TAMBALEA EL COURIER PRIVADO Nº1

Con Moyano en OCA... sólo se extraña a Yabrán

En el rentable imperio logístico que creó Alfredo Yabrán, OCA era la nave insignia. La piloteaba Héctor Colella hoy día el líder de Ocasa, courier internacional. Su ocaso la arrastró y fue a dar a The Exxel Group. La reestructuró, la mandó a convocatoria y apareció un joven empresario, Patricio Farcuh, de la mano del líder camionero Hugo Moyano para quedársela, lo mismo que a los 7.000 afiliados al gremio. Tambalearon las finanzas, el gobierno la ayudó con $1.500 millones e igual tuvo problemas para pagar sueldos y acumuló una deuda de $1.400 millones con la AFIP que está en vías de ejecución judicial. El gobierno deshoja la margarita entre que quiebre y la absorba en parte el Correo Argentino o que el dueño y Moyano se pongan de acuerdo para venderla a potenciales interesados como el banco brasileño de inversiones BTG Pascual, Daniel Llermanos o Gustavo Elías, y aseguren su continuidad, aunque convertida en banco.

“OCA, las buenas noticias llegan”, es el lema que figura en la página web del mayor courrier privado en el país y en su trayectoria vaya si lo cumplió a medida que pasaba de manos cuando parecía que se le venía la noche: de Alfredo Yabrán a Juan Navarro, del Exxel Group, la presentó en convocatoria de acreedores hasta que el líder camionero Hugo Moyano dicen que hizo pagar US$63 millones al macrista Patricio Farcuh y le puso a cargo 7.000 afiliados al gremio de Camioneros; más tarde se pelearon, hace poco lo quiso desplazar y el presidente Mauricio Macri se negó a un salvataje político por una deuda que reclama la AFIP de $ 1.400 millones los que, como no se pagan, crecen a razón de $120 millones por mes.

Con Yabrán eso no pasaba, mal que le pesara al impulsivo Domingo Cavallo (en esos días él era casi un Carrió con pantalones) y su ex amigo Haroldo Grisanti. Obvio que la decadencia comenzó con Navarro. Ahora es profunda.

El elenco de Alberto Abad tenía demorada la ejecución judicial del compromiso a la espera de instrucciones de sus superiores. A todo esto, el Gobierno había creado una comisión encabezada por la Secretaria de Promoción de Inversiones en el Ministerio de Comunicaciones, Clarisa Estol, para evaluar la situación de la compañía y ensayar escenarios posibles de rescate, tarea en la que trabajaron también un especialista en fusiones y adquisiciones, Alejandro Dillon, y el estudio de Héctor Alegría, con un amplio expertise en temas comerciales.

Cuando el presidente Mauricio Macri se pronunció públicamente en enero pasado de que OCA, como sucediera con los casinos de Cristóbal López, no tenía coronita y, por lo tanto, tendría que pagar los impuestos, la carpeta subió de nivel: el vicejefe de Gabinete, Mario Quintana; el ministro de Comunicaciones, Oscar Aguad; el jefe de Gabinete, Marcos Peña, el responsable de Correo Argentino, Jorge Irigoin, y el titular de la AFIP, Alberto Abad, evaluaron en un primer momento intentar postergar el desenlace de OCA hasta noviembre, para así pasar las elecciones sin sobresaltos.

Los agentes fiscales necesitarían de un paraguas político que los cubra por no cumplir con su deber de pedirle la quiebra por los $1.400 millones adeudados. Ya le habían iniciado el año pasado junto a su dueño, Patricio Farcuh, una demanda por haber usado impuestos retenidos de terceros para financiarse, la embargó por $ 300 millones y podría bloquearle en el corto plazo otros $ 600 millones, para cobrarse parte de la deuda, señalaron fuentes consultadas por La Nación.

Pelea con Moyano

Pero los problemas no terminan ahí. Farcuh -quien de hecho compró OCA en su momento gracias a gestiones de Pablo Moyano- denunció en la Justicia que parte de sus empleados le quieren sacar la empresa, a la que, dice, no puede entrar desde junio 2016.

Además, OCA arrastra serios conflictos desde hace meses por no poder juntar los fondos para el pago de sueldos y un enfrentamiento “a muerte” entre el dueño y los moyanistas. Una de las armas de disuasión se llama Bebote, el grandote de la barrabrava del Club Atlético Independiente que merodea las veredas de OCA, publicaba Página/12.

“OCA es la empresa de logística más importante de América latina”, suele describir Farcuh. Y la caracteriza como “el empleador privado Nº3 de la Argentina, con 16 mil empleados directos, y el contribuyente Nº9 de la Administración Federal de Ingresos Públicos.”

En el gobierno analizaron distintas alternativas, habida cuenta de que el conflicto involucra a 7.000 empleados directos y otros 5.000 trabajadores que dependen indirectamente del negocio.

Se menciona que en noviembre 2016, en un intento de salvaguardar los puestos de trabajo, Macri habría accedido a un pedido de Moyano -para entonces, ya a cargo virtualmente de la compañía- y le dio 3 meses para armar un plan de negocios y presentar una propuesta de pagos para saldar la deuda con la AFIP. Llegó marzo y nada de eso sucedió.

De ahí que la semana pasada, en una reunión en la Quinta de Olivos, el propio Macri habría tomado la decisión de dejar que los hechos sigan su curso natural. Lo que, para OCA, podría significar la quiebra.

Una alternativa que no descartaba el macrismo es que Correo Argentino -que tiene 17.000 empleados y en 2016 recibió asistencia del Estado nacional por cerca de $ 1.500 millones- pueda tomar parte de la empresa, aunque siempre manteniéndola bajo una gestión independiente a la de la compañía oficial, para al menos darle continuidad a una parte de los trabajadores.

Casi una Lafsa o Enarsa u otras experiencias pasadas que provocan escalofríos.

Página/12 recuerda que, coincidentemente, en noviembre de 2016 el Banco Central dictaba una normativa según la que los retails o correos pueden ser sucursales comerciales de bancos con facilidad.

Si esto se cumpliera estrictamente y ningún obstáculo se interpusiera en el camino, OCA podría ser mañana mismo el 7mo banco de la Argentina. Fue a partir de que el banco de inversiones BTG Pascual, que ese año se acercó para interesarse por la suerte de la compañía de transportes. La entidad es un gigante con sede en San Pablo que se despliega en todo el mundo.

Había comprado incluso el BSI, el Banco della Svizzera Italiana (el banco de la Suiza Italiana) fundado en 1873 en Lugano. El BSI se hizo conocido en la Argentina cuando en diciembre último Página 12 publicó que Mauricio Macri tenía, o tiene, una cuenta en la sucursal Nueva York. En cuando al BTG, los brasileños lo conocen porque uno de sus ejecutivos está preso por la investigación de las coimas de Odebrecht y Petrobrás.

También mostró interés Daniel Llermanos, un ex juez y abogado con fuerte presencia en el área de transportes. Llermanos tiene relación fluida con el jefe de los camioneros.

Otro que se anotó por OCA es el empresario transportista Gustavo Elías, quien últimamente comenzó a expandirse hacia otras áreas e incluso compró el año pasado el holding de medios La Nueva Provincia, del grupo Massot.

Hugo Moyano se ha ido diversificando. Aspira a presidir la Asociación del Fútbol Argentino, o participar en los negocios de medios y televisación a través del acuerdo de la AFA con Fox-Turner.

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