A 1 MES DE NÉSTOR KIRCHNER

Ironía: Cristina reconoce la inflación para ir por su 2do. mandato

Para ir por su reelección en 2011, Cristina debe reconocer que la inflación real es un obstáculo. De la suerte del  posible pacto tripartito anunciado -y de su relación tormentosa con Hugo Moyano- depende buena parte de sus chances de quedarse en la Rosada. La ausencia del mandamás desparecido se hace notar.

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Especial para Urgente24). La inflación es una calamidad que se ha instalado nuevamente en la economía argentina, mina los bolsillos, incrementa los niveles de pobreza e indigencia, es falseada oficialmente desde que el ex presidente Néstor Kirchner destruyó el INdEC en 2007 y el gobierno de la presidente Cristina Fernández, viuda del ex mandatario, niega en forma sistemática las acusaciones de manipulación de datos.

 
En 2009, dibujada por Guillermo Moreno, la inflación oficial fue 7,7%, mientras analistas privados estimaron que la cifra piso real fue entre 14% y 15%, el doble.
 
El 16/11/2009, un año atrás, en un artículo publicado por el matutino La Nación se informaba que las grandes empresas habían ubicado en su presupuesto para el año que está terminando, 2010, una cifra de 2 dígitos por 4to. año consecutivo con estimaciones que rondaban el 15%, que ha sido ampliamente superado menos para Cristina y su equipo de ministros aduladores.
 
Los aumentos salariales fijados en las paritarias llevadas a cabo a partir del mes de marzo se basaron en la inflación anual que para entonces se suponía iba a estar entre el 20% y el 25%; pero el aumento de precios anualizado real superó los pronósticos rondando el 30%, el doble de lo previsto en las proyecciones empresariales.
 
A este sombrío recuento de números que laceran hay que adicionarle los que al 20/11/2010 informa la web inflacionverdadera donde los críticos rubros de alimentos- bebidas y canasta básica arrojan subas de 32.9% y 28,7% respectivamente (para la consultora Orlando Ferreres alimentos y bebidas acumula 39% en los 10 meses transcurridos del año).
 
Como es sabido, menos para el fariseísmo del ministro de Economía, Amado Boudou, los precios de los alimentos impactan más entre las franjas de la población que menos ganan, por lo que se puede colegir que la inflación para los empleados que viven de un sueldo rebasa el 30% anual.
 
Quienes se ven también muy perjudicados por la subida incesante del costo de vida son los trabajadores en negro, los jubilados y quienes cobran un plan social.
 
Lo más alarmante de la suba de los alimentos queda evidenciado en un informe realizado por el INdEC donde se admite que los hogares destinan, en promedio, el 37,9% de sus ingresos a comprar alimentos. Ese porcentaje es mayor cuanto más pobres son las familias, lo que lleva a superar el 45% en la franja más baja.
 
Noviembre -tradicionalmente el mes más calmo del último trimestre del año en alza de precios- arrojaría guarismo entre 1,5% y 1,8 % fue precedido por un octubre que arrojó para los economistas una tasa de 2,5%, mientras que en diciembre con las fiestas de navidad y año nuevo se espera un valor superior, especialmente castigando a los alimentos y bebidas.
 
Los ítems que impactarán más en noviembre es la carne que no deja de subir, los artículos de perfumería y turismo por el fin de largo, consecuencia de los nuevos feriados incorporados por el gobierno al calendario anual.
 
Las vacaciones son un punto aparte ya que normalmente los precios trepan. Un anticipo parcial de esto es el ajuste del 10% de los pasajes de micros de larga distancia a partir del 1/12/2010.
 
Como sucede cuando la inflación supera las subas de sueldos acordadas en las paritarias,  los gremios van por más, con lo cual la calesita lleva a la conocida nueva remarcación de precios y así sucesivamente. Historia de la inflación por demás conocida por buena parte de los argentinos que el gobierno no reconoce, con lo cual no existe un plan coherente para tratar de remediar el angustiante dilema lo que empeora las expectativas.
 
La acuciante situación de la pérdida del poder adquisitivo se complica y aparecen solicitudes extras de mejora de ingresos  antes de fin de año porque las paritarias de 2011 recién comienzan a negociarse en febrero-marzo próximo y entraran en vigencia recién en  marzo-abril, vale decir dentro de 5 meses, lo cual presupone mayor deterioro salarial.
 
La mentada asignación por hijo que se emplea casi en su totalidad a la compra de alimentos, sufrió un deterioro real del 15%, fruto de la espiral inflacionaria.
 
La irrealidad que quisieron instalar los Kirchner en 2007 manipulando las cifras oficiales de costo de vida lleva a que las cifras irrisorias del INdEC enero-octubre 2010 marquen que el costo de vida aumentó 9,2% y que respecto de octubre de 2009 la variación sea de 11,1%.
 
La buena situación de la macroeconomía beneficia solo a escasos sectores de la población, la franja más considerable sufre problemas de bolsillo. Esto puede incidir decisivamente en las elecciones presidenciales y atento los indicios de la presidente de ir por su reelección no es extraño que el llamado "acuerdo tripartito" que anunció Cristina Kirchner intente demandarles a los sindicatos y a la CGT "racionalidad" en sus pretensiones de mejores salarios y exigirles a los empresarios más inversiones y mesura en los aumentos de precios.
 
La inflación no la reconoce el gobierno pero la vesania de las palabras hace que las culpas -como es habitual ajenas- se la asigne a que las empresas inflan los precios por el crecimiento del PBI, la falta de inversiones y el aumento del consumo, estimulado por la suba de salarios.
 
El aumento del gasto público y la emisión monetaria no están invitados al banquete de razones de la desvalorización acelerada del dinero en la verborragia gubernamental.
 
Con el anuncio del pacto de parte de Cristina se infiere que la presidente reconoce en la inflación real una traba para sus aspiraciones reeleccionistas y para la paz social en los meses que median para terminar su actual mandato.
 
La dificultad que encuentra esta sutil pero clara admisión de la inflación por parte de la mandataria es que al llamado modelo K (¿?) ese flagelo le concede al gobierno sacar tajada de una mayor la recaudación fiscal.
 
Del equilibrio de los pro y contra expuestos para el manejo de la puja distributiva depende buena parte de la suerte de Cristina pero en el escenario aparece un factor importante que irrita y preocupa al gobierno, Hugo Moyano.
 
El multimillonario sindicalista/empresario se sabe acosado por la presidente y su séquito más allá que lo haya recibido en Olivos. El frío con que Cristina lo trató en el sepelio televisado de su esposo fue una muestra clara para todos del rechazo que ella siente por él y una luz de alarma para el principal gordo de la calle Azopardo.
 
Los intendentes justicialistas del conurbano no quieren saber nada con la conducción de Hugo Moyano en el PJ bonaerense. La convocatoria del consejo provincial para el 6/12 desvela al cacique de los camioneros por la posibilidad de un desaire.
 
Cristina, en su alocución en la conferencia anual de la UIA, repudió las protestas violentas,  aludiendo a los condenables bloqueos con camiones.
 
La justicia tiene en foco a Moyano en la investigación sobre la participación de la obra social de camioneros en la mafia de los medicamentos.
 
Y, el semáforo en rojo con que se topó el líder sindical, es la sorpresiva aceleración de la causa por el accionar de la Triple A en Mar del Plata en los 70, en la que tendría una supuesta vinculación Moyano -en aquellos años- con varios de los acusados.
 
¿Qué podría hacer Moyano frente a este frente de tormenta fuerte que se cierne sobre él y de la cual por ahora acusa a los medios que lo demonizan? En las variables de la respuesta está encerrado un riesgo para las ambiciones presidenciales de la reciente viuda.
 
Moyano, dentro de las posibilidades que tiene es dar batalla contra el gobierno con fuertes presiones sindicales por mayores salarios y críticas a la escalada inflacionaria, que por ahora llama “mínima inflación”.
 
Esta reacción de Moyano le generaría a él un empeoramiento de su desgastada imagen y un beneficio para la presidente especialmente cuando acaba de llamar al diálogo.
 
La demonización del camionero y su posible reacción frente a las acechanzas que lo cercan beneficiarían a la jefa del gobierno frente a la esquiva clase media y a los sectores de izquierda que detestan a quien comanda la CGT.
 
Sin embargo, un enfrentamiento entre la Rosada y la CGT encierra un cierto peligro para la ansiada paz social que Cristina pretende ya entrado el año electoral.
 
Un costo grave que pagaría la jefa del Estado estaría dado en el supuesto que ella no pueda manejar a un Moyano desestabilizador de su gobierno.
 
Para ir lejos, en una guerra sin cuartel, a Cristina le falta Néstor.

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