¿PODRÍAN LOS TROLLS M EXPLICAR ESTO?

"La bici de Sturze", un cepo para la economía que viene

El dólar estadounidense arrastró a los combustibles, en especial las naftas; entonces éstas traccionaron a la inflación, que a su vez presiona a la tasa de interés. La consultora Economía & Regiones fue didáctica en la lectura del volátil momento actual de la City: "Por un lado, el BCRA quiere alcanzar la meta de inflación, pero por el otro quiere acumular reservas y tampoco se desentiende (por completo) del nivel de actividad, ni del crédito que procura estimular. Estos múltiples objetivos generan inconsistencia, ya que no sólo son mayormente contradictorios entre sí, sino que ameritan que el instrumento de política económica, es decir la tasa de interés, deba moverse en sentido opuesto". A lo que podría agregarse que el gobierno sigue adelante con el pacto con las petroleras de subirles el precio de los combustibles, por más que la producción de crudo nacional sigan en descenso y las inversiones demoradas. Puede ser pura coincidencia, como en las películas, pero algunos infieren que fue mala consejera la colocación del bono a 100 años creyeron que comprometería a jugar a favor de la paridad a la decena de grandes bancos y fondos en los que se concentró esa curiosa emisión.

“Que no digan que no les avisé”, le atribuyen al jefe del INdEC, Jorge Todesca, haber comentado indignado, cuando regresó la semana pasada del exterior, y le mostraron los números parciales de variación del Índice de Precios al Consumidor de junio y el 'piso' que le quedaba a julio tras el aumento de las naftas, la subida del dólar y la retahíla de remarcaciones en la canasta alimenticia que trajeron aparejada.

El anuncio que hará mañana, martes 11/07, el instituto oficial de estadísticas, que estrena la nacionalización del indicador, ubica junio en 1,4%, pero la perspectiva será que salte al 1,8% en julio por el 'piso' que legó al mes siguiente de 0,99%.

El despegue de los denominados valores regulados (combustibles, prepagas, cigarrillos) fue, al igual que a comienzos de año, el disparador que convirtió en serrucho la suave declinación que había empezado a denotar la inflación.

Luego de la presentación que hizo en aquel momento Todesca intentando explicar la razón del rebote, María Eugenia Vidal le reclamó al presidente Mauricio Macri que ordenara parar con la pauta de reajustes pactada con las petroleras hasta después de las elecciones, porque se corría el riesgo de un resultado imprevisto.

Le hicieron caso 4 meses, se ve que a regañadientes, porque el Ministerio de Energía descongeló la indexación de los combustibles atada al tipo de cambio, mientras las compañías petroleras sintonizaban la producción a la cotización internacional del crudo que no se recupera, pese a los intentos de la OPEP, y por lo tanto no estimula a echar a andar las máquinas.

El resultado de la reciente corrección practicada en las naftas fue porque la producción de petróleo y gas en Argentina continuó en baja en mayo y la tendencia indica que, si no cambian en el corto plazo los precios internacionales del crudo o las políticas energéticas, el año terminará con niveles similares al de 2016, que fue el peor en 25 años y estuvo apenas por encima de 1981. Es decir, Argentina produce casi tanto petróleo como hace 36 años, a un nivel que está un 40% por debajo del récord, que ocurrió en 1998, resaltó el diario El Cronista Comercial (días de Carlos Menem, y recesivos, mal que les pese a muchos criticos de los años '90).

Para los mismos días que se arreglaba el aumento de combustibles, se disparaba el dólar a más de $17, con lo cual, el despegue que tuvo la divisa estadounidense debería ser acompañado por las naftas, segun el convenio suscripto por el gobierno con el sector petrolero, hasta llegar a una “suba constante que se retroalimentará entre naftas y dólar”, según alertan desde el kirchnerismo.

También el titular de la agrupación Consumidores Libres, Héctor Polino, advirtió sobre el funcionamiento de la espiral dólar-naftas-IPC, señalando que los combustibles forman parte de un nuevo rubro que constituye la estructura de costos y al que denomina “el rubro por las dudas”, que irónicamente provoca que si la nafta sube un 7%, los alimentos se incrementen un 10% a 12%.

“El costo del transporte de productos a los comercios para su despacho final es del 35 %, por ende, necesariamente se traslada de manera automática el porcentaje de incremento en los combustibles a los alimentos que consumen los ciudadanos”, explicó Polino. No es nada que Todesca no sepa.

Tampoco que el presidente del Banco Central, Federico Stuzenegger, desconozca, por más que haya recibido la andanada de cachetazos por la disparada del dólar y el palo en la rueda de la bicicleta de las Lebacs que significó en la más reciente licitación, en la que las se destacaron las no renovaciones.

La tasa up no sólo esteriliza la emisión que trae como consecuencia la inflación, sino que le financia a la Tesorería el déficit fiscal y cuasifiscal en la moneda local.

La semana pasada el dólar había tocado los $17,40 y posteriormente superaba los $17,60, lo que le hizo conquistar la plana de los diarios y los espacios radiales y televisivos. Ni en las redes sociales le creyeron al jefe de Gabinete, Marcos Peña, que la devaluación era previsible.

Sturzenegger moderó la escalada apuntalando las tasas de las Letras en el mercado secundario, hasta convalidar un 26,25% anual a 28 días, del 25,50% que venía; la que vence en 56 días quedó en 25,75% (versus 25,25%) y la de 91 días se modificó al 25,30% (desde el 24,75%).

Los privados también retocaron la tasa hacia arriba. El viernes 07/07 se realizaron algunas colocaciones de fideicomisos financieros que marcaron un corte en los tipos de interés de hasta el 1%.

En comunicación telefónica desde Hamburgo, el presidente Mauricio Macri laudó en una pauta devaluatoria para el 2do. semestre de 2017 que arrancaría en torno de la actual cotización de $17,50 antes de las PASO, llegaría a $18 para las elecciones de octubre y $19 para diciembre.

Es obvio que se trata de promedios y que las tasas irán regulando la línea de la paridad, la que a su vez dependerá de las expectativas de crecimiento de los precios en la economía.

¡Saquen al dólar de la tapa de los diarios!

La consigna presidencial impartida desde Alemania fue terminante: quitar al dólar de la tapa de los diarios. Clarín y La Nación acataron de inmediato, y esto contribuyó a que el jueves y viernes el dólar hubiese perforado hacia abajo el $17,50 y se ubicara en los $17,29.

Tal como en el verano, la idea fue frenar otra vez las autorizaciones de aumentos en los precios regulados hasta después del 22/10, y que Sturze regrese a la sintonía fina entre tasas y tipo de cambio, aceptando que difícilmente los operadores estén tan dóciles como a principios de año y la perspectiva sea de fluctuaciones o volatilidad. “Cuando haya que vender, vendamos”, fue la directiva del alto mando.

Al núcleo duro K le queda el recurso de apostar reservas en pesos que pudiera tener acovachadas en recalentar el blue y condicionar, desde ahí, las transacciones en azul para complicarle al Banco Central el manejo de las tasas... si lograra ponerle en contra las expectativas en el marco de la campaña electoral.

Los argumentos de que aparecerán las liquidaciones de la soja que venían ralentizadas (se estiman US$ 6.000 millones pendientes) y que el gobierno tiene aún disponibles colocaciones de deuda por casi US$ 5.000 millones, según el programa habilitado por el Congreso, pretenden insuflar optimismo sobre las espaldas del BCRA para afrontar esta pulseada.

La Federación Agraria Argentina descarta el bálsamo cambiario de un derrame agroexportador. “Creen que por modificar el tipo de cambio y cambiar el régimen de retenciones, el campo pasó a tener beneficios espectaculares, pero la realidad es que sufrimos un 40% de inflación en dólares, la gente dejó de consumir y se ven complicaciones en el sector”, dice la entidad gremial.

En cuanto al reciclaje de inflación, el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, no coincide con el diagnóstico de campo que refrendaron las encuestas entre consultores de macroeconomía: acaba de acuñar desde Alemania dos nuevas frases consecutivas a sus originales interpretaciones de la economía, ya que sostuvo

> que "el tipo de cambio será un factor que cada vez va a influir menos en la formación de precios"; y

> que "la ventaja de tener tipo de cambio flotante es que se mueve de un lado o para otro”.

Agregó que "así como estuvimos tranquilos cuando el tipo de cambio se apreciaba y nos criticaban porque se apreciaba, estamos tranquilos; para una moneda que flota, 6% o 7% de diferencia con respecto a diciembre pasado es nada".

Seguramente, el clima de campaña lo habrá hecho reeditar teorías que sacaba de los manuales desde la Fundación Pensar cuando Cambiemos ni soñaba con ser gobierno. Se olvida de que 'la City' en una Argentina con tan elevado porcentaje de economía 'en negro', y con una fuerte dependencia importadora, se parece más al juego de los palitos chinos, que cuando se toca uno en una punta, mueve otro en el extremo opuesto.

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