PARANÁ. La mayoría de los verdaderos radicales entrerrianos no habían quedado conformes con aquél acuerdo de Gualeguaychú. Mucho menos cuando poco después el principal armador de Cambiemos, Rogelio Frigerio, los obligaba a quedarse sin candidato a gobernador por primera vez en la historia de la UCR provincial.
ENTRE RÍOS
En Cambiemos, Democracia vs. Obediencia Debida
Hay PASO en Cambiemos Entre Ríos: 3 listas compiten. El autor, que no es afiliado a la UCR sino al PRO, está vinculado a una de ellas, que integra la Agrupación Alberdi (y no es la que impulsa la conducción nacional del partido en la Casa Rosada), es necesario aclararlo para darle contexto a sus líneas, que ventilan la pasión de la competencia interna, y cierto disgusto con el ministro Rogelio Frigerio:
En ese momento fueron muchos los que levantaron sus voces, “vendieron el partido por dos monedas”, dijeron varios, pero al poco tiempo esos que se mostraron ‘enojados’ fueron callados justamente por “dos monedas”, a la vez que otros acataron mansamente a cambio de “algún puestito”. A su vez, el Pro un partido casi inexistente en la provincia, logró ocupar lugares que su dirigencia local nunca hubiese conseguido por sí misma.
En 2015 se perdió la elección por la Gobernación, disimulada luego con el triunfo de Mauricio Macri en la segunda vuelta presidencial. El golpe de esa derrota provincial pegó duro hacía adentro del radicalismo, sobre todo en esos radicales que nunca habían aceptado el acuerdo con el Pro. A partir de allí comenzó a generarse un malestar cada vez más grande dentro de la UCR, que muchas veces estuvo a punto de hacer estallar Cambiemos en mil pedazos.
Esas diferencias que se trataron de disimular durante bastante tiempo, no pudieron ser evitadas de mostrar ante la posibilidad de las PASO y fue así que sorpresivamente, y cuando nadie lo esperaba, que aparecieron dos listas para enfrentar a la que había armado Frigerio y que supuestamente iba a ser la única. Pero fue un suceso ocurrido dentro del Pro lo que motivó la decisión de esos radicales que venían amagando con no seguir tolerando las imposiciones que se dictaban desde Buenos Aires, vía Rogelio Frigerio.
A fines de 2016 un grupo de afiliados y adherentes al Pro, aglutinados en la Agrupación Alberdi, desafiaron a la férrea intervención impuesta por Frigerio y que mantenía amordazado al partido. Lograron que la justicia obligara a levantar la intervención y que se llamara a elecciones partidarias. Todo lo realizado por parte de Frigerio y sus acólitos para evitar esas elecciones, cosa que lograron gracias a una Justicia Electoral que les permitió realizar cualquier cantidad de tropelías, dejó al descubierto el sesgo autoritario del macrismo.
Fue a partir de ese hecho que los radicales que sostenían que Cambiemos y la UCR no podían continuar en manos del autoritarismo de Frigerio, se dieron cuenta que había llegado el momento de terminar con las imposiciones autoritarias y decidieron enfrentar a los que se consideran el “oficialismo”, dentro de Cambiemos, es decir la lista que armó el ministro y que encabeza el dirigente Atilio Benedetti.
Contrariamente a lo sucedido en Santa Fe, donde se desactivó la posibilidad de una segunda lista, los entrerrianos que se oponen a los designios de Frigerio pudieron, mediante una acción sorpresiva, presentar sus listas para competir en las PASO. Y no fue una, sino dos las listas que se anotaron. Cuando en vísperas del cierre de listas las versiones de que realmente se presentarían eran cada vez más fuertes, el ministro en persona se encargó de amedrentar primero a los intendentes y luego a los propios candidatos que integrarían esas listas. Incluso hasta mandó a uno de sus secretarios a amenazar directamente a uno de esos candidatos.
No pudieron Frigerio y sus aliados frenar a los rebeldes que astutamente se presentaron faltando minutos para el cierre de la presentación de listas. Se comenta que hubo un reto por parte del ministro a los integrantes de la Junta Electoral de Cambiemos por no haber cerrado el local minutos antes. Tan seguro estaba Frigerio que sus amenazas habían sido tenidas en cuenta que había ordenado la presencia de un escribano, llevado a escondidas por la vice intendenta de Paraná y una de las apoderadas de Cambiemos, Josefina Etienot, para certificar que no se había presentado ninguna lista.
Había en Entre Ríos un solo candidato para encabezar la lista, que debía ser radical, que reunía las condiciones exigidas por el “virrey” como llaman en Entre Ríos a Frigerio: Atilio Benedetti. El único que puede asegurar una obediencia debida como se pretende en el macrismo. Y ese era el único objetivo de Frigerio: Conseguir, bajo el paraguas de la lista única por “la unidad”, la sumisión.
No le fue difícil al ministro conseguir quienes decidieran humillarse y formar parte de “su” lista. Claro está que la misma se integra en un 99% por funcionarios de algún área de gobierno que ni siquiera se han preocupado por pedir licencia. Quizás piensen que si lo hacen por ahí cuando quieran volver alguien ya ocupó sus sillas.
La obediencia debida es la que sigue mandando en el sector que encabeza Benedetti. Ni siquiera pueden salirse del discurso que se baja desde Buenos Aires. No se escuchó una sola palabra de los candidatos de Frigerio sobre la actitud de los diputados entrerrianos que apoyaron a De Vido. Fueron las segundas líneas de ese sector quienes hablaron, pero cuidando mucho no dañar al gobernador Bordet. Frigerio cuida más su relación con el peronismo entrerriano que sus socios actuales del radicalismo.
Por eso en Entre Ríos, dentro de Cambiemos la elección es entre la Democracia o la obediencia debida. Pero tanta sumisión, tanta obediencia debida, pueden provocar la tormenta perfecta y conseguir que sus vientos se lleven para siempre a los sumisos y a los autoritarios.