SIRIA, AFGANISTÁN, COREA DEL NORTE

Grandilocuente esfuerzo de Trump por recuperar la iniciativa perdida

Donald Trump menospreciaba a la Organización del Tratado del Atlántico Norte, y acaba de reivindicar a la OTAN. Donald Trump reclamó a Barack Obama no bombardear Siria en 2013, y acaba de disparar 59 misiles contra una base aérea siria. Donald Trump afirmó que su Administración se preocuparía de los problemas de los estadounidenses y no andaría gastando dinero en causas de otros países, pero estrenó un superexplosivo en Afganistán y envió una flota de mar enorme a Corea del Norte. Y lo más grave es que, pese a todo, carece de política internacional.

Russell Berman recuerda que los republicanos no pudieron hacer de Barack Obama un Presidente de un solo mandato ni han podido revocar su legado interno.

No obstante, sí están consiguiendo un éxito más discreto: están borrando el último año de la Presidencia de Obama, y para ello fue más importante confirmar en la Corte Suprema de Justicia a Neil Gorsuch, más de 1 año después de que los republicanos se negaran a considerar a Merrick Garland, el juez propuesto por Obama para el mismo puesto. Esta decisión tiene más implicancias a futuro que la superbomba arrojada en Afganistán o el ataque tan polémico a Siria a causa de un supuesto bombardeo químico a civiles, aunque no asegura tanta prensa.

Cuando los republicanos le bloquearon a Obama la confirmación de Garland, una medida que luego se extendió a los candidatos a conducir tribunales inferiores también, le negaron también la capacidad de diseñar un Poder Judicial federal que consolidara los 8 años completos de sus 2 mandatos en el cargo.

Pero Berman también aporta otro enfoque: Desde enero, el GOP (Grand Old Party o republicanos) en el Congreso lograron bloquear 11 importantes regulaciones de Obama, y Trump firmó 11 resoluciones de desaprobación bajo la Ley de Revisión del Congreso, vigente desde 1996 y que otorga al Legislativo el poder de desautorizar reglas recientes escritas por el Ejecutivo.

Desde la norma que prohíbía la venta de datos personales de los consumidores de Internet a la que prohibía a los estados que exigieran demostración de no consumo de drogas a los beneficiarios de subsidios de desempleo, y otras regulaciones. La Cámara de Representantes y el Senado tienen otras leyes en eliminación antes de que concluya el plazo legal para utilizar esta ventana de oportunidad, a principios de mayo

Sin embargo, los republicanos y Donald Trump aún no lograron que su mayoría permita algo más que la confirmación de Gorsuch y el bombardeo desregulador, desde ya una victoria legislativa muy pobre para 100 días en los que Trump esperaba alcanzar logros más espectaculares, aún cuando el presidente de la Cámara, Paul Ryan, fanfarroneó: "Estamos revirtiendo el más reciente ataque regulatorio de la Administración Obama. Y, fundamentalmente, devolviendo a los estados el poder de los burócratas no elegidos de Washington DC”.

Pero el alcance del logro republicano es limitado, agrega Russell Berman: ninguna de estas regulaciones estaba en los libros ni siquiera hace 1 año, y algunas de ellas aún no habían entrado en vigor. Y la decena de revocaciones que han aprobado los republicanos representan menos del 2% de las 689 regulaciones importantes que se aprobarondurante la Administración Obama, según American Action Forum.

Reordenando la casa propia

Trump prometió revertir las políticas de Obama inmediatamente después de asumir el cargo. La oposición republicana a muchas de sus prioridades había obligado a Obama a tomar medidas en forma unilateral, apelando a decretos, en muchas áreas: desde combatir el cambio climático a incrementar las protecciones laborales.

Pero bloquear o modificar decretos no equivale a legislar, que era la ambición de Trump. Tampoco basta con votar dejar sin efecto los decretos.

Philip Wallach, investigador senior en Estudios de Gobierno en Brookings Institution, dijo: "Tendrán que pasar por un proceso equivalente, de normas con procedimientos de notificación y comentarios para derogar las viejas reglas”.

El Plan de Energía Limpia es un excelente ejemplo. La política climática del gobierno de Obama demoró 6 años en redactar sus normas, y Trump firmó una orden ejecutiva para darle marcha atrás. En su conjunto, la directiva de Trump reorienta el enfoque del gobierno federal para abordar el cambio climático a lo largo del tiempo, con un mínimo de demoras en las acciones que los científicos ambientales creen que se necesitan con urgencia.

Los titulares periodísticos sugieren que el nuevo Presidente había aniquilado un complejo régimen de normas ambientales y energéticas de un plumazo pero, en realidad, la orden de Trump sólo inició una serie de pasos que podrían extenderse más allá de su mandato de 4 años.

Y todo es más limitado aún porque la implementación del Plan de Energía Limpia fue suspendida por una decisión judicial en 2016. "Técnicamente, el Plan de Energía Limpia sobrevivió un mandato presidencial completo", dijo Sam Batkins, director de Política Reguladora del American Action Forum. "Me imagino que la derogación probablemente tomará otro mandato presidencial".

Para los republicanos del Congreso y la Administración Trump, la única manera de reducir rápidamente la burocracia sin encontrarse con otra burocracia es apelar a la Ley de Revisión del Congreso, que había utilizado con éxito el presidente George W. Bush en 2001, un texto diseñado para revertir las acciones finales de una administración saliente (en aquel caso, la de Bill Clinton).

Con una mayoría simple de votos, el Congreso puede aniquilar cualquier ley aprobada en los 60 días legislativos anteriores, y como bono de regalo, la propia ley prohíbe a los presidentes futuros reinstalar una regulación sustancialmente similar sin la aprobación de los legisladores.

A causa de que la Cámara de Representantes y el Senado sesionan muy rara vez durante los meses previos a una elección, la ventana para el uso de esta norma por Trump se remonta a mediados de 2016.

Ante la imposibilidad de acordar la sanción de otros proyectos de Trump, los republicanos y la propia Casa Blanca se abrazaron a esta capacidad derogatoria como eje de los primeros 100 días de Trump.

Marc Short, director de Asuntos Legislativos del Presidente, dijo a periodistas que 11 proyectos de ley que Trump ha firmado para revertir las regulaciones de la Era Obama impulsarían la economía en US$ 10.000 millones. "Es un gran logro en el 1er. trimestre", dijo, lamentando que los medios de comunicación no lo hayan rescatado.

Sin embargo, la decisión del Partido Republicano ha desconcertado a los expertos en reglamentación. Según Batkins, la Administración Obama aprobó 88 reglamentos en sus últimos 60 días legislativos que podrían ser vulnerables a la revocación por el Congreso. Los republicanos han ido detras de 15 hasta ahora y envió 13 más al escritorio de Trump para su firma. (Él ha firmado 11, y se espera que apruebe los otros 2).

Pero la mayoría de las normas posibles de anular con esa legislación apuntan a reglas que tienen poco o ningún impacto económico.

No se entiende el reclamo de Short ni la elección de decretos vulnerables que hicieron los republicanos y Trump (la mención por separado de ambos no es baladí. Realmente son pensamientos diferentes, de coincidencias puntuales).

Los republicanos también suprimieron los estándares de rendición de cuentas educativas establecidos bajo la ley Every Student Suctains, una ley de 2015 que el Partido Republicano había calificado como uno de los pocos acuerdos bipartidistas significativos del 2do. mandato de Obama. Pero no está claro el texto de reemplazo que impulsará el gobierno Trump. "Eso deja a la política de educación en un gran misterio", dijo Wallach.

Otro caso: el Congreso ha revertido las principales regulaciones ambientales emitidas por el Departamento del Interior, pero no las costosas normas 2016 del ente regulador EPA, tales como la supresión de las emisiones de gases de 'efecto invernadero' de camiones comerciales y ómnibus.

El mayor desafío para los republicanos es el Senado, donde tienen apenas 52 a favor y 48 en contra. El vicepresidente Mike Pence ya tuvo que desempatar en temas de planificación familiar.

Así se llegó al ataque a Siria, un obvio intento de Trump de recuperar la iniciativa pero, en especial, de recuperar liderazgo entre los republicanos para volver a la carga con sus proyectos legislativos.

Incongruencias

Trump no dudó en revisar su propio discurso. El 26/10/2016 él había dicho, durante una entrevista que le hizo la agencia de noticias Reuters, recuerda David Frum: "Lo que debemos hacer es centrarnos en el ISIS. No debemos enfocarnos en Siria".

El cronista relató que el Presidente lo dijo mientras comía huevos fritos y salchichas en su campo de golf Trump National Doral.

Entonces, él agregó: "Ustedes van a terminar en una 3ra. Guerra Mundial si escuchan lo que dice Hillary Clinton sobre Siria porque ya no están peleando contra Siria sino contra Siria, Rusia e Irán, ¿de acuerdo?"

Ese mensaje electoral -votar por Hillary Clinton era votar por la 3ra. Guerra Mundial, que comenzaría en Siria- fue muy utilizado por el ejército de trolls mediáticos de Trump.

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Desde la Declaración de Independencia en adelante, los estadistas estadounidenses se han sentido obligados a fundamentar sus decisiones, y sobre todo por qué recurrieron a la fuerza.

Por ejemplo, puede leerse el 2do. párrafo del discurso de Bill Clinton de diciembre de 1998 sobre su operación “Desert Fox”: "Quiero explicar por qué he decidido, con la recomendación unánime de mi equipo de seguridad nacional, usar la fuerza en Irak, por qué hemos actuado ahora, Y lo que esperamos lograr ".

Otro ejemplo: Richard Nixon abrió su discurso anunciando el ingreso de fuerzas estadounidenses en Camboya en 1970: “Esta noche, describiré las acciones del enemigo, y las acciones que he ordenado ejecutar para enfrentar esa situación, y las razones de mi decisión”.

Pero Donald Trump en esos términos. En la noche de su ataque a Siria, él explicó: "Usando un agente nervioso mortal, Assad ahogó la vida de hombres, mujeres y niños indefensos, fue una muerte lenta y brutal para muchos, incluso los hermosos bebés fueron cruelmente asesinados en este ataque tan bárbaro. Tal horror. (...) Es en este vital interés de seguridad nacional de los Estados Unidos prevenir y disuadir la propagación y el uso de armas químicas mortíferas”.

La pregunta obvia es: ¿por qué es diferente lo que ocurrió en 2017 respecto a lo que sucedió en 2013, cuando Bashar al -Assad ya había realizado ataques masivos con armas químicas pero Donald Trump ni siquiera lo mencionó como algo preocupante?

En agosto de 2013, Trump insistió en que el presidente Obama debía conseguir la aprobación del Congreso antes de golpear a Siria. Obama consideró que esto era cierto. Él pidió la aprobación pero el Congreso rechazó el pedido y no se produjo ningún ataque.

¿Sobre qué bases actuó Donald Trump en 2017?

El presidente Obama descansó todas sus muchas acciones militares en Oriente Medio en la autorización del Congreso de septiembre de 2001:

“Que el Presidente está autorizado a utilizar toda la fuerza necesaria y apropiada contra aquellas naciones, organizaciones o personas que determine planificadas, autorizadas, cometidas o ayudadas a los atentados terroristas ocurridos el 11/09/2001, o abrigadas tales organizaciones o personas. Para prevenir actos futuros de terrorismo internacional contra los Estados Unidos por tales naciones, organizaciones o personas”.

Esta autorización ha sido tan utilizada que hasta fundamentó el derrocamiento de un viejo conocido de Trump, Muamar Muhamad Abu-minyar el Gadafi, en Libia.

Pero hay un problema: en Siria está presente Al Qaeda, un coprotagonista de 2001, y se podría argumentar (y Trump lo ha dicho en el pasado), que guerrear contra Bashar al-Assad podía beneficiar a al-Qaeda y su sucesor ideológico, ISIS.

Ahora Trump concretó una revisión de sus propios enfoques pero ¿dónde está la orden judicial?

Mike Allen lo explicó así en Axios:

“La Casa Blanca ve en todo esto una "semana de liderazgo": la decisión de ordenar un ataque con misiles contra Siria después de su mortífero ataque de agentes nerviosos contra sus propios ciudadanos, incluidos los niños. Un anuncio en horario estelar a la nación desde Mar-a-Lago, en el que Trump dijo: "Dios bendiga a USA y al mundo entero". Su postura asertiva sobre Corea del Norte, contra el Estado truhán intentando probar un misil balístico. Y reuniones con los jefes de Estado de Egipto, Jordania y China”.

Esa "semana de liderazgo" de Trump fue ampliada con la superbomba lanzada en Afganistán, que ayudó a ocultar el desastre del bombardeo a aliados en Siria el miércoles 12/04.

En definitiva, para recuperar espacio dentro de USA, Trump está haciendo lo que había prometido no hacer: buscar confrontaciones externas apelando a la seguridad global.

Pero, en el interín, Trump se ha distanciado de Australia, Alemania y China. Por lo tanto no son acciones de alianzas. En el caso de Siria es interesante: él obtuvo el obvio respaldo de Canadá y el Reino Unido, pero la respuesta de Francia y Alemania fue tibia, distante.

Aquel 2013

"Todas las guerras deben terminar", dicen los sabios jefes de política exterior. Algún día la guerra de Siria terminará. Como candidato, Donald Trump insistió en que USA nunca debería unirse a una guerra sin una visión clara del final del conflicto. Y en su discurso ante el Centro para el Interés Nacional, en abril de 2016, donde el embajador ruso se sentó en la primera fila sin ser molestado por la compañía de ningún representante de la OTAN, excepto el embajador de Italia, él dijo:

“No dudaré en desplegar la fuerza militar cuando no haya alternativa. Pero si USA lucha, debe luchar para ganar. Nunca enviaré a nuestros mejores recursos a la batalla a menos que sea necesario, y sólo lo haremos si tenemos un plan para la victoria”.

¿Cuál es el plan de la victoria en Siria, donde se han desplegado recursos?

¿Cuál sería para Trump la definición de victoria, en el caso de Siria?

En el otoño de 2013, el presidenciable perdedor Marco Rubio, quien había pedido durante mucho tiempo a Obama que actuara en Siria contra al-Assad, decidió oponerse a la solicitud de Obama de autorización para actuar en Siria. La explicación de Rubio fue: "No estoy convencido de que el uso de la fuerza propuesto aquí funcione... Creo que la acción militar estadounidense del tipo contemplado aquí resultará contraproducente”.

Los puntos de Rubio seguramente tenían alguna validez. Pero básicamente, él estaba pensando como un opositor.

La duda es dónde están parados ahora los demócratas. Algunos de sus líderes, tales como Chuck Schumer, Nancy Pelosi y Elizabeth Warren han apoyado las acciones de Trump en Siria sin reclamar alguna información adicional.

La otra historia

Max Boot escribió que, de todas las reacciones del ataque con misiles de Donald Trump, las menos convincente fueron las de Marco Rubio y John Bolton, quienes calificaron ese acto "decisivo".

De hecho, el ataque de Trump fue una reminiscencia del tipo de misiles crucero de bajo riesgo que Bill Clinton utilizó contra Sudán, Irak y Afganistán, y que los republicanos se burlaban de su carácter simbólico e ineficaz.

Ese fue el motivo por el que, después del 11/09/2001, George W. Bush prometió: "Cuando yo tome acción, no voy a disparar un misil de $ 2 millones a una tienda vacía de $ 10 y golpear a un camello en el trasero. Va a ser decisivo”.

Es obvio que las acciones en Siria han distanciado a Trump de Vladimir Putin.

No faltan quienes afirmen, aunque sin pruebas, que esto fue acordado entre Trump y Putin ya que estaba complicando seriamente a la Casa Blanca la acumulación de evidencia sobre sus vínculos con Rusia durante la campaña presidencial, y tanto el FBI como la CIA iban a buscar la información adicional para que alguien fundamentara, quizás, un pedido de juicio político.

En cualquier caso, Reid Standish y Emily Tamkin recuerdan que el Kremlin no perdió tiempo en condenar el ataque con misiles a Siria usado: “Un acto de agresión contra una nación soberana" en violación del derecho internacional y ejecutada con "un falso pretexto", dijo a los periodistas Dmitry Peskov, portavoz del presidente ruso Putin.

Él agregó que la medida "daña sustancialmente las relaciones entre Rusia y USA, las cuales ya están en condiciones deplorables".

Mientras tanto, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia emitió una declaración enérgica que acusó a USA de luchar del lado de los terroristas en Siria y que el ataque de 59 misiles Tomahawk ya estaba en marcha antes del ataque químico, supuestamente ejecutado por al-Assad.

"Cualquier experto puede decir que la decisión de ataque se tomó en Washington DC antes de los eventos en Idlib, que fueron utilizados como pretexto para esa acción", dijo el ministerio.

La Casa Blanca no notificó formalmente al Kremlin sobre el ataque lanzado desde la costa siria en el Mediterráneo oriental, pero el Pentágono dijo que el ejército ruso fue informado del ataque a través de un mecanismo utilizado para prevenir que ambos países entren en conflicto en la región.

En respuesta al ataque de USA, el Ministerio de Relaciones Exteriores ruso anunció que se retiraba de ese mecanismo y pidió una sesión urgente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

El canciller ruso Sergei Lavrov comparó la acción militar aprobada por el presidente Trump con la invasión de Washington a Irak en el 2003, "cuando USA y el Reino Unido, junto con sus aliados, intervinieron en Irak sin la aprobación del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, lo cual fue una flagrante violación del derecho internacional", dijo Lavrov.

El portavoz del Ministerio de Defensa ruso, el mayor general Igor Konashenkov, agregó que los misiles de Trump no consiguieron sus objetivos: sólo 23 de los 59 misiles alcanzaron la base aérea de Siria. "No se sabe dónde cayeron los otros misiles", explicó Konashenkov.

También afirmó que su ministerio estaba esperando "pruebas certeras" de que las armas químicas eran utilizadas por el ejército sirio.

Rusia ha sostenido que los ataques aéreos de Siria golpearon un depósito donde los rebeldes anti-Assad estaban desarrollando armas químicas.

El secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson, dijo que Rusia había "fallado en su responsabilidad" de cumplir un acuerdo de 2013 que debía destruir el arsenal de armas químicas de Siria. Pero de inmediato ratificó que iba a Moscú a encontrarse con Lavrov.

Lejos de ser decisiva, la decisión de Trump de disparar 59 misiles de crucero contra 1 sola base aérea en Siria fue mucho más pequeña que la acción que el presidente Barack Obama propuso en 2013.

Obama estaba a punto de aprobar una campaña aérea para destruir las defensas aéreas y la fuerza aérea de Bashar al-Assad, lo que el secretario de Estado, John Kerry, describió en su momento como un "esfuerzo increíblemente pequeño y limitado".

Trump decidió dejar 1 una base aérea fuera de servicio por menos de 1 día. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos informó que antes de cumplirse 24 horas del bombardeo, los jets sirios bolvieron a despegar desde la base aérea de Shayrat para ejecutar acciones de bombardeo.

No sólo eso: los aviones volvieron a bombardear a Khan Sheikhoun, la misma localidad en la que, a principios de esa semana, había ocurrido el episodio de gas sarín.

Por ese motivo había que utilizar en Afganistan, "La Madre de Todas las Bombas", una grandilocuente herramienta que opacara lo que sucedía en Siria, mientras se esperaba que llegara a aguas coreanas la flota enviada de prisa.

El gobierno de Kabul ha confirmado que al menos 36 combatientes del grupo terrorista Estado Islámico han fallecido como resultado del lanzamiento del artefacto GBU-43/B Massive Ordenance Air Blast bomb (MOAB) en una red de 3 túneles de los terroristas.

Imposible no recordar la parafernalia de los B-52, el 'agente naranja' y el napalm en Vietnam, que no impidieron que ganaran el Vietcong y los norviertnamitas respaldados por Rusia.

La explosión producida por la MOAB destruyó tres túneles subterráneos, así como el armamento y la munición de los terroristas, según ha declarado un portavoz del Ministerio de Defensa afgano citado por la CNN. El oficial ha señalado que no hay víctimas entre la población civil.

Resulta necesario recordar aquel posteo en Twitter que realizó Trump cuando en 2013 Obama propuso arrasar con las bases aéreas y los aviones y helicópteros de al-Assad:

"OTRA VEZ, A NUESTRO LÍDER MUY TONTO, NO ATAQUE SIRIA - SI USTED LO HACE, MUCHAS COSAS MUY MALAS PASARÁN Y DE ESTA LUCHA LOS EEUU NO OBTIENE NADA!"

En el interín, Rusia ingresó a Siria, en 2015, y equipó a al-Assa, quien tiene una fuerza área muchísimo más potente que en 2013.

Luego, el triunfo en un conflicto no depende sólo de lo bélico sino también de lo diplomático: Si a Trump le importa ahora Siria, ¿qué acción está desarrollando para ganar ese conflicto?

Por ejemplo, ¿USA ha capacitado a un ejército sirio libre capaz de ganar batallas no sólo contra el régimen sino también contra poderosos grupos suníes extremistas como el Estado Islámico y Tahrir al-Sham (anteriormente Jabhat Fateh al-Sham, filial de Al Qaeda en Siria)?

Esto es mucho más difícil de lograr en 2017 que en 2013 porque la falta de apoyo estadounidense a los rebeldes moderados ha potenciado a los extremistas. Y para colmo, acaba de bombardearlos en un grave error de 'fuego amigo'.

No hay ninguna señal de que el presidente Trump tenga ningún apetito por tal agenda. Lo que inenta Trump es recomponer su situación doméstica. Los propios oficiales del Pentágono le dijeron al The New York Times que el ataque de misiles crucero “núnca tuvo la intención de ser la vanguardia de una campaña más amplia para desalojar al Sr. Assad del poder o forzar un arreglo político en un país que ha sido despedazado por 6 años de una sangrienta guerra civil”.

México

En tanto, suceden situaciones muy controversiales dentro de USA.

Alejandro Lazo escribió una de ellas: la deportación de un comerciante mexicano que llevaba 20 años con su restaurante en Indiana.

Roberto Beristain caminó hacia el sur por la frontera a México, 20 años después de que cruzó el mismo límite hacia USA.

Beristain ingresó a USA desde México en 1997, para visitar a una tía en California.

Luego él se mudó a Fort Wayne, Indiana, donde, trabajando en un restaurante, conoció a la mujer que se convertiría en su esposa, Helen, una inmigrante griega, que camarera. La pareja tiene 3 hijos, todos nacidos en USA, de 15, 14 y 8 años.

Helen, ya ciudadana estadounidense naturalizada, votó por Donald Trump porque dijo que coincidía con la idea de que los criminales no debían estar en USA pero nunca imaginó que su esposo, que no tiene antecedentes penales, sería un objetivo de Trump.

Beristain, inmigrante indocumentado y propietario de negocios en Indiana, donde vivía con su esposa e hijos estadounidenses, fue deportado en el cruce fronterizo de El Paso, Texas.

El caso de Beristain ganó la atención como un ejemplo de las prioridades de la Administración del Trump, que incluyen deportar a los inmigrantes que no hayan cometido crímenes violentos pero que han violado la ley de inmigración estadounidense.

Las autoridades federales de inmigración habían sabido durante años que Beristain, de 43 años de edad, estaba ilegalmente en USA, a pesar de una orden de deportación del año 2000.

Beristain llamó la atención de las autoridades de inmigración durante un viaje familiar a las Cataratas del Niágara, en el año 2000, porque cruzó la frontera con Canadá, y al regresar fue interrogado por oficiales estadounidenses que descubrieron que él estaba en USA ilegalmente.

El gobierno de Barack Obama le concedió permiso para quedarse a cambio de que él se registrara ante funcionarios de inmigración y probara que no se metía en problemas.

Bajo esa orden de supervisión, Beristain obtuvo una tarjeta de Seguro Social, permiso de trabajo y una licencia de conducir. Pagó impuestos y había comprado Eddie's Steak Shed, en Granger, Indiana, a su hermana y su cuñado, según su familia.

Pero antes de que sus apelaciones pudieran ser escuchadas por un juez, los funcionarios del ICE lo llevaron de un centro de detención en Texas y le hicieron cruzar a Juárez, México, dijeron sus abogados en un comunicado: "Beristain fue detenido el 06/02 y trasladado a una cárcel local. Sus abogados dicen que fue trasladado a diferentes centros de detención -una práctica frecuente- y su propia familia había perdido la ubicación de Beristain". 

Luego, los funcionarios de inmigración "repentinamente me dijeron que era hora de irme", dijo Beristain en una declaración escrita proporcionada por sus abogados. "Me dijeron que me llevara mis cosas, me pusieron en la parte trasera de una furgoneta y se dirigieron hacia la frontera".

Beristain tiene familia en Ciudad de México, y no puede ingresar a USA por 10 años, aunque sus abogados buscan reducir ese tiempo al solicitar exenciones y también continúan con su caso en las cortes federales y de inmigración.

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