EL INDEC TIRÓ TODOS LOS ÍNDICES EN EL ASADOR

Todesca le sacó a Macri 1,5 millón de pobres de encima

Saliendo de los actuales 12.500.000 proyectados para todo el país, empezaría la cuenta regresiva: 12.499.999, 12.499.998… Y así sucesivamente, a una ficha por segundo para cada pobre que deja de serlo, según el counter electrónico, en los 10 meses que separaban a diciembre último de las elecciones de octubre el numerador electrónico se podría detener en el 0. Justo sonaría la chicharra en coincidencia con el decisivo comicio de término medio de octubre: el slogan eje de la campaña electoral de Mauricio Macri en 2015 se estaría cumpliendo. Como la inflación fue desplazando la línea de la canasta básica a poco más de $12.000 en diciembre, 1,5 millón que eran pobres en el 2do. trimestre lograron emerger en la segunda mitad de 2016. La confrontación de metodologías, paritarias, ni-ni-nis, empleos, complica las comparaciones, herencias, etc, y si se quiere mirar un poco más allá de las fronteras el tipo de cambio atrasado agrega su cuota de imprecisión. Pero atención, Steve Hanke, de la universidad estadounidense Johns Hopkins, rescató un Índice de Miseria de mediados del siglo XX creado por el economista Arthur Okuny, que publica el Instituto Cato, en el que suma el impacto de la inflación, el desempleo y las tasas de interés para concluir que Venezuela es el campeón mundial de los miserables, seguida muy de lejos por Argentina, 3ro., Brasil; 4to., Sudáfrica; y 5to., Egipto.

 

Si la pobreza se corriera en un counter regresivo, al revés que el instalado por Alfonso Prat-Gay en la home de la web del ex Ministerio de Hacienda y Finanzas, arrancaría al comienzo de la gestión de Mauricio Macri en 14 millones de personas que viven debajo de la línea de pobreza medidos, por la Universidad Católica Argentina mientras el INdEC era rehabilitado del apagón estadístico dejado por Cristina Fernández de Kirchner.

Seguiría con el 1er. cálculo que hizo el instituto desde que Jorge Todesca está a cargo y anunció en setiembre 2016, que había dado algo parecido a lo de UCA, más de 14 millones, y bajó a 12,5 millones la cantidad de los que vivían en el 2do semestre del año pasado en hogares con ingresos por debajo de la línea de pobreza. Para una familia tipo esa frontera, en febrero, la marcó un ingreso de $13.673,50, así como la de indigencia quedó en $5.626,95, según INdEC.

De modo que, políticamente, por más que se haya aclarado que no se pueden comparar los números de un trimestre con los de un semestre, el 1er. año de gestión de Mauricio Macri marcó una leve baja estadística de casi 2 puntos.

Pero si hace una secuencia de la cantidad de pobres, entre lo difundido en setiembre y ahora en marzo por INdEC se contabiliza una baja del 5%, o sea algo más de 1,5 millón menos.

Los bajadas de los títulos de Clarín y La Nación difieren en la cantidad de pobres: 12,5 millones da el multimedios y 13,3 el de Saguier-Mitre. Los 800 mil de diferencia surgen de que uno toma la proyección en todo el país y el otro sólo los conglomerados urbanos.

Antes que se conocieran los números oficiales, Ernesto Hadida, de Crónica, advertía que la reducción de pobres fue consecuencia del cómputo del aguinaldo y recomposición de ingresos por las paritarias de los últimos 6 meses de 2016.

“De cualquier manera, la mejora de las estadísticas pareciera ser una "contabilidad creativa", cifras que sólo sirven para "maquillar" la pobreza estructural del país y evitar hablar, otra vez, de la relación directa entre situación social, pobreza e inserción laboral”, escribe.

Y explica que en un país donde los asalariados registrados en empresas privadas y los empleados públicos constituyen el 50% del total de ocupados, otro 26% está conformado por asalariados no registrados y servicio doméstico, y el restante 24% son trabajadores no asalariados (cuentapropistas); la posibilidad de que mejoren los indicadores sociales es simplemente una promesa.

Comparaciones

Desde el kirchnerismo se marcan algunos desajustes que distorsionan la estimación oficial en esta nueva etapa.

El parámetro argentino es el más exigente de toda América latina, alertan. Por ejemplo, un habitante chileno necesita menos de la mitad de ingresos que un argentino (US$3,8 diarios versus US$8,4) para no caer debajo de la línea de la pobreza. Subrayan que “la modificación metodológica realizada resulta funcional a 'embarullar' las comparaciones y adjudicar todas las culpas a la ´pesada herencia´”.

Según las cifras oficiales difundidas, el 30,3% de la población urbana es pobre.

En el gobierno confían en que este año el counter de la pobreza seguirá bajando, en la medida que lo haga la inflación, se mantenga el valor real de los planes sociales y de las jubilaciones, pero además el crecimiento económico genere creación de empleo, por cual el índice de pobreza mejorará. "Si todo esto sucede debería bajar la pobreza entre 2 y 4 puntos en 2017", coincide Agustín Salvia, a cargo del informe de la Pontificia Universidad Católica Argentina, si bien aclara que, "en el mejor de los casos, volveríamos al mismo escenario de 2015".

No obstante, la destrucción de empleo en el sector manufacturero que se profundizó en el 1er. bimestre, según denuncian los gremios y las cámaras empresarias desde los distintos sectores como automotriz, calzado, indumentaria y electrónica, pone en jaque la estrategia oficial.

Otra performance inquieta a los inventores del slogan Pobreza Cero y es que por 3er. año consecutivo la Argentina se halla entre los 1ros. países del Índice de Miseria del mundo: en 2016 mereció el 2do lugar, al igual que en 2014; en 2015 estuvo en el 4to.

La distancia entre el 1ero, una vez más Venezuela, y la Argentina se explica por la terrible crisis en que se ha hundido hace años ya el país caribeño que gobierna Nicolás Maduro: 573,4 puntos de éste contra 83,8 argentino, números que se consiguen tras la suma del impacto de la inflación, el desempleo y las tasas de interés.

El índice es obra del profesor Steve Hanke, de la universidad estadounidense Johns Hopkins, y lo publica el Instituto Cato. A la suma de esas 3 variables económicas se resta el porcentaje que haya cambiado del Producto Bruto Interno (PBI).

"La Argentina tiene el 2do lugar entre los más miserables, y las razones no son demasiado difíciles de descubrir", escribió Hanke.

"Luego de los años socialistas de Kirchner, la Argentina está en tránsito para alejarse de las políticas de destrucción económica de Kirchner, pero todavía se pueden hallar muchos residuos problemáticos en la estructura económica subyacente del país".

Otros países de América Latina se destacan en la lista infausta: Brasil en el 3er puesto, con 75 puntos, y Colombia en el 10mo., con 28.7.

"Brasil, en el número 3, es un caldo de cultivo para la corrupción y la incompetencia, como señala el reciente impeachment de la presidente Dilma Rousseff", según escribió Hanke, quien continúa el Índice de Miseria que a mediados del siglo XX creó el economista Arthur Okun, y que luego mantuvo su colega Robert Barro.

El 4to lugar lo ocupó Sudáfrica y el 5to, Egipto. Luego siguieron Azerbaiyán, Turquía, Irán y Colombia.

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