OPINIÓN DEL PRESIDENTE DEL BID

Apuntes para un nuevo intento de Alianza de las Américas

"Una renovada alianza continental aspiraría a profundizar nuestros lazos económicos, expandir la integración física y energética", opina el autor, presidente del Banco Interamericano de Desarrollo.

por LUIS ALBERTO MORENO

 
SANTIAGO DE CHILE (La Tercera). Hace 50 años, John F. Kennedy lanzó la Alianza para el Progreso. En su propuesta, el joven presidente estadounidense llamó a América Latina a unirse en torno a objetivos comunes. 
 
Medio siglo más tarde, ha llegado la hora de construir un nuevo acuerdo por el progreso para una nueva América Latina, en donde todas las naciones contribuyan con lo mejor de su experiencia al bienestar colectivo. Pero en lugar de una agenda liderada por una sola nación, debe ser el continente entero el que llegue a un nuevo entendimiento.
 
Las oportunidades surgen de la transformación de nuestra región. Reconociendo la diversidad de modelos políticos, América Latina hoy exhibe democracias vibrantes. La economía de mercado se ha consolidado progresivamente en un ambiente de mayor calidad institucional y de mejores condiciones sociales. 
 
En la última década, 40 millones de personas han salido de la pobreza en nuestra región. No menos de 64% de nuestros ciudadanos se consideran parte de una creciente clase media. 
 
La esperanza de vida creció a 74 años, la cobertura de agua potable supera al 86%, la tasa de alfabetización se aproxima al 92%, mientras la mortalidad infantil se ha reducido a la mitad en las últimas dos décadas.
 
Estos cambios son evidencia de los efectos de la democracia, la apertura ordenada a la inversión, políticas sociales inclusivas, la ampliación de mercados para nuestras exportaciones, la estabilidad macroeconómica, un clima de negocios más favorable y sistemas financieros más sólidos, entre otros factores.
 
Esta es la América Latina que el Presidente Barack Obama encontrará en su viaje a Brasil, Chile y El Salvador. Una región que ha aprendido de sus experiencias y que busca acelerar su marcha hacia un mejor futuro. Una región con más confianza, mayores expectativas y más abierta al mundo.
 
Además, la globalización nos presenta realidades que, bien aprovechadas, nos abren espacios para consolidar los logros alcanzados. 
 
Las economías emergentes hoy tienen un papel más relevante en el contexto internacional, dado que los nuevos patrones de crecimiento han derivado en una reformulación de los flujos de comercio e inversión hacia América Latina. 
 
No todos nuestros países se encuentran en la misma situación. Pero tenemos un potencial enorme y es nuestra responsabilidad aprovecharlo. 
 
La Cumbre de las Américas, que se celebrará el año próximo en Cartagena de Indias, es una oportunidad para alumbrar un nuevo acuerdo para el progreso continental. Pero un buen punto de partida para la construcción de consensos sería la ratificación por parte de los Estados Unidos de sus tratados de libre comercio con Colombia y Panamá.
 
Una renovada alianza continental aspiraría a profundizar nuestros lazos económicos, expandir la integración física y energética, erradicar el analfabetismo y derrotar las principales causas de mortalidad infantil. 
 
El hemisferio en su conjunto debería fijar normas claras para la migración, fomentar la innovación, reducir los efectos del cambio climático, mejorar la prevención de desastres naturales y estrechar la cooperación contra el crimen organizado, el terrorismo y el narcotráfico.
 
Cumplir con estos desafíos no será fácil, pero es necesario y está a nuestro alcance.

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