RECUPERANDO EL FRENTE RENOVADOR

El problema/desafío que Sergio Massa necesita resolver

Al Frente Renovador le falta fuelle en el proselitismo 2017, coinciden muchos. Los de Sergio Massa lo niegan y ponderan su plan Bajemos los Precios, con 600 mesas distribuidas en la Provincia de Buenos Aires, aunque la prensa porteña no lo informe, apostando a descontar en el interior del distrito los 250.000 sufragios que los Kirchner le quitarán en la 3ra. Sección Electoral, de acuerdo a la proyección de los datos de los recientes 60 días. Pero, además, el objetivo es realizar actividades mientras espera que el fracaso de la economía le permita volver a la carga en los grandes centros urbanos al grito de "Ni Macri ni Cristina, son lo mismo: inflación + recesión".

El PRO es el más encarnizado enemigo de Sergio Massa. La fuerza política de Mauricio Macri percibe al Frente Renovador como un competidor de un mismo espacio de electores independientes, y promueve oleadas de versiones y especulaciones que apuntan a instalar, periódicamente, que Massa nunca rompió con el peronismo, que volverá al peronismo o que evalúa regresar al peronismo. Y Massa, o por convicción o por indecisión, siempre permite que permanezca la duda de si va por imitar a Emmanuel Macron, absorbiendo a los partidos tradicionales en crisis, o sólo es Antonio Cafiero, tomándose un respiro antes de regresar al partido de Juan Perón, una estructura tan indefinida como extendida en una Argentina desorientada.

Lo cierto es que el PRO, que anhela quedarse con una porción del peronismo y también del massismo, cuestiona más a Massa que el Frente para la Victoria, probablemente porque supone a Massa como un posible competidor futuro por la alianza con parte de la Unión Cívica Radical que Ernesto Sanz no podrá mantener eternamente lobotomizada, o porque representa un peligro para el discurso de recambio generacional: Macri es del 08/02/1959, no muy lejos de Horacio Rodríguez Larreta, quien es del 29/10/1965; y de Florencio Randazzo, quien es del 01/03/1964. Pero Massa es del 28/04/1972, la misma generación que María Eugenia Vidal, quien es del 08/09/1973; y casi la de Martín Lousteau, quien es del 08/12/1970.

El discurso polarizador del PRO apuesta a impedir cualquier enunciación de una 3ra. vía, o sea dejar sin espacio a Sergio Massa, José Manuel De la Sota y Margarita Stolbizer. En cambio, en Ciudad de Buenos Aires tendrá que, a su pesar, polarizar con Martín Lousteau porque el Frente para la Victoria tiene una muy baja representación entre los porteños.

También es cierto que Massa no puede victimizarse porque él tiene una considerable responsabilidad personal por la difícil situación en que se encuentra. Por un lado, él no consigue convencer que porta una humildad suficiente; y por otra parte, padece de exhibir sobreactuación cada vez que aparece en la TV o en la radio. Sin embargo, su problema principal es no haber invertido tiempo y energía suficiente desde 2013 a la fecha en organizar o una ideología o un ideario original para su Frente Renovador, fuerza partidaria que termina resultando tan confusa y coyuntural como lo es el peronismo o el radicalismo o el PRO (dependiente de la Coalición Cívica-ARI para alguna vez cada tanto provocar que Cambiemos exhiba alguna concepto o interesante o novedoso).

Massa ha rechazado dar las batallas culturales contra el populismo K que dejó vacantes Macri, tal como se comprobó con la cuestión del 2x1. Él se concentra en la cuestión de la inflación como eje de su intento de iniciar su año proselitista.

Es cierto que la economía es el talón de Aquiles de Macri. Es correcta la apreciación de que los ciudadanos meten sus manos en sus bolsillos antes de decidir su voto. Es verdadero que, hasta ahora, fracasó la pelea contra la inflación que ejecutó Massa desde el 10/12/2015. Pero también corresponde advertir que con la mención de los precios no alcanza para recuperar espacios que fueron del Frente Renovador.

Y ese valor agregado no aparece por la falta de desarrollo intelectual que hizo Massa desde 2013.

De todos modos, es verosímil afirmar que el PRO anticipó demasiado en el tiempo sus acciones de polarización cuando aún falta muchísimo tiempo para las Primarias Abiertas Simultáneas Obligatorias, y más aún para la elección general de octubre. Y en los 150 días venideros el hartazgo con la economía de Macri puede provocar que muchos ciudadanos revisen su sufragio por más que los multimedios Clarín y Vila/Belocopitt, y el diario La Nación se esfuercen por promocionar a Cambiemos.

Massa apuesta mucho al éxito del plan Bajemos los Precios, que propone la eliminación del IVA para 11 productos de la canasta básica, iniciativa con la que 'barre' la provincia de Buenos Aires, junto a asociaciones de defensa de los consumidores, cuerpos de bomberos voluntarios y activistas sindicales, convocando a sectores del peronismo a sumarse desde www.bajemoslosprecios.com/ o bien aportar su firma en change.org/ para obligar al Congreso a aprobar una iniciativa popular sobre este tema.

La opinión pública se encuentra exasperada con la carga tributaria que afronta a cambio de servicios públicos o inexistentes o insuficientes. En esta calamidad, Macri es igual a los Kirchner: impuestos exorbitantes para financiar un gasto público creciente que no ofrece contrapartida al ciudadano/contribuyente. La idea Macri igual a los Kirchner viene creciendo en el Mundo Massa como propuesta de las próximas semanas, a medida que la estanflación no cede. Porque la verdad es que pese al esfuerzo de Nicolás Dujovne por ver bosques de brotes verdes, la estanflación se mantiene firme, y lo único que aporta la Administración Macri es la promesa de una baja siempre futura nunca presente. ¿Podrá conseguir Massa algún rédito electoral de esta situación?

Massa se apresta a subir su apuesta, presentando algo que Macri no tiene: una propuesta económica integral. Debe recordarse que el Ejecutivo Nacional ha omitido deliberadamente evitar la difusión de cualquier plan de política económica, y la designación de un ministro de Economía.

El otro aporte que propicia Massa es la Ley de Góndolas, que fomenta la competencia de precios, en especial ante las fluctuaciones estacionales que provocan que los precios de la acelga y el girasol, por ejemplo, hayan crecido arriba del 90%. Además, cualquiera conoce que "hay un curro enorme de los supermercados en la utilización de la góndola como mecanismo para la fijación de precios", recuerda el diputado nacional.

Massa se encuentra convencido que la pérdida de capacidad de consumo/menor poder adquisitivo que provoca una inflación que acumula en 15 meses 60 puntos, revalorizará su propuesta en las semanas que vienen porque a muchos ciudadanos les importa cada vez menos la grieta, la verborragia cruzada entre el PRO y los K, y la presión para que la Corte Suprema recule en sus fallos.

Massa se aferra a un concepto: “Vivimos la absurda situación de que el Estado cobra impuestos para comer. Cada producto de la canasta básica de alimentos carga entre 30% y 40% de impuestos. La eliminación del IVA a los alimentos de la canasta básica no modifica la proyección presupuestaria del año. Hay recursos suficientes”.

Los del PRO dicen que no permitirán que Massa modifique la estrategia proselitista de Jaime Durán Barba, de polarización con los K, y de o estigmatización o ninguneo del Frente Renovador, y bloqueo de cualquier debate sobre el presente.

De todos modos, si el Frente Renovador consigue o fracasa instalar su discurso dependerá más de Massa que de la acción del PRO. Él tendrá que regresar al que prometió ser en 2013, algo que no es fácil pero sí imprescindible.

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