SCIOLI Y CASAL, EN LA MIRA

Escándalo por Candela: Los cables sueltos "confirmaron la narcoimpunidad"

El legislador del Frente Renovador Jorge D'Onofrio, quien presidió una comisión en el Senado bonaerense para investigar el caso Candela Rodríguez disparó contra el Tribunal Oral Criminal N° 3 de Morón: "En la famosa casa de la calle Kiernan nunca se encontraron indicios de ADN, excepto en los objetos móviles. Nunca hubo cruces de llamadas entre los 9 imputados iniciales y la Cámara de Apelaciones había tirado todo esto abajo pero y Casación habilitó todo de vuelta por la campaña electoral. Con este fallo se legitima el narcotráfico y la impunidad".

El fallo del Tribunal Oral Criminal N° 3 de Morón es un escándalo tanto para la Justicia como para la familia. Se trata de la condena por unanimidad a Hugo Bermúdez –el hombre que violó y mató a Candela– y a Leonardo Jara –acusado de hacer un llamado amenazante a la familia de la víctima– a prisión perpetua por el secuestro y posterior asesinato de Candela Rodríguez. También, los jueces Diego Bonanno, Raquel Lafourcade y Mariela Moralejo Riveray determinaron que Fabián Gómez, quien realizó las tareas de inteligencia en la casa donde se mantuvo cautiva a la nena, deberá ir a uatro años de prisión al encontrarlo partícipe secundario del secuestro.

Ni bien se abrazó con sus familiares, y Carolina Píparo, María Luján Rey y Matías Bagnato, Carola Labrador -mamá de la nena- denunció que "quedó mucha gente afuera, de la política y la policía".

Urgente24 informó en diferente entregas en el mes de septiembre que "la Corte Suprema de Justicia bonaerense tenía la oportunidad de hacer historia. La alternativa era mantener una mentira que resultaba horrorosa porque, en su esencia, es denegación de Justicia. Reabrir el 'caso Candela' antes de que vaya a juicio oral y público es una prioridad. De lo contrario, la complicidad del poder con un hecho truculento volverá a quitarle credibilidad a las instituciones".

En este sentido, quien presidió la comisión de investigación del caso, Jorge D'onofrio estalló: "La Cámara de Apelaciones había tirado todo esto abajo pero Casación habilitó todo de vuelta por la campaña electoral. Con este fallo se legitima el narcotrafico y la impunidad", en diálogo para este portal.

En la primera entrega de Narcopolicías impunes (1), D'Onofrio se preguntó: "¿A nadie le llamó la atención que bastaron 6 horas de secuestrada Candela para que el entonces gobernador Daniel Scioli organizara un comité de crisis, mientras, a la vez, hacía esfuerzos desesperados pra que el caso no pasara de la jurisdicción provincial a la Justicia federal?".

Según D'Onofrio, "fue un caso de disputa territorial entre 2 bandas de narcopolicías. El resto es u ocultamiento o mentira".

Hora de refrescar la memoria:

El miércoles 31/08/2011 la policía secuestró una camioneta para determinar si la niña había pasado sus últimos días allí. La camioneta pertenecía a Juan Manuel “el Gordo” Falasco, un vecino de Candela Labrador.

El jueves 01/09/2011 se conoció el resultado de la autopsia: había sido asesinada entre el lunes 29 y el martes 30 "por asfixia mecánica por sofocación. [...] Cuando se la encontró se habló de un rostro desfigurado, pero no tuvo una desfiguración traumática del rostro, sí tenia un golpe o raspón en la frente", dijo el fiscal general de Morón, Federico Nieva Woodgate.

Él afirmó el 05/09/2011, que el cuerpo de la víctima "probablemente haya sido lavado (N. de la R.: con productos químicos, que bloquean la tarea de los peritos forenses). No hay elementos firmes que nos hagan pensar que se trata de un secuestro extorsivo".

Al día siguiente, los medios reflejaron investigaciones en relación a una ex-pareja de la tía de Candela, Betiana Labrador, un hombre con antecedentes por narcotráfico que había sido secuestrado en julio por una banda mixta de narcos y policías.

El 04/09/2011 surgió la noticia de que otra tía de Candela, María Alejandra Romagnoli, dueña de un buffet y supermercado, había sido secuestrada el 08/07/2011 junto al primo de su esposo, y pagaron el rescate por $30.000.

En la noche del 06/09/2011 fue allanada una casa en la calle Kiernan, a 5 cuadras de donde apareció el cadáver de la menor, en donde se encontró ADN. Fue investigada Gladys Mabel Cabrera, quien era la dueña, y otras 2 personas por encubrimiento.

Gladys afirmó que la tenía alquilada y que quienes fueron a buscar muebles eran del Ejército de Salvación.

La Policía Científica realizó peritajes a una camioneta blanca tipo Traffic.

Fueron demorados Gladys Cabrera, Ramón Néstor Altamirano, y Alfredo Monteros y su hijo homónimo, además de Gustavo Damián Valenzuela, un tornero mecánico.

El 07/09/2011 se dio a conocer el resultado del análisis de un vaso y un bol con restos de comida de la casa de calle Kiernan. Fueron imputados Gladys, el vecino Ramón, Gustavo Damián, Alfredo y su hijo por encubrimiento. Hay sospechas fotográficas de que el vaso y el bol pudieron ser introducidos a la vivienda por un funcionario del Ejecutivo provincial.

El juez de Garantías, Alfredo Meade, convalidó el requerimiento pese a las enormes dudas existentes.

El oficial inspector Fabián Oviedo fue detenido el 08/09/2011 mientras investigaba el 'caso Candela', además se le adjudica el asesinato de Fabián Gorosito. Ese día fue interrogado un joven llamado Maximiliano Rodríguez y fue detenido Hugo Elvio Bermúdez, que vivía con su esposa y sus 3 hijos cerca de la casa de Carola.

Un testigo de identidad reservada acusó a Hugo, un supuesto vendedor de drogas, de secuestrador de Candela.

El testigo vinculó al caso a las 5 personas detenidas y sostuvo que el 23/08/2011 había encontrado a Néstor Altamirano llevándole comida a la niña, mientras que el carpintero y su hijo llevaban a la menor.

El uruguayo Bermúdez quedó detenido y acusado de ser autor material, mientras Altamirano y Cabrera fueron acusados como partícipes necesarios, el tornero Alfredo Monteros (75, cuñado de Gladys Cabrera); su hijo homónimo y el fletero Gustavo Valenzuela fueron detenidos por encubrimiento.

El 11/09/2011 vecinos anunciaron la "Marcha del Perejilazo" para defender a Altamirano. En verdad, las imputaciones y detenciones fueron sin fundamento firme. Todos los vecinos cuestionaron el relato del supuesto testigo, considerándolo inverosímil.

El 23/09/2011 se explicó la participación de Fernando Burlando patrocinando a la madre de Candela: la directora del colegio de Candela habló con el sacerdote detenido Julio César Grassi, quien había sido maestro del hermano de la niña, buscando un abogado que "trabajara gratis" y así se comunicó con Burlando quien aceptó participar en el caso.

Luego se arrestó a un remisero de 35 años, apodado "el Pollo" José Luis Flores, y su mujer, Liliana Susana Cabrera; y a Fabián Espíndola, quien se encontraba internado en un hospital a causa de una golpiza recibida cuando -de acuerdo a fuentes policiales- hizo mención a su vinculación con el caso.

El 24/09/2011, Alberto Espíndola dijo que la policía lo había "obligado" a "admitir" su participación en el caso y negó sus dichos, iniciándose una causa paralela a cargo del juez Yejezkel Vangowert.

Con motivo de las graves irregularidades en la causa, el 17/04/2012 todos los detenidos fueron puestos en libertad.

El 24/04/2013 fue asesinado el testigo protegido de identidad reservada. Entonces fue cuando el Senado de la provincia de Buenos Aires reabrió la investigación.

En marzo de 2014, el fiscal de Morón, Mario Ferrario, pidió juicio oral por el delito de "privación ilegal de la libertad seguida de muerte" para Leonardo Jara (35), Hugo Bermúdez (54), Fabián Gómez (43), Néstor Altamirano (56) y Gladys Cabrera (43).

La requisitoria de elevación a juicio fue formulada al juez de Garantías, Gustavo Robles.

Semanas atrás, el senador Jorge D’Onofrio renovó el pedido de Justicia por el crimen, y manifestó: “A 5 años de la desaparición de Candela, la impunidad duele”.

Él no dudó en denunciar responsables ni imputados ni procesados ni detenidos en la oscura trama que rodeó el caso: "La situación revela claramente la corrupción policial en relación con narcotraficantes", destacó D’Onofrio.

El legislador del Frente Renovador también señaló: "A lo largo de este tiempo, la Justicia trabajó para que haya impunidad. Hay que investigar a los investigadores, hay que investigar la investigación".

Si bien inicialmente el secuestro no tenía por objetivo el asesinato de la víctima, este desenlace acontece por la confluencia de distintas circunstancias:

1) Falla la operación controlada que la policía lleva a cabo.

2) La banda que secuestra a la niña opera con distintas células. La que secuestra no es la que entrega. En este caso, quien recibe a la niña para la segunda fase tiene otros motivos para cometer el asesinato.

3) Este hecho sumado a la presión mediática y a la influencia de los narco policías que actúan en el territorio, precipitan el asesinato. La prolongación del evento ponía en riesgo el verdadero negocio, el mercado delictual del narcotráfico.

En el expediente judicial hay, entre otros elementos, llamados al 911 que se relacionan directamente con esta información y que no fueron, en modo, alguno investigados.

En estrecha relación con este fenómeno se han profundizado rivalidades y disputas territoriales de la policía bonaerense. (...)

En su presentación testimonial ante la Comisión, el 9 de mayo de 2012, el Comisario Mayor Salvador Baratta manifestó: “Una de las zonas más complicadas que teníamos y una de las discusiones más fuertes que tuvimos era en relación a la zona de San Martín. Yo fui Comisario General de la Dirección Norte (…) empecé a notar que era una zona muy complicada, que teníamos secuestros exprés permanentemente, pero muchos secuestros exprés se daban entre gente de bajo nivel económico, lo que resultaba atípico. En la experiencia de calle que uno tiene, nos comenzamos a dar cuenta que los secuestros sucedían siempre por montos de 20 mil, 30 mil pesos, 'dame esto' y a veces hasta pedían droga por rescate”.

En referencia a las disputas entre bandas por el control del territorio manifiesta: “nunca vi tanta ferocidad como en la zona de San Martín. Si bien trabajé siempre en la zona de Lanús, nunca vi algo tan feroz en la pelea de territorio”.

Cuando se plantean escenarios con este grado de enfrentamiento por el control de un mercado delincuencial en un determinado territorio, es muy difícil que sectores de la institución policial no se vean de alguna manera involucrados, o se generen disputas, al seno de la institución, por la regulación del territorio.

(...) El 2 de septiembre de 2009: se produjo el enfrentamiento armado entre bandas en la villa 9 de Julio (“Batalla de las 300 balas”), al que ya se hizo referencia. Además de dar cuenta de la “ferocidad” de las guerras por el territorio, tiene la particularidad de que confluye en el hecho, también, el involucramiento policial. Nos referimos a la muy difundida participación del
subcomisario Claudio Brítez, de la comisaría de Matheu (Escobar), en la contienda. Uno de los narcos involucrados en la pelea por el territorio sería su hermano “Cartucho” Britez, signado como “mano derecha” del Negro Gómez, cabecilla de uno de los grupos enfrentados. Desde luego, el subcomisario Britez se encontraba fuera de jurisdicción.

(...) Pocos días después, C5N emite un informe especial, con la conducción del periodista Paulo Kablan, sobre la villa 9 de Julio de San Martín (...)

La segunda parte del informe se titula: “Los nuevos dueños de la droga. La Cumbre narco”. Se observa una reunión en los pasillos de la villa, con gente armada, algunos son los que ya hemos visto vendiendo. El relato en off comenta: “En estas imágenes está la clave del caso”. Informan que lo que estamos viendo es una reunión narco para “discutir y repartirse el territorio de la venta de drogas”. Se destaca en la imagen a Carlos “el negro” Gómez “Este hombre es el que le arrebató el control de la villa a Goncebat. La edición, destaca después al hombre que está a su lado: “Y este otro hombre es su actual mano derecha. Es quien traicionó a Goncebat, y se pasó al cartel de Gómez. Su nombre es Daniel “Cartucho” Britez (...) “Y es el hermano del comisario Britez”. (...)

El informe se completa con una entrevista a la doctora María Alejandra Provítola, auditora general de Asuntos Internos del ministerio de Seguridad y otra al comisario general Mario Caballero, Jefe Departamental de Zárate – Campana, de quien depende el subcomisario Britez.

Las dos entrevistas abordan la hipótesis de que el subcomisario Brítez, más que acudir a un llamado de auxilio y participar en un operativo policial, intervino en la disputa territorial, favoreciendo a la banda integrada por su hermano (Banda de Gómez), contra la banda de Goncebat.

(...) El Sumario Administrativo iniciado, no encontró, finalmente, falta alguna en el proceder de Britez. Hoy es el titular de una comisaría de Tres de Febrero, nuevamente en la jurisdicción de la Departamental San Martín.

(...) El Comisario General Baratta se refirió a esta circunstancia en su declaración ante la Comisión: (...) “¿Por qué digo que me sorprendió? Porque cuando yo hablo con el periodista de C5N, me dice que fue una filmación realizada por el canal, y después pudimos establecer que era la filmación con que la Brigada había filmado a toda la banda para, entre comillas, hacer los allanamientos, que luego dieron negativo”. (…) “El jefe de la Brigada era el comisario Mario Briceño en ese momento”.

Es decir, lo que está planteando el comisario Baratta, es la existencia de una disputa al interior de la fuerza, cuya motivación no podía ser ajena al control del territorio y la participación de la policía en el negocio ilegal.

(...) Todos los periodistas que hacen investigaciones policiales coinciden en señalar que existe participación de la policía en el negocio del narcotráfico en San Martín. Ricardo Ragendorfer, señala la existencia de bandas mixtas que operan en San Martín: “Se trata de un lugar en donde existen bandas mixtas, un territorio donde existe esa economía subyacente y, por lo general, gerenciada por gente de uniforme. En ese contexto, en ese ámbito, estalla un crimen atroz. El crimen de la niña Candela, De algún modo, los uniformados, la corporación policial, sin estar, desde luego, -que esto quede bien clarovinculada con este crimen específicamente hablando, conoce de antemano a todos sus protagonistas”.

El se pregunta y nos pregunta “Revelar el caso en sí, esclarecer, realmente los móviles de la muerte de la niña Candela Sol Rodríguez, ¿hubiera dejado al desnudo los lazos preexistentes entre los uniformados que investigaron el crimen y estos personajes vinculados a la piratería del asfalto, a la delación y al tráfico de drogas? Y, ¿es esa la razón por la que se decidió encubrir o al menos malograr la investigación? (versión taquigráfica).

También el periodista Tomas Eliaschev, señalará que en la zona de San Martín, en la villa 9 de Julio, en la villa La Cárcova y en la villa Corea funcionan centros de expendio de drogas, que por su cercanía con Capital Federal y con San Isidro, y por su relativa seguridad -por ser San Martín un partido no tan pobre-, constituye un lugar al cual asiste mucha gente, inclusive gente famosa a comprar cocaína. Y esto, por supuesto, con protección policial.

(...) Menciona la relación “el Topo” Moreira (imputado en la causa y confeso informante de la policía) con un policía, que se llama Sergio Fabián Chazarreta, pareja de la prima de Moreira, personal de la DDI de La Matanza, a cargo del Comisario Mayor Marcelo Chebriau.

(...) El nombre de Chazarreta surge en la investigación del caso, cuando se le toma testimonio al padre de Candela el día 25/8, consta en el cuerpo I de la cusa: 82/84 25/8/11 1ra. Declaración Testimonial de Alfredo Omar Rodríguez, ya menciona como sospechosos a Gustavo Sancho, Marcelo Boscolo, Walter Bulacio, 'el Topo' Moreira, Sergio Chazarreta, Lescano, Gastón y Cristian Rojo.

Cuando se le toma testimonio al hermano del papá de Candela, Roberto Mauricio Rodriguez, dice que “cuando el tenia problemas acudía a Sergio Chazarreta”.

(...) Por otro lado Carola (mamá de Candela) tenía relación con una mujer de apellido Romagnoli que había estado casada con el hermano, y su actual marido es un hombre apodado “El Pitufo”, que es uno de los narcos más conocido de Villa Corea (Lugar ya nombrado por ser zona de venta mayorista de cocaína). (...)

El Sr. Gustavo Carabajal del diario La Nación, también menciona a Britez como un policía relacionado con el narcotráfico. Comenta que esos datos los obtuvo en San Martín de fuentes diferentes de las de Sebastian Hacher, también nombra a Neneco, que es un policía de la bonaerense. (...)

También se menciona a Sancho, narcotraficante de San Martin, que ha sido nombrado por el papá de Candela en su declaración, cuando se refirió a quienes podrían tener que ver con la desaparición de la nena. El padre de Candela le temía, ya que según Moreira éste había delatado a Sancho ante la policía y le allanan el departamento y la casa donde funcionaba una cocina de droga. “Este narcotraficante le pide a los efectivos de la policía federal que van a allanar su departamento y su cocina de droga, y les dice “yo les doy plata para arreglar mi situación, pero también les voy a dar más plata si me dan el nombre de la persona que me delató”, y la policía le da el nombre del padre de Candela. Esta pista nunca se investigó”.

A Sancho hace 2 años le secuestraron al hijo, Alan Sancho, corredor de Turismo Carretera y que, según el abogado defensor de Gladys Cabrera, coincidentemente, aparece en el lugar donde dejan el cuerpo de Candela.

Ese mismo día también presta testimonio este abogado, el Dr. Marcelo Mazzeo, quien había presentado una denuncia en el mes de diciembre, ante el juez federal Jorge Rodríguez, titular del Juzgado Federal número 1 de Morón. Denunció las irregularidades e ilícitos que surgían de la causa Candela que no fueron investigadas por el fiscal, dando algunos nombres como el de Gustavo Sancho.

También Mazzeo menciona la existencia de bandas mixtas: “La policía integra estas bandas de dos maneras, una por los policías que comparten el negocio y otra por los policías que reciben los datos (..) de estas bandas de delincuentes, que son bandas mixtas, con narcotraficantes, piratas del asfalto, trata de personas y demás cosas, y les dan esos datos de narcotraficantes poderosos a la policía para que ellos vayan, rompan las casas y se lleven la droga y la plata. Esta es una de las hipótesis más fuertes de lo que pasó acá, en la que estaba Sancho, en donde una fue el secuestro del hijo y, el otro, el robo de una cantidad importante de droga. Sancho trató de recuperarla mandando gente a comprarla, porque le costaba menos, y recuperaba el dinero llevándola a Europa. No sólo fue robarle la droga, sino que cuando fue a comprarla le robaron la plata.

Vuelve a mencionar a un integrante de la fuerza de apellido Chazarreta “el “Chino” Chazarreta, el subcomisario que también interviene en la investigación y que se conoce con el “Topo” Moreira y Gustavo Sancho ya que se criaron juntos. Vendían aceite. Uno se hizo policía, el otro informante, “buche” de la policía, y el último narcotraficante. Los tres están vinculados a la causa. Chazarreta participó de la investigación con Marcelo Chebriau.

Cuando el Comisario Paggi presta testimonio ante la comisión, confirma que Chazarreta pertenecía a la fuerza y se le dio aviso a asuntos internos, al ser nombrado por el padre de Candela como sospechoso.

El 4 de Septiembre allanan una casa donde se encontraba Moreira y esto queda plasmado en la causa, en el cuerpo VI: 1081/1082 4-9-11 Allanamiento Mar del Plata 4981 San Martín, identifican en la casa a Héctor Horacio Moreira (Topo), y esposa Verónica Rosada Sapia, secuestran celulares, revolver Bagual cal22.

Más adelante presta declaración ante la comisión el abogado de Moreira, Dr Doutre, quien y da más información sobre esto.

También nombra nuevamente a Chazarreta, relacionándolo con Villalba y con Moreira. Chazarreta estaría casado con la prima de Moreira, y la maltrataba, por este motivo Moreira quiere darle una lección. También nombra a los otros policías mencionados anteriormente relacionados con el narcotráfico de San Martín, “Concretamente, se había presentado un policía de San Martín que decía que si “Sancho tenía algo que ver en la causa de Candela, los policías que lo protegían era Chazarreta, Britez y Gómez”.

Castronuovo confirma que Chazarreta, al momento de la desaparición de Candela, trabajaba en la Unidad de Ejecución de Capturas, que es un órgano menor, dependiente de la Superintendencia de Investigaciones, de la cual él era Jefe. Pero nunca lo vio y no puede decir que haya trabajado con Chebriau. Aquí se contradice con el propio Chebriau quien dice desconocer dónde trabaja Chazarreta.

(...) El día 5 de Julio se presenta a dar testimonio ante la comisión una persona que pidió resguardo de su identidad. Aparece allí el nombre de un empresario, que nació en el barrio, pero ahora vive en Escobar. Se presenta como empresario, titular de una empresa de cargas. Escobar es el lugar donde están estas cocinas, donde se genera la droga. “Todo lo que hace este empresario lo hace siempre acompañado, la mayoría de las veces, por tres policías, desconozco si éstos están en actividad o no. El “Cheto Britez”, conocidísimo, el “Chaqueño Britos” y “Neneco (¿Isidro Gómez?)”. Algunos dicen que Neneco sería el que hace el llamado a la familia de Candela cuando aparece públicamente cuando le dice que “no la vas a recuperar más a tu hija”. Algunos dicen que es él.” (...)".

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