PELIGROSA ESCALADA

La crisis en Corea deviene nuclear

De todo lo que se ha escrito sobre Corea del Norte, pocos contenidos tienen la abundancia y precisión de datos que aporta Julio Cirino -sin duda el mejor cuadro técnico que alguna vez pasó por la Fundación Pensar-, y para él la situación es más grave de lo que se cree en tierras argentinas.

CIUDAD DE BUENOS AIRES (GeoEconomicsGPS). Que Corea del Norte tiene la tecnología y con ella desarrolló cabezas nucleares es un dato de la realidad, cuántas, de qué potencia, esto públicamente no se conoce aún; mientras la tensión en la Península parece seguir aumentando.

Cuando hablamos de crisis nuclear, de qué estamos hablando. Sucede que decimos coloquialmente, Corea del Norte tiene “la bomba” pero una cosa es un artefacto para hacer una detonación subterránea de prueba y otra es lo que llamamos una “ojiva nuclear”. Lograr esta implica el dominio de varios procesos: La miniaturización (la “bomba” deber entrar en la cabeza de un misil, por tamaño,y peso) el “endurecimiento” (ruggedization) por el cual se hace al artefacto resistente, es decir que soporta las tremendas aceleraciones de un misil sin desarmarse y dejar de funcionar.

Superados estos obstáculos entramos en el “misil” que llevará nuestro artefacto. ¿Será de lanzamiento terrestre, aéreo o submarino? Si es el primer caso, ¿desde un silo nuclear (resistentes pero fácilmente ubicables) o desde un lanzador movible?

Si fuera aéreo, habrá que disponer de los aviones con el alcance y la capacidad para transportar un misil nuclear, sus escoltas, y el sistema de reabastecimiento en vuelo para llegar al objetivo de ser necesario (no parece ser este el caso). Finalmente nos queda el lanzamiento desde un submarino (SLBM).

El misil en sí mismo llevará una cabeza nuclear o será de los denominados MIRV (por sus siglas en inglés, Multiple, Independent, Reentry Vehicules) que dicho de manera simple es un enorme misil cuya cabeza “se abre” en determinado momento del vuelo para dejar salir múltiples ojivas nucleares capaces de dirigirse a diversos blancos preseleccionados . Esta tecnología no estaría desarrollada por los norcoreanos.

El lanzamiento terrestre es el más simple pero aun así plantea interrogantes. Corea del Norte domina ya la tecnología del combustible sólido para misiles (rumores sin confirmación señalan que sí pero esto no estaría al 100% confirmado) porque de lo contrario antes de lanzar tendrían que “dar de beber a los pájaros” (antigua expresión de la Guerra Fría que significaba el inicio del proceso de carga de combustible líquido a los misiles; recordemos que estos combustibles son altamente corrosivos por lo que no pueden cargarse con mucha anticipación al lanzamiento porque destruirían el sistema de alimentación del motor del misil por corrosión.

Ahora bien la operación de carga de combustible líquido es totalmente detectable para el ojo de los modernos satélites por el movimiento que genera en el silo nuclear, lo que preanuncia un lanzamiento.

Corea del Norte parece haberse concentrado en los lanzadores móviles, tal y como pudo verse en un desfile días atrás, obviamente son más difíciles de localizar y atacar, pero imponen una penalidad en peso, tamaño y alcance de los misiles que pueden transportar.

La flota submarina de Corea del Norte es relativamente numerosa, pero no precisamente de última generación, son viejos “Kilo” de la era de la URSS con algún retoque, su uso plantea dos problemas básicos, tienen niveles de “ruido” que los hacen detectables bastante fácilmente y además deben subir a “profundidad de lanzamiento” cosa que aumenta aún más su vulnerabilidad a la detección.

Dentro de este resumen elemental queda una pregunta básica pendiente; Corea del Norte dispondría de misiles para atacar “qué”. El blanco que puede atacarse con un misil está determinado no solamente por su alcance y capacidad de supervivencia, sino también por lo que en español se denomina CEP (Círculo de error probable) dicho simplemente con cuantos metros/kilómetros del blanco impacta el misil. Si se ataca una ciudad, un kilómetro en más o en menos no hace diferencia, pero si se pretende golpear un blanco “duro” (bunker subterráneo o silo nuclear) unos pocos metros de error pueden hacer inefectivo un costoso misil.

Esta síntesis pretende nada más explicar que el uso de armas nucleares presupone que quien lo hiciera tiene respuesta a todos los interrogantes que planteamos arriba y por cierto evaluada y aceptada la réplica de quien recibió el ataque.

Mi conclusión: Me parece muy poco probable que Corea del Norte decida utilizar un arma nuclear, mucho menos contra un objetivo norteamericano, es más probable que en la medida que la crisis escale se convierta en una moneda de negociación en medio de un póker de tahúres.

Si la crisis escalara en los próximos días yo miraría a otro problema, los centenares de piezas de artillería pesada que Corea del Norte acumuló durante años y dispersó a lo largo de su frontera y que pueden alcanzar la capital de Corea del Sur (Seul) y reducirla a escombros antes que exista una forma de destruirles, pero esto lo comentamos en otra nota.

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