AUTOPROMOCIONADO DURÁN BARBA

Acerca de las tonterías de Jaime

Hay una brecha (no grieta, brecha) entre el elector del PRO y el gobierno del PRO. Jaime Durán Barba, el inventor de un híbrido Mauricio Macri Presidente, no consigue mantener alguna cohesión entre ambiciones, pronósticos y objetivos tan diferentes. El elector del PRO es mucho más preciso en su reclamo que el gobierno del PRO, que justifica su imprecisión en la realidad de la gestión. Sin embargo, el elector del PRO no le perdona al gobierno del PRO haber dilapidado por lo menos su 1er. año de gestión. El gobierno del PRO no tiene, en días electorales, otra posibilidad que aparentar lamentarlo, disculparse y pedir otra oportunidad. ¿Y el resto de la sociedad? Sin duda se encuentra en otro canal. El asunto es tan peligroso como complejo y pareciera que Durán Barba, y sus asesorados, padecen alguna frivolidad en el abordaje. A esto se refirió Claudio Chiaruttini.

-¿Por qué bajó tanto el consumo?

-El consumo bajó y está subiendo nuevamente. Les puedo dar cifras concretas. Pero sin dudas que hay áreas de la economía complicadas. Eso pasa en el mundo. Hay un hecho real: la robotización existe. Y no es algo que podamos parar con aires proteccionistas. Y quiero decirles que lo que pasó en la Argentina fue inédito. Yo trabajo mucho en el mundo: es difícil explicar lo que pasó. a mí me llamaban y me decían si era normal que en la Argentina hubiera una presidenta con un amigo con más tierras que el estado de Israel. Y eso pasó. Yo he estado sumando las tierras del señor Báez. Y este señor trabajaba en un banco, no era un terrateniente. En la televisión se mostraba como un juez buscaba plata con máquinas en el desierto. No es normal. Y estamos saliendo de eso, de una Argentina devastada, con gente que pregunta por qué Macri no mete presa a Cristina. No lo hace porque creemos en las instituciones. Hay que respetar eso. En Suecia el primer ministro no mete preso a quien quiera. La Justicia debe actuar a su manera. La solución para eso no es que Macri se convierta en un dictador. No puede hacer lo que se le dé la gana.
Jaime Durán Barba a
Osvaldo Pepe y Santiago Fioriti,
de Clarín.

 

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Sin Saco y Sin Corbata). La sospechosa muerte de Aldo Ducler se ha convertido en la punta del ovillo de infinitas especulaciones y teorías conspirativas del antikirchnerismo furioso. Sin embargo, el tema ha sido ignorado por el kirchnerismo ortodoxo y no parece tener impacto en el clima preelectoral que se despliega en el tramo final del armado de listas de todos los partidos.

En una serie de “chivos” (reflexiones sin rigor, casi gacetillas de prensa) de su nuevo libro, disfrazadas todas de sesudas entrevistas, el asesor presidencial Jaime Durán Barba dejó varios conceptos para entender los lineamientos sobre el cual basa su comunicación el Gobierno de Mauricio Macri y explica muchos de los problemas que tiene para alcanzar a una importante franja de votantes y agentes económicos, lo que tiene consecuencia sobre el consumo y la inversión.

La primera idea es que sólo 20% del electorado está informado y es sólo a este limitado grupo al que le interesan los temas políticos, las explicaciones económicas y el devenir de las causas judiciales. 1ra. incongruencia: Si es así, ¿por qué el macrismo gasta cientos de millones de pesos en propaganda en redes sociales que tiene un impacto sobre los observadores infinitamente menor que las publicidades tradicionales?

Otra idea: “Durante muchos años hubo periodistas que exigían que Mauricio Macri atacara a Cristina Fernández argumentando que si no se apuraba en hacerlo nunca sería el líder de la oposición”. Y acertamos: Mauricio Macri no es líder político de Cambiemos, no lo reconocen ni los radicales ni Elisa Carrió; y la oposición fue a las elecciones de 2015 sin un líder, los votantes sólo eligieron entre dos opciones.

Una más: "No es verdad que cualquier número que es malo para los competidores sirve para descalificarlos, ni que cualquier número favorable al propio candidato significa que va a ganar”. Curioso, Jaime Durán Barba suele decir que Mauricio Macri es uno de los mandatarios con mejor imagen del mundo y que Cristina Fernández no podrá sacar más de 35% de los votos en Octubre por la mala imagen que tiene. Todo basado en sus encuestas.

Una falacia enorme del asesor ecuatoriano: “Cuando Mauricio Macri tomó medidas de ajuste económico la aceptación a su Gobierno cayó de 60% a 55%”. Parece tener mala memoria. En otras notas, él reconoció que el Presidente de la Nación tuvo en Marzo más imagen negativa que positiva, eso implica que estuvo por debajo de los 40 puntos porcentuales. No hay ejemplo en el mundo donde un Mandatario lance un ajuste como el que vive la Argentina y no sume opiniones negativas. Los pueblos son sacrificados, no tontos.

Por fin, sostuvo Jaime Durán Barba, "cuando se inició el Gobierno de Mauricio Macri algunos políticos y periodistas pidieron que denunciara en una cadena nacional de radio y televisión las irregularidades cometidas durante el Gobierno de Cristina Fernández. Los efectos de una acción de ese tipo hubieran sido negativos para su Gobierno”. Por esta decisión, hoy los funcionarios quedan en ridículo cuando hacen malabares para explicar los problemas actuales, no como consecuencia de las medidas tomadas por el PRO, aunque al mismo tiempo sin hacer referencia al pasado.

¿Qué tiene que ver la sospechosa muerte de Aldo Ducler y los lineamientos trazados por Jaime Durán Barba? Hoy el Gobierno tiene que mantenerse 3 pasos atrás del caso policial, con lo cual ayuda al kirchnerismo a superar una coyuntura que hace recordar una larga lista de muertes sospechosas al precio de dejar al macrismo sin respuesta ante la demanda de “justicia” que tiene una importante franja de sus votantes antikirchneristas.

Es cierto que el grupo de votantes furibundamente antimacristas no ven en Sergio Massa una opción para canalizar su voto en Octubre, pero el Gobierno no tiene una respuesta contundente cuando demandan la detención de las más importantes figuras del kirchnerismo, como son los casos de Cristina Fernández, Julio de Vido y Aníbal Fernández, en vez de la prisión de figuras menores, como hasta ahora.

Es cierto que la corrupción no tuvo ni tiene detenidos destacados. Pero es un problema del Poder Judicial, que desde hace décadas acepta dilatar las causas hasta que las acusaciones prescriben. Y esto no es una casualidad, es una consecuencia de un debilitamiento del poder político a favor del Poder Judicial, en especial, los jueces federales y la Suprema Corte de Justicia que hemos visto en los últimos 30 años.

Mauricio Macri y el PRO sabían muy bien de esta realidad, lo mismo que del poder que acumulan los miembros de Justicia Legítima. Sin embargo, los operadores judiciales del Gobierno han sido incapaces de llevar a cabo la reforma de la institución judicial que hoy existe en Comodoro Py y en decenas de rincones del Poder Judicial.

Ni el ministro de Justicia y Recursos Humanos, Germán Garavano; el jefe de asesores de Macri, José Torello; el diputado al ParlaSur, Fabián Jorge Pepín Rodríguez Simón; ni el outsider Daniel Angelici, quien ya tiene casi 80 amigos, socios, familiares y relacionados ubicados en diversas partes del Poder Ejecutivo, la Afip, los Consejos de la Magistratura de la Nación y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires; han sido capaces de emitir un mensaje político claro y contundente a favor del juzgamiento de las causas de corrupción.



La Procuradora General, Alejandra Gils Carbó, sigue en su cargo. El camarista Eduardo Freiler escapó del jury. La Suprema Corte de Justicia, pese a sumar 2 miembros cercanos al Gobierno, se mantiene distante del tema corrupción. Y, hace 2 semanas, más de 80 jueces federales, con mandatos de más de 230 de sus pares, crearon la Asociación de Jueces Federales de la República Argentina, una entidad que nace para evitar que el Gobierno lleve a cabo una reforma que pueda sacarle de sus manos las causas contra la corrupción y de narcotráfico, que tanto poder político y monetario les otorgan sobre los políticos de turno.

El blindaje de la Asociación de Jueces Federales contra el Gobierno de Macri -y cualquier intento de quitarles poder, unió a magistrados conservadores, progresistas, liberales, revolucionarios, de Justicia Legitima, de la lista Bordó, la Celeste, de Compromiso Judicial y de todas las corporaciones que tiene algunos jueces federales como miembros.

La creación tuvo el guiño del presidente de la Suprema Corte de Justicia, Ricardo Lorenzetti; y para que se entendiera claramente el mensaje de los jueces federales al Gobierno de Macri, fue elegido titular de la nueva entidad Jorge Morán, presidente de la Cámara en lo Contencioso Administrativo Federal, el tribunal que decide sobre la legalidad de los actos que realiza el Poder Ejecutivo.

Si bien los jueces federales dicen que buscan ser más fuertes en su accionar, lo cierto es que ellos hablaron sobre los intentos de cambio del Código Procesal que analiza el Gobierno de Macri, sin consultarlos; la transferencia de ciertos fueros nacionales a la Ciudad de Buenos Aires, algo que rechazan de plano; y la propuesta de crear nuevos juzgados que traten exclusivamente casos de corrupción y de narcotráfico.

Los jueces federales de la nueva asociación dicen querer imitar el modelo de Brasil, donde los magistrados tienen en vilo a empresarios y políticos, al punto que presionan por imponer a la Presidente del Supremo Tribunal Federal para reemplazar a Michel Temer, si llega a caer en las próximas horas, por un fallo judicial que declararía nula su elección, como la de Dilma Rousseff.

Pero parece que las autoridades judiciales del Brasil no creen en las intenciones de sus pares argentinos. Hace pocas horas, el ViceProcurador General de Brasil, José Borges de Andrada, y otros funcionarios de la justicia de ese país, se negaron a entregar información sobre las delaciones y las investigaciones del Lava Jato, que corresponda a empresas, funcionarios y ciudadanos argentinos a los fiscales Sergio Rodríguez, Carlos Stornelli y Franco Picardi; y anticiparon que esos datos se transmitirán a través de la Cancillería, a cuenta gota, para evitar que algo de información se pierda en el camino o termine dormida en un cajón.

Ya Mauricio Macri y la Procuradora General, Alejandra Gils Carbó, intentaron conseguir los supuestos 83 nombre de argentinos que figurarían en los archivos judiciales del Lava Jato. Sin embargo, Brasil se niega a cederla a una sola persona o institución. Tal es la desconfianza que existe sobre el uso y reserva de los datos contenidos.

Si bien las autoridades de Brasil pusieron por delante argumentos procesales, lo cierto es que si hubiera voluntad política para avanzar contra la corrupción en la Argentina, otra seria la situación. Y hay una realidad: hace meses que la Justicia local podría haber recurrido a su par de los Estados Unidos y pedir datos de los casos de corrupción que tienen registrados en la Argentina al Fiscal de New York o la Securities & Exchange Commission. Y los pocos casos en donde eso ocurrió, como Embraer con Aerolíneas Argentinas o BP por la extensión de concesión en el yacimiento Cerro Dragón, no ha pasado nada.

Volvamos a Jaime Durán Barba. El ecuatoriano dijo que “los seguidores de Cristina Fernández saben que es corrupta y les parece muy bien”. A los kirchneristas no les importa si la ex Mandataria es corrupta o no, la siguen, la aman, la aprecian, la respetaN y la van a votar por otros factores que no logran opacar las acusaciones, las causas o las imputaciones de corrupción que acumule.

La muerte de Aldo Ducler todavía debe ser investigada. Luego de la autopsia se sabrá si fue natural o provocada. Para los que creen teorías conspirativas, fue y será un asesinato (esto ya lo vivimos con el caso de Alberto Nisman). Seguro ya se están escribiéndo libros sobre las muertes sospechosas en el kirchnerismo. Pero eso poco importa, el amperímetro electoral no ha cambiado. Y eso es lo más lamentable.

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