Canal 7: Lo que Grondona no plantea (1)

Una nota de Edición i del ejemplar en circulación se refiere a un tema que volvió a abordar el diario La Nación durante el domingo 6 de junio y es el inicio de un debate que profundizará U24. Vamos a la nota de Edición i:

Verónica Bonacchi es una periodista del diario La Nación muy preocupada con los temas de Canal 7, y logró que su cobertura acerca de los cambios en la programación llegara a Hora Clave, de Mariano Grondona, por Canal 9. La cuestión de fondo es que iban a levantarse dos programas culturales que difundía el canal estatal: El Refugio de la Cultura, que conduce Osvaldo Quiroga; y Los Siete Locos, de Cristina Mucci.

Alberto Fernández, jefe de Gabinete, concurrió al programa de Quiroga a realizar una suerte de reivindicación del programa, pero allí se difundió también una opinión de Mercedes Sosa vertida cuando aún se ignoraba que Canal 7 revocaría su decisión, quien apeló a Miguel Bonasso, y éste le escribió una carta de lectores al diario La Nación aclarando que él no influye en las tareas que en Canal 7 realiza su pareja, Ana De Skalon.

"No puedo concebir, y te lo digo a vos, Bonasso, que ocurra algo así", dijo Sosa, según Héctor Timerman, columnista de Hora Clave, futuro cónsul general en New York por el gobierno de Néstor Kirchner. Timerman y Quiroga ponderaron la Skalon, directora de Noticias y No Ficción de Canal 7, quien influye mucho más que el interventor del canal, Ricardo Palacios.

Aparentemente, Skalon convenció a Palacios para realizar cambios en la grilla general, incursionando en la programación que no compete a la mujer de Bonasso sino a Leonardo Bechini. Ni Bonacchi ni Grondona ni Timerman abordaron una cuestión central: la inviabilidad económico-financiera del servicio televisivo estatal ya que tiene dos problemas que nadie se atreve a resolver. Por un lado, el exceso de personal; por otra parte, un régimen laboral mucho más oneroso que el vigente en los canales privados.

La suma de estos factores provoca que el costo de operación resulte desproporcionado con los recursos disponibles, y con la tarifa publicitaria. Alguien podría sostener que no debe financiarse con la venta de tanda publicitaria sino, por ejemplo, a través del Comfer, que tiene recursos propios y superavitarios. Pero, en cualquier caso, debería ordenar sus recursos humanos porque no hay por qué castigar a los contribuyentes que son quienes pagan esa nómina.

Hoy en la pantalla de Canal 7 conviven programas con un objetivo comercial con programas que son inviables desde lo comercial, en un mix que obliga a comparar con lo peor de los canales de la TV por cable que lotean sus espacios disponibles.

En verdad, Canal 7 no es un canal cultural pero tampoco comercial; no es un canal educativo pero tampoco de entretenimiento, y lo único que parece resultar es una bolsa de trabajo para que un grupo de sindicalistas le cobre a los contribuyentes. Mientras esto no se resuelva, toda la otra discusión es aleatoria porque lo que debe hacerse en toda repartición del Estado, es preservar los intereses de los contribuyentes.

Es inadmisible que Bonacchi no haya abordado esa cuestión; y una lástima que Grondona –que conoce el problema por haberlo padecido (Hora Clave comenzó en Canal 7 cuando era ATC, con Gerardo Sofovich en días de Carlos Menem)- no haya exhibido un mayor rigor en el análisis de un tema tan remanido.

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