Reivindicación de lo militar en la fiesta matrimonial de la pujante Monarquía española

Un pueblo festejando el marketing de la monarquía en un momento de auge económico, y una Casa de Borbón que claramente reivindica su liderazgo de las FF.AA. son las dos claves de la Boda española celebrada hoy.

¿Quiere Ud. saber qué ha impresionado más, en términos institucionales, de la boda en la monarquía española entre Felipe de Borbón, príncipe de Asturias, y Letizia Ortiz?

Que el Rey y su hijo casamentero aparecieran enfundados en sus trajes militares, y con cuanta condecoración tienen, en un claro homenaje a la institución castrense.

Ambos se sintieron orgullosos de tener jerarquía militar y la lucieron en uno de los acontecimientos más importantes de sus vidas, algo que es difícil de imaginar en la Argentina. Y no comiencen con las FF.AA. manchadas por los desaparecidos, porque las españolas estuvieron en una Guerra Civil y todo el franquismo.

Es que las cosas son como son, y no hay vuelta, excepto en las republiquetas trastornadas que alguna vez pertenecieron a la Corona española.

El Príncipe de Asturias viste el día de su boda un traje de Gran Etiqueta del Ejército de Tierra, con guerrera y pantalón de color azul noche. Lleva bordado en el cuello con hilo dorado el emblema del arma de Infantería, y en las bocamangas las divisas correspondientes a Su empleo de Comandante.

Don Felipe lleva también el Collar de la Orden del Toisón de Oro. La insignia consiste en un gran collar de oro compuesto de 26 eslabones dobles entrelazados de pedernales, con dos 'bes' mayúsculas antiguas y eslabones que engarzan a otras tantas piedras centelleantes inflamadas de fuego con esmalte azul y rayos en rojo.

Del collar pende el Toisón o Vellocino, en oro esmaltado y lisado por el centro. Eslabón y pedernal formaban parte de las armas del Fundador de la Orden, con el lema "ante ferit quam flamma micet" (hiere antes de que se vea la llama).

El heredero de la Corona porta también la Gran Cruz del Collar de la Orden de Carlos III (Banda y placa). Las personas que estén en posesión del Collar podrán usar, en actos que no requieran ostentarlo, esta Gran Cruz.

La Real Orden consiste en una banda de seda de color azul celeste, con dos franjas blancas paralelas a cuatro milímetros del borde de la cinta. La banda se unirá en sus extremos mediante un rosetón picado de la misma tela, del cual penderá la venera de la Real Orden.

Con la banda se lleva una Placa de plata abrillantada, de cuatro brazos iguales con ocho puntas rematadas por sendas semiesferas lisas y simétricas dos a dos. En cada entrebrazo figura una flor de lis abrillantada, de oro.

Como exergo, un óvalo cuyo centro lleva la imagen de la Purísima Concepción en sus esmaltes y, a sus pies, la cifra de Carlos III, orlada de laurel, con el lema Virtuti et Mérito. Cierra el ovalo una franja de esmalte azul orlada de plata abrillantada.

Otra de las condecoraciones que hoy luce el Príncipe están las Grandes Cruces del Mérito Militar, Naval y Aeronáutico con distintivo blanco. El Príncipe de Asturias las recibió de Su Majestad el Rey al finalizar sus años de formación en la academia General Militar de Zaragoza (julio de 1986), en la Escuela Naval Militar en Marín (julio de 1987), y en la Academia General del Aire de San Javier (julio de 1988).

La Cruz del Mérito Militar lleva en el centro un escudo circular cuartelado y fileteado en oro, de 20 mm de diámetro, en esmalte: primero, de Castilla; segundo, de León; tercero, de Aragón, y cuarto, de Navarra; entado en punta, de Granada y escusón en su centro de Borbón-Anjou.

La Cruz del Mérito Naval, en forma de cruz latina, lleva en su anverso un ancla centrada sobre los brazos verticales.

La Cruz del Mérito Aeronáutico lleva en el centro el emblema del Ejército del Aire, de 33 mm de longitud por 18 mm de alto, en cuyo círculo interior figura un escudo cuartelado y fileteado en oro, en esmalte: primero, de Castilla; segundo, de León; tercero, de Aragón, y cuarto, de Navarra; entado en punta de Granada y escusón en su centro de Borbón-Anjou

# La boda

Alrededor de las 11:50 (hora de Madrid), el príncipe Felipe de Borbón, y Letizia Ortiz, se han convertido en marido y mujer en una ceremonia celebrada en la catedral de La Almudena.

Al enlace han acudido alrededor de 1.400 invitados, que comenzaron a arribar a partir de las 9:15. Unas 30 casas reales de todo el mundo y otros 30 jefes de Estado llegaron a Madrid para acompañar a los novios y a sus familias.

La lluvia ha deslucido la entrada de Letizia en la catedral, y el recorrido de ambos por Madrid. Sólo en Atocha, donde Letizia entregó su ramo, el agua les dio un respiro.

Recién a las 14:00 salió un sol radiante en Madrid, permitiendo intentar recomponer el agasajo. Para esa hora los Príncipes estaban en el Palacio Real. La gente les había pedido que bajaran y ellos accedieron, mientras un grupo de gaitas Ciudad de Oviedo y Vetusta interpretaban el 'Asturias patria querida' en honor a la pareja.

El escote del traje, diseñado por Manuel Pertegaz, es en pico, con cuello "corola" bordado en hilo de plata y oro, que también adorna la espalda y las manoplas de las mangas por ambas caras y el delantero en forma piramidal, así como el bajo de la falda.

El traje de novia de Doña Letizia Ortiz, de color blanco roto, fue inspirado en la línea princesa, con corte continuado desde los hombros al suelo, escote en pico con cuello 'corola' y cola de 4,5 metros bordada con motivos heráldicos.

Llevó un manto nupcial de tul de seda natural de 3 metros de largo y bordados que mezclan la flor de lis y la espiga, unos pendientes de platino con 10 diamantes, regalo de los Reyes, y la diadema de estilo imperio de platino y brillantes que Doña Sofía, madre del consorte, lució el día de su boda.

La parte superior es ceñida al cuerpo y se desliza suavemente a partir del talle. El vestido se remata con una cola de 4,5 metros que sale desde la cadera.

Los zapatos son de salón de Pura López, de horma clásica con el mismo tejido del vestido, con un calado lateral y frontal en forma de lágrima. Están rematados con un lazo zapatero en el escote. El tacón es de 10 centímetros.

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