REGRESO EL BIODIESEL ARGENTINO A EUROPA

La exportación festeja el gol de descuento pero pierde por goleada

El gobierno festejó la reapertura consumada ayer (19/09) de las importaciones europeas de biodiésel como el gol del campeonato, cuando en realidad representa para el comercio exterior argentino el descuento de una goleada que refleja un débil crecimiento de las exportaciones y un déficit comercial en alza en el 1er semestre de 2017. Desde que comenzaron a descender los precios internacionales y Argentina pasó a tener una pérdida constante de participación en el comercio del mundo, la administración macrista no generó ninguna reacción creativa y se aferró a la promesa de campaña de volver a tender los puentes rotos con Europa. No está mal, si no fuera porque no se aparta de la cómoda estrategia comercial de que las tres Américas sigan siendo el principal destino de nuestras exportaciones, cuando Asia, por lejos, se convirtió en el 2do principal mercado superando holgadamente a Europa. Y otra decena de países emergentes no tradicionales esperan con los brazos abiertos el abastecimiento de productos nacionales que tropiezan con barreras en antiguos y habituales destinos. El último reporte de Desarrollo de Negocios Internacionales (DNI), con la firma de su director general, Marcelo Elizondo, está dedicado a la dirigencia nacional, política y empresaria, que quedó tildada en el retorno de tiempos pasados en la relación con Brasil, Europa y USA.

La declaración de ventas de biodiesel a España por casi 97.000 toneladas y cerca de u$s 70 millones significó el cumplimiento efectivo de la sentencia a favor de Argentina por los derechos antidumping definitivos que la Unión Europea (UE) había impuesto en 2014, en lo que constituyó en la práctica implicó un bloqueo total al ingreso del combustible verde.

Celebran la reapertura del mercado europeo las empresas Louis Dreyfus Commodities, Molinos Agro, Oleaginosa Moreno, Vicentín, Aceitera General Deheza (AGD) Rosario y Bunge Argentina, que ahora voltean su mirada a la reciente prohibición norteamericana a la entrada del biodiésel argentino, y recibe una brisa de alivio la escuálida balanza exportadora nacional.

Al menos por un rato, distrae la ilusión, concentrada y dependiente, en una eventual recuperación brasileña, ya que el retroceso del comercio exterior nacional se atribuye, fundamentalmente, a la crisis del país vecino, que de generar algo más que el 21% de nuestras exportaciones (en 2013 o en 2010) ha caído al 15,6% en 2016. Y en el 1er semestre de 2017 se mantiene en 15,7%.

Luego de aplicar una furibunda ley laboral que bajó el costo de la mano de obra local 30%, Brasil ahora se erige, más bien, en una nueva amenaza a la ya resentida competitividad argentina en el marco del propio subbloque regional del Mercosur y acelera la necesidad de introducir reformas a las relaciones del trabajo, cuyos efectos, lo mismo que las desventajas impositivas y cambiarias, se hacen sentir cada vez más en el intercambio.

En este contexto y lejos del 3,5% que crece el conjunto del comercio internacional en 2017, las exportaciones argentinas ya traen en los 1ros 7 meses un leve 1,4% más que el año anterior, con lo que la sangría de la participación en el intercambio mundial no cesa: del 0,85% que tenía hace 50 años hoy descendió a menos de la mitad: 0,35%, advierte en su último informe Marcelo Elizondo, director general de Desarrollo de Negocios Internacionales (DNI).

Magro resultado frente a importaciones que, en el mismo periodo, crecieron 15,4% a pesar de la recesión, lo que produjo una diferencia de velocidad entre el alza de las ventas y de las compras que resiente la balanza comercial y la torna deficitaria, por más que el contrapeso sea la cosecha.

La administración de Mauricio Macri concentró la estrategia macroeconómica en el endeudamiento, como alternativa a las inversiones que no llegaron, y en la agroexportación como sostén privado independiente del Estado, de ahí que la rehabilitación de despachos del biodiésel a Europa haya representado una noticia superlativa externa que trasciende al polo sojero de Rosario.   

Sin embargo, analistas como Elizondo previenen que Argentina está pagando cara su lentitud para incorporar nuevos mercados a la actividad exportadora y no sale aún de una exagerada dependencia de lo que pase con Brasil y con la cosecha y precios de la soja.

Alerta que, en ese aspecto, se desaprovecha la continuidad del acceso a nuevos mercados no tradicionales, lo que constituiría claramente un requisito para que Argentina recupere dinamismo exportador y supere la debilidad actual.

Países foco

DNI enlista en ese sentido una primera selección de 10 “países foco” con los que se podrían mejorar exportaciones y generar más negocios:

-algunos con relevancia ya creciente, India, Taiwán, Egipto, Argelia;

-otros que venían en ascenso, pero que últimamente desaceleraron su importancia relativa: Indonesia y Malasia, y  

-otros que claramente pueden ser mejor aprovechados: Hong Kong, Singapur, Filipinas, Emiratos Árabes Unidos.

Es un hecho, de todos modos, que para Argentina 3 de los 10 principales destinos de las exportaciones sean asiáticos, 2 africanos, 2 latinoamericanos y solo 2 países desarrollados.

En realidad, el cambio de eje del comercio es parte de un fenómeno mundial. Elizondo invita a mirar el ránking y ahí se ve que entre los 10 principales destinos de los bienes y servicios nacionales figuran mercados emergentes no tradicionales, listado en el que hay que sumar a Egipto.   

Por ejemplo, Vietnam se mantiene como 5to mercado para Argentina en los 1ros meses de 2017. India es el 6to y Argelia el 7mo. Países como Hong Kong, Corea del Sur, México, Singapur, Taiwán, Emiratos Árabes, Turquía, Polonia, Tailandia o Malasia muestran una alta propensión a importar, que en mucho hoy no está siendo aprovechados por nuestro país.

Se trataría, según DNI, de intensificar un proceso que viene ocurriendo más por razones de mercado mundial que de estrategia. Y que puede llevar a superar los actuales débiles resultados.

Señala que Argentina no sólo tiene dificultad para crecer en sus ventas, sino que padece el marco de haber abandonado la matriz del siglo XXI (al insistir con destinar las exportaciones mayoritariamente a América y Europa), en tanto que en este tiempo se fueron consolidando nuevos mercados emergentes entre los principales.

Y a quienes aún se esperanzan en el retorno de Brasil como socio comercial casi excluyente, Elizondo les recuerda que, aunque su economía vuelva a tener crecimiento este año y eso atraiga más bienes desde Argentina, sigue siendo un mercado con resultados muy inferiores a los que supo tener hace un lustro, con lo que se impone buscar sustitutos para los espacios que queden.

China, Chile y USA siguen acompañando a Brasil entre los principales mercados del 1er semestre de 2017, pero los mercados emergentes no tradicionales relegaron en la lista de principales destinos a países tradicionales europeos (Alemania u Holanda) o a mercados regionales (Uruguay, Paraguay o Perú, socios del Mercosur los primeros y muy abierto al comercio el último).

Únicamente Brasil (socio en el Mercosur) y Chile (vecino con que Argentina tiene acordadas relevantes preferencias arancelarias) son países latinoamericanos que están entre los 10 príncipes destinos de las exportaciones.

Enumera el informe la serie de productos primarios, especialmente harinas y pellets de soja, el trigo y el maíz en grano, que explican el grueso de las exportaciones a Vietnam;  mientras el aceite de soja explica el grueso de las exportaciones a la India; las harinas, los porotos de soja, el aceite y el maíz en grano explican la relevancia de Egipto en al lista; el maíz en grano justifica la importancia de Argelia en el selecto grupo de destinos principales de exportaciones; los porotos, la harinas y el aceite de soja justifican la importancia en la lista de Egipto; y (aunque algo más abajo en la lista), el trigo y las harinas la posición de Indonesia.

La radiografía actual muestra a mercados tradicionales como Brasil y Chile como receptores de exportaciones industriales. Y a USA como comprador de químicos, alimentos elaborados y vegetales, mientras China es destinatario de diversos productos de la cadena de la soja.

“Todo ello ha llevado a una reconfiguración de la relación argentina con los diversos continentes. Efectivamente, si bien América  (las tres Américas) sigue siendo el principal destino de las exportaciones argentinas en el 1er semestre de 2017, Asia es por lejos el 2do principal mercado superando holgadamente a Europa.

En la lista de la Organización Mundial del Comercio (OMC) figura una nómina de potenciales importadores de la que habría que tomar nota para mejorar resultados entre los destinos de las exportaciones argentinas.

Por un lado están los tradicionales que la lideran, como USA, Alemania, Reino Unido, Japón o Francia, y los poderosos emergentes como China y Hong-Kong, pero en la letra chica para los “derramistas” argentinos anidan otros no desarrollados como, Corea del Sur, México, India, Singapur, Taiwán, Emiratos Árabes y Turquía que, junto a Polonia, Tailandia o Malasia, presentan un desarrollo interesante debido a que su alta propensión a importar para abastecerse los hace interponer menores restricciones, lo cual los torna susceptibles de generar negocios con empresas argentinas.

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