ESTRATEGIA ELECTORAL

Le Pen no quiere repetir la historia de 2002 y se aparta de la presidencia del FN

De cara a la segunda vuelta, la candidata de extrema derecha apela a a apartarse del liderazgo de su partido, el Frente Nacional, en un intento por capturar el voto más moderado. Desde ciertos sectores que votaron por el candidato de Los Republicanos, François Fillon, hasta aquellos que lo hicieron por el candidato de extrema izquierda, Jean-Luc Mèlenchon, podrían terminar votando por Le Pen. Esto implica un riesgo para Emmanuel Macron, primero en los comicios del domingo pasado. De cualquier manera, las encuestas muestran a Macron superando a Le Pen por alrededor de 20 puntos en el balotaje el próximo 7 de mayo.

La candidata francesa de extrema derecha a la presidencia, Marine Le Pen, decidió apartarse temporalmente de la presidencia de su partido, el Frente Nacional, en una estrategia para seducir a los votantes moderados. Recordemos la carga implícita que tiene la formación a la que pertenece: su primer líder, el padre de Marine, Jean-Marie Le Pen, es un exponente de antisemitismo que fue expulsado por su propia hija para limpiar la imagen del partido. 
 
El objetivo del apartamiento de Marine del partido, en esta ocasión, es "reunir a todos los patriotas franceses" bajo su propuesta, dijo Le Pen. Uno de los blancos principales de Le Pen son los votantes de derecha que apostaron por el candidato de Los Republicanos, François Fillon, quien llamó ya a votar en el balotaje por el candidato independiente de centro, Emmanuel Macron. También ciertos sectores de la izquierda podrían terminar votando por Le Pen, ya que ciertas propuestas coinciden: el rechazo a Europa y a la globalización.
 
El periodista Dominique Albertini, del diario Libération, relató según El País que en 2002, cuando Le Pen padre pasó a la segunda vuelta electoral de manera inesperada, se le propuso la idea de apartarse formalmente de la cúpula del Frente Nacional, pero este la rechazó. Marine no debe querer repetir la historia de ese comicio en el que el resto de las fuerzas políticas francesas se aliaron para evitar que su padre llegara al poder, y lograron su cometido. En esa ocasión, los llamados a votar por el candidato que disputó el balotaje con Le Pen, Jacques Chirac, eran elocuentes: "taparse la nariz y votar por Chirac", "Vote por el ladrón, no por el fascista", destaca el portal peruano La Mula.
 
Esta vez, a pesar de que los principales candidatos derrotados en las presidenciales del domingo llamaron a votar por el contrincante de Le Pen, Emmanuel Macron, hay uno que no lo hizo: el izquierdista Jean-Luc Mèlenchon, quien se ha mantenido en silencio hasta el momento, delegando en sus militantes la decisión sobre a quién apoyar. 
 
Gane quien gane en segunda vuelta, hay un hecho a destacar sobre la primera: entre la ultraderechista Le Pen y el extremista de izquierda, Mèlenchon -simpatizante del expresidente venezolano, Hugo Chávez-, sacaron más del 40% de los votos. Esto quiere decir que más del 40% de los votantes franceses simpatizan con posturas extremas, señal de la fractura profunda que vive el país y el desencantamiento con la política.
 
Tendremos que esperar al domingo 7 de mayo para saber el veredicto final de los franceses, y si la estrategia de Le Pen reulta fructífera. De momento, las encuestas muestran un triunfo de Macron por una diferencia promedio de 20 puntos, lo que significa que a Marine le queda un largo trecho por recorrer.

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