¿QUÉ ESTÁ SUCEDIENDO?

3er. año de langostas saqueando campos

Desde mediados de junio a la fecha se constató la aparición de la plaga en Chaco, Formosa, Santa Fe, Santiago del Estero, Salta, Jujuy, Catamarca, La Rioja, Córdoba y Tucumán, con presencia además en Paraguay y Bolivia. Pero en septiembre no se han marchado, y es el 3er. año consecutivo.

Los acrídidos (Acrididae), conocidos popularmente como langostas, tucuras, saltamontes o chapulines, son una familia de insectos con gran facilidad para migrar y, en determinadas circunstancias, reproducirse muy rápidamente llegando a formar devastadoras plagas capaces de acabar con la vegetación de grandes extensiones de terreno.

Generalmente no vuelan mucho a pesar de que disponen de alas. Sólo cuando se juntan grandes grupos de individuos de la misma especie liberan las feromonas apropiadas para activar la conducta migratoria y un crecimiento mayor de las alas y de esa manera dispersarse por otros territorios, evitando la competencia intraespecífica por el alimento.

La langosta tiene la capacidad de desplazarse por aire hasta 150 km por día y reposa en lugares donde la vegetación es densa, como montes nativos.

Luis Borelli en El Tribuno (Salta):

"(...) Yo recuerdo que cuando las langostas llegaban a Cerrillos, el cielo se ponía negro por la gran cantidad de bichos que volaban a buena altura mientras dejaban escuchar un zumbido característico que por entonces todo el mundo reconocía.

Era el momento en que los changos del vecindario, por indicaciones de sus mayores, comenzaban a golpear cacerolas, ollas, tarros, latas, tachos, caños y todo tipo de elemento metálico capaz de tañer, salvo el latón que sonaba como si fuese de cartón.

Justamente, cuando hace unos años la televisión porteña comenzó a mostrar los cacerolazos, ese ruido nos hizo acordar a los más veteranos, la lejana lucha contra las langostas, tarea que generalmente estaba a cargo de los menores. Fue un método para espantar estos insectos que ya en los años 30 había sido descartado por ineficaz pero que sin embargo la gente siguió practicándolo para divertimento de los chicos.

Por supuesto, los ruidos y las humaredas de nada servían para cuando las mangas, a más de 100 metros de altura, según los expertos, decidían lanzarse en picada sobre los campos y los árboles. Así es que recuerdo clarito cuando una manga se asentó sobre las moreras de mi casa. En minutos, estos árboles con sus frutos ya a punto de madurar, quedaron literalmente hecho palos, y en peor estado que cuando los castigaba el granizo de fin de año. Y mientras el bicho comía, quienes estaban cerca podían escuchar el inconfundible ruido que las langostas hacían con sus mandíbulas al cortar los tallos y las nervaduras de las hojas. (...)".

Esta invasión de insectos comenzó hace un mes y se producen por tercer año consecutivo en el país, pero no tuvo gran impacto en el vecino Bolivia, a diferencia de lo que sucede en la actualidad.

"El problema de las langostas puede ponerse peor por una cuestión reproductiva en base al invierno cálido que estamos teniendo", explicó a Télam el coordinador nacional del Programa de Acrídidos del Senasa, Héctor Medina, encargado de combatir la plaga.

"Las altas temperaturas que estamos teniendo permitirán que haya una tercera generación de langostas en el año cuando generalmente hay dos", precisó Medina, e informó que desde el organismo detectaron que en las zonas de Chaco, Santa Fe y Santiago del Estero los insectos ya pusieron sus huevos (que pueden variar en entre 100 y 500), mientras que en Salta se encuentran en proceso de hacerlo.

Hasta ahora el registro más antiguo de una plaga de langostas se remonta al relato bíblico: la 8va. plaga que asoló Egipto y acabó con la última fuente de comida que quedaba en ese momento, los cultivos.

Plaga de langosta

Plaga de Langostas en La Rioja

Invasión de langostas en Paraguay

Los brotes más grandes de langostas del desierto ocurrieron entre 1987 y 1989. Es tal la voracidad de este insecto que una parte muy reducida de la nube (alrededor de una tonelada de langostas) es capaz de consumir en un día la misma cantidad de alimentos que 10 elefantes o 2.500 personas.

Al terminar la plaga de 1987, había llegado a 25 países vulnerables, con pérdidas monumentales.

En Sudamérica, en Bolivia, Uruguay, Argentina, los ataques fueron intensos hasta avanzado el siglo 20.

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