TRAS LA DETENCIÓN DE CASTILLO

Puesteros de La Salada protestan por el cierre de la feria

Tras la detención de Jorge Castillo, este miércoles 21/6, puesteros de la Feria de la Salada temen por el cierre de la misma y sus puestos de trabajo. Aseguran que llegan a pagar $2.500 por jornada y no confían en la palabra del Fiscal. Incertidumbre por cuanto tiempo estará cerrada. "Nos dejan sin nuestro puesto de trabajo, los que nos da la comida" manifestó una comerciante.

Este miércoles 21/6 y tras la detención de Jorge Castillo, el "Rey de La Salada", un grupo de puesteros reclama cortando la calle para pedir la reapertura de la feria. La mayoría de los negocios se encuentran adentro del predio "Punta Mogotes", mientras que otros están en las afueras del lugar.

Ninguno de ellos pudo abrir tras la caída de Castillo. Efectivos policiales custodian la zona donde se lleva a cabo el reclamo. Los puesteros cortaron el tránsito con palos, cajas de cartón y maderas. Además, prendieron fuego cubiertas y bolsas de basura.

Reclaman que los dejen entrar al predio para poder vender. La feria suele abrirse cerca de las siete de la tarde y se mantiene abierta durante toda la madrugada. Un puestero, en diálogo con un canal de televisión contó: "trabajan cerca de 15 mil personas" y que todos los puestos que están adentro del predio "están en regla".

"Lo que suceda afuera (del predio) no es tema nuestro", precisó. Algunos de los puesteros revelaron que el fiscal Sebastián Scalera, a cargo de la investigación por asociación ilícita por la que fue detenido el titular de la feria, les aseguró que esta noche podrían trabajar.

Pero los vendedores que comenzaron a llegar al lugar se encontraron con el predio cerrado. Una mujer que tenía un puesto de venta de artículos, como ropa interior y calzas térmicas, se lamentó por la pérdida de la fuente de trabajo, mientras reveló que para vender en el puesto pagaba a los organizadores de la feria unos 2.500 pesos por noche. "Pagamos entre 800 y 1000 pesos por el puesto y la seguridad y otras cosas es aparte. Llega a 2.500 el total", señaló mientras espera conocer el destino de la mercadería que guardaba en un depósito de la feria.

Es que en el predio los vendedores guardan toda la ropa que tienen en una baulera, por la que también deben pagar. Los vendedores manifestaron su preocupación por el cierre de la feria y temen que se extienda el tiempo en que no permanecerá abierta. Desconfían de la palabra del fiscal y creen que pasaran algunos días sin poder trabajar.

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