ECONOMÍA AL 'PASO'

La City rearma el trade carry, pero la inversión privada huelga

Se diluyó el riesgo de un regreso al populismo, pero nadie tiene claro cómo se acoplarán a ese carro triunfal las inversiones privadas que reclaman por las reformas fiscal, laboral, previsional pendientes que el Congreso aún está lejos de asegurar. Antes de hablar siquiera de poner plata, el próximo paso que le reclaman al gobierno, de octubre en más, es que baje el déficit fiscal por el lado del gasto y que controle de una buena vez la inflación. El aperitivo, hasta tanto, se sirve en la City, al constituirse por dos meses al menos, tras el borrón preelectoral, la cuenta nueva del trade carry entre Lebacs y dólar que administra la política monetaria del BCRA con propósitos antiinflacionarios. La apatía de los empresarios para integrarse con efectos conducentes al “rumbo” y su exigencia de que antes se cumplan condiciones macroeconómicas son cuestionados por la Casa Rosada pero justificados en el último informe de Economía & Regiones: “El Estado es un container en la espalda de los privados en Argentina, mientras que en el resto de los países (en diferentes grados) es tan sólo una mochila”, subrayó en su defensa.

En las PASO 2017, el electorado hizo su parte, como en 2013: le cortó el camino a Cristina Fernández de Kirchner para que vuelva a calzarse la banda presidencial, pero seguramente en octubre habrá de convalidarle el pase al Senado y aprovechará su banca no sólo para “ponerle límites a Mauricio Macri”, como prometía en campaña, sino que les “marcará la cancha a los dispersos peronistas en la agenda legislativa de 2018”.

La vicepresidenta Gabriela Michetti lo acaba de admitir: "Cristina va a ser difícil en el Senado por su forma, que es muy poco parlamentaria", que contrapesó con la actitud de colaboración adoptada por el actual jefe de bloque del PJ, Miguel Angel Pichetto, con quien, dijo, “el oficialismo ha trabajado muy bien”.

De modo que, en plena transición hacia las elecciones de medio término, Cambiemos deberá redoblar esfuerzos para que en octubre la ciudadanía vote más que el freno político a las aspiraciones presidenciales de la ex jefa de Estado que acabó de decidir y le permita acceder a mayor participación en los hemiciclos para poder impulsar las reformas pendientes que reclaman los inversores: la fiscal, la laboral, la previsional.

Además de los previsibles obstáculos legislativos que preanuncia la presencia de CFK en el Congreso, ni el gobierno en particular ni en general la clase política notan pujanza alguna en el empresariado vernáculo, y todos saben de sobra que, antes de asumir riesgos, el extranjero observará lo que haga el local.

El ministro de Finanzas, Luis Caputo, les recordó a los hombres de negocios que la coalición gobernante cumplió, los mercados acompañan y ahora faltan ellos.

El economista Orlando J. Ferreres directamente los culpa de haber fallado, no sólo como parte del control del país, sino también como aquel que juzga la vida nacional para que vaya por el buen camino. "Este es un fuerte hallazgo que perturba mucho la vida económica de Argentina”, escribió en la columna que publica en La Nación.

El empresariado no se ha expedido claramente en cada tema, como la política tributaria, la política de gasto público ya sea nacional, provincial o municipal, la política laboral, las obras sociales, las Lebacs y muchos otros que hacen a la vida del país: “Se lava las manos”, sentenció.

El precoloquio de IDEA, que tuvo lugar en la Bolsa de Comercio de Rosario, parece darle la razón porque hace eje en la macroeconomía. Lo dice todo que haya sido el director general de Ternium Siderar, Martín Berardi, quien en declaraciones periodísticas señalara a la inflación como el "principal cuello de botella" que está teniendo la economía argentina, y que subordine el pronóstico de que haya por delante dos años de crecimiento a que se gane en este proceso de transición "la madre de todas las batallas, que es reducir el déficit fiscal”.

En la City, hubo el segundo día pos-PASO un reacomodamiento de carteras tras la euforia de la reapertura de los mercados con el Cristinómetro aplacado por el “empate técnico” en la provincia de Buenos Aires. En Wall Street hubo rebote con toma de ganancias y de la colocación de títulos 'Lebac' por $ 453.416 millones, sobre un total de propuestas de $ 453.751 millones y vencimientos por $ 534.983 millones, por parte del Banco Central, se liberaron $ 100.000 millones, de los que sólo volvieron al mercado $ 15.000. Los bancos se quedaron con $ 70.000 millones para "encajes" y unos $ 15.000 millones fueron a parar a Anses. Al dólar le tocó repuntar y acercarse a $17,50, en esta semana de replanteo del trade carry, a la espera de la confirmación la semana que viene acerca de si Federico Sturzenegger aumentará o no la tasa de referencia para acompañar a la inflación y si intervendrá o no en la plaza cambiaria en caso de haber definido un piso para el dólar.

En la intimidad de la Casa Rosada, además de la obsesión por derrotar a CFK en octubre y que no sea de nuevo María Eugenia Vidal la heroína de la hazaña, como sucedió el domingo pasado, el tándem Ceo compuesto por Quintana-Lopetegui arma las planillas Excel con una hipótesis de crecimiento constante, sin boom ni depresiones ni tasas chinas pero después se transformaban en un peso. Repasan los comportamientos dispares de la modesta recuperación que tuvieron los indicadores y tiran borradores de un plan sustentable que permita bajar la inflación a un dígito en 2019.

Los objetivos económicos van alineados con cambios políticos y sociales que en el Gobierno buscarán llevar adelante después de octubre, y cuyo Norte será la reelección de Mauricio Macri.

La agenda poselectoral

Las reformas laboral y tributaria se imponen al tope de la agenda hacia fin de año y principios de 2018, que también incluye modificaciones a la Ley Penal Juvenil, que prevé una baja en la edad de imputabilidad a 14 años, y el renovado proyecto de reforma política que apunta a eliminar las PASO y promover la, frustrada en el Senado, implementación de la Boleta Única Electrónica con vistas a los próximos comicios.

Si los empresarios reclaman un espaldarazo oficial a la competitividad por la vía de una reforma fiscal, como ofrenda del proclamado vencedor en las elecciones, el administrador federal de ingresos tributarios (AFIP) Alberto Abad (seguramente con el imput de la mesa chica que funciona en lo del jefe de Gabinete Marcos Peña) desactivó expectativas. Confirmó que efectivamente irá el proyecto al Congreso antes de fin de año, aunque reiteró que la reforma será gradual y dijo que no están definidos "los tiempos" para los distintos impuestos, como "Ganancias, IVA, el impuesto al cheque, Ganancia Mínima Presunta", entre otros.

No obstante, pidió a los empresarios "no poner el eje" en los cambios impositivos, sino mirar el gasto, si bien en gran parte es "social", pero también "subsidios que faltan" y "empleo público que tiene que ir a empleo privado".

O sea que paguen impuestos y acompañen las políticas activas del gobierno en materia de inversión pública y recorte del déficit sin tocar tanto ingresos como sí gastos.

La estrategia del gobierno para mejorar la performance electoral en los dos meses que quedan para las generales legislativas de octubre consiste en no hacer olas en la economía, ya que especula con el desgaste que provocó el resultado de las PASO en las filas opositoras: tanto en el peronismo como fuerza genérica con liderazgo en discusión, cuanto del massismo, golpeado por el estrechamiento de la grieta y en riesgo de terminar aplastado.

Para Economía & Regiones, ni siquiera un resultado positivo en octubre para Cambiemos podrá por sí sólo “inflar” el nivel de actividad. La economía llegó a las PASO inmersa en una moderada recuperación: lenta, suave y sectorizada.

Según advierte en su reporte poselectoral, el dinamismo de la economía real depende de la competitividad, de la productividad, de la política fiscal y de las regulaciones, que son factores estructurales que una buena cantidad de votos no va a mejorar por sí sola.

En este escenario, E&R pronostica que la economía real continuará con el escenario que proyectara para 2017, que estima una variación base del PBI en torno de +1,8% anual que podría “estirarse” hasta +2,3%.

Analizando la apertura del Estimador Mensual de Actividad Económica que sigue el INdEC en 16 sectores, hay 10 que se comportan mejor en 2017 que en 2015, mientras a otros 6 les empeoró la performance, lo cual lleva a la pregunta de por qué en 2017 la “sensación térmica” es peor que en 2015, cuando la mayoría de los números macro y sectoriales son bastante similares en ambos períodos. La respuesta es que actualmente hay (un poco) menos empleo y, fundamentalmente, porque un fuerte deterioro del consumo.

Detalla que en los primeros 5 meses de 2017 el empleo privado registrado (6.211.809) presentó una variación acumulada de +0,0%, mientras que en el mismo período de 2015 había crecido +1,5% (6.212.701), pero el detonante de la sensación térmica adversa es que en 2017 el empleo industrial perdió 50.000 puestos de trabajo con relación a 2015.

Pero ha sido la caída del consumo la principal rémora en el gobierno de Cambiemos. El nivel de ventas (reales) en shoppings se encuentra muy por debajo cuando se compara 2017 (171,0) con 2015 (205,5). Lo mismo sucede en supermercados, cuyo nivel de ventas este año (140,3) está por debajo de 2015 (159,1).

Las ventas minoristas, según CAME, cayeron -2.8% en 2017, mientras que en 2015 habían aumentado +1,9%.

E&R hace un seguimiento del Índice de Frustración Giacomini / Milei (IF de G&M) y observa que en junio último se encontraba un +38,3% más elevado que en junio 15, lo cual explica la actual peor performance relativa del consumo.

Concluye que a mayor frustración, menor consumo, lo cual se traduciría en una variación negativa en torno de -2% en la primera mitad del año.

Sin embargo, a la hora de depositar el voto pudo haber atenuado ese impacto negativo el esbozo de un sesgo ascendente de la actual moderada recuperación, que el gobierno y sus aliados insisten en denominar brotes verdes.

En esta 2da parte del año, el consumo podría pasar a tener números positivos, pero para que el consumo se recupere es crucial que no sólo descienda la inflación, sino que la inflación de alimentos también caiga y se mantenga por debajo del 1,0% mensual.

En este último aspecto, la posta recae en los empresarios privados del sector, concentrados tanto en la parte industrial como en la comercialización. Pero la clave seguirá siendo la aplicación de las metas de recuperación en los llamados precios regulados y eso sí depende de la Casa Rosada.

Para sosegar las expectativas monetarias, el trade carry que arma Federico Sturzenegger en la City y la nueva expedición financiera que prepara Caputo constituyen el “aguante” hasta que se aplaquen las remarcaciones y se meta mano en el déficit fiscal por el lado del gasto.

Los impuestos deberán esperar, el consumo también y la clase empresaria seguirá como tal mirando el partido desde la tribuna sin arriesgar capitales.

Economía & Regiones le tira una soga cuando sostiene en su informe que “se necesitan reformas estructurales que devuelvan competitividad al sector privado de manera de incentivarlo a ganar dinero, para así estimular la inversión y la creación de empleo”.

En palabras concretas, “el gobierno tiene que aplicar reformas que reduzcan el tamaño del Estado y bajen el déficit fiscal bajando la presión tributaria. También hay que desregular el mercado laboral y el comercio, tanto internacional como doméstico”, enumera.

Argumenta que Argentina está inmersa en una estanflación de oferta por asfixia estatal. Y que el gasto público (presión tributaria) es 15 (11) puntos porcentuales en términos del PBI superior al promedio de la región, mientras el déficit fiscal lo triplica.

Como consecuencia de esto, el costo de financiamiento y la inflación son entre 3 y 5 veces los que se registran en nuestros países vecinos.

Y además, tenemos las peores regulaciones en materia laboral y de comercio (interno y externo) de la región.

Las elecciones podrán leerse como una ratificación del rumbo ante la amenaza populista, pero como no resuelven cómo avanzar hacia las metas el empresariado se quedó en el final de la cola para concretar sus apuestas.

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