UN GALIMATÍAS

2017 vs. elecciones 2015: ¿Peras con manzanas o todas son frutas?

Establecer el instructivo de interpretación de los comicios luego de conocidos la mayoría de los datos no resulta una práctica adecuada. El Gobierno apostó a que fuera la mayor cantidad de ciudadanos a votar por Cambiemos, pero ahora resulta que hay que comparar con las PASo 2015 porque -luego de haber considerado las PASO 2017 un evento especial- no le resulta conveniente compararlo con la 1ra. vuelta 2017. Aquí algunas apreciaciones al respecto:

La Administración Macri afirma que las PASO 2017 sólo pueden compararse con las PASO 2015. La gobernadora María Eugenia Vidal afirmó el lunes 14/08 que "no pueden compararse peras con manzanas".

Sin embargo -y más allá de los diligentes periodistas que desde los diarios Clarín y El Cronista Comercial decidieron avalar la afirmación de la carismática líder del Ejecutivo bonaerense- es necesario recordar el énfasis de la Administración Macri acerca de las PASO 2017, que no permite una comparación con las PASO 2015:

> Tanto el Presidente de la Nación como la gobernadora de la Provincia de Buenos Aires pidieron, desde los medios de comunicación, "por favor" que los ciudadanos participaran del comicio y que votaran "por el cambio".

> En el caso del Presidente de la Nación, reiteró su apelación el día de la votación, cuando acababa de sufragar y su ruptura de la veda provocó que la oficina de prensa gubernamental omitiera ese fragmento de la declaración en su desgrabación oficial de los dichos.

> El Presidente de la Nación, en la entrevista periodística con la que cerró su proselitismo (con Santiago del Moro, por América TV), llegó a emocionarse en cámara y deslizar alguna lágrima -muy comentada en la prensa del día siguiente- cuando explicó lo mucho que se jugaba en el comicio.

> Si Vidal fue la candidata sin boleta en Buenos Aires, y Macri lo fue en todas los otros distritos electorales, es válido compararlos a ellos con ellos mismos: 1ra. vuelta 2015.

¿Peras con manzanas? No parece afortunada la expresión. En especial porque Vidal lo expresó el día después, no el día antes. Es decir que lo hizo cuando ya tenía los datos del sufragio provisorio.

Dato: Cristina Fernández de Kirchner obtuvo, más o menos, 34,11% de los votos en las PASO 2017. Si bien aún falta agregar los votos no escrutados, podría afirmarse que son, hasta ahora, 3.039.195 sufragios. Esto resulta 523.894 votos menos que los 3.563.089 sufragios de Daniel Scioli en 2015. En aquella oportunidad, Aníbal Fernández logró el respaldo de 3.098.900 electores, Es decir, 59.705 votos más que la ex Presidenta ahora. Además, CFK obtuvo 3.056.572 cuando fue candidata a senadora nacional en 2005). 

En el caso de Urgente24, si se informa que el exFrente para la Victoria, hoy Unidad Ciudadana -alejado por voluntad propia del Frente Justicialista- obtuvo menos votos que en 2015, y se lo compara específicamente con la 1ra. vuelta electoral, no se entiende por qué no se haría una comparación similar con su contrincante.

"Con el envión electoral, el Gobierno apura reformas y proyecta crecer sin sobresaltos", titula el diario El Cronista. ¿PASO o más que PASO?

El problema que surge en la comparación es muy concreto: si la comparación es la que explicaron Clarín y El Cronista Comercial, Cambiemos, para la categoría de Diputados, obtuvo 8,4 millones de votos en todo el país, un 27,3% más que en las PASO de 2015.

Si Cambiemos hubiera obtenido más votos en las PASO 2017 que en la 1ra. vuelta 2015, probablemente no habría restricción entre las peras y las manzanas, todas frutas deliciosas.

Pero el problema hoy día consiste en que si se comparan las PASO 2017 con la 1ra. vuelta presidencial de 2015 se descubre que Mauricio Macri perdió 330.972 votos.

En 2015, 8.601.063 votos; en 2017, 8.270.091 votos.

Esto sucedió a pesar de que la cantidad de electores habilitados para votar creció 3,13% (o sea 1.036.985 ciudadanos) al pasar el padrón total de 32.067.641 personas en 2015 a 33.104.626 personas en 2017.

2 datos llamativos:

> en 2015 hubo 664.739 votos en blanco, 2,55% del total. Ahora, en 2017, hubo 795.912 votos en blanco, 3,40% del electorado. La cantidad de personas que expresaron su descreimiento en la política aumentó +19,73% (131.173 electores).

Cada uno tendrá su propia conclusión acerca de por qué aumentó la cantidad de votos en blanco.

> Es lllamativo que en 2015 hubo 199.446 (0,77%) votos nulos, recurridos e impugnados. Y en 2017 se registraron 574.117 votos en similares condiciones: un aumento neto de 374.671 votos nulos o impugnados o recurridos. Es un aumento del 187%.

Para ubicar en contexto las PASO 2017, aquí va un interesante trabajo de Nicolás Cherny y Lara Goyburu, director y coordinadora de Instituciones Políticas del centro de estudios CIPPEC:

"Aun con pocas internas y muchos cuestionamientos las PASO aprueban el test exigente de las legislativas 2017.

1. La ciudadanía pide PASO. Las PASO 2017 debían resolver muchas incógnitas, la más desafiante cuestionaba su eficacia como institución electoral. Se argumentaba que la escasa competencia interna en el oficialismo y la escisión del peronismo en la Provincia de Buenos Aires tendría un impacto negativo en la participación (las sanciones débiles por ausencias injustificadas).

Sin embargo, los ciudadanos acudieron masivamente a las urnas superando la participación de las PASO presidenciales de 2015: alcanzo el 73% en promedio para diputados (contra 71,7% de 2015). En los distritos que según el pasómetro de CIPPEC tenían primarias abiertas no hay mayor participación que en aquellos de menor competencia (21% de las alianzas electorales tuvieron competencia interna).

Tampoco los distritos más polarizados han sido los de mayor participación. Santa Fe, con el mayor índice de competencia en primarias y una elección muy disputada, tuvo una participación similar a la de provincias como Santiago del Estero que tuvieron poca competencia interna y ninguna polarización. El valor de la participación a través del voto se mantiene alto y las PASO se consolidan pese al contexto de elecciones primarias poco competitivas.

2. Las PASO reducen la fragmentación. El diseño de las instituciones electorales debe intentar resolver los problemas que ocasiona la evolución del sistema partidario. Desde 2001 la fragmentación es grande, hay muchos partidos y sigue siendo muy fácil formar un partido y presentarse a elecciones. En las primarias se presentaron 207 alianzas electorales en todo el país, de las cuales 60 no superaron el umbral de 1,5%. El filtro de las PASO redujo un 29% la oferta electoral. En la provincia de Buenos Aires 12 listas no pasaron el umbral y 10 en CABA.

Pero además el umbral funciona como un incentivo a la agregación desde abajo. La coalición de izquierda FIT, que ha presentado una oferta electoral comparativamente muy homogénea logró superar el 1.5% en 21 de los 22 distritos que presentó listas a diputados nacionales. Habrá que esperar a Octubre para ver si rompe la barrera del D´hont, pero este caso muestra que las PASO no necesariamente penalizan a las fuerzas chicas, sino que otorgan incentivos para coalicionar para superar el umbral y aspirar a tener representación legislativa. Este caso evidencia además el aprendizaje que pueden hacer los partidos de las reglas electorales y como ese aprendizaje puede volverlos más competitivos y al mismo tiempo ayudar a un ordenamiento de la oferta electoral.

3. El poder de los oficialismos. Los oficialismos ganaron en 14 provincias. Cambiemos triunfó en las cinco provincias que gobierna: CABA, Buenos Aires, Mendoza, Jujuy y Corrientes. Y el Peronismo ganó en nueve de las dieciséis que gobierna. Pero el poder del oficialismo nacional se tradujo en triunfos de Cambiemos en provincias que no gobierna.

Cambiemos pudo vencer también en seis provincias en las que no es oficialismo provincial: Santa Cruz, Neuquén, San Luis, Córdoba, La Pampa y Entre Ríos. Así como el Frente para la Victoria logró consolidarse como fuerza política a nivel nacional desde la Presidencia a lo largo de sucesivas elecciones, los resultados de las PASO muestran que Cambiemos no sólo consiguió presentar una oferta electoral homogénea en casi todo el país sino que logró convertir la gestión del gobierno nacional en votos provinciales. Pero a diferencia de la personalización en Néstor y Cristina Kirchner que estimulaba el FPV en las provincias, en la estrategia de Cambiemos ha pasado más por difundir su etiqueta coliacional más que por pasear presidente.

Un sello común que en cada distrito tenía una cara distinta, que no siempre eran los candidatos, que no siempre iba acompañada por la figura del presidente. Los liderazgos provinciales y la política local tuvieron peso propio: Vidal, Cantard, Baldassi, son ejemplos de la estrategia que da más juego los líderes provinciales. Los recursos en poder del oficialismo ayudan a ordenar la oferta que se verticalizó a través de la etiqueta y con el instrumento de los liderazgos locales.

4. La incógnita hacia octubre: ¿lógica de ballotage o de elección legislativa? Interpretar las elecciones de Octubre como un ballotage de las PASO es muy tentador: al repartir la elección a senadores escaños para los dos primeros, el votante podría actuar estratégicamente y abandonar a los candidatos que quedaron más alejados de los primeros puestos. Los votantes de Randazzo y Massa en Provincia de Buenos Aires – según esta hipótesis- tenderían a hacer un voto estratégico por las candidaturas de Cristina Kirchner o Esteban Bullrich para influir en la asignación del segundo senador.

Sin embargo, a diferencia de la lógica ejecutiva de la elección en la que el ganador se lleva todo, el sistema electoral de las legislativas en Argentina premia con escaños a todos los que suman por encima del umbral del D´Hont. De modo que la elección a diputados nacionales incentiva a los líderes de 1Pais y el Frente Justicialista a mostrar a sus votantes que en listas legislativas a diputados nacionales cada voto cuenta y hay mucho por ganar en distritos grandes aún saliendo en tercer o cuarto lugar. Eso vale para las 24 provincias que votan diputados (sólo 8 senadores)."

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