INICIATIVA QUE PUEDE FRACASAR

Plan Maestro: El riesgo de la adolescencia democrática

Luego de conocerse los resultados de la prueba Aprender, el presidente Mauricio Macri anunció que el Ejecutivo enviará al Congreso de la Nación un proyecto de ley relacionado con el "Plan Maestro" para resolver los problemas en la educación y así lograr metas que terminen con "los discursos, los atajos y las mentiras". Pero el Plan Maestro puede terminar en un gran fracaso: no haber consultado a los padres de los alumnos es subestimar el problema de la enseñanza y se corre el riesgo de que el proyecto, pese a las mejores intenciones, resulte debilitado por las barreras ideológicas en un año electoral: un advertencia de una profesora entrerriana.

CONCEPCIÓN DEL URUGUAY. El inicio del ciclo lectivo 2017 ha sido un clásico de los últimos años: aprovechar el momento para visibilizar el tema del salario docente. Ningún ciudadano interesado en el bien de la República puede ser indiferente a este problema. Pero no existe la posibilidad de solucionarlo si no lo ponemos en el contexto de la calidad educativa, transformándose esta, en el principal objetivo del cambio.

Las barreras ideológicas pusieron todas sus energías en hacer creer a la gente que, en un país con el 30% de pobreza, no se puede hablar de calidad educativa, sino solamente de inclusión. Esta posición respaldada electoralmente, fue la que llevó a la Argentina a descender de los lugares de prestigio mundial y latinoamericano, en la medición de calidad educativa como herramienta de desarrollo social y económico.

Estas barreras fueron las que le hicieron creer a la gente que, para la inclusión, sólo se necesita estar en la escuela o en la universidad y hoy, asistimos a la pavorosa realidad de que 7 de 10 alumnos no desarrollaron el pensamiento lógico matemático y que 6 de cada 10 no saben interpretar textos. ¿Puede ser viable un país en estas condiciones?

Hace muy bien el gobierno de turno en entender que la prioridad debe ser Educación y debe abocarse a ello, sin mezquindades ni trampas y no dejarse engañar por las demostraciones de los gremialistas de turno que lo único que hacen es discutir puestos de poder en sus organizaciones sin tener la mínima mirada prospectiva de un proyecto de país.

En medio del conflicto del que el ciudadano ya no cree que sea para mejorar el salario docente, sino que tomó conciencia del interés partidario que se ha montado en un problema de urgente resolución, el Ministerio de Educación anunció, después del resultado de la resistida evaluación del 2016 en las escuelas de todo el país, la implementación del Plan Maestro.

Lo poco que ha trascendido, fundamentalmente por lo manifestado por el Ministro del área, en entrevistas en medios de comunicación, el plan emerge con muy buenas intenciones y seguramente, con muy buenas fundamentaciones, pero es necesario apuntar que la ansiedad para responder al conflicto, con las evaluaciones primero, y con el Plan Maestro después, no contaron con el suficiente tiempo de construcción ciudadana del problema. La realidad mostrada por las encuestas, duró el tiempo que duró la exposición del Presidente, como que para la sociedad no es nuevo el dato; y en realidad, no lo es.

Una lectura social reflexiva de la estadística, hubiese ayudado a conformar una plataforma sólida para el anuncio del Plan Maestro, que si bien no se especificaron los detalles, los grandes lineamientos muestran que se ha entendido la demanda de una comunidad. Lo mismo ocurrió con el anuncio del Ministro: duró lo que duró la charla, ha pasado una semana del hecho y hoy nadie ha escuchado que el gobierno estará presentado en ese plan.

Nuestra preocupación, como especialista en el tema, se centra, en si no estaremos al borde de un nuevo error político; y sería realmente lastimoso que esto ocurriera. En Educación, un paso atrás, nos cuesta generaciones sin posibilidades.

Cuando hablamos de “error”, es que vemos que el gobierno vuelve a descreer del contexto político que se necesita para la implementación de estas medidas. El ABC de las políticas públicas, es que la misma debe surgir de un problema para transformarse en una problemática, cuya principal diferencia está dada en los actores.

Y es aquí donde queremos poner el punto de observación: el Ministro ha dicho que han trabajado especialistas de los principales sistemas educativos del mundo y confiamos que han hecho la mejor propuesta, pero está a punto de cometer otro error, al creer que la propuesta toma vuelo político cuando se la manda al Congreso, en un arriesgado concepto de lo que significa política. Mandar el proyecto a ese ámbito, con el sólo respaldo profesional de los que trabajaron, es repetir una vieja historia conocida por todos los que trabajamos en Educación.

Hemos participado, en los últimos días, en reuniones de padres interesados en la Educación de sus hijos, y no tenían noción de que existiera una propuesta de este tipo y nos parece que no haber consultado a principales actores del sistema: los padres, es subestimar el problema y se corre el riesgo de que el proyecto con la mejor intención no pueda pasar de eso: la mejor intención y ser debilitado por las barreras ideológicas en un año electoral, donde la clase dirigente no hace gala de su generosidad.

Decimos que se corre el riego de que la propuesta naufrague en la adolescencia democrática, porque la lucha por el poder sigue siendo más importante que la lucha por el destino de un país. Se debería dedicar mucho más trabajo a generar conciencia ciudadana, antes que conciencia parlamentaria, poner todos los esfuerzos comunicacionales a la construcción de un contexto social de necesidad de transformación del sistema educativo como posibilidad de desarrollo.

En un contexto social en el cual

* el rol de maestro se ha desgastado por el manejo de los gremialistas que ponen en boca de “supuestos” docentes callejeros, términos agraviantes hacia una figura de la Constitución y de la Democracia como es un Presidente de la Nación,

* un sistema educativo sigue insistiendo con presupuestos epistemológicas del siglo XIX y sigue apelando a la mística educativa de “mi hijo el doctor”,

* la tecnología que ha provocado el cambio, no está siendo considerada en su verdadera dimensión y no se puede apreciar la crisis en la que nos ha sumergido con una escuela que no pone en marcha los mecanismos necesarios para desarrollar el pensamiento estratégico y ambiental necesario,

* todavía se trabaja en las escuelas con espacios físicos que no responden al nuevo concepto de espacio y de tiempo,

* se siguen construyendo escuelas con el mismo formato arquitectónico de hace 200 años y que la gente y, lo que es más grave, la clase dirigente que nos gobierna, se siente orgullosa de ello;
es evidente que el gobierno está a punto de cometer un nuevo error.

Las bases políticas sustentables, no se construyen con leyes, al contrario, éstas tienden a limitarlas si surgen sin el aval social adecuado. Esto no sería casual, ya que es un gobierno que descree de la política y confía en la gestión.

Esto no le hace bien al país y mucho menos a una nueva propuesta que intente un cambio de fondo del sistema educativo.

La adolescencia, o mejor dicho, la inmadurez democrática, requiere que esas bases tengan que ser lo más sólidas posible y ello se consigue con el trabajo que debe realizar un partido político, cuyo rol es constitucionalmente reconocido como imprescindible para la vida democrática.

El vaciamiento de la dinámica de los partidos no es casual, ya que dicha acción favorece la indiferencia del ciudadano y fortalece los intereses de los dirigentes.

* Apelamos al sentido común que necesita una medida de este tipo,

* tomemos todos los recaudos necesarios,

* busquemos el mayor consenso posible,

* comprometamos a la sociedad antes que a sus dirigentes, esto quiere decir,

* construyamos la demanda antes que la ley.

En una sociedad más inclinada al incumplimiento que a la acatación de la ley, el camino de un Plan de esta magnitud está en riesgo.

Hoy no hay una demanda social de calidad educativa, solo hay una demanda de crisis social donde las escuelas guarderías y los comedores escolares, están a la orden del día; ambas cuestiones razonablemente demandadas pero solo existe la posibilidad de revertirlas, con calidad educativa.

Romper un circulo vicioso, de tantos años, será costoso, ya lo expresaba con mucho dolor el Dr. René Favaloro, y no debe caerse en el error que una transformación de fondo, debe ser la respuesta a un reclamo gremial del momento.

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