ANTICIPANDO PIÑERA VS. GUILLIER

Chile ya está en 'modo elección'

Año de elecciones parlamentarias y presidenciales en Chile. El cronograma comienza con las primarias, que serán el próximo domingo 02/07. La Administración Bachelet en este 2do. partido ha arrojado muchas dudas sobre la economía más eficiente de Latinoamérica. Quien triunfe tendrá una dura tarea por delante. Las opciones son bien diferentes, y serán los ciudadanos quienes elijan el futuro más conveniente.

SANTIAGO. El país está entrando de lleno en un ciclo de cambio político, las próximas elecciones presidenciales y parlamentarias a efectuarse en noviembre de este año van tomando cuerpo y definiendo ya los eventuales contendores.

Para sorpresa de muchos, los roles tradicionales dentro del espectro político chileno se han modificado sustantivamente. Por una parte, la centro derecha ha realizado un trabajo de convocar y lanzar unas primarias para elegir su abanderado presidencial único, la que se llevará a cabo este domingo 2 de julio en todo el país y, por primera vez, con la votación de ciudadanos en el extranjero, donde Argentina tendrá una importante participación en dicho segmento.

Mientras, la izquierda tradicional, hoy en el gobierno, se ha quedado enfrascada en una disputa interna que la tiene negociando cargos y listas parlamentarias con miras a resistir la eventual pérdida de cuotas de poder en las próximas elecciones. Y por cierto, esa misma coalición de izquierda se ve fragmentada por una corriente que se sitúa aún más a la izquierda, con tintes chavistas, lo cual la pone en una situación compleja frente a la propia construcción histórica que ella misma lideró por, al menos, cuatro gobiernos.

La próxima elección por tanto no será una elección cualquiera para Chile, en esta ocasión hay alguna reminiscencia de la tradición política latinoamericana que creíamos superada.

Por un lado se situarán quienes ven en lo obrado en estas tres décadas un camino que se ha de prolongar para conseguir una sociedad cohesionada y con capacidades de integrar a los distintos sectores a dichos beneficios.

Por otro, se encuentran quienes piensan que ya es suficiente de sacrificio y es el momento de hacer una distribución general de los beneficios, sin contar con un plan que contemple qué se hará en el futuro para continuar teniendo recursos para distribuir. Algo que es muy conocido en Latinoamérica, un discurso populista que tiende a repartir lo que existe, pero sin un plan para continuar construyendo.

El gobierno actual fue electo con una amplia mayoría, pero al poco andar quedó claro que no era lo que prometía, su programa recogió muchas de las consignas que en la calle se lanzaban contra el sistema político y fundamentalmente económico, pero sus propuestas más que solucionar los problemas los ha ahondado.

Frente a un diagnóstico errado, sus medidas fueron equivocando el norte, las personas han desaprobado las distintas reformas que se han llevado adelante, sean estas en educación, materias laborales e incluso su propia reforma tributaria, la que aumentando los impuestos recauda menos que antes. Todos estos son algunos de los problemas que ha generado la actual administración.

El desafío para el próximo gobierno no es menor, ya que deberá hacer frente a tres años de baja actividad económica, la que no supera en promedio el 2% del PIB, sumado a la caída constante en la inversión en estos mismos tres años, un creciente endeudamiento público que tiene al país al borde de la primera reducción en su clasificación de riesgo soberano en 25 años y un déficit fiscal que ya supera el 3%, el desempleo se ha mantenido contenido, pero con un tránsito desde empleos de calidad, con contrato y prestaciones sociales a un amplio sector de independientes y subcontratados que sólo han precarizado su condición. Como se ve el panorama no pinta bien para quien se haga cargo de la conducción del Estado.

Los estudios de opinión, por el momento sitúan al candidato de centro derecha y ex presidente Sebastián Piñera como favorito para ganar las próximas elecciones, seguido por el oficialista senador independiente Alejandro Guillier, quienes debieran definir en una segunda vuelta la presidencia del país.

En ambos casos se han de cumplir dos hitos relevantes para que ello ocurra.

En primer lugar Sebastián Piñera debe ganar la primaria de su sector, lo que es altamente probable.

Por su parte, el senador Guillier debe juntar las firmas requeridas para su postulación como candidato independiente apoyado por la coalición de izquierda, lo que también es probable que ocurra.

Para retomar el camino de progreso, se requerirá un liderazgo convencido de la necesidad de volver a construir consensos básicos y una oposición responsable respecto de dicho objetivo. Fortalecer las instituciones de representación política, pero fundamentalmente hacer bien las cosas desde el Estado es un cambio que se requiere con urgencia.

Los cambios significativos en las condiciones de las personas rara vez son fruto del azar, sino del trabajo constante de muchos, eso lo sabe la mayoría de los chilenos que han logrado consolidar una gran clase media, alcanzando uno de los mayores niveles de movilidad social en el mundo. Esos logros son los que están en juego en las próximas elecciones.

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