INVASIONES INGLESAS
Cuando Buenos Aires rechazó ser británica (¿?)
El teniente general David Baird, había recapturado para la Corona Británica la colonia holandesa de Cabo de Buena Esperanza en Sudáfrica, en enero de 1806. El Río de la Plata era algo codiciado por todo aquel que se interesara en el librecomercio a causa de su ubicación estratégica, y los ingleses creyeron que no había mejor momento que ese para invadir tierras por entonces del Reino de España. El gran problema fue el doble error de cálculo de que la sociedad criolla carecía de reservas suficientes, y podía simpatizar con la Corona británica.
“Es exacto decir que el provenir de la Nación Argentina depende de la carne. Ahora bien: el porvenir de la carne argentina depende quizás enteramente de los mercados del Reino Unido.”
Príncipe de Gales, 10/02/1933
“La mejor solución de los problemas… es que la Argentina se convierta en declarado miembro del Imperio Británico.”
Sir Arthur M. Samuel,
The Buenos Aires Herald, 12/02/1933
"La geografía política no siempre logra en nuestros tiempos imponer sus límites territoriales a la actividad de la economía de las naciones. Así ha podido decir un publicista de celosa personalidad que la Argentina, por su interdependencia recíproca es, desde el punto de vista económico, una parte integrante del Imperio Británico."
Julio Argentino Roca (h),
10/02/1940, Club Argentino de Londres
La 1ra. y 2da. invasión inglesa al Río de la Plata arrastra algunos interrogantes sin responder.
Por ejemplo, el misterio de la disposición de la sociedad rioplatense a batallar a favor del Reino de España, cuando faltaban apenas 4 años (en 1806) y 3 años (en 1807) para que se concretara el intento de emancipar al Virreynato rioplatense del "rey Felón" (Fernando VII).
Otra: carece de sentido que la sociedad rioplantense guerreara fieramente contra las tropas británicas cuando faltaban escasos 5 años (en 1806) para que Mariano Moreno falleciera en alta mar (04/03/1811), a bordo de la fragata inglesa "Fame", en viaje a Londres para buscar el reconocimiento de Gran Bretaña a la Junta gobernante en Buenos Aires.
El rol decisivo del Reino Unido en los años siguientes de las Provincias Unidas del Río de la Plata, luego de la Confederación y más tarde ya con la Nación Argentina -con personajes paradigmáticos en ese vínculo: Bernardino Rivadavia, Bartolomé Mitre, Julio Argentino Roca (h)- y sin olvidar que Juan Manuel de Rosas se refugió en el Reino inglés, obliga a preguntarse sobre el sentido de la aguerrida defensa ante los británicos.
Mejor ni debatir acerca del destino tan diferente que tuvieron 3 países de geoeconomía similar y vínculos importantes, y que integraron el Imperio británico en forma oficial (Canadá y Australia) o extraoficial (Argentina).
Pero hay que regresar a aquel 1806.
Las Invasiones Inglesas al Río de La Plata
En 1806, la flota británica cruzó el Atlántico Sur al mando del almirante Sir Home Riggs Popham -comerciante, diplomático y político, autor del sistema telegráfico de señales por banderas que adoptó la Armada Real Británica en 1803- y el general William Carr Beresford; el 08/06/1806, los buques ya fueron avistados en el Río de la Plata.
Hay una historia no muy contada y que explica la invasión inglesa: el 23/04/1801, Charles William Flint, de la Oficina de Extranjeros de Gran Bretaña, solicitó el ingreso a Londres del revolucionario venezolano Francisco Miranda, quien estaba en Francia. La autorización la firmó el entonces 1er. ministro Henry Addington.
Francisco Miranda y Nicholas Vansittart, secretario adjunto del 1er. ministro Addington, mantuvieron varias reuniones, y Vansittart presentó a Miranda al almirante Popham, quien le informó al venezolano su interés en respaldarlo y que sería candidato al parlamento desde donde apoyaría sus ideales. Ellos tenían un amigo común: Alexander Davison, contratista del gobierno británico.
El 01/08/1803, Miranda recibió una carta de Popham declarando su interés de colaborar en las campañas de emancipación de Sudamérica.
Durante 1804 hubo varias reuniones entre el ya 1er. ministro William Pitt, el jefe del Almirantazgo, Visconde Lord Melville; Francisco de Miranda y Sir Popham.
El Virreinato del Río de la Plata era clave porque desde las minas de Potosí se trasladaba el oro y la plata a Buenos Aires, que por tener poca profundidad como puerto, debía trasladarlo a Montevideo en embarcaciones menores, y luego embarcarlo a España. Los británicos sabían que Portugal tenía intenciones en controlar la Banda Oriental del Río de la Plata (Inglaterra ya había coparticipado en una acción militar anterior con Portugal en busca de ese objetivo).
El memorándum que trataron los que se reunieron estimó en 20 millones de libras esterlinas anuales la exportación desde el Río de la Plata, y 2/3 partes eran para Francia (Napoleón Bonaparte). Esta colaboración encubierta de España -en teoría neutral en la guerra entre Francia e Inglaterra-, había sido descubierta por el espionaje inglés, en aquel 1804.
Para darle más contexto a todo esto debe recordarse que Miranda es considerado uno de los padres fundadores de la Masonería en América Latina, practicando el Rito Escocés Antiguo y Aceptado.
En teoría, los británicos procederían a liberar a Buenos Aires. Miranda acusó más tarde a Popham de olvidar el propósito original del plan. Y Popham culparía al comandante de la expedición, William Carr Beresford, por el cambio de objetivo: capturar y gobernar Buenos Aires.
Volvamos a la invasión: 25/06/1806, algunos soldados ingleses desembarcaron en las costas de Quilmes y asumieron el control de la zona.
Debido a una mala estrategia de defensa y/o nula preparación militar local, el 27/06/1806, el pabellón inglés fue izado en el Fuerte de Buenos Aires, y hubo un desfile militar británico en la Plaza Mayor.
Los miembros del Consulado fueron obligados a jurar reconocimiento a la dominación británica, con la excepción de Manuel Belgrano, quien prefirió exiliarse antes que rendirse ("Queremos al antiguo amo, o a ninguno"), y se marchó a la banda oriental del Río de la Plata.
Una de las primeras acciones de Beresford como gobernador de Buenos Aires fue amenazar a los comerciantes porteños con imponer contribuciones si no se le entregaban los caudales públicos. El Cabildo hizo entrega del tesoro a los ingleses, y éste fue trasladado a Londres como trofeo de guerra, para luego ser depositado en un banco.
El virrey Rafael de Sobremonte y Núñez, III Marqués de Sobremonte, había huido hacia Córdoba, ciudad que designó capital provisoria del virreinato, mientras organizaba alguna fuerza armada para recuperar Buenos Aires.
Tal como habían previsto los británicos, los porteños estaban descontentos con los españoles, y muchos felicitaron a Beresford por bajar los aranceles de importación, facilitando el librecomercio.
Sin embargo, los comerciantes españoles que se beneficiaban del monopolio establecido por Madrid, eran perjudicados por ese librecomercio. Fue el caso de Martín de Álzaga, dispuesto a financiar un contraataque aunque no era tan sencillo. Inclusive la actividad irregular o guerrillera de Juan Martín de Pueyrredón fue derrotada el 01/08/1806,
La clave de los acontecimientos hay que buscarla en Montevideo, donde la comandancia militar estaba a órdenes del francés Santiago Antonio María de Liniers y Bremond, un cruzado de la causa española, quien como consecuencia de la historia que habría de coprotagonizar terminó siendo conde de Buenos Aires, y penúltimo virrey del Virreinato del Río de la Plata.
En 1804, el virrey Sobremonte designó a Liniers jefe de la estación naval de Buenos Aires, pero pronto fue trasladado a la Ensenada de Barragán -una caleta en el sector sudoeste de la costa, desde Punta Lara hasta Punta Santiago-. Él se sentía desplazado por otros oficiales españoles, y creía tener méritos para un destino mejor.
Liniers es quien organiza el contraataque desde Montevideo y el 12/08/1806, avanzó sobre la ciudad librando una batalla campal en distintas calles de Buenos Aires, acorralando a los británicos en el Fuerte, y provocando su rendición el 20/08/1806.
La Real Audiencia de Buenos Aires asumió el gobierno civil y Liniers fue designado Capitán General.
Pero Popham mantuvo el control del Río de la Plata a la espera de una expedición del almirante Charles Stirling.
El 28/10/1806 intentó ir sobre Montevideo, pero fue rechazado aunque el 29/10/1806 se apoderó de Maldonado, fuente de reabastecimiento de agua.
El 05/02/1807 llegó a Buenos Aires la noticia de la caída de Montevideo. La consecuencia fue que el Cabildo Abierto de Buenos Aires decretó la destitución del Virrey Sobremonte, y su detención, y la designación de Liniers en su reemplazo como nuevo Virrey del Río de la Plata.
Esta intensa actividad británica que permanecía en el Río de la Plata es lo que llevó a Liniers a emitir la orden de armar milicias urbanas, que se organizaran en grupos separados por origen y por fecha de nacimiento.
De pronto, el Virreynato del Río de la Plata tenía 10 cuerpos de Infantería, 10 de Caballería y 2 de Artillería. El tema es muy interesante al considerar los ejércitos que pudieron armarse velozmente desde 1810 contra los españoles.
En concreto, cuando comenzó la 2da. invasión, la situación militar era mucho más complicada para los ingleses.
Capítulo 1: El pueblo en armas
Beresford, el comandante de la 1ra. invasión, quien había quedado preso en Luján, fue enviado a Catamarca, pero durante el viaje fue interceptado y liberado por criollos independentistas, quienes le permitieron escapar hacia Montevideo, donde rechazó comandar la nueva expedición y volvió a su país.
Pero también es un dato la aparición de criollos independistas que simpatizaban con la acción inglesa en el Río de la Plata.
Pero el resto es otra historia.