Barrionuevo: "Si el hombre de Duhalde es Kirchner, me voy con Menem"

POR EDGAR MAINHARD Los aliados políticos de Eduardo Duhalde rechazan la designación de Néstor Kirchner como presidenciable, y le exigen que sea él quien enfrente a Carlos Menem... o se declararán en libertad de acción.

Hombre práctico, si los hay -y escondedor- el senador nacional PJ-Catamarca, Luis Barrionuevo, comentó en la mañana de hoy a sus colaboradores su opinión sobre los movimientos más recientes de Eduardo Duhalde. Quizá por la euforia que le provoca el triunfo dominical sobre Ramón Saadi, fue desafiante: "Si el hombre es Kirchner, me voy con Menem".

Barrionuevo, un hombre de origen asceta que derivó en formas epicúreas, se refería a la decisión de Duhalde de encumbrar al gobernador de Santa Cruz, Néstor Kirchner, a la presidenciabilidad de la Nación.

Sindicalista como él, el metalúrgico intendente de Tres de Febrero, Hugo Curto, era la imagen de la desesperanza. Curto fue quien, recientemente, durante un asado en la Quinta de Olivos, promovió la candidatura de Duhalde a la Presidencia de la Nación, a lo que se opuso el senador nacional a cargo.

"Pero, ¿cómo vamos a apoyar a Tristán, si no es el del palo?", se preguntó Curto.

Tristán no es el personaje del poeta Thomas, del siglo 12, convertido en ópera memorable por Richard Wagner (Tristán e Isolda) sino el más criollo Tristán Díaz Ocampo, que se inició en el cine nacional con el Club del Clan, en 1964, y terminó en 1990, coprotagonizando con Susana Traverso, Enfermero de Día, Camarero de Noche.

Kirchner tiene un parecido físico notable con Díaz Ocampo. El problema es que el gobernador de Santa Cruz aspira a un reconocimiento político nacional y Díaz Ocampo es un humorista.

La diferencia es patética para Curto y los otros recios intendentes bonaerenses, hoy a un paso de romper con Duhalde, su jefe político, a quien ya perdonaron, una vez, que eligiera a un hombre de la Ciudad de Buenos Aires, Carlos Federico Ruckauf, como su heredero en la provincia. Pero ¿cómo no perdonarían a Duhalde si aún podía convertirse en el Presidente de la Nación? En cambio, ahora, cuando el destino parece resultar una confortable residencia en el suburbano Lomas de Zamora, el salto tiene menos riesgo.

Hasta ahora, Duhalde impidió la fuga de intendentes hacia Carlos Menem. Pero fracasó en imponer a José Manuel De la Sota entre los bonaerenses. Y ahora viene lo de Kirchner...

O Duhalde es más astuto de lo que sus adversarios suponen, y lo de Kirchner es un truco para forzar a los bonaerenses a apestillar a Felipe Solá para que acepte convertirse en el presidenciable; o Duhalde se ha sumergido en un pozo anímico y el resultado de su depresión fue... Kirchner. No hay otras opciones.

# Sin política

Cada día que pasa, el entorno inmediato presidencial descubre que pierden espacio las elucubraciones destinadas a prolongar la presencia en el poder más allá del 25 de mayo de 2003.

El problema de Duhalde es que por planificar en exceso el ocaso o la defenestración de Carlos Menem, se quedó sin política. Duhalde debería tener hoy estructurado un frente político cohesionado, en vez de apenas un ramillete de dirigentes con ideas antimenemistas.

Sólo esto explica la irrupción de la Ley de Lemas en escena, idea destinada al fracaso desde antes que el santiagueño antimenemista Carlos Juárez ingresara a la sede del PJ nacional con un anteproyecto bajo un brazo.

El tema de la eventual Ley de Lemas resultó demasiado complicado y vidrioso para quienes eran tentados para constituir la fórmula presidencial: Felipe Sola y Ramón Puerta.

Liquidada los lemas, surgió -de Barrionuevo- la propuesta de un plebiscito destinado a expresar la voluntad popular para que Duhalde continúe en el ejercicio de la presidencia interina hasta diciembre próximo, completando el mandato de Fernando De la Rúa.

El mensaje fue transparente: el duhaldismo acepta que la cuestión de fondo en la política argentina es Duhalde vs. Menem, por lo tanto, o se está con Duhalde o con Menem. No hay lugar para otros candidatos en el PJ.

El problema es cómo hacer coincidir el cronograma electoral que precisaría el duhaldismo con las limitaciones de las negociaciones financieras internacionales con el FMI.

Aparentemente, los organismos financieros multilaterales y los países del G-7, imaginaron un acuerdo precario sobre la base de elecciones en el 1er. cuatrimestre de 2003, para que de inmediato accediera el nuevo Gobierno e iniciara las negociaciones durante el 2do. semestre del año. Esto no coincide con las necesidades del duhaldismo.

Por eso es que Duhalde, locuaz, imaginó alternativas, pero sus seguidores durante la jornada de hoy le han enviado mensajes concretos: Kirchner no es un líder político que acepten como tal. Y han comenzado a presionar al Jefe... con el otro Jefe.

¿Tiene alternativas disponibles Duhalde? Hay quienes afirman que sí y otros dicen que no. En las próximas horas se sabrá.

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