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Trombosis del viajero: ¿Cómo disminuir los riesgos?

La trombosis del viajero se produce como consecuencia de vuelos de más de 8 horas o 10.000 kilómetros. Utilizar medias de descanso y caminar mucho antes de subir al avión son algunas de las recomendaciones que existen para evitar esta trombosis.

Viajar en avión puede esconder un riesgo que muchos seguramente desconocen. Algunas personas que realizan, sobre todo, viajes muy largos están expuestas a sufrir trombosis venosa profunda. Permancer quieto durante muchas horas puede implicar un riesgo. ¿De qué se trata?

El Dr. Daniel Roberto Onorati (MN: 60.380), Presidente del Congreso Argentino de Flebología y Linfología explica que la trombosis es la formación de un coágulo de sangre en el interior de un vaso sanguíneo y la trombosis del viajero es la que se produce como consecuencia de vuelos de más de 8 horas ó 10.000 kilómetros.

Cuando una persona viaja en un avión por muchas horas, las células de la sangre se pegan entre sí, se enlentece la velocidad circulatoria, la persona permanece quieta, baja la fuerza de gravedad en la cabina y una baja presión atmosférica actúa en las venas pudiendo generar una trombosis.

La altura que alcanza el avión perjudica aún más este cuadro. Promueve una mayor adhesión de los glóbulos rojos, sobre todo en la zona de la pantorrilla, por la posición de flexión que las personas adoptan por un tiempo prolongado.

Los factores de riesgo que pueden desencadenar en una trombosis del viajero son: el hábito de fumar, la obesidad, el sedentarismo, las dietas insalubres, los anticonceptivos orales, el cáncer y/o la trombofilia. En cambio, los antecedentes familiares no tienen demasiado peso en este caso.

Para evitar los casos de trombosis del viajero, Onorati recomienda:

-Usar medias elásticas de descanso.

-Si se trata de un viaje muy largo, administrarse un anticoagulable inyectable, siempre indicado por el médico. Tiene muy pocas contraindicaciones, pero como las hay, es fundamental que un profesional sea el que lo indique.

-Caminar mucho antes de subir al avión, hacer estiramientos, en la cabina pararse seguido y mover las extremidades para activar la sangre y al bajar tratar de caminar varias cuadras.

-Evitar tomar alcohol. Y, si se toma una copa, acompañar con abundante agua. El agua aumenta el volumen de sangre, la licua, por eso es recomendable tomar mucha cantidad también a la hora de viajar ya que es una medida segura de prevención.

-Viajar con ropa cómoda y ligera, nada ajustado al cuerpo.

La trombosis del viajero también es conocido como el síndrome de la clase turista. Fue acuñado a finales de 1990 cuando se detectó que las personas que realizaban viajes largos en avión tenían un riesgo mayor de sufrir trombosis, sobre todo trombosis venosa profunda (TVP).

Al momento de otorgarle el nombre, se vinculó el poco espacio que hay entre los asientos de clase turista con los pasajeros de esta clase, que eran los que, por lo general, sufrían los problemas circulatorios. Sin embargo, después se demostró que ese no es el único factor.

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Trombosis venosa profunda (TVP)

Se trata de un coágulo sanguíneo que se forma en una vena profunda en el cuerpo. Afecta principalmente las venas grandes en la parte inferior de la pierna y el muslo, pero también puede presentarse en otras venas profundas como las del brazo y la pelvis. La TVP la sufren aproximadamente unos 4300 argentinos todos los años.

Una trombosis venosa profunda puede desprenderse y generar un problema serio en los pulmones conocido como embolia pulmonar, un infarto o un derrame.

Al permanecer sentado durante mucho tiempo, aumentan las probabilidades de tener una TVP. Algunos medicamentos y trastornos que aumentan el riesgo de coágulos sanguíneos también pueden causar una TVP. Entre los síntomas se encuentran:

-Calor y dolor por encima de la vena

-Dolor o inflamación en la parte del cuerpo afectada

-Enrojecimiento de la piel

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