar ni siquiera la AFA.

Mauricio Macri no sabe hablar en público, tarmamudea y lee mal. No estudió.

Mairicio Macri es hijo y socio de su padre, ambos pertenecen al capitalismo prebendario, socio del Estado.

Mauricio Macri está haciendo un gobierno 'de amigos'.

Mauricio Macri depende de María Eugenia Vidal, que es la verdadera ganadora contra Aníbal Fernández, que solo fue un error de CFK.

Mauricio Macri está destruyendo la industria nacional.

Mauricio Macri es rehén de los gremios.

Mauricio Macri se equivoca mucho. No tiene calle. Es rehén de Jaime Duran Barba. Le tiene miedo a la gente.

Si sumamos todos los Mauricio que aparecen, el chico dilecto del Cardenal Newman, presidente de Boca Juniors, intendente de CABA tendría una figura difícil de dibujar o caricaturizar. Alguien que no conocíamos. Es forzar demasiado el relato. Se está haciendo ahora mismo.

Mauricio Macri es otro Frankenstein que creamos, como creamos a los anteriores, para tenerles miedo, tratar de destruirlos, escapar de nuestras culpas. Sólo inventamos, los hombres, sobre lo conocido.

La junta de 1976, con mediciones estadísticas del favor popular con el que se la recibió. Raúl Alfonsín. Carlos Menem. De la Rúa. K. CFK. Macri. Son decisiones nuestras.

Acaso sea necesario un espejo para saber cuánto del Frankenstein argentino tienen todos y cada uno de nuestros glóbulos rojos… y de nuestros votos.

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